Resistencia al cambio organizacional
La resistencia al cambio organizacional es la oposición que muestran los miembros de una organización a modificar las formas de trabajar, equipos, valores, metas, organigrama, entre otros procesos organizacionales. Se trata de un fenómeno común y que se puede gestionar de manera efectiva.
La gestión del cambio es una de las labores más importantes que puede llevar a el departamento de Recursos Humanos de una empresa para evitar pérdidas económicas y facilitar el bienestar laboral.
Romper o cambiar hábitos es extremadamente difícil de hacer, incluso si no implica sustancias adictivas como la nicotina. Las dietas no funcionan porque implican cambios de hábitos.
¿Cómo gestionar el cambio?
Con solo entender y saber que es muy probable esta reacción de resistencia ya habrás dado un gran paso. Sin embargo no es suficiente, también es necesario que entiendas cuáles serán esas fuentes de resistencia en cada situación y elaborar una estrategia para combatirlas.
Primero, tendrás que saber:
1-Qué cambios vas a introducir: en tu equipo de trabajo, a tu hijo…
2-Qué va a suponer esos cambios, cómo va a ser el impacto. ¿Tendrán que cambiar los horarios, las actitudes, la forma de trabajar, los hábitos…?
3-¿Cómo reaccionaran? Esto es muy importante porque te permite pensar qué puedes hacer tras esa reacción. ¿Disminuirá la productividad? ¿Se volverá violento el equipo/la persona?
A continuación voy a explicarte mejor las causas, lo que provoca más o menos resistencia y técnicas o comportamientos por los que te puedes guiar.
Técnicas/sugerencias para cambiar
-Haz que participen las personas: puedes pasar tiempo con las personas que se verán afectadas y pedirles su opinión, dependiendo de tu criterio qué condiciones permites negociar o no. Si la persona se siente participe, responsable y con autonomía estará más motivada.
-Proporciona control: las personas se suelen motivar cuando tienen control, autonomía y responsabilidad para afrontar situaciones.
-Si lo haces y comunicas poco a poco mejor: no quiero decir que te lleves años implementando el cambio, pero si puedes ir implementando cambios graduales que no supongan un gran estrés para las personas. De esta manera les resultará más sencillo y tendrán más tiempo para la adaptación y habituación a la nueva situación/rutina.
-Comunica el cambio: junto al punto anterior, puedes ir comunicando poco a poco el cambio. Esto lo puedes hacer personalmente y siempre de forma asertiva. Puedes hablar empleado por empleado o con los líderes de equipo o ir hablando con tu hijo: “ya eres mayor y responsable y puedes comenzar a ayudar”.
-Explica el motivo del cambio: si das razones, es más sencillo que se acepte.
-Haz que conozcan las consecuencias positivas ¿qué hay para ellos en el cambio?: una pequeña proporción de la resistencia se elimina si la persona llega a entender que el cambio le va a beneficiar.
-Escucha las objeciones (pegas) al cambio e intenta resolverlas: ayuda a las personas a superar las barreras que tienen para adaptarse a la nueva situación. Si son empleados interesados y dispuestos te resultará más sencillo. Pero si se trata de un adolescente tendrás que ser más paciente y ser democrático: ser estricto pero recompensar cuando se lo merezca.
-Averigua qué beneficios del cambio pueden resolver sus problemas. Un cambio de rutina puede ahorrar tiempo, mejorar la productividad, aumentar la responsabilidad…
-Ve dando feedback y recompensas: si observas que el grupo o la persona esta progresando y se va adaptando, comunica lo que está haciendo bien y anímala. Si esperas más, comunicalo también de forma asertiva.