Psicología de la personalidad: qué es, conceptos, teorías, autores
La psicología de la personalidad es una especialización de la psicología que se encarga de estudiar el carácter y las diferencias entre los individuos. Estudia los rasgos psicológicos que identifican a un individuo o a un colectivo de individuos, su formación, estructura y funciones desde su origen hasta su desaparición.
Existen multitud de definiciones de la palabra personalidad, pero todas comparten una serie de rasgos comunes que aluden a lo interno, a lo global, a la identidad y a la coherencia, entre otras cuestiones.
La personalidad es aquello que se encuentra dentro del individuo y le confiere organización, además de proporcionarle continuidad e idiosincrasia. Este tema ha sido estudiado por diversos autores con distintos enfoques.
Además, esta disciplina debe explicar cómo se origina, se desarrolla, organiza y evoluciona la personalidad a través de los desarrollos teóricos disponibles y las investigaciones que se estén llevando a cabo.
División de la psicología de la personalidad
Vicente Pelechano, psicólogo español especializado en psicología de la personalidad, elaboró una división de la Psicología de la Personalidad en tres sub-campos. Son los siguientes:
Psicología general de la personalidad
Es aquella especialidad de la psicología de la personalidad que se dedica al estudio de los procesos y las estructuras comunes en todas las personas.
Psicología diferencial de la personalidad
Se centra en las diferencias entre los individuos y/o grupos desde una perspectiva normativa, descriptiva y cuantitativa.
Psicología individual de la personalidad
Analiza al individuo respecto a sí mismo, sin compararlo con su grupo, estudiando a la persona, a sus cambios temporales y a sus elementos constantes.
Elementos de la personalidad
La personalidad está compuesta por una serie de componentes básicos, estables y duraderos que organizan la personalidad de los individuos.
Además, esta dimensión se encuentra relacionada con los procesos psicológicos con los que produce una serie de intercambios funcionales de las fuerzas implicadas en las relaciones temporales con el ambiente. Estos procesos psicológicos son la motivación, la cognición, la emoción, etc.
Allport enumeró una serie de elementos que integran la personalidad. Entre ellos se encuentran los siguientes: capacidades intelectuales, rasgos temperamentales, motivos inconscientes, actitudes sociales, métodos cognoscitivos y esquemas de funcionamiento, intereses y valores, rasgos expresivos y estilísticos, tendencias patológicas y grupos de rasgos.
La personalidad se manifiesta en cualquier conducta que realiza el sujeto. Es un todo global, está organizado y muestra coherencia.
Está influida de múltiples maneras, ya que hay desde influencias biológicas hasta culturales, pasando por las de tipo social. Además, profiere distintividad e identidad a la persona.
Comportamientos en la personalidad
En lo que respecta a los comportamientos y conductas típicas de la personalidad, Alfredo Fierro (psicólogo y profesor de universidad español) distinguió tres tipos:
Conductas de autorreferencia
Son aquellas que están dirigidas a uno mismo. Algunas de ellas, suelen recibir el nombre de self aunque no son necesariamente de tipo psíquico.
Conductas de presentación social
Hacen referencia a las características de la presentación del sí mismo ante otro y se asocian con los conceptos de rol y estatus. Derivan del concepto de la máscara como representación y funcionan como un elemento de simulación.
Conductas de autoprotección y afrontamiento
Son la analogía de los procesos inmunológicos biológicos. Su función principal es enfrentarse al medio para favorecer la supervivencia y el desarrollo de los individuos.
Locus de control
El locus de Control (lugar de control) es uno de los conceptos más conocidos en el campo de la psicología de la personalidad. Este concepto alude a cómo el individuo piensa y actúa depende al control que tenga sobre sí mismo (locus de Control Interno) y el entorno (locus de Control Externo).
El primer científico en abordar este concepto fue Julian Rotter (1954) con su teoría del aprendizaje social.
Es probable que se produzca una conducta determinada en función de la expectativa de que haya un refuerzo determinado y del valor de este reforzador para el propio sujeto.
