Biología

Blastozoos: qué son, características, taxonomía, nutrición, reproducción


¿Qué son los blastozoos?

Los blastozoos (Blastozoa) son un subfilo extinto del filo Echinodermata. Son animales invertebrados marinos que pertenecen al grupo de las estrellas, erizos, ofiuras, lirios, margaritas y pepinos marinos.

Los blastozoos solo se conocen por el registro fósil, datados hace más de 500 millones de años. Abarcan casi toda la era Paleozoica. Eran animales de la epifauna (que vivían en el sedimento marino).

Se cree que se encontraban anclados al fondo marino mediante un pedúnculo de longitud variable de acuerdo a la especie. Posiblemente desde aguas superficiales hasta grandes profundidades marinas.

Se han localizado fósiles de blastozoos en diversas partes del planeta, por lo que su distribución en el Paleozoico debió ser muy extensa.

Características de los blastozoos

Morfología

– De la reconstrucción lograda de sus fósiles, los blastozoos muestran una estructura de simetría pentarradial, básicamente similar a los actuales lirios de mar (subfilo Crinozoa).

– Su cuerpo se divide en tres secciones: pedúnculo o tallo, cáliz o cuerpo principal (teca) y los brazos (braquiolas).

– El pedúnculo es una proyección cilíndrica hueca conectada al celoma o cavidad interna de la teca. Contiene líquido celomático. La longitud del pedúnculo o tallo es variable de acuerdo a los géneros, pudiendo algunos llegar a ser casi sésiles.

– El cáliz es el cuerpo o teca, que tiene forma de copa, cáliz o cono, cubierto de pequeñas placas calcáreas imbricadas entre sí (osículos). La forma de la teca varía de acuerdo al género, pudiendo ser ancha y baja o estrecha y alargada. Internamente, conforma una cavidad o celoma.

– La parte superior o distal de la teca o cáliz es plana y allí se dispone la boca. Cercano a esta se encuentra el ano. En esta área plana, se disponen cinco ambulacras, o canales de alimentación radiados desde el centro.

– Perimetral al área plana o a lo largo de los ambulacras se presenta una serie de braquiolas o brazos, apéndices para la alimentación. Dispuestos generalmente en dos series, una larga y otra corta, y se mueven libremente.

– Están soportados por una serie de placas en forma de media luna (osículos) o por una columnela discoidal. Cumplían la función de dirigir el alimento a la zona oral localizada en el centro del anillo de braquiolas.

Fisiología

– Los blastozoos presentan poros especializados para la respiración, denominados epispiras.

– Las epispiras se distribuyen a lo largo de las suturas de las placas. Consisten en poros semicirculares con un borde en relieve cubierto por una delgada membrana calcificada (epistereoma).

– En el celoma se encuentran los órganos del animal. Esta es la cavidad corporal principal y contiene líquido celomático. Es probable que, al igual que los equinodermos actuales, se desarrollara un sistema ambulacral.

– Este sistema ambulacral consiste en una serie de tubos por los que circula el fluido celomático. También puede circular agua de mar. Este sistema permite tanto la alimentación como la circulación interna, incluida la respiración.

– En los blastozoos, los apéndices ambulacrales o ambulacras tienden a ser cortos y confinados a la zona plana distal de la teca, cerca de la abertura bucal.

– En este grupo, se piensa que es muy improbable que el fluido interno tuviese contacto directo con el agua de mar.

– Probablemente, la capa subepidérmica del celoma cumplía una función respiratoria. Los fluidos contenidos en esa subepidermis se comunicaban con las epispiras, permitiendo el intercambio de oxígeno diluido en el agua.

– La respiración aparentemente ocurría por difusión de gases a través de las membranas del epistereoma.

Taxonomía

Los blastozoos evolucionaron en el Paleozoico, desde el período Cámbrico hasta el Pérmico, con especial diversificación en el Ordovícico. Este tiempo se extiende desde hace más de 500 millones de años hasta hace aproximadamente unos 250 millones.

Los blastozoos inicialmente fueron clasificados en el subfilo Crinozoa (lirios de mar actuales) del filo Echinodermata. Hoy en día conforman el subfilo Blastozoa.

