Biografías de personajes históricos

Confucio: biografía, filosofía, aportes y textos


Confucio (551 a. C. – 479 a. C.) fue un filósofo, maestro y político chino. Sus planteamientos tuvieron gran influencia en la educación, así como en las normas morales, sociales y en la forma de dirigir al gobierno. Trascendió por haber sido el precursor del confucianismo.

En su doctrina afianzó los valores de la sociedad china que la han caracterizado tradicionalmente. La familia y los antepasados son muy importantes en su pensamiento, además de ser vistos como elementos que representan los cimientos de una buena estructura gubernamental.

El pensamiento confucianista fue especialmente prominente en las dinastías Han, Tang y Song. Las propuestas morales de Confucio han tenido un papel fundamental, no solo para las sociedades asiáticas, sino en el resto del mundo.

El confucianismo no es una religión en sí, pero tiene aspectos espirituales y muestra un código de conducta en el que el respeto y la disciplina son claves. En la popular “regla dorada” creada por Confucio, se estipula que nadie debe hacer a otro lo que no quisiera que le hicieran a sí mismo.

Biografía

Primeros años

Kong Qiu, mejor conocido como Confucio, nació el 28 de septiembre del 551 a. C., en Qufu. Entonces la ciudad pertenecía al Estado de Lu (actual provincia de Shandong), durante el reinado del duque Xian.

Su nombre en chino mandarín es Kǒngzǐ, o Kǒng Fūzǐ, que fue la forma latinizada, pero normalmente es escrito como Kong Fu Tse y significa “Maestro Kong”.

Se cree que su familia descendía, a través de los duques de Song, de la dinastía Shang, una de las primeras de la historia china, que había gobernado la zona unos cientos de años antes del nacimiento de Confucio.

Confucio era hijo y heredero de Kong He, un militar que se desempeñaba como comandante de la zona de Lu. Su madre fue Yan Zhengzai, quien se encargó de criar al muchacho, puesto que Kong He murió cuando Confucio tenía tres años.

El padre de Confucio había tenido un hijo varón mayor llamado Pi. Sin embargo, ese niño nació de la unión de Kong He con una concubina y al parecer tenía deformidades físicas, por lo que no podía ser heredero. Además, el padre de Confucio tuvo otras hijas en su primer matrimonio.

Yan Zhengzai murió antes de llegar a los 40 años, pero previo a su fallecimiento se dio a la tarea de que su hijo recibiera una educación adecuada.

Juventud

Confucio pertenecía a la clase de los shi. En ella estaban incluidos los militares y los académicos. Ellos representaban a la clase media, puesto que ni eran nobles, ni eran pueblo raso. Con el tiempo los shi ganaron renombre más por los intelectuales que pertenecían a esta clase que por sus militares.

Fue educado en las Seis Artes, a saber: ritos, música, tiro con arco, manejo de carruajes de guerra, caligrafía y matemáticas. Si alguien lograba dominar esas materias se le consideraba un hombre perfecto.

A los 19 años Confucio se casó con Quiguan. Al año siguiente nació su primer hijo, un varón llamado Kong Li. Luego tuvieron dos niñas, aunque algunas fuentes afirman que una de ellas falleció siendo una infante.

Se cree que probó una variedad de profesiones en sus años de juventud, normalmente ligadas con la administración pública, como la ganadería local y los almacenes de grano. No obstante, su vocación lo inclinaba a la docencia.

Cuando estaba próximo a cumplir 30 años, partió al Gran Templo para ampliar sus conocimientos. Unos años más tarde Confucio ya era considerado un maestro, puesto que dominaba las Seis Artes. A partir de los 30 años Confucio comenzó a adquirir reputación y a conseguir alumnos.

Vida política

En Lu había tres familias nobles que tenían derechos hereditarios a las oficinas más importantes del reino. Los primeros eran los Ji, que controlaban el Ministerio de las Masas, un equivalente al primer ministro actual. Mientras tanto, los Shu ocupaban el Ministerio de Guerra y los Meng el de Obras Públicas.

En 505 a. C. un golpe de Estado hizo que los Ji perdieran el poder político. Ese movimiento estuvo liderado por Yang Hu. Cuando el filósofo contaba con, aproximadamente, 50 años de edad, las familias lograron recuperar el poder efectivo. Por aquel entonces, el nombre de Confucio era muy respetado en Lu.

