¿Cómo influyen los medios de comunicación en los adolescentes?
La influencia de los medios de comunicación en adolescentes es centro de debate entre los expertos desde hace tiempo, y existe diversidad de investigaciones en torno a los efectos que pueden causar en este grupo poblacional en su comportamiento, desarrollo psicológico, procesos de socialización y en otros tantos ámbitos de su vida.
Los medios de comunicación son instrumentos o formas de contenido por el cual se realiza el proceso de comunicación entre personas a nivel masivo. Se encuentran en permanente evolución desde sus inicios, cuando apareció la escritura, y en cada fase de su desarrollo ha impactado de una u otra manera en la sociedad.
Las polémicas nunca faltan cada vez que surge un nuevo medio de comunicación interpersonal o masivo, pero lo que no cabe duda es que la evolución de estos, es un factor esencial en el proceso de globalización que estamos viviendo.
Los expertos presentan posiciones divididas en torno al impacto de los medios de comunicación, adjudicando consecuencias positivas o negativas en la sociedad y especialmente en las poblaciones más influenciables o vulnerables, como son los niños y adolescentes.
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Diversos autores consideran que nos encontramos en medio de la cultura de la interacción, la cual se manifiesta a través del uso de los nuevos medios de comunicación como herramienta de socialización, de trabajo y de diversión.
Esta cultura de la interacción ha convertido a las nuevas tecnologías como elemento socializador y configurador de las relaciones sociales, pues son ellas las que concentran las actividades de ocio, entretenimiento y de relación con sus pares. Aunque las relaciones sociales suelen ampliarse también tienen otras características.
La principal es que no se presenta una relación directa o “cara a cara”, pudiendo darse de modo síncrono y asíncrono efectivo, desligados de un lugar físico, de forma inmediata y con terminales cada vez más sencillos y económicos.
Es fundamental que se forme a los padres y representantes en el uso adecuado de los medios de comunicación, así como estrechar la brecha digital que suele separarlos de sus hijos adolescentes. Solo de esta manera podría garantizarse la gestión adecuada y los grandes beneficios que conllevan los medios de comunicación y las nuevas tecnologías en general.
Tomando en consideración la adolescencia como una etapa fundamental para el descubrimiento de la propia identidad, cabe destacar el papel que están desempeñando los medios de comunicación y cómo influyen en este proceso.
En principio se considera que la identidad del adolescente se conforma de un proceso de negociación en donde hay un acercamiento o identificación, así como un alejamiento u oposición de los contenidos que consume de los medios.
El modo en que se configura la identidad del adolescente hoy en día es totalmente diferente a épocas anteriores, pues se ve impactado en todos sus ámbitos por una serie de medios en donde confluye el espacio privado, lo íntimo y lo público.
No obstante los especialistas más moderados consideran que el joven construye su identidad con la experiencia directa y la mediada. En ella los contenidos de mayor influencia suelen ser las series televisivas, los talk show, películas y novelas, pero también las redes sociales juegan un rol clave.
A través de ellas se conectan con sus pares, se comparan, se identifican o diferencian. Ocurre lo mismo con sus modelos a seguir, los celebrities o influencers del momento.
Este contexto permite tanto el anonimato como la formación de múltiples identidades digitales o incluso diferentes a las de la vida real (offline). La conformación de la identidad del adolescente se verá determinada por la habilidad de gestionar la visibilidad, reputación y privacidad del mundo virtual, así como la interacción con los demás y el manejo de la privacidad.
Los medios de comunicación, en especial las denominadas TIC, propician espacios y oportunidades de cooperación y participación, lo que supone un aprendizaje cooperativo. Pueden mejorar la convivencia y el trabajo en equipo en la etapa de la adolescencia.
Además, se ha evidenciado que el principal motivo de los padres para comprar un ordenador y facilitarle a sus hijos conexión a Internet es el beneficio educativo.
A pesar de la gran oportunidad de acceso al conocimiento que brindan los nuevos medios, en especial Internet, se ha determinado que la mayoría de los jóvenes utilizan el ordenador e Internet para jugar, chatear con amigos, bajar música y películas. Es decir, para divertirse o entretenerse.
Variados son los estudios que se han realizado en torno a la televisión y que pueden extrapolarse a otros medios como el ordenador, acceso a Internet, uso de teléfonos móviles y videoconsolas.
El tiempo de uso excesivo de este medio de comunicación audiovisual se ha asociado con un mayor abandono de los estudios, obtención de peores calificaciones. Todos estos medios pueden crear dependencia, derivar en fracaso escolar, trastornos de conducta y atención, dificultad a la hora de reflexionar.
En lo que coinciden muchos autores es en la necesidad de formar al profesorado en el campo de las nuevas tecnologías para que puedan obtener todas las ventajas que estas ofrecen, entre las que se destacan la motivación, el ahorro de tiempo, la facilidad en la explicación, la practicidad de las clases y la participación activa de los estudiantes.
No es secreto que una de las principales preocupaciones que ha traído los medios de comunicación en el ámbito de la salud es la posibilidad de que aparezcan comportamientos adictivos. Especialmente en el caso de Internet y los teléfonos móviles.
Sin embargo, no debe considerarse que su uso produzca de manera directa una relación adictiva, pues allí intervienen diversos factores como madurez personal, carácter del adolescente, así como el uso inadecuado o no moderado. La adicción a Internet se relaciona frecuentemente con los juegos online o el sexo virtual.
Los expertos en psicología aclaran que no necesariamente la frecuencia determina el comportamiento adictivo. Lo determinante es la pérdida de control de la persona, es decir, que continúe con esa conducta a pesar de consecuencias negativas que conlleve, como aislamiento o problemas de salud.
Otro signo de adicción es la relación de dependencia, lo que supone una obsesión intensa con el medio, falta de interés de otras actividades y hasta síntomas de abstinencia.
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