Historia

Cultura cupisnique: qué es, historia, ubicación, arte, características


¿Qué es la cultura cupisnique?

La cultura cupisnique fue una civilización que se desarrolló en el territorio peruano entre los años 1500 y 200 a. C. No obstante, es a partir del año 800 a. C. cuando se comienza a hablar de una civilización propiamente dicha.

Se asentaron en lo que actualmente es la costa norte del país, en el departamento de la Libertad. Esta cultura fue predecesora de la cultura mochica y se desarrolló de forma contemporánea a la civilización chavín.

Muchos historiadores consideran que la cultura cupisnique era más bien una ramificación de la civilización chavín. Sin embargo, no hay suficiente evidencia que pruebe esta afirmación. Sumado a esto, la cultura cupisnique tiene una serie de características y elementos que la diferencian de los chavines.

Esta civilización fue descubierta gracias a los trabajos del arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle, quien encontró restos de esta cultura después de realizar excavaciones en Cupisnique y en el valle de Chicama.

Ubicación

La cultura cupisnique se desarrolló en las costas norte de Perú en lo que actualmente es el departamento de La Libertad, a 600 km de la ciudad de Lima. También hay pruebas de que esta civilización extendió su influencia hacia el territorio de los departamentos de Piura y de Ayacucho.

No se sabe a ciencia cierta cuál fue el centro geográfico en torno al que se organizaron los cupisniques. Sin embargo, la mayoría de las ruinas arqueológicas han sido encontradas en Cupisnique y en el valle de Chicama.

Historia

La cultura cupisnique se desarrolló entre los años 1500 y 200 a. C., alcanzando su máximo nivel de florecimiento entre los años 800 y 400 a. C.

Los cupisniques convivieron con la civilización chavín y en ocasiones llegaron a compartir el mismo territorio.

Por este motivo, muchos historiadores consideran que estas dos culturas eran una sola. Algunos incluso llaman a los cupisniques “los chavines costeños”.

Economía

La principal actividad económica de los cupisniques era la agricultura. Los productos más importantes eran la yuca, el maíz, la calabaza (sobre todo la zapolla), el maní y los frijoles.

Por el hecho de estar en una zona costera, los cupisniques también desarrollaron la pesca. Los mariscos eran los productos marinos más abundantes y, por lo tanto, los más apreciados.

La artesanía se practicaba en menor medida. En la mayoría de los casos los productos artesanales no se intercambiaban como bienes económicos.

Religión

La religión estaba relacionada de manera directa con la agricultura. Debido a que la economía y la supervivencia dependía en gran medida de la producción agrícola, los cupisniques realizaban ritos religiosos para garantizar la fertilidad de los suelos y la abundancia de la cosecha.

Muchas de las obras de arte producidas por esta cultura dan fe de la relación que existía entre el mundo “real” y el mundo “espiritual”.

Por ejemplo, las vasijas de cerámica tenían dibujos que representaban a los dioses, los templos se construían en honor a diversas deidades, entre otros.

Cerámica

Los restos arqueológicos actuales prueban que los cupisniques ubicaban los talleres de cerámica cerca de los ríos, puesto que estos eran la fuente principal de arcilla.

En dichos talleres disponían de hornos subterráneos en los que calentaban las piezas de barro hasta que se endurecieran y adquirieran resistencia.

A pesar de que los establecimientos cupisniques eran arcaicos, cumplían correctamente la función para la que fueron creados. Por este motivo muchas de las culturas que le siguieron a la cupisnique continuaron utilizando estos talleres.

Los mochicas, los incas y la sociedad colonial son algunos de los ejemplos de civilizaciones que aprovecharon estos talleres de cerámica.

La cerámica cupisnique se caracteriza por la representación de figuras zoomorfas y antropomorfas. También se hacían vasijas y otros contenedores, los cuales se decoraban con líneas, figuras geométricas, motivos religiosos y relieves.

Los tonos empleados eran el blanco, el naranja, el rojo, el crema, el marrón claro y el negro.

Tejidos

Los cupisniques crearon tejidos a partir de fibras naturales. Sin embargo, estas telas  no destacaban por la técnica empleada sino por los estampados que les confería el artesano.

La mayoría de los tejidos eran pintados con patrones geométricos repetitivos, que creaban una especie de ritmo visual. Los colores empleados eran el rojo y el ocre.

Orfebrería

En el territorio cupisnique se encontraban minas de metales preciosos, tales como el oro y la plata. El cobre también era abundante.

Los cupisniques aprovecharon los metales disponibles en la zona para producir ornamentos corporales y elementos decorativos para las construcciones y para los ritos religiosos, entre otros.

Los restos obtenidos demuestran que esta cultura aplicaba técnicas más o menos avanzadas en cuanto a la orfebrería se refiere, puesto que los acabados eran de calidad.

Además, fueron capaces de crear ornamentos con dos metales a la vez: plata y oro, oro y cobre, cobre y plata.

Arquitectura

Con respecto a la arquitectura, los materiales empleados para las construcciones eran piedras macizas y bloques de adobe. Estos elementos se compactaban con una especie de argamasa hecha con barro y piedras molidas.

Para adornar las edificaciones se utilizaban piedras preciosas y semipreciosas, tales como el cristal de cuarzo, el ópalo y la turquesa. Asimismo, se encuentran algunas ruinas en las que se usaron huesos de animales como elementos decorativos.

Otros elementos decorativos eran los frisos hechos en barro u otro material moldeable. A partir de estos se hacían bajo relieves que representaban figuras humanas y animales.

Los complejos arquitectónicos (formados por varios edificios) se caracterizaban por su simetría. Es decir, la disposición de las construcciones se hacía de tal manera que el flanco derecho estuviese igual de cargado que el flanco izquierdo.

Algunas de las construcciones cupisnique que se conservan hoy en día son:

– Caballo Muerto, en el valle de Moche. Este complejo arquitectónico está compuesto por ocho edificios entre los que destaca la Huaca de los Reyes.

– El Templo de las Llamas, en Virú.

– Huaca Lucía, en el valle de la Leche.

– Monte Grande, en el valle de Jequetepeque.

– Limoncarro, en el valle de Jequetepeque.

– Purulén, en el valle de Zaña.