En esa época se le asignó al prominente maestro un puesto como gobernador de un pequeño pueblo. De ese modo inició su escalada en la política. Según varias fuentes, alcanzó la asistencia del ministro de Obras Públicas y finalmente se convirtió en ministro de Justicia.

Sin embargo, otros creen que es poco probable que se llegase a desempeñar en ese ministerio, puesto que sus teorías siempre favorecieron al ejemplo antes que el castigo, una clara antítesis de lo esperado de un el jefe del Ministerio de Justicia en la época.

Salida de la corte

Se piensa que, a pesar de ser muy leal al rey, Confucio no era una presencia agradable para otros miembros del Gobierno. La firme moralidad que constituía las reformas confucianistas amenazaban la vida que solían llevar los cortesanos, y una figura tan recta representaba una amenaza.

Entre las políticas que proponía Confucio a los gobernantes de Lu estaba encarnar el ejemplo que sus súbditos debían seguir en lugar de amedrentarles con leyes crueles, puesto que esa era la mejor forma de evitar que se cometieran actos incorrectos.

Una de las maneras de lograr sus ansiadas reformas era derrumbando las murallas de cada una de las ciudades dominadas por las tres familias, para evitar que los lugartenientes decidieran alzarse contra sus señores y usarlas en detrimento de sus líderes.

Pero para lograrlo, cada uno de los nobles debía gobernar de una manera ejemplar. Además, estaba implícito en las ideas de Confucio que si un gobernante no regía con mente y acción en la búsqueda constante del beneficio de su gente, de la forma que lo haría un padre con su familia, entonces podía ser depuesto.

Tras darse cuenta de que sus ideas no serían aceptadas en Lu, Confucio decidió partir a otros reinos a intentar conseguir algún gobernante que deseara reformar su Estado.

Exilio

Se cree que en el año 498 Confucio partió de su natal Lu. Fue entonces cuando decidió dejar su puesto, aunque no presentó una renuncia formal, y después se mantuvo en un exilio autoimpuesto mientras vivió Ju Huan. Lo acompañaron algunos de sus pupilos, quienes admiraban profundamente sus ideas reformistas.

Recorrió los más importantes Estados del norte y el centro de China, como Wei, Song, Chen, Cai y Chu. Sin embargo, en la mayoría de los lugares a los que acudió no halló apoyo de los líderes locales. Además estos parecían incomodarse con su presencia y lo trataban mal.

En Song, incluso, intentaron asesinar a Confucio. Allí, en su huída, perdió contacto con Yan Hui, uno de sus más fieles discípulos, pero tiempo después sus caminos volvieron a cruzarse. Luego, mientras se encontraban en Chen, los que acompañaban al maestro se enfermaron y les fue negado cualquier tipo de ayuda.

Algunos alegaron que era injusto que a hombres como ellos, dedicados a cultivar su intelectualidad, se les obligara a vivir en la pobreza. Pero Confucio afirmó que los grandes hombres, ante una situación como esa, deben conservar la calma, porque así demuestran su superioridad ética.

Retorno

En el año 484 a. C., después de casi 12 años de travesías, Confucio regresó a su tierra natal. Se cree que tuvo contacto con el duque Ai, que gobernaba el Estado de Lu, al igual que con la familia Ji. Al volver, el maestro se había deslastrado de la voluntad de participar en el manejo político del Estado.

Confucio decidió que la educación y a la actividad intelectual eran el camino que transitaría durante el resto de sus días. Estudió y comentó grandes clásicos de la literatura china como El libro de las canciones y El libro de los documentos.

También escribió una crónica de Lu, que fue titulada Anales de la primavera y el otoño. Otros de los intereses en el período final de la vida de Confucio fueron la música y los ritos tradicionales, que siempre habían sido de su agrado.

Se ha dicho que en sus años finales el filósofo también trabajó en una de sus obras más influyentes, puesto que sirvió como base del confucianismo: Las Anacletas de Confucio.

A pesar de eso, la autoría de ese texto no es únicamente del maestro chino, sino que también fue editada por sus discípulos y seguidores posteriormente, por lo que muchos piensan que sus enseñanzas fueron corrompidas.

