Lengua y literatura

Pedro Calderón de la Barca: Biografía y Obras


Pedro Calderón de la Barca fue uno de los más insignes escritores españoles que haya existido. Si se desea hablar de alguien que vivió, sintió y protagonizó como pocos parte de los momentos más importantes del llamado Siglo de Oro de España en la dramaturgia, ese fue Calderón.

Provenía de una familia de hidalgos, como eran conocidos los nobles en aquella época en España. Su padre fue Diego Calderón, quien desempeñó cargos como secretario de instituciones de legislación y cobranzas del Estado español. Su madre fue Ana María de Henao, también noble, de procedencia alemana. Tuvo cinco hermanos, siendo él el tercero.

A la edad de cinco años asistió a una escuela en el municipio de Valladolid; de pequeño, su desempeño académico fue notorio. Desde el 1608 al 1613 se radicó en el Colegio Imperial de la orden de los Jesuitas, lugar donde se impregnaron a él marcados aspectos religiosos que posteriormente influyeron de manera notoria en su vida y obra.

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Biografía

Nació en el año 1600, un 17 de enero, en la ciudad de Madrid. Sus padres le duraron poco, su madre murió cuando él tenía 10 años y su padre, cinco años después, quedando huérfano a la edad de 15 años.

En ese entonces estudiaba en la universidad de Alcalá, donde debió suspender su estadía para ir a solventar los asuntos pertinentes al testamento de su padre.

Se debe acotar que el padre de Calderón de la Barca era déspota y abusivo, una figura autoritaria que logró regir y marcar la vida de sus hijos aun después de muerto. El testamento los terminó dejando bajo la tutela de su tío materno, Andrés Jerónimo González de Henao.

Estudios

Calderón de la Barca tuvo en poco los designios del papel que dejó firmado su padre y decidió seguir forjando su vida. En 1615 se fue a la universidad de Salamanca, donde se graduó en Cánones y Derechos Civiles.

En 1621 y 1622 estuvo en concursos de poesía en honor a la imagen de San Isidro. Participó primero por su beatificación y posteriormente por su canonización, llegando a ganar el tercer lugar en uno de los eventos.

Carrera militar

La vida de Calderón de la Barca no fue nada fácil. Decidió dejar a un lado los estudios religiosos y se dedicó al arte militar. 

En 1621 sus hermanos tuvieron que declararse en quiebra y vender una de las heredades de su padre para poder mantenerse. Por si eso hubiese sido poco, los tres hermanos se vieron inmersos en un asesinato, el de Nicolás Velasco. Esa situación los llevó a refugiarse en los aposentos del embajador de Austria.

Los hermanos Calderón de la Barca tuvieron que pagar una portentosa cantidad de dinero para poder deshacerse de las penurias que traía consigo el cargo de homicidio.

A raíz de esa deuda adquirida, Calderón de la Barca debió trabajar para el duque de Frías, y no como dramaturgo. Pedro debió viajar como soldado del duque por Europa entre 1623 y 1625, entre Luxemburgo y el norte de Italia. Sus dotes en la batalla le sirvieron para sobrevivir en las distintas campañas.

No en vano, por lo expuesto anteriormente y sus artes de hombre de letras, a Calderón de la Barca se le dio el honor de pertenecer a los nobles caballeros de la Orden de Santiago.

Estos eran hidalgos encargados de proteger a los peregrinos del camino de Santiago de Compostela, hombres de gran respeto en la sociedad.

Primeros éxitos

Antes de salir a cumplir con el duque de Frías, a la edad de 23 años presentó lo que se conoce como su primera comedia: Amor, honor y poder.

La obra se exhibió en el palacio real para agasajar al príncipe de Gales, Carlos, quien estaba de visita en aquellos días. La presentación de esta comedia cortesana fue un éxito total.

Pedro, en los momentos que le dejaban las armas, aprovechaba para escribir. Calderón de la Barca no se caracterizó por perder su tiempo, siempre buscó manifestar por medio de las letras las realidades humanas.

En 1626 Diego, el mayor de los tres hermanos Calderón de la Barca, logró vender otra parte de la heredad. Con el dinero obtenido sacó a sus hermanos de los apuros adquiridos por aquel capítulo del homicidio.

