Horda: origen, características y ejemplos
La palabra “horda” hace referencia a un conjunto de personas que se desplazan de manera violenta y poco civilizada, o a una comunidad salvaje nómada. Si bien su uso en textos académicos e históricos se da para señalar a comunidades con estas características, actualmente se usa también para llamar de manera despectiva a grupos de personas que cometen disturbios o actos vandálicos.
El origen de “horda” se sitúa en el siglo XIII, cuando se produjeron las invasiones mongolas, a cargo del Imperio Mongol, una de las campañas conquistadoras más avasallantes de la historia de la humanidad.
La palabra mongola original era “ordo”, que significaba “gran campamento”. Luego fueron los franceses quienes convirtieron la palabra a “horde” y más tarde se castellanizó, haciendo su primera aparición en el Diccionario de la Real Academia Española en 1884.
Este organismo define a “horda” como una comunidad de salvajes nómadas pero también como aquél conjunto de personas que actúan sin disciplina y con violencia.
Además, “horda” también hace referencia a un grupo de guerrilleros o guerreros que actúan por fuera de un cuerpo militar oficial. Esta definición viene de la palabra turca “ordu”, que quiere decir “ejército”. Lo mencionado más arriba, más esta definición dan como resultado el actual concepto de “horda”.
Índice del artículo
Características socio políticas
Quizás, una de las definiciones más lúcidas es la del geógrafo y fisiólogo evolucionista Jared Diamon, quien puntualizó las características generales de una horda:
-Son comunidades formadas por entre 5 y 80 personas que están fuertemente relacionadas entre sí.
-No tienen instituciones que las gobiernen, como leyes o tratados para solucionar problemas o conflictos entre sus pares.
-Carecen de una residencia fija, o sea que son nómades.
-El liderazgo es del tipo informal, dado que se trata de sociedades igualitarias, con mandos horizontales.
-Todos los seres humanos fueron partícipes de una horda hasta que llegó la agricultura.
Esto a nivel social, pero las hordas también son utilizadas para responder a intereses políticos. En muchos casos grupos de vándalos actúan en marchas y protestas para ocasionar disturbios para un fin determinado.
Pueden que estén afiliados a un partido político o movimiento sindical, pero difícilmente se hagan ver con las distinciones pertinentes con el fin de pasar desapercibidos y no involucrar al movimiento en el condenable episodio.
Pero al mismo tiempo puede que cumplan un doble rol, dado que estos grupos de inadaptados no siempre estén a la orden de generar disturbios, sino que también pueden ser los custodios o garantes de que una marcha se realice en paz.
Ejemplos de hordas
A lo largo de la historia son muchas las hordas que han dejado su huella indisoluble.
Las primeras hordas
Durante el período paleolítico (hace 2,59 millones de años) existieron comunidades formadas por 20 o 40 personas que se protegían unos a otros, cazaban y recolectaban.
Fueron calificados como “hordas” en el Siglo XIX, pero durante el Siglo XX este término fue corregido y se los pasó a llamar “bandas” de cazadores y recolectores.
Los mongoles
Este pueblo se caracterizaba por ser nómada e ir de un lugar a otro en búsqueda de hierba para que su ganado se alimente. Conquistadores de raza, lograron tener un vasto imperio que se extendía desde la actual Europa del Este hasta Indochina.
Para su mejor administración, el territorio fue dividido en “hordas”, siendo la principal la llamada “Horda de Oro”, la cual ocupaba parte del sur de Rusia, Ucrania y Kazajistán.
El Ku Klux Klan
El primer grupo de este tipo se creó en 1865 en Estados Unidos y estaba formado por militares que habían combatido en la Guerra de Secesión. Desde un principio privilegiaron la supremacía de la raza blanca, la xenofobia, el antisemitismo y la homofobia.
El primero de los grupos contaba con apenas seis miembros, quienes decidieron el griego ku klux (“círculo”) al que luego se le agregó “klan” en relación a la “familia” que conformaban.
Con el paso de los años fueron creciendo en número y cantidad de asociaciones filiales, a medida que también se incrementaban la violencia presente en sus actos.
Las hordas nazis
Caracterizado por su violencia y desprecio por los no arios, los nazis fueron salvajes desde un principio. Al comienzo, grupos armados de un número bajo, pero no por eso desapercibido, intentó dar un golpe de estado en 1923, conocido como Putsch. La revuelta terminó con varios muertos y centena de heridos.
Luego, una vez en el poder, el 9 de noviembre de 1938 se produjo lo que se conoció como la “Noche de los cristales rotos”, un avallasamiento por parte de civiles y militares fanáticos nazis contra casas y negocios judíos y sinagogas.
El saldo de esa noche trágica fue de 91 judíos muertos y 30.000 deportados a los campos de concentración. Ese fue el preludio de las atrocidades que se cometieron durante el régimen liderado por Adolf Hitler.
Los “hooligans” y “barras bravas”
Estos son ejemplos de hordas modernas vinculadas al mundo del futbol. Se trata de parcialidades violentas, que en muchos casos están asociadas al poder político y que, más allá de su accionar violento antes o después de un partido, sirven como grupo de choque de sindicatos o entes políticos.
Cada uno de estos grupos tiene un líder y segundas y terceras líneas. En el caso de los hooligans, su ingreso a los estadios de Inglaterra (donde son originarios) está prohibido.
Sin embargo, cuando se realizan partidos fuera del país (ya sean competencias internacionales de sus equipos o de las selecciones nacionales) estos pueden viajar y es allí donde se producen sangrientas grescas.
Una de las más recordadas fue la llamada “Tragedia de Heysel” que involucró a la parcialidad del Liverpool de Inglaterra y Juventus de Italia. En la previa al partido, la pelea entre ambos generó una estampida en la que murieron 39 aficionados.
Distinta es la situación en Sudamérica, donde las barras bravas pueden asistir a los partidos, son dueños del negocio de la reventa de entradas y hasta presionan a jugadores y cuerpos técnicos para recibir dinero para así financiarse.
Además de protagonizar peleas fuera de los estadios, pueden ingerir de manera directa en un partido, por ejemplo, arrojando objetos a los jugadores en caso de que su equipo esté perdiendo.
Protestas, revueltas y puebladas
En este caso, las hordas están sumamente desordenadas. En los tres casos, su origen puede ser espontáneo, aunque también hay manifestaciones que son convocadas de manera anticipada.
Sin embargo, cuando se habla de “hordas” en las manifestaciones, se habla de violencia, que suele enfrentar a los manifestantes con las fuerzas de orden público.
En el caso de las llamadas “puebladas”, aquellas en las que los integrantes de una comunidad toman un rol violento de manera espontánea, se suelen dar en repudio de un hecho muy puntual.
Este puede ser el caso de la captura de un criminal odiado por la comunidad, que sale a buscar justicia por mano propia antes de que las autoridades actúen.
También es posible hablar de “hordas” de aquellas ocurridas en pos de boicotear un gobierno. Por ejemplo, cuando hordas de personas empiezan a saquear negocios o provocar desmanes en la vía pública.
Referencias
- Horda. (2019). Diccionario de la Real Academia Española. Recuperado de: dle.rae.es
- José García Hamilton. (2011). “Por qué crecen los países”. Recuperado de: books.google.it
- Ernesto Ballesteros Arranz. “El paleolítico”. Recuperado de: books.google.it
- Javier Flores (2019). “La violenta “Noche de los cristales rotos” contra el pueblo judío en la Alemania nazi”. Recuperado de: nationalgeographic.com.es
- Amir Hamed. Barras bravas. Recuperado de: henciclopedia.com.uy