Los factores que están relacionados con el locus de control interno son la capacidad, el esfuerzo, la fortaleza, etc. En lo que respecta al locus de control externo encontramos la suerte y el destino, así como el poder de los demás que se encuentran a nuestro alrededor.
Locus de control interno
Que una persona tenga un locus de control interno quiere decir que considera que las cosas que le pueden ocurrir dependen de él. Este tipo de personas suelen ser más responsables y toman las riendas de su vida.
Por ejemplo, las personas de este tipo, si se encuentran en búsqueda activa de empleo, pondrán todo lo que esté en su mano para encontrarlo. Además, cuando trabajan, son personas comprometidas que no tienen problemas en asumir nuevos retos.
Locus de control externo
En lo que respecta a las personas con locus de control externo, siguiendo el ejemplo anterior de la búsqueda de empleo, es probable que se den por vencidos más fácilmente. En el caso de no encontrar empleo, achacarán esta situación a la crisis o a otros factores que no dependen directamente de él.
Normalmente, estas personas suelen estar más insatisfechas con su vida y creen que no serán capaces de superar las adversidades a las que se irán apareciendo a lo largo de su trayectoria.
Teoría de la autoeficacia percibida
Más adelante, apareció la teoría de Albert Bandura de la autoeficacia percibida. Bandura enunció que la autorregulación comienza con la autoobservación de la conducta y el juicio que el individuo emite sobre sí mismo y que concluye en una respuesta determinada que da lugar al reinicio del ciclo.
Es decir, a comenzar de nuevo con el proceso de autoobservación. La variable que media entre el juicio y la respuesta es la autoeficacia percibida que está derivada del bagaje o historia previa sobre si el individuo ha sido capaz, o no, de realizar esa acción anteriormente y los resultados obtenidos.
Bandura no relacionó la autoeficacia percibida con la expectativa de los resultados. Enunció que es difícil estimar lo capaz que es una persona de hacer algo si no sabe por qué ocurre (atribución) ni de quién o qué depende (locus de control).
Self
Este concepto fue introducido por William James en 1890 cuando dijo que el self es el centro de toda la experiencia. Los seres humanos dividen el mundo en “yo” y “yo no” (basado en las comparaciones que realizamos).
Según el autor había muchos selves en función del contexto en el que el individuo se encontrase en ese momento. Algunas personas tienen más y otras, menos.
Este concepto ha sido muy estudiado a lo largo de la historia de la psicología y se puede decir que es un eje muy importante de la ciencia psicológica y está presente en el trabajo diario del psicoanálisis y de los terapeutas que se basan en la terapia cognitivo conductual.
El self tiene sentido en la vida cotidiana y dentro de la experiencia fenomenológica. A menudo, aparece con otros términos como autoconsciente, autoestima, egoísta, etc.
Todas estas dimensiones se van forjando a lo largo de la vida de los individuos y, así, van conformando su personalidad.
Es una parte importante de la manera en la que una persona interpreta el mundo. Aparece en la infancia cuando se comienza a crear el autoconcepto y se empieza a diferenciar entre el yo y los demás.
Este elemento es necesario. El self sirve para entender lo que, de otro modo, parecen ser hallazgos discrepantes o que no están relacionados. También sirve para entender los diferentes estados de ánimo dependiendo de un momento o situación determinada.
Concepto de rasgo
Los rasgos son unos de los elementos fundamentales dentro de la psicología de la personalidad. Son las (pre)disposiciones estables y transituacionales (ocurren en diferentes momentos y contextos) de los individuos para responder de una forma determinada.
Esta propiedad es propia del sujeto, es decir, interna, y además, es común a todos los individuos. El rasgo comprende un amplio abanico de conductas. De esta manera, los rasgos permiten definir una conducta.
Lo que diferencia a una persona de otra, es el valor de cada rasgo. Esto quiere decir que cada persona, tiene un nivel (percentil) de cada uno de los rasgos enumerados según esta teoría.
