Derecho

Homicidio simple: concepto, características, ejemplos


¿Qué es un homicidio simple?

El homicidio simple se refiere a cuando una persona mata a otra, actuando con dolo e intención, pero sin circunstancias añadidas que puedan atenuar o agravar el delito. Es simple en cuanto a que no se incorporan otros elementos. Un ejemplo claro es un ladrón que acaba con la vida del propietario de una casa, quien le descubre en pleno hurto.

Si un individuo es juzgado y considerado culpable de un homicidio simple será sentenciado según la legislación vigente para el caso concreto. Normalmente la pena variará dependiendo de si existen agravantes, como un vínculo familiar con la víctima. El homicidio está regulado en el artículo 138 del Código Penal.

Dicho artículo reza lo siguiente: “El que matare a otro será castigado, como reo de homicidio, con la pena de prisión de diez a quince años”. Es necesario que se produzca un resultado material específico (la muerte de otra persona) para que exista delito de homicidio.

El homicidio simple puede ser producido por acción (apuñalar a alguien) u omisión (no proporcionar alimentación a un niño que esté al cargo del homicida). No es relevante en estos casos si la víctima sufre una enfermedad que le va a quitar la vida en breve; eso no condiciona el delito de homicidio simple.

Características del homicidio simple

– El homicidio simple está regulado en el artículo 79 del Código Penal. Se considera que es un delito de acción, que puede ser también por omisión y de resultado material. Su característica primordial es la existencia de una relación de causalidad entre la acción del homicida y el resultado de muerte.

– Son característicos de homicidio simple la existencia de un sujeto activo y pasivo. Sujeto activo puede ser cualquiera. No necesita ninguna calificación especial, ya que no es un tipo agravado por vínculo, como es el caso del parricidio. Un sujeto pasivo también puede ser cualquiera, aunque debe ser diferente del homicida; de lo contrario, se trataría de suicidio.

– Según la legislación, el homicidio significa matar a otro y sus elementos son una acción u omisión causales, un resultado material, la muerte y un elemento subjetivo (el dolo), que supone la voluntad de quitar la vida.

– Es principalmente un delito de actuación, puesto que la acción de matar es casi siempre un procedimiento activo; sin embargo, en algunos casos es posible que se cometa por omisión. Cuando se trata de homicidio por omisión aparece la figura del garante, quien tiene el deber jurídico de actuar para evitar el resultado de muerte.

Ejemplos reales de homicidios simples

Homicidio por disparos

El 17 de abril de 2018 se produjo el homicidio simple de un hombre en La Laguna, Tenerife. Le mataron a tiros desde un coche que huyó. Más tarde, la policía localizó en las inmediaciones el coche en llamas. La agencia Efe informó que el individuo sufrió dos disparos: en el pecho y en la cabeza.

El homicidio se produjo a las 22 horas, cuando abandonó la Escuela de Idiomas y se disponía a subir a su vehículo para regresar a su domicilio después de su clase.

Este ejemplo real se trata de un homicidio simple, ya que no existe alevosía, precio o recompensa, ni tampoco ensañamiento. Lo que sí se encuentra es la intención de acabar con la vida de otra persona.

Homicidio por apuñalamiento

Este es el caso de un homicidio en Alcalá de Henares, Madrid, de un hombre de 30 años que fue apuñalado. La noche del 14 de marzo de 2018 la víctima fue encontrada en paro cardiorespiratorio. Fue reanimado, aunque falleció más tarde en el hospital.

Los servicios de emergencias y policía fueron avisados por los transeúntes que escucharon los gritos de auxilio de la víctima, quien tenía varias puñaladas en el tórax y el abdomen.

Se trata de homicidio simple sin alevosía, precio o ensañamiento, aunque sí que existe la voluntad de matar.

Homicidio por disparos en una riña

El 5 de marzo de 2018 se produjo una riña en un apartamento del barrio de Carabanchel y  un hombre de 19 años de nacionalidad dominicana murió por disparos.

Los vecinos fueron quienes alertaron a la policía al escuchar la discusión y un disparo. La policía ha encontrado a la víctima en el rellano, ya fallecida. Este es otro ejemplo de homicidio simple sin agravantes.

Diferencia entre homicidio simple y homicidio calificado

El homicidio calificado o agravado está regulado en el artículo 139 del Código Penal. Indica que “será castigado con la pena de prisión de quince a veinticinco años, como reo de asesinato, el que matare a otro concurriendo alguna de las circunstancias siguientes:

  • Con alevosía.
  • Por precio, recompensa o promesa.
  • Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido.
  • Para facilitar la comisión de otro delito o para evitar que se descubra.

Cuando en un asesinato concurran más de una de las circunstancias previstas en el apartado anterior, se impondrá la pena en su mitad superior”.

El homicidio simple no cuenta con esas circunstancias; es decir, no se lleva a cabo con premeditación y no hay una planificación previa analizando a la víctima y sus hábitos para facilitar la comisión del delito.

No existe tampoco alevosía, que es una forma de reducir o eliminar las posibilidades de defenderse de la víctima. En el homicidio simple tampoco existe un precio que se abona por ejecutar a la víctima y no hay un ensañamiento en el modo de asesinarla.