Androcentrismo: características, presencia en historia y ciencia, ejemplos
El androcentrismo consiste en una visión del mundo donde el varón ocupa una posición central dentro de la cultura, las sociedades y la historia. Esta práctica o inclinación epistemológica puede ser consciente o inconsciente, pero que de cualquier manera excluye o invisibiliza a la mujer y coloca únicamente al hombre como sujeto de referencia.
Según la autora Gema Celorio, en su texto Androcentrismo y eurocentrismo en las ciencias sociales (2004), el androcentrismo coloca al punto de vista masculino como único parámetro de análisis y estudio de la realidad humana, dejando de lado la perspectiva del 50% de la población, constituida por mujeres.
Así mismo, Celorio afirma que el androcentrismo ha traído como consecuencia la ocultación de las contribuciones científicas, culturales y artísticas realizadas por mujeres a lo largo de la historia de la humanidad.
Esto se puede apreciar, por ejemplo, al momento de estudiar historia del arte o alguna otra ciencia, donde generalmente los autores estudiados son hombres, a pesar de que existieron representantes femeninas.
La primera vez que se empleó el término “androcentrismo” —del griego andro: varón— fue de manera peyorativa por parte de la intelectual norteamericana Charlotte Perkins Gilman, en su texto The Man-Made world (1991). En este libro, Perkins estableció cuáles eran las prácticas sociales androcéntricas junto con los problemas que derivaban de estas.
Una de las críticas que se le ha realizado a la visión androcentrista es el hecho de que refuerza los estereotipos concernientes a los roles de género impuestos tanto a hombres como a mujeres.
Por lo tanto, resulta limitante para el desarrollo de cada individuo, ya que generalmente reduce a las mujeres a las labores domésticas y familiares, mientras que a los hombres a las habilidades intelectuales o de fuerza física.
Índice del artículo
- 1 Características del androcentrismo
- 2 El androcentrismo en la historia y ciencia
- 3 Ejemplos
- 4 Referencias
Características del androcentrismo
El androcentrismo se caracteriza por los siguientes elementos:
– Propone una perspectiva de estudio y de análisis donde la experiencia masculina es la universal y principal, dejando de lado la experiencia femenina.
– La visión androcentrista se fundamenta en los orígenes del ser humano, donde el uso de la fuerza física era considerado como una capacidad elemental para la sobrevivencia de las personas. Los hombres, por contar con mayor fortaleza muscular, se dedicaron a los trabajos más resaltantes, mientras que las mujeres fueron relegadas a las labores domésticas.
-El androcentrismo se nutre de los roles o papeles sociales, que consisten en el conjunto de tareas que debe realizar una persona dependiendo de su género o estatus. Tradicionalmente, los roles femeninos abarcaban únicamente la maternidad y el mantenimiento del hogar. En cambio, los roles masculinos estaban enfocados hacia el sostén económico y el desarrollo profesional.
– Otra característica del androcentrismo es que este avala los estereotipos, que son ideas preconcebidas impuestas a los miembros de un grupo social y que influyen profundamente en el comportamiento de las personas. Además, los estereotipos se transmiten de generación en generación, aunque sufren lentas modificaciones según las realidades sociales.
– El androcentrismo se sustenta en un sistema de valores provenientes del arquetipo viril, que generaliza a la especie humana como aquel individuo que es blanco, heterosexual, adulto y propietario.
El androcentrismo en la historia y ciencia
El androcentrismo en el ámbito científico
Aunque la ciencia se define a sí misma como un ente neutral y objetivo carente de ideología, la autora Ana Sánchez Bello, en su texto El androcentrismo científico (2002), afirma que las disciplinas científicas muchas veces poseen sesgos de género que conllevan a la invisibilización del punto de vista femenino.
Sin embargo, esto era mucho más notorio hace algunas décadas. Actualmente, Ana Sánchez defiende la postura de que ha habido una inclusión masiva de las mujeres en ciertos campos científicos, lo que ha implicado la transformación de las categorías científicas.
