Concilio de Trento: antecedentes, acuerdos, consecuencias, importancia
¿Qué es el Concilio de Trento?
El Concilio de Trento fue un conjunto de reuniones de los altos cargos de la Iglesia católica que comenzó en 1545 y finalizó en 1563. Convocado por el papa Pablo III, su principal objetivo fue acabar con la crisis que aquejaba a la institución desde la Reforma protestante. En total, se celebraron 25 sesiones en la localidad italiana que le da nombre.
Ya antes de que Lutero iniciara la Reforma Protestante, la Iglesia católica estaba sumida en una grave crisis debida a los casos de corrupción y la acumulación de riquezas por parte de sus dirigentes. Algunos miembros de la Iglesia reclamaban la celebración de un concilio que definiera la doctrina y acabara con las malas prácticas que había en su seno.
Después de varios intentos fallidos, el papa Pablo III ordenó la celebración del Concilio de Trento. Entre sus resultados destacó el fortalecimiento de la Iglesia católica como la única autorizada para interpretar las Sagradas Escrituras y el celibato de los sacerdotes.
A esos acuerdos se le unieron la confirmación del papado como máxima autoridad y la definición de algunas normas en el campo del dogma, la liturgia y la ética. Todo esto ha provocado que el Concilio de Trento sea considerado como uno de los más importantes de la historia de la institución eclesiástica.
Antecedentes
El papado y otros altos cargos de la Iglesia católica se habían dedicado durante mucho tiempo a acumular riquezas y territorios. Ante esto muchos pensadores, como Erasmo de Rotterdam, habían reclamado la necesidad de que se produjera un gran cambio, tanto en el seno de la Iglesia católica como en la interpretación del cristianismo.
Esos avisos fueron ignorados y la iglesia continuó con las mismas políticas. La venta de indulgencias, que perdonaban pecados a cambio de dinero, para construir la Basílica de San Pedro en Roma fue uno de los últimos detonantes de la Reforma Protestante.
La Reforma
Uno de los grandes críticos con la actitud de la Iglesia era Martín Lutero, un monje alemán. Este expresó su desagrado ante la venta de indulgencias y, en 1517, hizo público un documento que contenía 95 tesis.
Además de mostrar su desacuerdo con la Iglesia, en el documento Lutero explicaba su doctrina acerca de la salvación, que solo podría ganarse por la fe. Las 95 tesis se convirtieron en la base de la Reforma Protestante.
Dieta de Wormsy reacción de la Iglesia
Las ideas de Lutero comenzaron pronto a ganar seguidores. Las autoridades católicas trataron de negociar con ellos, pero sin éxito.
Finalmente, el emperador Carlos V y los príncipes del Sacro Imperio convocaron la dieta de Worms en 1521, en la que intentaron que Lutero renegara de sus tesis. Ante su negativa, fue declarado fuera de la ley y sus publicaciones prohibidas.
Al mismo tiempo, el papa Clemente VII fue presionado para que convocara un concilio. El pontífice aceptó en 1529, pero la oposición del rey de Francia hizo que no fuera posible, ya que entonces era necesario que todos los reyes católicos lo aprobaran.
Convocatoria y fases
En 1534, Pablo III fue elegido nuevo pontífice con la promesa de convocar un nuevo concilio. La sede elegida fue Trento, en el norte de Italia y la primera reunión se produjo el 13 de diciembre de 1545.
El concilio sufrió dos importantes interrupciones, por lo que se considera que estuvo dividido en tres fases. La primera parada se debió al intento de rebajar la influencia de Carlos V, mientras que la segunda fue provocadas por la guerra entre el propio emperador y los príncipes alemanes.
En la primera fase, entre 1545 y 1547, los miembros del concilio trataron sobre las doctrinas que habían planteado los protestantes. La segunda, entre 1551 y 1552, estuvo centrada en el culto y los Sacramentos. Finalmente, entre 1561 y 1563, se discutieron las reformas que necesitaba la Iglesia católica.
Acuerdos del Concilio de Trento
Entre los participantes del concilio existían dos posturas diferentes: los que estaban a favor de llegar a acuerdos con los protestantes y los que se negaban en rotundidad a cualquier tipo de acercamiento. Fueron estos últimos los que se impusieron en las discusiones.
Por otra parte, los acuerdos en materia de dogma no aportaron demasiados elementos novedosos, aunque sí acabaron con la ambigüedad de algunos de ellos.
