Ansiedad

Dermatopatofobia: qué es, síntomas, causas y tratamiento


¿Qué es la dermatopatofobia?

La dermatopatofobia, dermatosiofobia o dermatofobia es el miedo irracional, extremo e injustificado a las enfermedades de la piel y a cualquier tipo de lesión que se produzca en ella. Esta alteración constituye una fobia específica poco común y puede provocar elevados índices de malestar.

Las personas con este trastorno suelen presentar índices de ansiedad muy elevados. Asimismo, es habitual que el miedo que les provoca la posibilidad de padecer una enfermedad cutánea origine un comportamiento de evaluación constante del estado de la propia piel.

Por este motivo, la dermatopatofobia no es una patología menor. Su presencia puede incapacitar mucho el funcionamiento de la persona y resulta primordial poder tratarla correctamente.

Síntomas

La sintomatología de este trastorno suele ser bastante variada, por lo que no existe un único grupo de manifestaciones delimitadas que se presenten en todos los casos.

Sin embargo, todos los síntomas que aparecen en la dermatopatofobia pertenecen a la ansiedad. Las manifestaciones responden a un incremento de la activación del sistema nervioso central, debido a los efectos directos del miedo que se experimenta.

En términos generales, la sintomatología puede agruparse en tres grandes áreas: síntomas físicos, síntomas cognitivos y síntomas conductuales. Así pues, este trastorno afecta las tres grandes esferas de la psique humana.

Síntomas físicos

Cuando el sujeto con dermatopatofobia se expone a uno de sus elementos temidos, reacciona con una clara respuesta de ansiedad. Las alteraciones de ansiedad provocan de forma inamovible una serie de cambios físicos determinados.

En el caso de la dermatopatofobia, estas manifestaciones puede variar ligeramente en cada caso. Sin embargo, todas ellas responden al incremento de la activación del sistema nervioso central.

La sintomatología física que puede originar la dermatopatofobia es:

– Incremento de la tasa cardiaca.

– Aumento de la tasa respiratoria.

– Taquicardias.

– Aumento de la sudoración.

– Tensión muscular generalizada.

– Dilatación de la pupila.

– Náuseas y/o vómitos.

– Dolores de cabeza y/o estómago.

– Escalofríos.

– Sensación de irrealidad.

Síntomas cognitivos

La sintomatología física no se explica sin el miedo a las enfermedades cutáneas. Dicho de otra forma, el miedo de la dermatopatofobia hace que el cuerpo se active, aumente su ansiedad y presente síntomas.

Así, las manifestaciones corporales aparecen en función del surgimiento de una serie de pensamientos. Estos pensamientos motivan la ansiedad y a la vez se retroalimentan con los síntomas físicos, factor que provoca un aumento progresivo del nerviosismo y las sensaciones de ansiedad.

Los síntomas cognitivos de la dermatopatofobia pueden ser muy variados. Los elementos temidos pueden ser múltiples y la asociación entre estos y el miedo a padecer una enfermedad de la piel también.

Así pues, en la dermatopatofobia se presencian una serie de pensamientos distorsionados, tanto respecto al miedo a concebir una patología de la piel como respecto a los estímulos temidos que indican esta probabilidad.

Síntomas conductuales

Finalmente, la intensidad de los síntomas anteriores motiva una clara modificación del comportamiento. La persona con dermatopatofobia tratará de evitar los elementos temidos con el objetivo de evitar también los síntomas físicos y cognitivos, los cuales le generan un elevado malestar.

Por tanto, esta alteración afecta a la conducta normal de la persona. Esta empezará a regirse por sus miedos y puede limitar su funcionalidad. 

Además, múltiples estudios han puesto de manifiesto que la evitación (o el escape, cuando no se puede evitar) de las situaciones y/o elementos temidos, es el factor principal que agrava y mantiene el trastorno.

El hecho de que el individuo huya de sus miedos y no sea capaz de afrontar los elementos que teme, hace que la fobia no remita y permanezca a lo largo del tempo.

Causas

La patogenia de las fobias específicas pone de manifiesto que no existe una única causa que origine estos trastornos, sino que son muchos los factores que intervienen o pueden intervenir en su génesis.

Por lo que respecta a la dermatopatofobia, se han postulado 5 causas distintas que podrían jugar un papel importante.

Condicionamiento directo

El hecho de haber estado expuesto a situaciones que motiven el miedo hacia las enfermedades cutáneas parece ser un factor importante de la dermatopatofobia.

Específicamente, recibir estilos educativos durante la niñez que hagan un elevado hincapié en la peligrosidad de las enfermedades de la piel, podría ser un factor relacionado con el trastorno.

Asimismo, haber padecido lesiones en las regiones cutáneas o haber vivido situaciones traumáticas con la piel también podría influir.

Condicionamiento vicario

El condicionamiento del miedo a las enfermedades cutáneas no necesariamente debe adquirirse de forma directa, sino que también se puede hacer por vía vicaria.

En este sentido, haber visualizado u observado elementos desagradables o impactantes sobre alteraciones en la piel, podría motivar la aparición de dermatopatofobia.

Condicionamiento verbal

Finalmente, en la misma línea que los dos puntos anteriores, adquirir información verbal acerca de la peligrosidad de las enfermedades cutáneas, también puede contribuir a la génesis de la dermatopatofobia.

Factores genéticos

Algunos autores postulan la presencia de factores genéticos en la dermatopatofobia. Sin embargo, hoy en día todavía no se poseen datos claros acerca de la heredabilidad del trastorno.

Factores cognitivos

Las creencias poco realistas sobre el daño que uno mismo puede recibir, los sesgos atencionales hacia las amenazas o las bajas percepciones de autoeficacia, son factores cognitivos que se asocian con la génesis de la dermatopatofobia.

No obstante, existe un notable consenso en afirmar que estos factores tienen un papel más relevante en el mantenimiento de las fobias que en su origen.

Tratamiento

Tratar la dermatopatofobia resulta esencial para erradicar el miedo fóbico, la sintomatología ansiosa y el trastorno en sí. De hecho, si no se interviene adecuadamente, la alteración puede resultar crónica y afectar gravemente a la persona.

La intervención de primera elección para esta psicopatología es el tratamiento psicológico. Específicamente, el tratamiento cognitivo conductual ha mostrado tasas de eficacia muy elevadas para la dermatopatofobia.

En estos tratamientos, se suele utilizar la desensibilización sistemática, en la cual se expone al sujeto a sus elementos temidos de forma progresiva, con el objetivo de que este se habitúe a ellos.

Asimismo, la incorporación de técnicas de relajación y terapia cognitiva suele resultar beneficioso en la mayoría de los casos.

Referencias

  1. Caballo, V. (2011) Manual de psicopatologia y trastornos psicológicos. Madrid: Ed. Pirámide.
  2. Choy, Y., Fyer, A., Lipsitz, J. (2007). Treatment of specific phobia in adults. Clin. Psychol. Rev.
  3. Goodwin, R.D., Fergusson, D.M., Horwood, L.J. (2004). Early anxious/ withdrawn behaviours predict later internalising disorders. J Child Psychol Psychiatry.