Trastornos mentales/Psicopatología

Venustrafobia: qué es, síntomas, causas y tratamientos


¿Qué es la venustrafobia?

La venustrafobia, o caliginefobia, es un trastorno de ansiedad que consiste en el miedo irracional a las mujeres guapas. No hay que confundirlo con la ginofobia, que es el miedo a las mujeres en general.

Taquicardia, boca seca, un repentino y exagerado rubor en las mejillas acompañando a cierta incapacidad para articular frases con sentido… ¿A quién no le ha ocurrido esto alguna vez al estar ante una persona tremendamente atractiva?

A priori, estar con una mujer guapa no tiene por qué causar problema alguno, todo lo contrario, siempre es agradable tener buena compañía. Sin embargo, hay personas para las que una situación aparentemente tan inofensiva supone un martirio.

Si crees que esto te ocurre y estar rodeado de mujeres guapas te causa un gran malestar, es muy probable que estés sufriendo de venustrafobia.

Síntomas de la venustrafobia

Los síntomas que produce la venustrafobia son los propios de los problemas agrupados dentro de los trastornos de ansiedad:

– Taquicardia.

– Sensación de falta de aire.

– Sudoración excesiva.

– Náuseas.

– Temblores.

– Miedo a perder el control.

– Sensación de desconexión de la realidad.

Hay que tener en cuenta que el problema no se manifiesta de la misma forma en todas las personas, pues depende de sus características, de qué ha originado el problema, el entorno en el que se desenvuelve, etc.

Al final, lo importante es el grado de malestar que se siente y cuánto interfiere en la vida de cada uno.

Causas

En general, la mayoría de las fobias se producen a raíz de la experiencia de algún suceso negativo o traumático, salvo en algunos casos en los que la mera observación de tal evento puede ser suficiente para desencadenarlas.

En el caso de la venustrafobia, el verse envuelto en situaciones embarazosas debido a la falta de habilidades para desenvolverse con mujeres de cierto atractivo, haber sido objeto de burla por parte de alguna de ellas o una relación sentimental fracasada, puede ser el origen del problema.

Sin embargo, este tipo de problemas no pueden ser reducidos a una mera relación causa-efecto (suceso negativo –> miedo) pues, lamentablemente, el miedo tiene la capacidad de retroalimentarse a sí mismo. Es decir, la mayoría de las cosas que haces para evitar tener miedo, terminan por fomentarlo y atrasar su desaparición.

De hecho, la respuesta más frecuente y, al fin y al cabo, más natural cuando se tiene miedo es la huida. Por lo que la gente evita aquello que le causa pavor para así reducir el malestar.

No obstante, aunque resulte paradójico, el alivio que sientes por haber evitado encontrarte con esa mujer tan guapa, está contribuyendo a que sigas teniendo miedo e incluso a que se incremente la próxima vez.

Distorsiones cognitivas

Otras de las cosas que afecta al mantenimiento de la venustrafobia (y de cualquier fobia) son las distorsiones cognitivas: rumiaciones, creencias catastróficas, autocrítica, anticipación de situaciones aversivas… Que no hacen otra cosa que alimentar al monstruo.

Entre las distorsiones cognitivas más comunes en este trastorno podemos encontrar:

– Adivinación del pensamiento de los demás: “Está pensando que vaya pintas llevo”.

– Hacer pronósticos negativos sin pruebas suficientes: “Voy a verla y seguro que empiezo a tartamudear”.

– Fijarse en lo negativo e ignorar o descalificar los aspectos positivos: “He ido a hablar con ella y ¿para qué? He hecho el ridículo una vez más”.

– Generalización: “No voy a poder hablar nunca con ninguna mujer”.

– Magnificar o minimizar la situación: “Ha sido horrible, en cuanto me miró me puse muy colorado y no sabía dónde meterme. Seguro que no querrá volver a verme”.

– Razonamiento emocional: “Si esto me hace sentir tan mal, será por algo”.

– Personalización: “No se ha parado a hablar conmigo porque sabe que soy un bicho raro”.

– Pensamiento dicotómico o “todo o nada”: “Si ni siquiera puedo hablar con una mujer que sea bonita, voy a fracasar en todo”.