La década del 1620 significó para Calderón de la Barca una suerte de mostrar sus dotes y darse a conocer por su obra. Fue la época de La dama duende, El sitio de Bredá y Casa con dos puertas. Los aplausos le seguían, al igual que la gente, los nobles y la monarquía.

1630, la década dorada de Calderón

La década de 1630 comenzó con un Pedro Calderón de la Barca que, con tan solo 30 años, ya se había consagrado. Atrás quedaron los problemas económicos; los reyes, nobles y demás ciudadanos esperaban ansiosos la producción de su intelecto para disfrutar plenamente de la vida.

Obras como Los caballeros de Absalón —tragedia de corte bíblico— y El pintor de su deshonra —enmarcada dentro de la lucha por el honor—, fueron parte de los platos fuertes de la década del 30.

La historia no quedó atrás en esos momentos de gloria y lucidez del joven Calderón. En El Tuzaní de las Alpujarras mostró el ahínco de la rebelión mora contra el rey Felipe II y su poderío militar.

En esos años también trató los temas que tanto tocaron a la sociedad. El alcalde de Zalamea es una muestra clarísima de lo que hace el poder y de cómo un ciudadano, por su honra, puede batirse con las autoridades pidiendo debida justicia.

Sin embargo, de entre toda la magna obra que Calderón logró producir en este fructífero periodo, La vida es sueño viene a ser su más representativa creación; de hecho, se podría decir que fue lo más grande en toda su carrera. En esa pieza Pedro abordó de manera sublime al hombre, su libertad y las cadenas que impone la sociedad.

Nombramiento de caballero y debacle

Tanto logro no pudo pasar bajo la mesa ante los ojos de la monarquía española. Sumamente orgulloso por su entrega y dedicación, en 1636 el rey Felipe IV le otorgó el hábito consagrado de Caballero de la Orden de Santiago.

Lastimosamente, luego de tanta luz en la creación, del aprendizaje y la recreación del pueblo por la obra de Calderón, la década de 1640 llegó con oscuros augurios. La unificación de los reinos de España comenzó a desmoronarse y el rey Felipe se vio de manos atadas.

Aragón, Portugal y Cataluña se rebelaron. El 1648 Flandes logró independizarse y España empezó de a poco a ser apartada de la realidad europea, del poder hegemónico al que perteneció.

Calderón volvió a tomar las armas en la guerra contra Cataluña hacia 1942. Tres años más tarde, en ese mismo campo de batalla, vio morir a su hermano José, excepcional militar. Un año más tarde nació su hijo Pedro José,  al año siguiente murió Diego, su hermano mayor.

La tristeza de Calderón

Calderón quedó sumido en una tristeza honda, las letras no brotaron como antes y, por más que hubiese querido, de nada le hubiese servido al dramaturgo que lo hiciesen porque en esos momentos su pasión no daba para el sustento.

Pedro José significó en ese instante de la vida de Calderón de la Barca el Cristo absoluto, necesario, al cual se aferró para seguir adelante. Los teatros fueron cerrados por los moralistas hacia el 1644; la reina Isabel de Borbón murió, también el príncipe Baltasar y no hubo quien evitase que la luz de los escenarios se apagara.

Cinco años duró el cierre de los teatros, y aunque los abrieron, el abatimiento espiritual, moral y profesional que sufría Calderón en aquellos instante le evitó volver a escribir por un tiempo. Debió hacerse empleado del Duque de Alba, a quien le sirvió como secretario, para obtener el sustento necesario.

Calderón, el sacerdote

La misma crisis espiritual lo llevó a acercarse a la religión y se ordenó como sacerdote en 1651. Dos años antes el rey Felipe IV se había casado con Mariana de Austria para afianzar lazos. Se logró la paz con Cataluña, pero nada de esto permitió que España volviera a su esplendor de años atrás.

Calderón, dos años después de ordenarse sacerdote, asumió una capellanía. Desempeñó su cargo en Toledo, en la Catedral de los Reyes Nuevos. En esos años comenzaron a hervir de nuevo las letras en él, pero con otros matices.

En ese tiempo Calderón se mantuvo entre dos líneas de presentación bien marcadas: sirvió al clero en las fiestas alusivas al Corpus y, al mismo tiempo, al Palacio del Buen Retiro.

