Historia

Julia Pastrana: biografía, enfermedad, relaciones


Julia Pastrana (1834-1860) fue una mujer mexicana que padecía diversas enfermedades que afectaban a su apariencia física. Debido a eso, fue expuesta como atracción en diversos espectáculos. Pastrana recorrió parte de los Estados Unidos y Europa con diferentes representantes, aunque algunos expertos los consideran más bien dueños.

Aunque fue explotada por su aspecto físico, lo cierto es que gozaba de muchas cualidades. Poseía talento para el canto, hablaba varios idiomas, tenía una gran inteligencia y, de acuerdo con las crónicas que han llegado hasta hoy, tenía una conversación y una personalidad muy atractivas.

La falta de escrúpulos de su último representante, que llegó a casarse con ella, lo llevó a aprovecharse de Julia incluso después de muerta. Su cadáver fue paseado por varios países europeos, expuesto como un fenómeno de la naturaleza.

Tras una serie de acontecimientos, incluido el robo de su cuerpo momificado, el cuerpo de Julia fue trasladado de vuelta a México, donde hoy está enterrado. Su historia ha sido llevada al cine y ha servido como argumento a una obra de teatro.

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Primeros años de Julia Pastrana

En realidad se desconoce bastante sobre la historia de los primeros años de esta mujer. Mucho de lo que se cuenta es contradictorio, sin saberse si fueron invenciones posteriores o realidad.

Lo único en lo que coinciden los cronistas es en que Julia Pastrana nació en Sinaloa. La fecha varía según la fuente, pero la más aceptada es 1834. Igualmente, hay quien señala que vino al mundo en Santiago de Ocoroni, en Leyva. Al no haber acta de nacimiento, los detalles reales son difíciles de saber.

Julia era de familia indígena, de una tribu llamada “buscadores de raíces” (root digger). Estos ocupaban el oeste de México. También algún autor apunta que hay evidencias de que vivió en una cueva hasta que cumplió los cuatro años.

Relato en los panfletos sobre su infancia

Siendo ya famosa, la historia de su vida formaba parte de la publicidad que anunciaba sus espectáculos, lo que no garantiza su veracidad.

De acuerdo a estos relatos, de niña acompañaba a una mujer india de nombre Espinoza, aunque parece que no era su madre. Espinoza había sido dada por muerta tras separarse de su tribu en 1830, pero apareció más tarde con unos vaqueros.

En ese momento Julia tenía solo 2 años y acabó adoptando el apellido de la mujer después de que esta se casara y la bautizara. Tras la muerte de Espinoza, Julia comenzó a trabajar en la casa del gobernador de Sinaloa como sirvienta, hasta que en 1854 abandonó el empleo y se dispuso a volver a su tierra.

Enfermedad

Antes de continuar con su vida, hace falta señalar que Julia padecía dos enfermedades relacionadas con su apariencia física y que marcaron toda su trayectoria.

Su cara, y también en el resto del cuerpo en menor grado, estaba llena de pelo. Su mandíbula era muy prominente y tenía baja estatura: solo 1,4 metros. Muchos la comparaban con un mono, e incluso había quien afirmaba que era el resultado de un híbrido entre un orangután y un humano. El propio Charles Darwin comentó lo siguiente sobre ella:

“Julia Pastrana, una bailarina española, era una mujer extraordinariamente fina, pero tenía una gruesa barba y frente velluda. Fue fotografiada y su piel puesta en exhibición. Pero lo que nos concierne es que tenía en ambas quijadas, superior e inferior, una irregular doble hilera de dientes. Una hilera colocada dentro de la otra, de lo cual el doctor Purland tomó una muestra. Debido al exceso de dientes, su boca se proyectaba y su cara tenía la apariencia de la de un gorila.”

Hipertricosis

El nombre de su enfermedad era hipertricosis, conocida como síndrome del hombre lobo. Los que la padecen tienen una cantidad anormal de pelo por todo su cuerpo.

Por otra parte, padecía de prognatismo, que le provocaba tener los dientes totalmente irregulares y daban a su mandíbula la extraña forma que tenía.

Entrada en el mundo del espectáculo

Al igual que con su nacimiento, existen varias versiones sobre cómo empezó su vida como atracción de circo. Algunos afirman que, cuando regresaba a su tierra desde la casa del gobernador de Sinaloa, conoció a M. Rates, un estadounidense que la llevó con él para usarla en sus espectáculos.

Otros afirman que Rates la vio cuando aún trabajaba para el gobernador, y otros dicen que fue un administrador del puerto de Mazatlán quien se la compro a este. Por último, hay quien afirma que fue directamente vendida a un circo.

Debut en el Gothic Hall

Lo que sí se conoce con seguridad es que debutó frente al público en 1854, en Nueva York. Allí, en el Gothic Hall, la presentaron como “La mujer oso” y como “El híbrido maravilloso”.

Las críticas en la prensa al día siguiente hacían referencia a su horrible aspecto, pero destacaban sus dotes para el canto.

Ruta por los Estados Unidos

De Nueva York pasó a Cleveland, ya con un nuevo dueño (o representante, como ellos se hacían llamar). En esa ciudad fue llevada a numerosas galas militares, así como a bailes sociales. Por lo que parece, se formaban colas para bailar con ella.

La ruta por los Estados Unidos la llevó también a Boston, e incluso pasaron a Canadá. Poco a poco se fue haciendo un nombre más allá de su apariencia gracias a sus múltiples cualidades.

Viaje a Europa

Su fama había cruzado el océano y fue reclamada desde Europa. Ya con Theodor Lent, un nuevo representante, llegó a Londres y ofreció varias actuaciones. Los medios de comunicación la retrataban como una mujer satisfecha y feliz con su vida, pero siempre era Lent el que daba esa versión.

