Exámenes prenupciales: en qué consisten y qué detectan
¿Qué son los exámenes prenupciales?
Los exámenes prenupciales o análisis prenupciales son una serie de pruebas que realiza una pareja, de manera obligatoria o voluntaria, previo al matrimonio. Incluyen evaluación física, mental, análisis de laboratorio e incluso pruebas genéticas. El objetivo es conocer el estado de salud en cada miembro ante la decisión de formar una familia.
La existencia de enfermedades infecto-contagiosas es una de las principales justificaciones para solicitar exámenes prenupciales. Además, es necesario conocer tanto el tipo sanguíneo como las enfermedades crónicas, degenerativas y hereditarias del hombre y la mujer antes de casarse. El estado de salud mental de cada uno también debe ser revisado.
En algunos países —España, México, Brasil, Perú, Argentina, entre otros— hay leyes que exigen realizar exámenes prenupciales como requisito previo al matrimonio. En Norteamérica algunos estados solicitan a las parejas realizar despistajes de enfermedades transmisibles y promueven la revisión del historial médico familiar antes de casarse.
La eugenesia —término propuesto por Francis Galton en 1883— históricamente sirvió de excusa para justificar la evaluación de salud prematrimonial. El planteamiento sugiere el mantenimiento de la calidad genética del ser humano, evitando todo aquello que pueda afectarla o degenerarla.
El matrimonio tiene como finalidad formar una familia y procrear. Es un argumento válido para explicar la preocupación que surge en torno a la salud de los futuros contrayentes.
Obligatorio o voluntario, realizar exámenes prenupciales constituye la herramienta para conocer el estado físico y mental de una pareja cuando decide contraer matrimonio.
¿En qué consisten los análisis prenupciales?
Son pruebas y exámenes que se realizan antes del matrimonio y la vida conyugal. Los exámenes prenupciales muestran la aptitud física y mental de la pareja antes de unirse y tener hijos. Los exámenes requeridos antes del matrimonio dependerán de las exigencias legales o la decisión de cada pareja.
La mayoría de las leyes exigen detectar enfermedades transmisibles —VIH, sífilis o hepatitis B—, así como pruebas de compatibilidad sanguínea. Es importante contar con evaluaciones clínicas completas, incluyendo la evaluación psicológica.
Las pruebas genéticas suelen ser costosas. No es una exigencia legal como requisito, a pesar del argumento eugenésico que las apoya.
La evaluación genética está destinada a casos específicos de enfermedades hereditarias; la relación de consanguinidad entre el hombre y la mujer son criterios para este tipo de estudio.
Una evaluación detallada implica una larga lista de pruebas y evaluaciones que, en la mayoría de los casos, no son exigidas. Los exámenes prematrimoniales pueden ser:
- Evaluación física.
- Examen mental o psicológico.
- Pruebas de laboratorio, incluyendo despistaje de enfermedades transmisibles.
- Perfil genético.
¿Qué detectan?
Tan importante como la realización de los exámenes prenupciales es la interpretación de los resultados; la relevancia reside en las posibles repercusiones.
La decisión de contraer matrimonio o no recae en la pareja, en atención a sus intereses propios y comunes. Legalmente, una enfermedad puede representar un impedimento en algunos países.
En la historia, la enfermedad física o mental fue considerada un impedimento dirimente para realizar un matrimonio; algunas condiciones de salud eran consideradas limitantes debido a la limitación para la vida conyugal o la procreación. Actualmente se toma en cuenta la opinión de la pareja que decide casarse a pesar de cualquier enfermedad.
Cada evaluación aporta datos específicos de interés acerca de la salud tanto del hombre como de la mujer. Los exámenes prenupciales detectan condiciones normales o alteraciones que afectarán la vida conyugal y reproductiva. La evaluación clínica exhaustiva, evaluación mental, laboratorio y pruebas genéticas se toman en consideración.
Examen médico general
El objetivo del examen físico es determinar la aptitud y estado de salud de la pareja antes del matrimonio. La existencia de enfermedades o predisposición a padecerlas puede alterar la dinámica de pareja y afectar la relación. Si la pareja desea tener hijos, se debe evaluar su capacidad para tener una vida sexual sana y productiva.