Aunque no se puede negar este avance, todavía existen rasgos androcentristas en las denominadas ciencias duras, como ocurre por ejemplo en el campo de la biología molecular, la física y la cyberciencia.
Muchos autores y científicos se han interesado por modificar esta estructura, ya que afirman que la perspectiva femenina es necesaria para tener una mirada más heterogénea y completa dentro de las investigaciones.
El androcentrismo en la historia, el arte y la literatura
Anteriormente, las estructuras sociales establecían que los varones debían tener una mejor educación que las mujeres, ya que el principal interés de estas últimas debía residir en la crianza de los hijos y el cuidado del esposo. Por ello, recibían una educación básica (leer, escribir, sumar y restar) complementada con otras actividades como la costura y el tejido.
Los hombres, por el contrario, tenían permitido estudiar carreras científicas y también podían dedicarse a las Bellas Artes. Por esta razón, la mayoría de los grandes artistas, compositores y pintores conocidos fueron hombres, así como también la mayoría de los científicos más influyentes.
A pesar de que en la actualidad estas circunstancias han cambiado, algunos afirman que todavía hay un androcentrismo notorio en los desarrollos artísticos y literarios. Por ejemplo, en el año 2010 solo el 37% de los libros publicados por el conglomerado Random House fueron escritos por mujeres, lo que hace que predomine el punto de vista masculino dentro del mundo editorial.
Ejemplos
A continuación se presentan algunos ejemplos de mujeres cuyos aportes culturales o científicos fueron perjudicados por el androcentrismo:
Alice Guy (1873-1968)
Para algunos historiadores la francesa fue la primera cineasta, ya que fue pionera en la introducción de muchos elementos cinematográficos, tales como sonorizar las primeras películas empleado un gramófono y desarrollar el movimiento en retroceso.
No obstante, esta cineasta no recibió el reconocimiento que merecía; de hecho, sus discípulos varones gozaron de mayor renombre y éxito a pesar de haber aprendido de ella.
Artemisia Gentileschi (1593-1654)
Artemisia Gentileschi fue una pintora italiana seguidora del estilo de Caravaggio. Actualmente, sus cuadros son considerados como obras maestras de incalculable valor, sin embargo, sus pinturas no suelen ser mencionadas en los principales libros de arte, así como tampoco en las cátedras impartidas en las instituciones educativas.
Dorothy Hodkin (1910-1994)
En el campo de la ciencia, se puede mencionar a Dorothy Hodgkin, quien fue una cristalógrafa que logró mapear la estructura de la penicilina, lo que le permitió obtener el Premio Nobel en 1964.
Aunque sus investigaciones alcanzaron este reconocimiento, los periódicos británicos titularon el evento como “Ama de Casa gana un nobel”, lo que recalcaba los estereotipos del momento.
Otras mujeres científicas ni siquiera obtuvieron algún tipo de reconocimiento a pesar de sus importantes aportes, como por ejemplo Esther Lederberg, pionera en el campo de la genética o Rosalind Franklin, referente en la cristalografía de los rayos X.
Referencias
- Abrams, K. (1993) Gender in the military: androcentrism and institutional reform. Recuperado el 24 de octubre de 2019 de HeinOnline: heinonline.com
- Bello, A. (2002) El androcentrismo científico. Recuperado el 23 de octubre de 2019 de CORE: core.ac.uk
- Celorio, G. (2004) Androcentrismo y eurocentrismo en las ciencias sociales. Recuperado el 23 de octubre de 2019 de Bantaba: bantaba.ehu.es
- Iqbal, J. (2015) Las grandes científicas olvidadas por la ciencia. Recuperado el 23 de octubre de 2019 de BBC news: bbc.com
- Plumwood, V. (1996) Androcentrism and anthrocentrism: parallels and politics. Recuperado el 24 de octubre de 2019 de JSTOR: jstor.org
- Puleo, A. (s.f.) Igualdad y androcentrismo. Recuperado el 23 de octubre de 2019 de Dialnet: Dialnet.net
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