Muerte

Confucio falleció en el 479 a. C., en Qufu, cuando contaba con 71 o 72 años de edad. Al momento de su deceso ya habían dejado el mundo tanto sus alumnos preferidos como su hijo único. Su muerte se produjo por causas naturales.

Sus seguidores organizaron un funeral para Confucio. Asímismo, establecieron un periodo de duelo por la pérdida del maestro, cuyas enseñanzas luego se volverían un emblema de la sociedad china. Fue enterrado en el cementerio Kong Lin, en su ciudad natal.

Tanto la casa donde habitó en vida Confucio, como su mausoleo se convirtieron en Patrimonio Cultural de la Humanidad por decreto de la Unesco en 1994. El recinto fue honrado por muchos emperadores de China. Algunos incluso le construyeron templos en otras ciudades.

Al momento de su fallecimiento, Confucio estaba convencido de que todo aquello por lo que luchó durante su vida nunca se vería realizado. En esto estuvo errado, pues el confucianismo, eventualmente, se convirtió en el estándar empleado por los gobernantes de China para dirigir el Imperio y la educación pública.

Sus Cinco Clásicos fueron el punto de partida para que sus discípulos continuaran esparciendo el conocimiento que él se encargó de compilar. Al momento de su muerte más de 3.000 personas habían sido instruidas directamente por él.

Descendencia

Desde que llegó al poder Gaozu de la dinastía Han, los miembros de la familia de Confucio fueron honrados con diferentes posiciones y títulos dentro del Imperio. Xuanzong de la dinastía Tang le dio a Kong Suizhi, un descendiente del antiguo maestro, el título de Duque de Wenxuan.

Estuvieron ligados a diversos temas políticos en el Imperio durante mucho tiempo. La familia se dividió en dos grandes ramas: una que permaneció en Qufu, con el título de duques de Yansheng, y los que partieron al sur, quienes se ubicaron en Quzhou.

La descendencia de Confucio ha sido muy grande. Únicamente en Quzhou existen más de 30.000 personas que pueden rastrear sus orígenes hasta el maestro.

Cerca de 1351 una rama de la familia pasó a Corea a través de Kong Shao, que se casó con una mujer natural de su nuevo país de residencia y cambiaron su nombre a “Gong” (coreanizado) en tiempos de la Dinastía Goryeo.

Entre los descendientes más famosos de Confucio en la actualidad se encuentran Gong Yoo (Gong Ji-cheol), Gong Hyo-jin y Gongchan (Gong Chan-sik).

Se encuentran registrados, aproximadamente, 2 millones de descendientes de Confucio, aunque se calcula que el total debe estar cerca de los 3 millones.

Filosofía

Aunque los pensamientos de Confucio con el pasar del tiempo han adquirido un carácter religioso, fueron originalmente concebidos como un código moral, puesto que versan acerca del modo de comportamiento que debe seguir alguien ejemplar según las tradiciones chinas.

Él mismo no se consideraba creador de las ideas que profesaba, sino un estudioso de las tradiciones y compilador de la sabiduría ancestral, a través de los clásicos, que habían perdido vigencia durante el Imperio Chou.

Para Confucio la educación debía ser universalizada, ya que razonó que cualquier persona podía beneficiarse de la sabiduría. Desde su óptica, el conocimiento le permitía a cada individuo conducirse de una manera apropiada y conseguir la satisfacción al apegarse a la moralidad.

En sus enseñanzas, no descuidó el aspecto religioso, expresado en los ritos, a los cuales estuvo apegado desde muy joven. Así exaltaba la importancia de los ancestros, que son uno de los pilares de la sociedad china.

En la filosofía de Confucio el cielo es un ente de armonía. De este se desprende el derecho divino con el que, por ejemplo, es envestido de autoridad un gobernante. A pesar de eso, los hombres deben volverse dignos constantemente al cultivarse a sí mismos y ponerse en contacto con la divinidad interna.

Pensamiento ético

Según lo planteado por Confucio, cada quien es responsable de sus obras y de su forma de tratar a los demás. La duración de la vida no era alterable, pero si podían modificarse sus acciones y su modo de vida en su paso por el mundo.

Los cimientos de lo presentado por Confucio fueron la compasión y el amor al prójimo. Esto se ve expresado en uno de los principios de la filosofía confucianista conocida como la Regla Dorada, o de acuerdo con otras fuentes “plateada”:

“No hagas a otros lo que no desees para ti mismo”.