Resurgimiento

Ya con medio siglo a cuestas, Pedro se abrió paso en lo que fue su más amplia etapa creativa. Su contexto de producción era el propicio y permitió que el escritor innovara, dando luces a formas nunca antes vistas en el teatro hasta ese entonces.

Entrada la década de 1660, se debe a Calderón la escritura y producción escénica de lo que fueron las obras de teatro sacro más magnánimas que se hayan presentado en escenario alguno hasta la fecha. El despliegue escénico era descomunal, la gente salía conmovida ante tal manifestación de perfección.

Pedro reunió en escena a todas las artes, hizo que confluyeran de manera armónica, logrando que el mensaje fuese transmitido de forma fidedigna a los receptores líricos. Música, canto, danza, pintura y escultura se encontraron en un solo plano hiladas por las letras de Calderón.

Sin embargo, a pesar de tanta entrega y de procurar mantenerse lo más fiel que pudo a los textos sagrados, igualmente fue señalado e incluso acusado de hereje. Los conservadores religiosos de la época consideraban que parte de su obra no cumplía con los cánones adecuados.

Capellán de los reyes

En 1663 el rey Felipe IV solicitó sus servicios y le asignó el cargo de capellán de honor. Esta designación hizo que Calderón se mudara de Toledo a Madrid, donde residió los últimos días de su vida.

Terminando el año de 1665, en septiembre, murió Felipe IV y Carlos II asumió el trono. El nuevo monarca aplaudió y reconoció la valía y los aportes de la obra de Calderón a la Corona y a España. En 1666 Pedro Calderón de la Barca fue designado capellán mayor de la Corona.

Su producción no cesó, ni siquiera con los largos años que le pesaban. En sus últimos años sufrió abates económicos que le impidieron mantenerse por su cuenta; a razón de esto, se emitió una cédula real que le adjudicó el derecho de poder abastecerse como gustara en el castillo.

Con la edad de 79 comenzó a escribir lo que fue su última comedia. La obra se llamó Hado y divisa de Leonido y Mafisa, pieza que se presentó un año después en los carnavales.

Muerte

Pedro Calderón de la Barca murió el 25 de mayo de 1681. Era domingo en Madrid. Su féretro fue llevado tal y como solicitó en su testamento: “Descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida”.

Fue ataviado con los ornamentos de los monjes y vestido con el traje que le cedió Felipe IV cuando se le nombró Caballero de la Orden de Compostela.

A Calderón se le rindieron los más grandes honores en su despedida, aunque se mantuvo la austeridad que él mismo pidió. Su cuerpo reposa en la capilla de San José, que pertenece a la iglesia de San Salvador.

Obras destacadas

A continuación, dentro de la extensísima obra de Pedro Calderón de la Barca, se muestran cinco obras por cada género que abarcó:

Comedias

– La selva confusa, comedia de enredo (1622).

– Amor, honor y poder, comedia histórica (1623).

– La dama duende, comedia de enredo (1629).

– El secreto a voces, comedia palatina (1642)

– Guárdate del agua mansa, comedia de enredo (1657).

Drama

– El príncipe constante, drama histórico (1629).

– La vida es sueño, drama existencial trágico-cómico (1635).

– Los dos amantes del cielo, drama religioso (1640).

– El pintor de su deshonra, drama de honor (1650).

– La hija del aire, drama histórico (1653).

Autos sacramentales

– La cena del rey Baltasar (1634).

– El Gran Duque de Gandía (1639).

– Los encantos de la culpa (1645).

– La inmunidad del Sagrado(1664).

– El Arca de Dios cautiva (1673).

Referencias

  1. Rodríguez Cuadros, E. (S. f.). Calderón y su época. España: Cervantes virtual. Recuperado de: cervantesvirtual.com
  2. Pedro Calderón de la Barca: vida y obra. (S. f.). (n/a): Rincón de castellano. Recuperado de: rinconcastellano.com
  3. Calderón de la Barca, Pedro (S. f.). Cuento literario. (n/a): Escritores. Recuperado de: escritores.org
  4. Biografía de Pedro Calderón de la Barca. (S. f.). (n/a): Biografías y vidas. Recuperado de: biografiasyvidas.com
  5. López Asenjo, M. (2014). El teatro de Calderón de la Barca. España: Master lengua. Recuperado de: masterlengua.com