– Etiquetas negativas: “No valgo nada”, “Soy un inútil”.

– Exigencias: “Debería ser más valiente”.

Tratamiento

La venustrafobia es un trastorno poco conocido en sí mismo, al ser identificado como una variante de la fobia social, por lo que se suele intervenir de forma similar.

Existen varias técnicas para combatir este tipo de fobia, tanto desde la rama de la psiquiatría como desde la psicología:

Tratamiento farmacológico

Los más utilizados en estos casos son los fármacos antidepresivos (ISRS) y los ansiolíticos, que pueden servir como tratamiento para casos de extrema gravedad.

Sin embargo, numerosos estudios han demostrado una mayor eficacia del tratamiento farmacológico cuando se ha complementado con terapia psicológica, más que en solitario. Siendo no recomendable su uso durante el tratamiento con técnicas de exposición.

Esto es debido a que los fármacos actúan sobre el organismo disminuyendo los síntomas de la ansiedad, lo cual hace que te sientas bien al momento. No obstante, no elimina el problema, pues la incapacidad de poder interactuar con mujeres atractivas sigue presente.

Técnicas cognitivo-conductuales (TCC)

Dentro de las técnicas recomendadas desde el enfoque cognitivo conductual podemos encontrar:

Terapia cognitiva: se basa en el procedimiento de reestructuración cognitiva, mediante el cual se trabaja sobre los pensamientos automáticos y negativos. Se le enseña al paciente a identificarlos para después proporcionar alternativas a esos pensamientos, con el objeto de eliminar el malestar que producen.

Técnicas de relajación: el objetivo es conseguir que la persona sea capaz de mantener la calma y reducir la activación ante las situaciones fóbicas. Las más utilizadas son la Relajación Progresiva de Jacobson y el Entrenamiento Autógeno de Schultz.

Exposición: es considerada el producto estrella en el abordaje de las fobias. Consiste en exponer de manera gradual al paciente a las mujeres atractivas para que este pueda poco a poco habituarse a su presencia, y a su vez ir aprendiendo a controlar sus temores hasta hacerlos desaparecer.

Para ello, se ha de realizar un listado de situaciones y ordenarlas según el grado de malestar que produzcan. Una vez realizada, se elige la primera situación de la jerarquía a la que el paciente deberá hacer frente.

Entrenamiento en habilidades sociales: en muchas ocasiones, las personas que sufren este trastorno es debido a que carecen de las habilidades adecuadas para desenvolverse con mujeres y, sobre todo, si estas les atraen.

El entrenamiento en habilidades sociales suele ser el paso previo a la exposición, con el fin de que el paciente tenga herramientas suficientes para hacer frente a la situación.

Venustrafobia en el cine y la televisión

A pesar de ser un trastorno poco conocido como tal, sí que se ha explotado mucho en el ámbito cinematográfico y en series de televisión. Podéis encontrar múltiples tramas de películas en las que aparece un personaje masculino que siente pavor ante la presencia de mujeres atractivas.

Sin ir más lejos, el actor y director de cine, Woody Allen, es muy asiduo a este tipo de argumentos en los que él mismo representa al personaje neurótico que se siente intimidado por las mujeres.

Si recordáis la mítica serie de anime Bola de Dragón, el personaje de Yamcha sufre de este trastorno, al no ser capaz ni siquiera de ver a Bulma sin desmayarse.

También, en la serie The Big Bang Theory aparece el personaje de Raj, quien tiene una alta incapacidad para relacionarse con mujeres que le parecen hermosas.

Otros ejemplos son las películas en las que el protagonista es el típico inadaptado que cada vez que ve a la jefa de las animadoras se bloquea y se pone muy ansioso, hasta que consigue superar su miedo y hablarle.

Referencias

  1. Beidel, Deborah C., Turner, Samuel M. (2007). Shy children, phobic adults: Nature and treatment of social anxiety disorders American Psychological Association.
  2. Feske, U., Chambless, D.L. (1995). Cognitive behavioural versus exposure only treatment for social phobia: a meta-analysis, Behavior Therapy.
  3. Rapee, R.M., Heimberg, R.G. (1997). A cognitive-behavioral model of anxiety in Social phobia, Behavior Therapy.