Dogmas más importantes
Dentro del ámbito del dogma, el Concilio de Trento llegó a los siguientes acuerdos:
- Reforzó la creencia en el libre albedrío y en que los humanos tendían naturalmente a hacer el bien.
- Afirmó que la libertad se veía alimentada por la gracia mediante los siete sacramentos.
- Confirmó que la base de la fe eran las Sagradas Escrituras. Estas, por su parte, solo podían ser interpretadas por la Iglesia.
- Reafirmó que Cristo estaba presente en la Eucaristía y que se producía la transustanciación en la misa.
- Determinó que la Iglesia católica era inspirada por el Espíritu Santo y que, por lo tanto, era infalible en materia de fe.
Acuerdos en la pastoral
En este aspecto, el Concilio de Trento estableció cómo se accedía al sacerdocio, así como los deberes de los sacerdotes.
Además, procedieron a organizar las congregaciones religiosas e impulsaron las misiones a los países donde los protestantes estaban consiguiendo asentarse mayoritariamente.
Por otra parte, el concilio reformó el gobierno de los Estados pontificios y estableció las nunciaturas, esto es, las delegaciones diplomáticas que se establecían en los países católicos para dar consejo a los reyes y controlar a las autoridades religiosas nacionales.
Otros acuerdos
Otros acuerdos importantes tomados en el Concilio de Trento fueron el impulso a la celebración de ritos populares como el rezo del rosario y fiestas como el Corpus Christi o la Semana Santa. Igualmente, también acordaron estimular la devoción a los santos y las procesiones.
Además, los miembros del concilio aconsejaron a las diferentes parroquias que usaran recursos como la música, la decoración o las imágenes para atraer a más creyentes.
Junto a lo anterior, la Iglesia estableció un sistema de control muy estricto sobre el arte y la literatura. La censura sobre las publicaciones fue cada vez más severa.
Consecuencias del Concilio de Trento
El Concilio de Trento representó un cambio profundo para la Iglesia católica, aunque no logró su objetivo de debilitar a los protestantes.
En total, el concilio concluyó con catorce decretos sobre doctrina y trece sobre la organización de la Iglesia y la atención pastoral.
Consecuencias principales
- Consolidación de la Contrarreforma, que pretendía reforzar a la Iglesia para que pudiera hacer frente a la Reforma protestante.
- En 1566 vio la luz el Catecismo del Concilio de Trento. Este estuvo en vigor hasta el Concilio Vaticano II, celebrado en 1959.
- La Iglesia católica adoptó una postura intransigente hacia los protestantes. Una de las consecuencias fue el estallido de diversas guerras de religión durante el siglo XVII.
- El papado aumentó su poder hasta concentrar todos los mecanismos de control de los creyentes del catolicismo.
- En el ámbito artístico, el Concilio de Trento fue fundamental para el desarrollo el Barroco. Este estilo exaltaba los valores religiosos católicos a través de los sentidos.
- Se prohibieron algunas de las prácticas abusivas que habían provocado las quejas de Lutero y sus seguidores, como la venta de indulgencias. Además, se fortaleció la disciplina dentro de la Iglesia.
Importancia
Hasta la fecha se han celebrado 21 concilios ecuménicos a lo largo de la historia de la Iglesia. El de Trento es considerado como el que tuvo una mayor impacto en todos los sentidos.
Entre otros aspectos, el Concilio de Trento fue el más largo de la historia. Durante los años en los que se produjo, la iglesia tuvo cinco papas diferentes al frente.
En sus 25 sesiones, el concilio aprobó más decretos y reformas que el resto de los concilios y, además, sus acuerdos marcaron la estrategia de la institución durante 400 años.
Definición de dogmas
Gran parte de la importancia que se le atribuye a este concilio se debe a la definición que realizó sobre algunos dogmas. Entre ellos, la confirmación del libre albedrío como característica del ser humano o la afirmación de que la fe se ganaba con las Sagradas Escrituras.
Organización interna
Además de los aspectos doctrinales, el Concilio de Trento fue muy importante por su labor de reforma de la organización de la Iglesia y por el establecimiento de nuevas normas de disciplina.
Algunas de las medidas aprobadas fueron fijar la residencia episcopal, declarar la obediencia de los obispos al papa y regular el acceso al sacerdocio. Todas estas normas y otras similares dotaron a la institución de la coherencia interna que necesitaba ante la Reforma.