Existen diversas teorías y autores que hablan de los rasgos. Algunas de ellas son las siguientes.
Teoría de Catell
Esta teoría es la primera que habla de los rasgos de origen léxico. Es conocida mundialmente.
A través de un cuestionario (16 PF) se obtienen datos biográficos, de autoinforme (es decir, la persona lo completa a través de un escrito o bien, en una entrevista con el psicólogo) y de observación de la conducta.
De esta manera, se obtienen tres tipos de rasgos. Son los siguientes:
- Rasgos Temperamentales que regulan la acción.
- Rasgos dinámicos que aseguran el funcionamiento del sistema. Están orientados a metas.
- Rasgos “Capacidad” son las habilidades, aptitudes e inteligencia del individuo.
Modelos pentafactoriales
El origen de este modelo fue el de elaborar una taxonomía (clasificación) de las dimensiones básicas de la personalidad. A través de correlaciones, se muestran distintos rasgos de la personalidad que se encuentran ubicados entre dos extremos.
Costa y McCrae elaboraron diversos tests para conocer los rasgos en la evaluación de la personalidad de los individuos. Entre ellos, crearon el NEO-PI-R en el que enunciaron 5 rasgos con su correspondiente polo contrario. Son los siguientes:
Factor O
Apertura a la Experiencia (Openness). Este factor muestra cómo la persona busca nuevas experiencias y usa la creatividad de cara a su futuro. Las personas que puntúan alto en este rasgo, se sienten atraídas por el arte y la estética, además les gusta probar comidas nuevas y viajar.
En contraposición a la apertura a la experiencia, se encuentran las personas que están Cerradas a la Experiencia. Este tipo de personas prefieren vivir la rutina, sin grandes cambios.
Factor C
Responsabilidad (Conscientiousness). Se refiere a si la persona está centrada y si es disciplinada para alcanzar la meta que se ha propuesto. Cuando sale una alta puntuación en este rasgo, se habla de personas organizadas. Lo contrario es la falta de responsabilidad.
Factor E
Extraversión (Extraversion). Este rasgo nos habla de los sujetos a los que les gusta estar rodeados de más personas y se sienten cómodos en este tipo de situaciones. Suelen ser personas cordiales y asertivas.
En el extremo opuesto a la extraversión, encontramos la introversión. Una persona introvertida no es lo mismo que tímida. Las personas introvertidas no quieren estar rodeados de personas, son menos impulsivos que los extrovertidos y disfrutan más de la compañía de pocas personas o estando ellos solos.
Factor A
Amabilidad (Agreeableness). Muestra el grado en que la persona muestra confianza, una actitud conciliadora y altruista con las personas que le rodean.
Este tipo de personas suelen tener vocación en ayudar a los demás. En el lado contrario está el oposicionismo que suele responder a un patrón más agresivo.
Factor N
Neuroticismo (Neuroticism). También conocido como inestabilidad emocional. Las personas con una alta puntuación en neuroticismo tienden a ser ansiosas y a mostrar sintomatología depresiva.
En pequeñas dosis, el neuroticismo no tiene por qué ser un inconveniente, hay que aprender a manejarlo de manera adecuada.
En el extremo contrario, está la estabilidad emocional que es cuando una persona es capaz de afrontar los retos que la vida le va poniendo en el camino y manejar sus emociones de manera adecuada.
Cada rasgo (o factor) recibe el nombre de una letra por la primera letra de esa palabra en inglés. De esta manera, se da la teoría conocida como The Big Five (los cinco grandes, refiriéndose a los rasgos). Como regla mnemotécnica, se usa la palabra OCEAN.
Referencias
- CATTELL, R.B., (1947). Confirmation and clarification of primary personality factors. Psychometrika.
- Enfoque Cognitivo y Social. Julian Rotter. Sitio web: actiweb.es.
- PELECHANO, Vicente. (2000). Psicología sistémica de la personalidad. Ariel.