Historia

Código Napoleónico: qué es, antecedentes, características, objetivos


¿Qué es el Código Napoleónico?

El Código Napoleónico, o Código Civil francés, es el código civil creado en Francia tras la toma del poder por parte de Napoleón Bonaparte. Se estableció para dar estabilidad política a los cambios promovidos por la Revolución francesa y se aprobó en 1804, entrando en vigor tres años después.

El triunfo de la Revolución no solo significó un cambio de gobierno, sino que también modificó las bases ideológicas sobre las que se asentaba. Frente al absolutismo previo, los revolucionarios, siguiendo las ideas de la Ilustración, quisieron crear un Estado bajo las premisas de la libertad y la igualdad.

A pesar de la aparente contradicción con su forma de gobernar, Napoleón siguió esos ideales revolucionarios y trató de plasmarlos en el código civil que lleva su nombre. Entre sus objetivos más importantes se encontraba poner fin jurídicamente al sistema absolutista y al feudalismo.

El actual Código Civil francés, aunque modificado en muchos aspectos, sigue siendo todavía el Napoleónico. Tuvo influencias en Europa con las conquistas de Napoleón, además de ser adoptado por países africanos y asiáticos.

Es uno de los cuerpos de leyes más conocidos del mundo. Su influencia política ha llegado a nuestros días.

Antecedentes

Cuando el general Napoleón Bonaparte tomó el poder en Francia, se dispuso cambiar las leyes, hasta entonces vigentes en el país. Ya después de la Revolución se habían realizado algunos intentos, pero no llegaron a buen puerto.

La tarea comenzó en 1800 y fue encomendada a una Comisión creada para ello. Los trabajos duraron cuatro años hasta que, en 1804, el nuevo Código Civil fue aprobado. Gracias a esta legislación, la Francia posrevolucionaria modernizó sus leyes, dejando atrás el feudalismo y el absolutismo.

Los miembros de la Comisión se basaron en el Derecho Romano, adaptándolo a la nueva situación suscitada tras la Revolución.

La Revolución francesa

Sin Revolución francesa no habría existido el Código Napoleónico. No solo por el derrocamiento de la monarquía, sino porque supuso el triunfo de los ideales ilustrados.

Así, los revolucionarios tuvieron como lema la proclama “libertad, igualdad y fraternidad” y, a pesar de la época del Terror y otros excesos, intentaron llevar esos principios a las leyes.

Otro aspecto unido a la revolución fue la laicidad del Estado. Ya los ilustrados declaraban la superioridad de la Razón como guía del ser humano, dejando las creencias religiosas en el ámbito privado.

Intentos previos

Después del triunfo de los revolucionarios y antes de ser ejecutado, Luis XVI había aprobado una ley de ordenamiento judicial en 1791, que trataba de simplificar la gran variedad de legislaciones que existían en el país.

Lo mismo se intentó hacer en 1793, con la Constitución republicana. Sin embargo, en la práctica la situación era la misma.

Antes del Código Napoleónico se presentaron algunos proyectos para crear un Código Civil. Hubo intentos en 1793, 1794 y 1796. Ninguno fue capaz de lograr un consenso suficiente para ser aprobado.

Napoleón

Napoleón Bonaparte alcanzó el poder mediante un golpe de estado a finales del siglo XVII. Su biografía es sobradamente conocida, especialmente en lo militar. Logró formar un imperio en pocos años, conquistando buena parte de Europa.

Sin embargo, muchas veces se deja de lado su faceta como gobernante. A pesar de que pueda parecer incoherente por su manera despótica de gobernar, Napoleón fue el responsable de llevar las ideas revolucionarias al resto del continente y las dejó recogidas en las leyes que promulgó.

Cuando llegó al gobierno, Bonaparte emprendió la tarea de dar estabilidad a su país, destrozado tras años de luchas internas. Uno de sus propósitos era hacer de Francia una nación fuerte y unida y, para ello, necesitaba un sistema jurídico unificado y sólido.

La Comisión

Para elaborar el Código Napoleónico, el futuro emperador convocó una comisión de expertos en derecho. El encargo era reordenar todo el sistema jurídico de Francia.

Uno de los más destacados miembros de la Comisión fue Jean Jacques Régis de Cambacérès (1753-1824), jurista y político que había participado en los anteriores intentos de crear un código civil reunificado. Junto a él, destacaba Jean-Ètienne Portalis (1746-1807), miembro de la Corte de Casación.

Características del Código Napoleónico

El Código Napoleónico fue publicado el 21 de marzo de 1804. Su contenido consolidaba las leyes promulgadas después de la Revolución de 1789, aparte de otorgar estabilidad jurídica al país.