Ya en 1857 Lent intentó llevarla a Alemania, pero las autoridades germanas no dieron permiso para su espectáculo. Para evitar ese problema, el representante afirmó que era actriz de teatro y no una rareza de circo.

Así, se inventó una obra para que Julia la representara en Leipzig. Claro que el argumento, finalmente, se basaba en su aspecto físico. La policía de la ciudad acabó prohibiendo las representaciones.

Julia, sobradamente conocida en ese momento, recibió un gran número de proposiciones de matrimonio. En una entrevista en Alemania declaró que las rechazaba porque los hombres no eran lo bastante ricos. Todos los historiadores afirman que, en realidad, esa era la intención de Lent: desposarla con un millonario para su propio beneficio.

Irónicamente, fue el representante el que acabó casándose con Julia, que había conseguido acumular una pequeña fortuna. Se casaron en 1857.

Embarazo y muerte

Parece que Julia sí había acabado tomándole cariño a Lent, pero el trato que este le dio fue terrible. La obligó a ir a numerosos médicos a que la examinaran, así como a visitar a muchos científicos para que la sometieran a diversas pruebas.

Al mudarse a Viena le prohibió salir de la casa y fue volviéndose muy agresivo. Algo más tarde, mientras se encontraban de gira por Polonia y Rusia, ella se quedó embarazada.

Tuvo a su hijo el 20 de marzo de 1860. El niño nació con la misma enfermedad de su madre. Acabó muriendo apenas un día y medio después de nacer. En cuanto a Julia, el parto la dejó agonizando. Falleció cinco días después de haber dado a luz.

Explotación de Julia tras su muerte

Teniendo en cuenta que Lent no había parado de vender entradas durante la agonía de su esposa, se entiende que su muerte no acabara con sus ganas de obtener beneficio económico a su costa.

Primero vendió los cuerpos de Julia y del niño fallecido a un profesor ruso, quien los expuso en el Instituto Anatómico de la Universidad de Moscú tras momificarlos.

Al comprobar el éxito que obtenía, el viudo acudió a los tribunales para recuperar los cadáveres. Ganó el juicio y llevó las momias a Inglaterra. Allí los expuso al público, con Julia vestida con uno de sus trajes de baile. Miles de personas visitaron la macabra exposición.

Las momias pasaron por diversos lugares, siempre expuestos para provecho de Lent. Finalmente, las vendió al mejor postor.

Una nueva Pastrana

Lent dio una nueva vuelta de tuerca a la situación. Encontró —y se casó— con otra mujer con la misma enfermedad que tenía Julia. Afirmó al público que era su hermana y recuperó los cadáveres para montar un nuevo espectáculo: Julia, el niño y su nueva esposa.

Finalmente, el nuevo matrimonio acabó viviendo en San Petersburgo. Fue allí donde Theodro Lent enfermó psicológicamente y murió tras un tiempo ingresado en un sanatorio.

Su viuda, de nombre Zenora, se mudó a Alemania y, dispuesta a continuar viviendo del recuerdo de Julia, volvió a exhibirse junto con las dos momias en 1889. Después las vendió a J.B. Gassner quien, a su vez, las subastó en Viena en 1895.

En Noruega

Durante unos años no se tuvo noticia del paradero de los restos de Julia ni de su hijo. En 1921 aparecieron en Noruega, en una cámara de los horrores. Durante la Primera Guerra Mundial acabó siendo exhibida en los países ocupados por los nazis, que pretendían obtener dinero.

El cuerpo del niño fue destruido en 1976, cuando unos vándalos entraron en el edificio donde se encontraban y se ensañaron con él. Ya en 1979, con los cuerpos aún exhibiéndose, las protestas de organizaciones humanitarias lograron que se retirasen.

Ese mismo año alguien robó la momia, que reapareció de alguna manera en el Instituto Forense de Oslo, pero sin identificar.

De esta forma, durante 11 años el cuerpo permaneció allí, sin que nadie supiera a quién pertenecía. En 1990 descubrieron su identidad y se quedó en la Universidad de Oslo hasta la entrada del nuevo siglo.

Vuelta a casa

Por fin, en 2012 la universidad del país nórdico decidió enviar el cuerpo de vuelta a México. Fue el 7 de febrero de 2013 cuando Julia Pastrana pudo regresar a su tierra. Su cuerpo fue enterrado en el Cementerio Histórico del estado de Sinaloa, el 13 de febrero de ese mismo año, poniendo punto y final a su historia.

Referencias

  1. Fregoso, Juliana. La dolorosa historia de la mexicana a la que hicieron actuar en Europa como “la mujer más fea del mundo”. Obtenido de infobae.com
  2. Orozco, Gisela. Julia Pastrana: Su triste, inexplicable y maravillosa historia. Obtenido de chicagotribune.com
  3. WikiMexico. La triste historia de Julia Pastrana: la mujer simio. Obtenido de wikimexico.com
  4. Lovejoy, Bess. Julia Pastrana: A “Monster to the Whole World”. Obtenido de publicdomainreview.org
  5. CandyGuy. Julia Pastrana – The Nondescript. Obtenido de thehumanmarvels.com
  6. Wilson, Charles. An Artist Finds a Dignified Ending for an Ugly Story. Obtenido de nytimes.com
  7. The Independent. Julia Pastrana: The Tragic Story of the Victorian Ape Woman. Obtenido de independent.co.uk
  8. Miles, Professor A E W. Julia Pastrana: The Bearded Lady. Recuperado de europepmc.org