¿Qué es la escrupulosidad?
¿Qué es la escrupulosidad?
La escrupulosidad es la culpa patológica o la obsesión por cumplir compulsivamente ciertos preceptos religiosos o morales. Es una forma de trastorno obsesivo-compulsivo, donde las personas se atormentan porque piensan que violan constantemente sus códigos morales, éticos o religiosos.
Las personas escrupulosas tienden a ser eficientes y organizadas, en lugar de relajadas y desordenadas. Suelen tener una gran autodisciplina, y normalmente actúan en función de lo que ellos perciben como su deber. A menudo, también planifican su comportamiento, son sistemáticos y tienden a comportarse de manera racional.
Todo el mundo es escrupuloso en mayor o menor medida. Sin embargo, las diferencias entre una persona con altos niveles de este rasgo y otra que puntúe con niveles bajos, pueden ser extremadamente marcadas.
Escrupulosidad como rasgo de personalidad
La escrupulosidad es uno de los rasgos fundamentales de varios de los modelos de personalidad más importantes que existen, como por ejemplo el “Modelo de los cinco grandes” y el modelo “HEXACO”.
En ocasiones, se conoce a esta característica por otros nombres, como responsabilidad.
Cada modelo de la personalidad define la escrupulosidad de una manera ligeramente distinta, pero normalmente se reconoce que está formada por seis facetas diferentes. Son las siguientes: competencia, orden, orientación al deber, orientación al logro, autodisciplina y deliberación.
Competencia
Las personas muy escrupulosas tienden a dominar con facilidad aquellas tareas en las que se implican de verdad. Los individuos de su alrededor los perciben como gente capaz y confiable.
Además, cuando alguien tiene altos niveles de escrupulosidad, normalmente se ve a sí mismo como alguien capaz de conseguir lo que se propone. Esto normalmente se relaciona con niveles altos de autoconfianza.
Orden
Para una persona escrupulosa, el orden del entorno en el que se encuentra es extremadamente importante. Normalmente, tareas como la limpieza serán fundamentales para ella.
A menudo, los individuos con este rasgo tienen muchos problemas para convivir con personas más desordenadas o que le otorgan menos importancia a este factor.
Orientación al deber
Las personas escrupulosas normalmente tienen un sentido del deber muy desarrollado. Habitualmente tienen su propio código moral, que tratan de seguir sin importar las consecuencias de hacerlo. Por ejemplo, suelen ser muy honestos y evitan dañar a los demás conscientemente.
Además de esto, niveles altos de este rasgo provocan que un individuo se tome muy en serio sus obligaciones hacia los demás. Esto hace que, si alguien escrupuloso se compromete a realizar una acción, normalmente la lleve a cabo salvo en situaciones extremas.
Por todo ello, las personas escrupulosas suelen ser percibidas como dignas de confianza.
Orientación al logro
Los individuos con niveles altos de escrupulosidad habitualmente se esfuerzan muchísimo para alcanzar la excelencia. Normalmente, tienen varias metas desafiantes en las que trabajan, y desean ser reconocidos por los demás.
Cuando esta característica se da a la vez que otras, como alto neuroticismo o alta apertura a la experiencia, puede provocar que la persona sea muy inconformista y que tenga un gran miedo a convertirse en alguien mediocre.
Autodisciplina
La autodisciplina es una característica compartida por las personas que son capaces de llevar a cabo una tarea que no les apetece pero que saben que les ayudará a conseguir un objetivo importante para ellas.
La autodisciplina también puede estar relacionada con el caso contrario, es decir, con la capacidad de evitar ciertos comportamientos que pueden resultar placenteros en el presente pero dañinos a largo plazo.
Deliberación
Por último, las personas que puntúan alto en escrupulosidad tienden a reflexionar con calma antes de tomar alguna decisión o de llevar a cabo alguna acción que pueda tener consecuencias graves.
Para estos individuos, su capacidad de planificar y pensar de manera racional suele ser extremadamente importante.
Relación de la escrupulosidad con el éxito
Uno de los objetivos más relevantes de la psicología de las diferencias individuales es descubrir qué características hacen que algunas personas alcancen el éxito y consigan lo que se proponen, mientras que otras no son capaces de hacerlo.
Durante mucho tiempo se creyó que el mejor predictor del éxito futuro era la inteligencia (medida mediante el nivel de CI). Sin embargo, hoy en día sabemos que la escrupulosidad es en realidad el rasgo que mejor indica si una persona conseguirá lo que se propone o no.
De hecho, todos los rasgos que caracterizan a una persona escrupulosa guardan una gran relación con el éxito: la capacidad de tomar decisiones racionales, la autodisciplina, la capacidad para cumplir con los compromisos y actuar de acuerdo a la propia moral, la orientación al logro…
Por eso, hoy en día muchos investigadores se centran en tratar de descubrir si es posible emular las características de una persona escrupulosa en el caso de que no se posea esta característica de manera natural.
Relación con otros ámbitos de la vida
Según algunas investigaciones, el grado de escrupulosidad de una persona también tiene una fuerte relación con lo que le ocurre en distintas facetas de su vida.
Generalmente, la escrupulosidad trae consigo una gran angustia por pensar o sentir que no se es suficientemente bueno, la gente vive atormentada por supuestamente estar violando sus códigos o pecando de forma constante, y en situaciones más extremas sienten también el impulso de autocastigarse.
Además, la escrupulosidad se padece aunque la persona no sea religiosa, y en estos casos, se atormentará pensando que no es un buen ciudadano o una buena persona.
Los niveles muy altos de escrupulosidad pueden generar un gran conflicto personal y también comportamientos desadaptativos.
Referencias
- Conscientiousness. Recuperado de 123test.com.
- Conscientiousness. Recuperado de psychologytoday.com.
- Conscientiousness: A ‘Big Five’ Personality Trait. Recuperado de psychologistworld.com.