No obstante, la consecuencia más importante fue que, con su aprobación, la abolición del Antiguo Régimen quedó consolidada jurídicamente.

La base principal de este Código Civil eran los principios revolucionarios de libertad, igualdad y fraternidad. A partir de ese momento, la autonomía y libertad del individuo quedaban convertidas en el centro del ordenamiento legal.

Unidad de derechos

El Código Napoleónico declaraba que todos los habitantes de la nación se encontraban bajo la misma ley. Antes de su promulgación, las provincias al norte de París se regían por el corpus legislativo germánico, mientras las del sur seguían el Derecho Romano.

Unidad de la fuente jurídica

La fuente jurídica, esto es, la autoridad competente, es la única que tiene competencia para legislar. Por su parte, los tribunales solo tienen como función interpretar las leyes.

Independencia de la justicia

Tal y como habían establecido los filósofos de la Ilustración, como Montesquieu, los poderes del Estado fueron separados unos de otros con el fin de que no existieran interferencias. Así, se estableció la separación entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial.

Evolución del derecho

Frente a la pretensión de eternidad de las leyes absolutistas, el Código Napoleónico afirmaba que el derecho debía adaptarse a las distintas épocas y a los cambios en las formas de pensar.

Especificidad de los códigos

Los códigos no deben ser generales. Cada uno tiene que encargarse de una rama diferente: civil, criminal, comercial, penal, etc.

El Napoleónico, basado en el antiguo Derecho Romano, tiene una estructura dividida en tres libros. El primero de ellos está dedicado al derecho individual y a sus relaciones familiares.

El segundo se encarga de regular el derecho sobre las cosas y la propiedad. Por último, el tercero regula los diferentes modos de adquirir la propiedad (herencias, contratos, etc.).

Principio de laicidad

Establece la separación entre el Estado y la Iglesia, especialmente en el campo del derecho. De esta forma, el derecho civil pasa a ser independiente del derecho canónico.

Validación de las leyes

Para que las leyes pueden comenzar a aplicarse es obligatorio que sigan el proceso correspondiente: promulgación, publicación e información a la población.

Escritura de la ley

Las leyes deben quedar por escrito y, según el Código Napoleónico, ser lo suficientemente claras para que los ciudadanos las entiendan.

Propiedad individual

El Código Civil francés eliminó la posibilidad de que existieran inmuebles en propiedad de comunidades institucionales de vecino, de oficios u otras. Tan solo eran válidas las propiedades individuales.

Libertad de trabajo

Se establece que los contratos de trabajo deben basarse en la libre voluntad del empresario y los trabajadores.

Matrimonio

En este aspecto, el Código Napoleónico recogió, sin duda, las costumbres de la época. Recuperó el concepto de autoridad paternal y la mujer quedó bajo la tutela del marido.

Esto último implicaba que las mujeres no podían ejercer actos jurídicos o civiles sin estar autorizadas por su esposo.

El código reguló también el divorcio. Se podía llevar a cabo por algunas causas determinadas o bien por mutuo acuerdo.

Herencias

Las herencias empezaron a repartirse a partes iguales entre todos los sucesores. Esto significó que desaparecía la figura de heredero único, que podía ser el hijo o hija primogénitos. A partir de ese momento, todos los hijos eran considerados iguales.

Objetivos

El principal objetivo del Código Napoleónico era acabar con las antiguas leyes feudales y absolutistas. En su lugar, se basó en las libertades individuales, dejando atrás también la influencia de la Iglesia católica.

Unificación legislativa

La situación legislativa francesa previa a la Revolución era caótica. No existía una ley unificada, sino que coexistían una maraña de fueros, legislaciones y leyes distintas. No había unidad legal en todo el territorio, y cada estamento se regía por diferentes normas.

El Código Napoleónico se marcó como objetivo acabar con esa situación. Bonaparte quería fortalecer Francia, unificándola en todos los aspectos. La legislación era uno de los campos más importantes para ellos.

Laicidad

Tanto filósofos ilustrados como revolucionarios y, obviamente, el propio Napoleón, tenían como prioridad separar al Estado de la Iglesia.

No hay que olvidar que los reyes absolutistas solían usar la religión como fuente legitimadora de su poder, además de que el clero pertenecía a los estamentos sociales superiores.

Referencias

  1. Palanca, Jose. El Código Napoleónico. Obtenido de lacrisisdelahistoria.com
  2. Jiménez, A. Código de Napoleón. Obtenido de leyderecho.org
  3. Código Civil (Francia). Obtenido de ecured.cu