Lengua y literatura

Novela pastoril: características, representantes, obras


La novela pastoril, en la literatura universal, es aquel género literario de la prosa que se caracteriza por su idealización de la vida pastoral y la campesina en general. Además tiene incursiones a episodios sentimentales que expresan el espíritu renacentista (de ahí que este sea un género italianizante).

El iniciador de este tipo de novela fue Teócrito en el siglo III a. C. aunque no fue sino hasta el siglo XVI cuando esta forma narrativa llegó a su máximo esplendor con autores como Jorge de Montemayor.

En cuanto al contexto, la novela pastoril es un género renacentista que se ubica en el Siglo de Oro español y que tuvo sus orígenes directos en Italia y más tarde en Portugal. Poco después se desarrolló en lengua castellana y de ahí, tras su creciente popularidad, pasó al resto de Europa, con mayor énfasis en Francia, Alemania e Inglaterra.

La influencia en ciertos escritores fue tal que muchos la utilizaron para ir un paso más allá en las letras y crear nuevas formas literarias.

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Evolución de la novela pastoril

El desarrollo de la novela pastoril se sitúa bajo dos marcos fundamentales. El primero de ellos se refiere al paso de este género por los siglos XV y XVI, con su entrada en el renacimiento. Y el segundo, conlleva a los grupos de textos que se compusieron durante el Siglo de Oro español, etapa de importantes escritores destacados.

Como se ha mencionado, la novela pastoril es un género caracterizado por el diálogo de los pastores acerca del amor que procede de Italia. Ésto se debe a que su iniciador fue el escritor italiano Jacopo Sannazaro (1458-1530) con su Arcadia, publicada en 1504.

A su vez, contemporáneos a Sannazaro como el portugués Bernardim Ribeiro (1482-1552) publicaron obras del mismo estilo como Menina e moça (Menina y moza, en español), tras su muerte.

En este sentido, la novela de Ribeiro no fue declarada enteramente como pastoril aunque sí fue la primera novela de su tipo en la Península Ibérica, mientras que la de Sannazaro fue la pionera en ser escrita en una lengua romance.

Al poco tiempo, Jorge de Montemayor (1520-1561) publicó Los siete libros de Diana (1558), portugués que redactó la primera novela de pastores en lengua castellana.

Como dato, Jorge de Montemayor escribió su Diana partiendo de una traducción realizada de los Diálogos de amor (publicada en 1535) y cuyo autor fue León Hebreo, un médico judío portugués que fue expulsado de la Península Ibérica en 1492.

Por consiguiente, Montemayor hizo más que poner una de las piedras fundacionales de la novela pastoril, es decir, se encargó de dar continuidad a una tradición literaria que databa de mucho antes.

De este modo, la novela pastoril, que al principio se cultivó en lenguas romances (se llegó a escribir también en francés), no tardó en extenderse a las lenguas germánicas, por lo que se leyeron en Inglaterra y Alemania.

De hecho, se sabe que Shakespeare debió haber tenido conocimiento de algunos ejemplares de estos relatos que se tradujeron al inglés por medio del hispanista Bartholomew Young, quien conocía bien la obra de Montemayor.

Más tarde, la novela pastoril ejerció su influencia en autores como Miguel de Cervantes y su Galatea, publicada en 1585, además de la respectiva parodia que hace el mismo escritor en su Quijote.

En dicho clásico de la narrativa hispánica y de la literatura universal, Cervantes cuenta cómo un cura salvó del fuego la Diana de Montemayor, a la que quiso que se le hiciera una edición menor en la que se hacía censura de una escena que no le parecía agradable.

Características de la novela pastoril

Aunque la novela pastoril no tuvo más éxito que la novela de caballerías, si es cierto que introdujo una serie de aspectos novedosos.

En este sentido, dicho género introdujo diferentes temas en un mismo relato. Por tanto el lector podría encontrar que en un mismo libro había argumentos que iban desde lo pastoril hasta lo caballeresco y de lo morisco hasta lo fronterizo. De ese modo, este género fue representando una nueva generación de españoles creativos.

En relación con lo anterior, la novela pastoril influyó sobre la creación de la novela moderna con dotes cervantinos. A su vez, la novela pastoril bebe de la égloga donde los pastores están en un lugar ameno que no precisa de sitio concreto para contar los hechos amorosos de los que tratan sin que por ello se altere el núcleo de la narración.