Normalmente, las enseñanzas de Confucio no eran dadas de forma directa, sino que el discípulo debía hallar el conocimiento por sí mismo al someter a un análisis lo que su maestro le transmitía en las conversaciones que entablaban.

Una persona virtuosa debía ser sincera antes que todo y, también, debía estar siempre cultivándose intelectualmente, puesto que el conocimiento no era considerado como el fin último del estudio, sino un camino constante hacia el contacto con la divinidad de cada ser.

Según los preceptos de Confucio, cada persona se conduciría mejor en la vida si lo hacía según sus propios valores morales, que si simplemente actuaba para evitar un castigo impuesto por las leyes. Si se seguía el último camino, las decisiones no provenían del gusto por actuar correctamente.

Pensamiento político

Para Confucio los aspectos ético, moral y religioso no podían separarse de la política. Esto se debe a que un gobernante debía prepararse de la misma forma, aunque con más disciplina, que el resto de los hombres. De ese modo, un rey podría liderar a su pueblo con el ejemplo y ser respetado por todos.

Un líder era similar a un padre de familia desde el punto de vista confucianista, puesto que debía tratar a su pueblo con amor, al tiempo que demostraba preocupación por sus necesidades y padecimientos.

Consideraba Confucio que muchos de los gobernantes de su época se habían apartado tanto de la ética adecuada que ya no poseían la dignidad necesaria para dirigir a los Estados que estaban a su cargo. Pensaba que si un líder virtuoso emergía, los feudos chinos volverían a su gloria pasada.

Si un político recurría a prácticas bajas como el soborno o la intimidación de su pueblo, entonces no era digno. La educación, además de los ritos y su enseñanza, podían ser suficiente para lograr que la gente deseara seguir a su gobernante.

Esa aproximación filosófica indicaba que se podía crear en la población un “sentido de vergüenza”, con lo que se generaría disgusto hacia cualquier comportamiento impropio que se opusiera a lo que se esperaba de ellos.

Pensamiento religioso

Según las tradiciones chinas, el orden en el mundo emanaba directamente del cielo; es decir, que ese era el principal ente al cual se debía rendir culto. Confucio se sentía genuinamente apegado a los ritos desde muy joven, los practicó durante su vida y recomendaba que el culto se mantuviera.

A pesar de eso, su doctrina nunca tuvo un carácter estrictamente religioso, puesto que no razonaba acerca del origen de los dioses, sino que se enfocaba en las formas de vida que debían practicar los hombres.

Nunca habló explícitamente acerca del culto a los ancestros, aunque esa era una de las partes más importantes de la cultura en China. Lo que sí expresó Confucio es que un hijo debe respeto a su padre y a su forma de proceder mientras estuviese vivo, pero también tras la muerte del progenitor.

Para Confucio era fundamental que los individuos encontraran una armonía con el cielo. Eso solo era posible a través del cultivo de la intelectualidad y el autoconocimiento, a través de los cuales se alcanza el Li, que son las buenas cualidades.

Pensaba que un buen gobernante debía apegarse a los ritos, para que los mismos se arraigaran en su pueblo.

Aportes

La contribución de mayor envergadura que hizo Confucio fue su filosofía, conocida como el confucianismo, que aunque no caló durante su vida, tuvo una gran influencia en Asia después de su muerte. En China logró un auge muy importante, tras tornarse en uno de los fundamentos de los gobiernos de la zona.

A medida que fue pasando el tiempo, el confucianismo sufrió cambios que degeneraron en una suerte de religión, aunque nunca estuvo concebida por Confucio como tal. Lo que intentó hacer era regresar al orden que habían establecido los habitantes de China en tiempos ancestrales.

Su visión de la educación fue revolucionaria, puesto que fue uno de los primeros en considerar que la educación debía ser universalizada y no reservada para nobles o aquellos que pudieran costear las enseñanzas de un sabio.

También entre su legado al mundo se halla el planteamiento de que un gobernante, aunque impuesto por la gracia del Cosmos, debe hacerse digno de su posición, porque si no lo hace, el pueblo está en la obligación de hallar a un líder que les ofrezca un buen ejemplo, además de justicia y benevolencia.

La mayoría de sus aportes filosóficos quedaron plasmados en textos como Las Anacletas de Confucio, que fueron compiladas por sus discípulos, los Cuatro Libros o los Cinco Clásicos, que le son atribuidos, en ocasiones, directamente a él.

