El rezago tecnológico y educativo en África y Latinoamérica
El rezago tecnológico y educativo en África y Latinoamérica es el estancamiento que padecen algunos países o sociedades con relación al manejo de las nuevas tecnologías informáticas y comunicativas. Este fenómeno ocurre con bastante frecuencia en países en desarrollo o subdesarrollados, pertenecientes principalmente a África y Latinoamérica.
Este fenómeno responde, entre otros factores, a la dificultad para la implementación de las Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), dada la complejidad de sus contextos políticos y sociales.
Gracias a la globalización, muchos países han tenido que abrirse a los nuevos métodos comunicacionales; sin embargo, en muchos casos algunas naciones no logran adaptarse a las tecnologías más avanzadas, lo que ocasiona una serie de crisis en los diferentes ámbitos sociales, políticos y económicos.
Por ejemplo, en el ámbito empresarial los mercados locales están limitados frente al desarrollo tecnológico de empresas extranjeras. Juan Oliver, en su artículo El problema del rezago tecnológico de las microempresas industriales, indica que estas industrias no gozan de las ventajas de la globalización, sino que sufren las desventajas de la misma.
Por otro lado, el rezago educativo se relaciona con la manera desactualizada en la que las instituciones imparten el conocimiento y la información. En países desarrollados, la información se transmite a través de herramientas e infraestructuras muy avanzadas, y en países menos desarrollados las cátedras tienen un esquema tradicional y obsoleto.
Además, el rezago tecnológico y educativo también se refiere a la incapacitación que tienen algunos ciudadanos en cuanto al manejo de las TIC. Esto suele ocurrir cuando las instituciones u organizaciones de un país no cuentan con las herramientas necesarias para alfabetizar y capacitar digitalmente a sus ciudadanos.
El estancamiento en cuanto al uso de las TIC es común en África y en Latinoamérica por la mala administración de los gobiernos, así como también por los problemas de corrupción y a las dictaduras a los que se suelen enfrentar con frecuencia estos países. Así mismo, la falta de desarrollo y los altos niveles de pobreza también determinan estas carencias digitales.
Índice del artículo
- 1 Causas del rezago tecnológico en África y Latinoamérica
- 2 Desigualdad en cuanto al desarrollo de los países
- 3 Referencias
Existen varias causas que explican el retraso que sufren los países de estos continentes. Algunas de estas son explicadas por el autor José Antonio Ocampo en su texto Rezago tecnológico, desigualdad y poca redistribución por la vía fiscal.
En dicha publicación, Ocampo explica que las complejas condiciones del contexto económico latinoamericano y africano han afectado notablemente el desarrollo y la aplicación de las TIC.
Según Ocampo, a pesar de ciertas mejorías en el área de educación y de inversión, estos países han derrochado la bonanza de los últimos diez años como consecuencia de la aplicación de malas e inadecuadas políticas redistributivas.
Esto quiere decir que estos continentes, en especial América Latina, no ahorraron durante el auge que se generó con el crecimiento de los términos de intercambio; es decir, aunque se llevaron a cabo algunas inversiones, no se retuvo el dinero suficiente, lo que llevó a estos países a ajustarse con mayor dificultad a las demandas tecnológicas actuales.
Otra de las causas de este rezago tecnológico se debe a la caída de los precios del petróleo y de los productos básicos, lo que afectó la demanda internacional e influyó en el retraso tecnológico y educativo, ya que las naciones latinoamericanas no contaron con el presupuesto necesario para financiar la adquisición de nuevas herramientas.
Además, la desindustrialización ha jugado un papel elemental para el estancamiento tecnológico de estas naciones; por ejemplo, toda América Latina cuenta con la misma cantidad de registro de patentes que Dinamarca, lo que da a entender los grandes problemas a los que se enfrentan estos continentes en términos de políticas sociales.
Después de que culminara la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países de América Latina detuvieron el suministro de materia prima para los países desarrollados, ya que estos comenzaron a reconstruir su economía y a desarrollar sus herramientas agrícolas.
Esto afectó de forma notoria al desarrollo tecnológico de este continente, puesto que solo se pudo orientar en el avance y creación de formas de agricultura más desarrolladas. Esto impidió la introducción de tecnología de alta calidad y servicios digitales, pues se colocó el foco solamente en la tecnología de los sectores primarios.
En consecuencia, Latinoamérica se convirtió en el importador de tecnologías obsoletas o atrasadas en comparación con los avances de los países desarrollados.
Actualmente la educación de muchos latinoamericanos debe ser interrumpida para que estos puedan incorporarse al mercado laboral; sin embargo, esto lo hacen sin contar con la capacitación o preparación necesaria. En consecuencia, el estancamiento tecnológico funciona como un círculo vicioso en el que se alimenta el desempleo y el rezago educativo.
Por su parte, el continente africano sufre de un rezago educativo y tecnológico profundamente visible, a pesar de que la mayoría de los países africanos cuenta con los recursos naturales necesarios para desarrollarse económica y socialmente.
Además, los altos niveles de pobreza y de desinformación impiden la entrada consciente y efectiva de las TIC.
Dentro de estos continentes existen países que han logrado un mayor desarrollo en la utilización de las TIC en comparación con el resto de las naciones adyacentes.
Algunos países como México y Chile han conseguido ciertos avances en cuanto al desarrollo económico y educativo; sin embargo, otros países como Venezuela y Bolivia se han ido deteriorando con el paso de las décadas debido a la mala administración de las herramientas y de los recursos.
Según el autor Juan Ocampo, Guatemala y Honduras son los países con mayor desigualdad en cuanto al empleo de las TIC y el sistema educativo; por otro lado, Brasil ha conseguido reducir notoriamente la desigualdad, aunque todavía debe seguir desarrollándose.
Según los cálculos de este autor, el país más desarrollado de este continente en la aplicación de tecnologías es Uruguay seguido por Costa Rica, que había avanzado significativamente pero retrocedió un poco en los últimos años.
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