Anamnesis
Toda evaluación médica tiene un paso previo: la anamnesis o interrogatorio. El médico realizará preguntas relativas a hábitos, enfermedades previas, alergias, cirugías o enfermedades crónicas.
Los antecedentes patológicos familiares también serán evaluados con la finalidad de determinar predisposición a enfermedades como diabetes o cardiopatías.
Examen físico
Es la evaluación sistemática y organizada por aparatos y sistemas. Los resultados de este examen determinarán la salud y aptitud para la vida marital. La presencia de enfermedades desconocidas por el paciente o la predisposición a tenerlas puede resultar de esta evaluación.
Evaluación urológica y ginecológica
Es la parte del examen físico que evalúa el aparato urogenital de la pareja. En el caso del hombre, se determinará si es posible mantener relaciones sexuales y la reproducción.
El examen ginecológico incluye la exploración de genitales externos e internos femeninos y la citología de cuello uterino —Papanicolau— dada su importancia en la reproducción.
El examen físico será complementado con pruebas de laboratorio si es necesario. No es una evaluación obligatoria, pero es considerado parte de los exámenes premaritales.
Examen mental
Decidir formar un hogar es una decisión consciente y con el consentimiento mutuo. Además, la pareja debe asegurar su compatibilidad y estado psicoafectivo.
El objetivo del examen mental es la comprobación de la salud psicológica o mental de la pareja. Este examen puede también evidenciar trastornos psiquiátricos que obstaculicen la unión marital.
Laboratorio
Los exámenes de laboratorio suelen ser la parte más importante de la evaluación prenupcial. La legislación de muchos países exige obligatoriamente pruebas diagnósticas para enfermedades infecto-contagiosas.
Las pruebas para determinar grupo sanguíneo y Rh son de vital importancia al momento de la unión marital y, muchas veces son exigidas.
Rutina de laboratorio
Son las pruebas de uso general para determinar el estado de salud del individuo. Las pruebas más comunes son:
- Hemograma y plaquetas.
- Perfil renal, como la determinación de urea y creatinina.
- Transaminasas y conteo de bilirrubina.
- Lípidos en sangre, como colesterol —total y fraccionado— y triglicéridos.
- Uroanálisis.
Serología para enfermedades infecto-contagiosas
Las pruebas más importantes corresponden a determinación de VIH y VDRL, esta última para descartar sífilis. Conocer los resultados de estos test es relevante antes de contraer matrimonio por el carácter contagioso de estas enfermedades. Otros exámenes incluyen:
- Serología para hepatitis B y C.
- Clamidia.
- Tuberculosis.
- Enfermedad de Hansen o lepra.
Grupo sanguíneo y Rh
Su importancia radica en la incompatibilidad de grupo —pero sobre todo de Rh— que puede poner en riesgo la reproducción de la pareja.
Actualmente existen medidas preventivas para evitar las consecuencias de la incompatibilidad, como la inmunización previa con inmunoglobulina Rho D (Rhogam).
Pruebas de fertilidad
No se realizan como rutina previa al matrimonio, pero pudieran ser parte de la evaluación prenupcial. Son una serie de exámenes destinados a verificar la capacidad reproductiva de la pareja.
Pruebas genéticas
Están destinadas a indagar alteraciones genéticas o enfermedades hereditarias en los contrayentes. También evalúan la probabilidad de defectos genéticos o malformaciones en su descendencia.
Incluyen pruebas de ADN, estudio cromosómico y cariotipos. No son obligatorias; sin embargo, existen criterios para realizarlas:
- Historia familiar de condiciones o enfermedades genéticas de cualquier tipo.
- Hombre o mujer sean portadores de una alteración genética conocida.
- Exposición a agentes teratogénicos.
- Alteraciones cromosómicas evidentes.
- Consanguinidad de los contrayentes.
Los resultados de una prueba genética aportan datos que sugieren la posibilidad de enfermedades congénitas o crónicas en la descendencia. El riesgo de tener un hijo con alguna alteración genética implica decisiones que debe tomar la pareja:
- No realizar el matrimonio
- Decidir no tener hijos, si piensan casarse.
- Tener en cuenta la adopción como una alternativa
- Tomar la decisión de tener hijos a pesar del riesgo.
- Si la concepción ocurre, plantear la interrupción del embarazo.
- Considerar las implicaciones psicológicas, económicas y sociales de tener un hijo con alguna enfermedad genética.