Enriquecimiento ilegitimo: concepto, elementos y ejemplo
El enriquecimiento ilegitimo es una figura jurídica que se presenta cuando existe un aumento patrimonial sin una causa justificada, conseguido por un individuo en perjuicio del patrimonio de otro.
Por ejemplo, el lucro generado debido a la transferencia que una persona hace de parte de su patrimonio a otro individuo con la intención de cumplir con una supuesta deuda, sin que exista ninguna relación o causa jurídica entre ellas para justificar dicho traspaso.
Todo desembolso económico supone la presencia de una obligación. Sin embargo, si esta no existe, no hay una razón jurídica para realizar la cancelación y por consiguiente se debe restituir. Esta devolución se conoce como regeneración de lo indebido. Este enriquecimiento se considera una variedad del enriquecimiento sin causa.
La finalidad de la acción de enriquecimiento ilegitimo es la reposición del importe que se refleje con la comprobación entre la merma que ha experimentado la persona empobrecida y la mejoría que ha lucrado a la persona enriquecida.
Por tanto, tiene como objetivo poder restituir el equilibrio que se alteró debido a un traspaso realizado de forma injustificada.
Índice del artículo
- 1 Concepto de enriquecimiento ilegítimo
- 2 Elementos del enriquecimiento ilegítimo
- 3 Ejemplo
- 4 Referencias
El enriquecimiento ilegítimo es uno de los diferentes eventos que origina una deuda. Se produce a partir de un hecho lícito voluntario, a través del cual la persona que se enriquece con el detrimento de otra está obligada a indemnizarla de su empobrecimiento en la misma medida de su enriquecimiento.
Es cuando se ejecuta por error un beneficio sin que haya constado la obligación de verificarlo. Es un desembolso desprovisto de equidad y por tal razón en contra de la justicia, convirtiéndose en causa eficaz del derecho a reclamar y de la obligación de reponer lo pagado de forma ilegítima.
Se fundamenta básicamente en que no se tiene una causa para justificar la reducción de un patrimonio y el incremento de otro. Además, no hay una causa jurídica que pueda explicar el traslado parcial o total del patrimonio de un individuo al de otro.
Se puede dar como consecuencia de un giro comercial, de un acto de libre práctica que sea ejecutado por una tercera persona sin título idóneo, o por cualquier otro evento ejercido con dolo y que sea dañino.
El individuo que sea víctima de un enriquecimiento ilegítimo sin un motivo justo puede pedir el resarcimiento en la misma proporción al empobrecimiento que sufrió, o lo que es lo mismo, a la reducción de su fortuna.
La finalidad que tiene la reglamentación judicial del evento de enriquecimiento ilegítimo es impedir que la ganancia que obtenga un individuo, sin que tenga alguna causa que pueda justificarla, ocasione detrimentos a otra persona que se haya empobrecido debido al enriquecimiento de aquel.
Para ello debe existir una relación entre ambas situaciones, que exige que el enriquecido indemnice a quien se ha empobrecido en la misma medida al empobrecimiento que ha padecido. Por tanto, deberá reponer el monto de su beneficio.
Se entiende que el fundamento que esto tiene se encuentra en el principio de equidad, en el cual nadie puede incrementar injustamente su patrimonio en detrimento de otro. Por tal razón la ley hace que quien se enriqueció de forma ilegítima tenga la obligación de restituir el daño a quien empobreció.
El jurista romano Pomponio hace ya varios siglos escribió la siguiente frase: “No es correcto por las leyes de la naturaleza que alguien se enriquezca de forma injusta a costa de otra persona”.
Esta máxima de Pomponio contiene los elementos claves sobre la responsabilidad que brota del enriquecimiento ilegítimo, los cuales son: existe un enriquecimiento, este es injustificado y el mismo se ha generado a costa de otro individuo.
Estos elementos han tenido una evolución y actualmente se consideran otros. En principio, resulta primordial que haya un enriquecimiento, pero también debe existir un empobrecimiento correlativo. Por otra parte, ese enriquecimiento no debe tener justificación ni alguna causa justa. Además, debe existir un vínculo de causalidad.
En la legislación actual referente al enriquecimiento ilegítimo se encuentran los elementos siguientes:
Se debe generar el enriquecimiento de un individuo. La persona recibe un incremento de su patrimonio por la obtención de nuevos bienes, experimentando así un provecho económico.
Se debe incitar el empobrecimiento de otro individuo. Es decir, otra persona padece un empobrecimiento, que puede hallarse en la transferencia de ciertos bienes, o en la eliminación de alguna ganancia. Esta pérdida lo hace ser un acreedor.
Tiene que existir una relación causal entre tal enriquecimiento y el empobrecimiento. Uno de ellos resulta ser causa del otro, donde un mismo evento los provoca.
No hay una causa o justificación jurídica que permita demostrar el enriquecimiento de un patrimonio junto con el empobrecimiento de otro.
Para que la acción de enriquecimiento ilegítimo sea exitosa tienen que darse los requisitos siguientes:
– La presentación de un perjuicio de un individuo junto con el provecho de otra persona.
– Que los eventos hayan sido cometidos con el conocimiento que los mismos iban a empobrecer a otro individuo.
Jessy está construyendo una vivienda en un lote de terreno que no es de su propiedad, que se encuentra adyacente al suyo, pero que ella por error suponía que era el de su pertenencia.
Sin embargo, la base edificada en ese terreno ajeno pasa a ser propiedad de su vecino José. Además, la vivienda construida en ese mismo terreno también pasa a ser potestad de José, por conformidad.
En este hecho se generó un incremento en el patrimonio de José, además de un empobrecimiento en el patrimonio de Jessy, sin que haya existido ningún motivo jurídico que explique o legitime tanto la pérdida de Jessy como la ganancia de José.
Esto es porque la ley no ha obligado a Jessy a que favorezca a José con esa construcción, ni tampoco Jessy quiso favorecerlo concediéndole como regalo la edificación realizada.
Este suceso que produjo el incremento patrimonial de José es el acto jurídico llamado enriquecimiento ilegítimo, generando como tal una obligación para quien se benefició, que es José para este caso.
Lo que el enriquecimiento ilegítimo asume en principio es la ausencia de una deuda entre quien desembolsa y quien recibe el pago.
El desembolso realizado por Jessy lo hizo por error. Este error pudiera haber sido de hecho o de derecho, disculpable o no, pero lo que es importante es que se ha efectuado un desembolso que no se debió hacer.
Por tanto, José queda con el compromiso de reintegrar el monto de su ganancia, que será el mismo que el de la pérdida de la víctima, que es Jessy en este caso, teniendo esta un derecho correlativo de ser indemnizada.
- Salinas Gamarra Abogados (2020). Enriquecimiento ilegítimo. Tomado de: salinasgamarra.com.
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