Trastornos mentales/Psicopatología

Coitofobia: qué es, causas, síntomas y tratamiento


¿Qué es la coitofobia?

La coitofobia es el miedo al sexo o al acto sexual. Es capaz de paralizar a la persona y hacerla rechazar por completo cualquier comportamiento sexual. Está muy vinculado a otras fobias sexuales, como la filofobia o la erotofobia.

Si te aterroriza mantener relaciones sexuales, muy probablemente padezcas este trastorno de ansiedad que se caracteriza por presentar un miedo irracional y excesivo al sexo. Evidentemente, esta alteración provoca una notable repercusión en la vida sexual de la persona que lo padece.

Las causas de esta patología pueden ser muy diversas, como haber vivido experiencias sexuales traumáticas, haber presentado alteraciones en el funcionamiento sexual o haber recibido una mala educación sexual. 

Sea cual sea la causa, la mejor noticia de la coitofobia es que se puede tratar e incluso superar si se realizan las intervenciones adecuadas.

Síntomas físicos de la coitofobia

Cuando la persona con el trastorno intenta realizar el acto sexual, experimentará de forma inmediata una serie de síntomas de ansiedad. Estos síntomas pueden adoptar la forma de un ataque de pánico y acaparán toda la atención del individuo.

Asimismo, hay que tener en cuenta que no siempre es necesario que se realice una actividad sexual para que la persona responda con un ataque de pánico.

Discusiones sobre sexo o el propio hecho de imaginarse a sí mismo manteniendo relaciones sexuales pueden ser factores suficientes como para destapar la respuesta de ansiedad.

Los síntomas físicos experimentados se caracterizan por un aumento de la actividad del sistema nervioso central. Se presentan los típicos síntomas de ansiedad elevada, como aumento de la tasa cardiaca, pulso acelerado, respiración rápida o sudoración excesiva.

Otros síntomas como la sequedad de boca, el dolor de estómago y cabeza, o la tensión muscular también pueden aparecer.

Pensamientos coitofóbicos

La persona con coitofobia elabora una serie de pensamientos acerca del sexo que motivan e incentivan la aparición de un temor excesivo.

Estos pensamientos pueden adoptar miles de formas, pero todos ellos se caracterizan por atribuir elementos negativos tanto a la práctica sexual como a la capacidad personal para mantener relaciones.

Pensamientos como “no podré mantener nunca una relación sexual”, “el sexo es una actividad repugnante” o “llevar a cabo relaciones sexuales es una actividad excesivamente peligrosa”, pueden ser algunos ejemplos.

Estos pensamientos se retroalimentan con los síntomas físicos anteriormente descritos y se hacen mucho más intensos cuando hay indicios de que se va a producir algún tipo de relación íntima.

Comportamiento resultante

El resultado final de la enfermedad es que el individuo evitará por completo cualquier posibilidad de mantener una relación sexual.

El miedo y la ansiedad experimentados son tan elevados que la persona opta por rehuir por completo de las relaciones sexuales, siendo más habitual que se acabe recurriendo a la asexualidad.

De este modo, el trastorno afecta gravemente al comportamiento de la persona y puede implicar consecuencias negativas.

Causas

Lo más habitual es que se desarrolle una serie de causas y que la mezcla de varias de ellas dé lugar al trastorno.

En algunos casos podemos encontrar causas claramente identificables, pero en otros estas pueden ser algo más difíciles de determinar.

Entre las principales causas de la coitofobia destacan:

Experiencias traumáticas

Se postula que el condicionamiento directo es el mecanismo que explica un mayor número de fobias específicas. En este sentido, un factor que puede originar fácilmente la coitofobia es el hecho de haber padecido experiencias traumáticas relacionadas con el sexo.

Antecedentes de asaltos sexuales, violaciones o abusos pueden motivar una respuesta de miedo que desemboca en coitofobia.

En términos generales, se afirma que cuando la introducción al comportamiento sexual es violenta o manipuladora en vez de agradable y progresiva, pueden verse comprometidos los futuros intentos de relaciones sexuales, debido al miedo a que sea desagradable.

Disfunciones sexuales

En algunos casos, padecer alteraciones sexuales, como la impotencia o la dispareunia, puede motivar la asociación de elementos negativos con la práctica sexual.

La asociación de la enfermedad con la relación sexual puede originar sensaciones y sentimientos de miedo que pueden desembocar en coitofobia.

Miedo a las enfermedades

Las personas que tienen miedo excesivo a la probabilidad de contraer enfermedades pueden terminar desarrollando también el trastorno.

Enfermedades como la hipocondría, la nosofobia o la misofobia pueden hacer que el miedo a enfermar sea demasiado elevado y se acabe trasladando a las enfermedades de transmisión sexual y, por lo tanto, a la práctica sexual.

Mala educación sexual

Finalmente, haber estado sometido a estilos educativos muy estrictos y rígidos en los que se restringe por completo el desarrollo sexual del niño, puede contribuir también al desarrollo de la coitofobia.

Otro tipo de experiencias vicarias, como la visualización de material sexual en televisión u otros medios durante la infancia, también se ha postulado como posible causa.

Tratamiento

A menudo se puede pensar que la coitofobia es una alteración mental menor que no afecta en exceso a la persona. Sin embargo, esto no es así, ya que esta patología puede tener consecuencias devastadoras.

Es común que recurran a la asexualidad o que acaben desarrollando una depresión. De este modo, es importante evitar llegar a estos límites e iniciar tratamientos en cuanto la coitofobia afecta la vida del individuo.

Para tratarla es altamente aconsejable realizar psicoterapia, a través de psicólogos especializados en este tipo de trastornos (sexólogos).

La técnica que se ha mostrado más eficaz para tratar la coitofobia es el tratamiento cognitivo-conductual. En este tipo de terapias se entrena al sujeto para que sea capaz de exponerse a su situación temida poco a poco.

La exposición a las situaciones sexuales permitirá al individuo habituarse a ellas y aprender a controlar las sensaciones de ansiedad que experimenta en esos momentos.

Asimismo, se aplican técnicas de relajación que permiten reducir los niveles de ansiedad de la persona y conseguir que esta se aproxime con mayor predisposición a la práctica sexual.

La realización de este tratamiento puede ser altamente beneficioso y puede ayudar a que la persona supere su fobia y pueda llevar a cabo su vida sexual con normalidad.

Referencias

  1. Anthony, M.M., Craske, M.G. & Barlow, D.H. (1995). Mastery of your specific phobia. Albany, New York: Graywind Publications.
  2. Barlow, D. and Nathan, P. (2010). The Oxford Handbook of Clinical Psychology. Oxford University Press.
  3. Essau, C., Conradt, J., Petermann, F. (2000). Frequency, comorbidity, and psychosocial impairment of Specific phobia in adolescents. J Clin. Child Psychol.