Textos

Los Cinco Clásicos

Estos cinco textos tratan acerca de diferentes temas. Fueron escritos antes de que la dinastía Qin llegara al poder, pero se popularizaron después de que comenzara el gobierno de los Han, quienes se sintieron muy atraídos a las políticas de Confucio y los incluyeron en el currículo educativo.

El primero es llamado Poesía Clásica y contenía 305 poemas, divididos en varias secciones para diferentes ocasiones. Luego estaba el Libro de los Documentos, en el que se hallaban discursos y documentos escritos en prosa, supuestamente realizados cerca del siglo VI a. C.

El Libro de los Ritos fue el tercero. Allí se abordan las costumbres, tanto sociales como religiosas y ceremoniales, de la sociedad china. Este es uno de los libros que se presume fue editado directamente por Confucio durante su vida.

También se encuentra el I Ching, o libro de cambios, que contenía un sistema de adivinación. El quinto libro, fue Anales de primavera y otoño, escrito por Confucio, una cronología acerca del Estado de Lu, en el que nació el filósofo.

Los Cuatro Libros

Estos libros fueron adoptados por la dinastía Song para facilitar la comprensión del pensamiento confucianista, haciendo las veces de introducción a su filosofía. Fueron una de las bases curriculares del sistema educativo hasta la dinastía Quing.

Gran Aprendizaje

Se tomó un fragmento del Libro de los Ritos que se pensaba había sido escrito directamente por Confucio, pero comentado por Zengzi, uno de sus más destacados alumnos. Allí se encuentra condensado el pensamiento político y filosófico de la China Imperial.

La importancia de ese libro se mantiene con vigencia en la actualidad. En él se colocan al frente los preceptos que Confucio predicaba y se unían al afirmar que el gobierno, la educación y la investigación debían estar relacionados.

Doctrina de la Medianía

También lo que aparece en este texto fue originalmente un capítulo del Libro de los Ritos. Sin embargo, este se le atribuía al nieto de Confucio, Zisi. En este es mostrado el Dao, o Tao, que significa el “camino”.

Siguiendo ese camino todos los hombres pueden encontrar la armonía. De esa forma cualquiera podía imitar la santidad de su gobernante, en ese caso el emperador, puesto que las instrucciones divinas se basaban en los mismos principios.

Anacletas

Esta es una recopilación de discursos de Confucio, especialmente de las conversaciones que entablaba constantemente con sus discípulos, a través de las cuales ellos encontraban el conocimiento.

La moral es uno de los elementos al que se le da un rol protagonista, y ha sido uno de los pilares de la sociedad china. Un individuo debe ser siempre sincero, no debe cometer actos que lleven al engaño, incluso en sus expresiones corporales.

En los exámenes de la época imperial se instaba a los estudiantes a utilizar las ideas y palabras de Confucio en sus exámenes para comprobar que hubiesen comprendido y asimilado la doctrina del confucianismo.

Mencio

Aquí se encuentran algunos diálogos entre Mencio, un intelectual chino, y reyes de la época. Como sucede con los textos de Confucio, algunos piensan que fue escrito por sus discípulos y no directamente por Mencio.

Se expresaba en prosa y los textos eran mucho más largos que los de Confucio, que solía usar ideas cortas en sus diálogos.

Confucianismo

Aunque Confucio nunca intentó crear una religión, sus ideas son seguidas comúnmente como una, especialmente en China. Se cree que el confucianismo es practicado por 110 millones de personas, aproximadamente.

Fue originalmente concebido como un código moral, pero se le agregaron aspectos como el culto a los antepasados o al dios del cielo, conocido como Shangdi. También es sumamente importante en el confucianismo la lealtad, al igual que la filialidad, es decir, el trato entre familiares.

En el confucianismo otro aspecto que se resalta es la bondad, que Confucio explicó con la Regla Dorada. Sracias a ella se comprendió que todos deben tratar a los demás como quisieran ser tratados ellos mismos.

El confucianismo y sus ideas también alimentaron otra religión que es la Taoísta, en la que se habla del “camino” que se debe seguir para mantenerse en equilibro. A pesar de esto, no está únicamente centrada en el confucianismo, ni se considera que sean la misma religión.

Referencias 

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