En suma, la novela pastoril tiene una esencia virgiliana, con una tradición que recuerda sus Bucólicas de Virgilioy que se encuentran versionadas en Sannazaro. (Los autores del Siglo de Oro eran fervientes admiradores del poeta clásico latino).

Eso sí, la novela de pastores tiene una lírica que se remite a las tradiciones castellanas y al dramatismo de las églogas que ya se exponían a finales del siglo XV pero que maduran en el siglo XVI, es decir, cuando el género alcanza su cenit.

La esencia de la novela pastoril, de esta manera, tiene vaivenes que van de la comedia a la tragedia, con una vasta variedad literaria que se observa en sus registros lingüísticos y además en la complejidad de sus sentimientos.

Por su parte, de la égloga aprovecha su forma de entablar una conexión entre el plano en que se describen los hechos y la realidad que se halla por fuera del texto, la cual no es sino las peripecias que hay en el amor.

Por añadidura, la novela pastoril no complica el universo literario, sino que más bien lo simplifica y hace que se enfoque en los sentimientos que se viven, o más concretamente, en los sentimientos de sus personajes, los cuales se toman algunas licencias con relación a su vínculo con la sociedad.

Así, el relato pastoril es experimental, ya que el autor prueba las relaciones de afecto en conjunto con la retórica con la que se escribe y describe. En otras palabras, la novela pastoril es experimental porque se redacta por ensayo y error, es decir, el autor de este género prueba distintas opciones, las baraja y las escribe.

No obstante, el resultado está lejos de ser mediocre y condenado al olvido ya que la novela pastoril se consigue, como se ha mencionado, enganchar en la tradición literaria póstuma.

De este modo, el renacimiento es clave en la creación dicho género puesto que revitaliza ideas que se creían desaparecidas u olvidadas, entre ellas las ideas de los clásicos grecorromanos.

Dicho en síntesis, y partiendo de las descripciones precedentes, las características de la novela pastoril son las siguientes:

  • Multitud de argumentos y tramas en un mismo relato.
  • El lugar de la narración no es preciso.
  • El tema de la novela es el amor.
  • La estructura pastoril tiene reminiscencias a los clásicos grecorromanos.
  • Se varían los acontecimientos entre la tragedia y la comedia.
  • Su universo literario es tan simple como sus personajes.
  • Los personajes no siempre se atienen a las normas de la sociedad.
  • La retórica y el lenguaje de la novela son experimentales.
  • Hay un ansia por explorar formas de superar las novelas de caballería.
  • La principal fuente literaria es del renacimiento italiano.

Idiomas de la novela pastoril

La novela pastoril se llegó a escribir en italiano, español y portugués, aunque también hay redacciones en francés, inglés y alemán, aunque en menor medida.

La preeminencia de este género literario, sin embargo, abarcó la literatura castellana, en la que dada su popularidad llegó a traducirse a otros idiomas que fueron vehículo para que los autores más célebres de ese tiempo, como William Shakespeare, pudieran basar porciones de algunas de sus obras más destacadas.

Representantes

  • Jacopo Sannazaro (1458-1530).
  • Bernardim Ribeiro (1482-1552).
  • Jorge de Montemayor (1520-1561).
  • Miguel de Cervantes (1547-1616).

Obras destacadas

  • La Diana (1558), de Jorge de Montemayor.
  • La Diana enamorada (1564), de Gaspar Gil Polo.
  • La Galatea (1585), de don Miguel de Cervantes.
  • La Arcadia (1598), del célebre Lope de Vega.

Referencias

  1. Alatorre, Antonio (1998). “El texto de la Diana de Montemayor”. Nueva Revista de Filología Hispánica, 46(2), pp. 407-18.
  2. Alvar, Carlos; Mainer, José Carlos y Navarro Durán, Rosa (2014). Breve historia de la literatura española, 2ª edición. Madrid: Alianza Editorial.
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  4. Gies, David T. (2008). The Cambridge History of Spanish Literature. Cambridge: Cambridge University Press.
  5. Guardiola, María Luisa (2001). Introducción a la literatura española; Glosario de términos útiles. Pensilvania, Estados Unidos: Swarthmore College. Recuperado de swarthmore.edu.
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