Dependiendo del autor, el filo Blastozoa se divide a su vez en cinco a nueve clases, todas agrupando organismos extintos, es decir, solo conocidos por el registro fósil.

Clase Eocrinoidea

Vivieron entre principios del Cámbrico y finales del Silúrico. Constituyen el linaje basal de los blastozoos. Algunos autores no los consideran un grupo válido, lo califican de parafilético.

Sus primeras formas presentaban un pedúnculo corto y sus láminas estructurales irregulares. Las formas posteriores ya mostraban un pedúnculo más largo y láminas en hileras regulares.

Clase Paracrinoidea

Vivieron en mares poco profundos durante el Ordovícico Temprano hasta el Silúrico Temprano. No está claro qué tipos de estructuras respiratorias tenían estos blastozoos.

Se caracterizan por un tallo, teca y brazos con estructuras pinnuladas. La boca con dos a cinco brazos de alimentación dispuestos asimétricamente o algo bisimétricamente.

Clase Parablastoidea

Existieron desde el Ordovícico Inferior al Medio. La teca o el cuerpo en forma de yema con simetría pentameral bien desarrollada. Las placas de calcio incluyen basales radiales pequeñas o grandes, y algunas veces otras placas pequeñas en la teca inferior.

Clase Rhombifera

Vivieron desde el Ordovícico Inferior hasta el Devónico Superior. Habitaban arrecifes, áreas costeras y bancos de arena. La teca era globular y las estructuras respiratorias romboidales con un conjunto de pliegues o canales.

Clase Diploporita

Existieron desde el Ordovícico Inferior al Devónico Inferior. Se identifican por poseer una teca globular y unas estructuras respiratorias especializadas, llamadas diploporos.

Estas consistían en un sistema de doble poro asentado en una depresión de una placa de la teca o cuerpo. Cada placa podía presentar numerosos diploporos.

Clase Blastoidea

Existió del Silúrico al Pérmico. Se trataba de organismos de pequeño diámetro, unos 15 a 16 mm. Presentaba un pedúnculo corto o eran sésiles. La teca o cuerpo presenta 18-21 placas dispuestas en cuatro hileras. Poseían numerosas braquiolas de alimentación.

Habitaban aguas oceánicas agitadas y transparentes, sedimentarias.

Clase Felbabkacystidae

Los fósiles han sido datados del Cámbrico. Habitaron mares profundos, por debajo de la línea de tormentas. Presenta un pedúnculo relativamente largo, cilíndrico, y una teca o cuerpo en forma de copa. Sus epispiras son alargadas.

Clase Lepidocystidae

Se ubican en el Cámbrico. Muestran un disco oral hecho de numerosas placas adyacentes, con poros suturales simples a lo largo de las suturas. Teca en forma de cono alargado en un tallo cilíndrico y compuesto de numerosas placas imbricadas. Las epispiras están restringidas a la superficie oral.

Clase Coronoidae

Conocidos del Ordovícico al Silúrico. Presentan un pedúnculo relativamente largo. Las placas en la región oral son deltoides.

Nutrición

Por lo que se conoce de su estructura corporal, forma de vida y hábitat, los blastozoos debieron ser animales de alimentación estacionaria. Posiblemente, filtraban el agua y capturaban así materia orgánica libre y plancton en suspensión.

Una vez dentro del celoma, la absorción de nutrientes debió efectuarse mediante células fagocíticas del peritoneo o tejido que tapizaba el interior del celoma.

La expulsión de los desechos se efectuaba por una estructura denominada aniespiráculo, formado por la fusión del ano y los espiráculos adyacentes a este.

Reproducción

Los restos fósiles disponibles no permiten mayores aproximaciones a la comprensión de la reproducción de los blastozoos.

Por mera analogía, se infiere que los blastozoos pudieron realizar su reproducción similar a los Echinodermata modernos, pudiendo ser sexual, mediando un estado larval de naturaleza planctónica (larva pluteus), o asexual.

Referencias

  1. Bockelie, J. (1984). The Diploporita of the Oslo region, Norway. Palaeontology.
  2. Sprinkle, J. (1973). Morphology and evolution of blastozoan echinoderms. Harvard University Museum of Comparative Zoology.
  3. Sprinkle, J. y C.D. Sumrall (2008). New parablastoids from the western United States. The University of Kansas Paleontological Contributions.