Anatomía y fisiología

Vellosidades intestinales: qué son, características, estructura, importancia


¿Qué son las vellosidades intestinales?

Las vellosidadesintestinales son aquellas prolongaciones de la pared del intestino delgado en las que se produce la absorción de los alimentos. Son estructuras especiales en las que se asimilan los nutrientes que complementan la función de los pliegues intestinales.

Tienen forma de dedo, y están ubicadas en el interior del intestino delgado. Pueden alcanzar hasta 1 milímetro de longitud.

Mucho más pequeñas que las vellosidades intestinales son las microvellosidades, las cuales también son estructuras dedicadas a la asimilación de los nutrientes.

Características de las vellosidades intestinales

– Las microvellosidades son filamentos microscópicos que emergen de las células de la mucosa. Gracias a ellas y a las vellosidades intestinales, la absorción de los alimentos que se concentra en las paredes de la mucosa, se multiplica miles de veces, puesto que se aprovecha al máximo su superficie.

– Las vellosidades intestinales son prolongaciones que cubren la mucosa o el revestimiento que está en el intestino delgado. Son tubos de epitelio diminutos que tienen una gran cantidad de vasos capilares y que a su vez cuentan con un vaso linfático pequeño.

– En su parte inferior, o base, se observan las criptas de Lieberkühn, que son unas depresiones glandulares encargadas de realizar la secreción de las enzimas que participan en la digestión de los intestinos.

– El proceso de absorción se realiza cuando los nutrientes a digerir, que se encuentran en forma de hidratos de carbono y proteínas, van a la vena porta por medio de los capilares que tienen las vellosidades intestinales para pasar después al hígado.

– Por su parte, los vasos linfáticos se ocupan de absorber las grasas digeridas, por lo que no van al hígado sino al torrente sanguíneo. En este ciclo, la hormona secretina se presenta por acción de la mucosa del intestino delgado.

– En cuanto a su entorno anatómico y fisiológico, estas vellosidades están respectivamente en el intestino delgado y en las etapas ulteriores de la digestión.

– Como curiosidad, las vellosidades recuerdan a las esponjas de mar, las cuales hacen las veces de dediles en los que hay células de absorción, vasos capilares y vasos linfáticos. Por tanto, esta estructura es la que permite que estas prolongaciones cumplan con sus funciones dentro del sistema digestivo.

Contexto anatómico-fisiológico

Después de que se ingiere una comida o bebida, el bolo alimenticio es reducido en el estómago y atraviesa el intestino delgado.

La acción de las enzimas se encarga de realizar su descomposición química. Después pasa por el tracto intestinal, en el que realmente tiene lugar la absorción de los nutrientes que el cuerpo requiere para crecer, mantenerse activo y con energía.

En esta línea, la obtención de los nutrientes ocurre cuando algunos elementos hallados en el intestino delgado tienen su cuota en las funciones del sistema digestivo.

Este intestino tiene dos músculos (uno circular y otro longitudinal) y una membrana en la que están fijadas las vellosidades intestinales, las cuales comparten espacio con las microvellosidades y con los pliegues de los intestinos.

Los fluidos orgánicos corren constantemente en sus cavidades y estos contienen sustancias químicas diversas, aunque solo las que no tienen utilidad van al intestino grueso, donde se transforman en heces fecales.

Así, las vellosidades intestinales conforman una estructura microscópica que está en el interior de una estructura mucho más grande, la cual se extiende por unos seis metros de longitud en la región abdominal.

Por su parte, en sus aspectos fisiológicos, estas vellosidades se ubican en las fases finales de la digestión.

Estructura y morfología

Las vellosidades intestinales pueden tener hasta 1 milímetro de longitud, aunque esta no suele ser la norma, ya que el tamaño tiende a ser mucho menor.

Su forma es similar al de unas proyecciones diminutas que envuelven y cubren la mucosa del intestino delgado, lugar donde se realiza la mayor parte de la digestión.

De este modo, el revestimiento abarca una amplia superficie por su diseño enrollado y sobre todo por la existencia de esas vellosidades.

Siguiendo criterios de espacio, las vellosidades intestinales son diminutas, pero numerosas, razón por la que están distribuidas a lo largo y ancho del intestino delgado.

Esto significa que estas vellosidades tienen un rol pasivo en la digestión, ya que no se desplazan, sino que constantemente son irrigadas por el flujo de nutrientes que pasan por el tracto intestinal.

El alimento que se ha consumido es movido por las rítmicas contracciones que efectúan las paredes musculares del intestino delgado, aunque este recibe una lluvia química de secreciones, enzimas y la bilis.

Sin embargo, los nutrientes no podrían llegar al hígado ni a las demás partes del organismo sin la contribución de las vellosidades intestinales que, por su gran distribución en su mucosa, permite su máximo aprovechamiento, pues los nutrientes, en su recorrido, las tocan.

De hecho, las vellosidades intestinales pueden alcanzar hasta 25.000 por pulgada cuadrada, lo que equivale a unas 40 por milímetro cuadrado.

Su número es mayor al principio del intestino delgado y va disminuyendo cada vez más a medida que se avanza en su trayecto, por lo que su cantidad es mucho menor cuando se llega a las fronteras que colindan con el intestino grueso. Observadas de lejos, las vellosidades dan la impresión de ser aterciopeladas.

Por otro lado, en su capa más externa, las vellosidades intestinales tienen células de absorción donde están los vasos capilares y el vaso linfático que absorbe las grasas.

Finalmente, por encima de las vellosidades está una capa de membrana, la cual tiene células de diversas clases en las que la absorción de los nutrientes pueden ir, bien sea a la sangre o al sistema linfático, con células caliciformes que en la cavidad intestinal secretan una sustancia mucosa.

Adicionalmente, las microvellosidades llegan a sumar 600 por célula del epitelio, lo cual explica por qué el intestino delgado tiene una potente capacidad para tomar los alimentos que pasan por ahí.

Importancia

En función de lo anterior, las vellosidades intestinales son sumamente relevantes en el cuerpo humano, ya que sin ellas no habría una apropiada nutrición. Por tanto, la persona estaría excretando lo que debería servirle para nutrirse adecuadamente.

En este orden de ideas, las vellosidades intestinales hacen algo más que comportarse como esponjas marinas del sistema digestivo. Son las prolongaciones que garantizan la entrada de los elementos que impulsan la vitalidad del organismo.

Enfermedades

No siempre es posible que las vellosidades intestinales desempeñen bien su labor. En ocasiones, estas pueden fallar por causas que pueden ser fáciles o difíciles de determinar, dependiendo de la patología de la que se hable.

Sea cual fuere el caso, lo cierto es que hay circunstancias en las que estas prolongaciones tienen problemas clínicos que pueden ser diagnosticados por el médico, problemas que tienen como común denominador un mal funcionamiento del tracto digestivo.

De este modo, la mala absorción de los nutrientes significa que el intestino delgado está dañado, lo cual hace presumir que sus vellosidades no se encuentran en buen estado y que, por tanto, no realizan una apropiada absorción de los nutrientes que vienen con los alimentos.

Un ejemplo es la enfermedad celíaca, en la que la mucosa del intestino delgado tiene una afección en la cual no hay tolerancia al gluten. 

Referencias

  1. Villus. Recuperado de britannica.com.