Curiosidades

John Wayne Gacy: Biografía y Víctimas


John Wayne Gacy Jr. fue un asesino serial estadounidense acusado de violar y matar a 33 hombres, entre adolescentes y jóvenes. Fue conocido también con el nombre de “Pogo”, “Pogo” el Payaso o “El payaso asesino”, ya que Gacy solía disfrazarse de clown como parte de sus actividades sociales en la comunidad donde vivía. El asesino era considerado como un vecino realmente ejemplar, por ello el descubrimiento de sus crímenes causó aún más conmoción entre los que lo conocían.

Gacy cometió sus asesinatos entre los años 1972 y 1978. Cuando fue atrapado, se descubrió que 26 de sus víctimas habían sido enterradas en el semisótano de su propia casa. Otras 3 fueron sepultadas en otros lugares de la casa, mientras que otras 4 fueron lanzadas a un río cerca de su domicilio. Fue sentenciado a 12 penas de muerte y 21 cadenas perpetuas.

Sus primeros años de vida

John Wayne Gacy Jr.  nació el 17 de marzo de 1942 en Chicago, Illinois, en Estados Unidos. Fue el segundo de los tres hijos de John Stanley Gacy y Marion Elaine. Su padre, nieto de inmigrantes polacos, tenía preferencia por sus hijas y menospreciaba a su vástago.

Se dice que la aversión que tenía el padre por su hijo se debía a que ambos tenían la misma personalidad dominante. El niño era frecuentemente castigado y golpeado por su padre, quien era alcohólico. Aunque el menor pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia tratando de buscar la aceptación de su padre, nunca lo logró.

Los maltratos de su padre hicieron que la relación entre ambos fuese realmente complicada. Este no solo maltrataba a su hijo varón  sino también a su madre. Y además solía propinarle insultos llamándole “estúpido”, “marica” y “niño de mamá”.

Sumado a todo esto, Gacy Jr. fue abusado sexualmente cuando tenía 9 años. Años después el asesino confesó el episodio y aseguró que no dijo nada a su padre por miedo a que lo golpeara una vez más. Todo esto, en conjunto con la acusación constante de su padre de ser homosexual,  provocó en Gacy Jr, diversos problemas sexuales que se manifestarían años después. Y no solo en su conducta asesina sino también en su obsesión por la pornografía, los chicos y la violencia en el sexo.

Gacy tampoco fue un niño saludable. Tuvo problemas respiratorios desde temprana edad debido a que cuando estaba en el útero de su madre, respiró sus propias heces. Su condición cardiaca lo hizo incapaz de poder jugar y relacionarse con otros niños, otro hecho que su padre consideró como un fracaso de su parte.

Además, cuando tenía 11 años sufrió un desafortunado incidente. Cuando un columpio lo golpeó en la cabeza, Gacy Jr. cayó inconsciente. A causa de esto, sufrió desmayos los cinco años siguientes. A los 14 años sufrió un ataque de epilepsia y a los 16 años fue diagnosticado con un coágulo en el cerebro. Posteriormente le recetaron medicamentos y el problema desapareció.

Cuando se hizo mayor, los problemas con su padre se agravaron y el chico en ocasiones le devolvía los golpes. Durante su época de escuela asistió a cuatro colegios diferentes, pero los abandonó todos. A los 20 años finalmente decidió irse de casa y se mudó a Las Vegas. Allí consiguió empleo en una funeraria y desde ese momento quedó fascinado con los cadáveres, sobre todo con el de los más jóvenes.

Esta época alejado de su familia le permitió dejar de sentirse como un fracasado. Unos meses después regresó a Chicago y se inscribió en la escuela de negocios Northwestern Business College, donde posteriormente se graduó. Así comenzaría lo que sería una breve etapa de éxitos, primero como vendedor y luego como empresario.

Tras graduarse, comenzó a trabajar en una compañía de calzado. Su increíble habilidad como vendedor lo llevó a conseguir un mejor puesto. En 1964 lo trasladaron a la ciudad en Springfield, en el mismo estado de Illinois, para encargarse de una tienda. 

Para aquella época Gacy comenzaba a sentirse más confiado. Hizo nuevos amigos y se unió a la organización Jaycees, que era la Joven Cámara de Comercio. Allí se convirtió en uno de los miembros más populares, entusiastas y simpáticos del grupo. Estaba así a un paso de ser uno de los hombres más respetados de la ciudad.

Con su recién ganada confianza, con su encanto y persuasión, logró dejar atrás sus complejos, al menos eso parecía. Allí conoció a Marlynn Myers, quien poco tiempo después se convirtió en su primera esposa. Myers era hija de un exitoso hombre de negocios, que había adquirido la franquicia del restaurante de comida rápida Kentucky Fried Chicken (KFC) en la ciudad de Waterloo, en Iowa. Al poco tiempo, Gacy fue designado como el director del establecimiento.

El comienzo de su carrera como criminal

La llegada de John Gacy a su nuevo empleo como gerente de esta famosa cadena de comida sería el principio de su perdición. Gacy estaba obsesionado con el sexo y tenía un desmedido afán sexual. Sin embargo, parecía que no era capaz de saciar sus deseos con su esposa. A pesar de sus múltiples experiencias homosexuales, estaba convencido de que no lo era. Y solía definirse más bien como bisexual.

Comenzó a usar su posición como gerente para acercarse a los jóvenes empleados del restaurante. Se conocieron muchas historias sobre los chicos que Gacy invitaba a su casa. Solía fumar y beber con ellos, ver películas pornográficas, atacarlos violentamente y tener sexo, en algunos casos con consentimiento y en otros a la fuerza.

En 1968 fue acusado de abuso sexual de menores. Gacy negó todos los cargos desde el principio. Ante diversas pruebas y el testimonio de alguna de sus víctimas, el criminal fue encontrado culpable de sodomía y fue sentenciado a 10 años de prisión. Tras la condena, su esposa y madre de sus dos hijos, solicitó el divorcio.

A pesar de que lo habían condenado a pasar una década en prisión por sus fechorías, el asesino solo pasó poco más de un año en la cárcel. Tras 16 meses encarcelado, fue liberado por buen comportamiento. En junio de 1970 salió en libertad condicional y fue autorizado a mudarse nuevamente a Chicago.

La historia de un asesino en serie

En Chicago, Gacy se vio tentado una vez más a ceder a sus impulsos sexuales. En una ciudad llena de bares gays, con chicos en las esquinas vendiéndose al mejor postor, fue fácil para el asesino volver a sus andanzas. En 1971 decidió comprar una casa en el municipio de Norwood Park, ubicado en el condado de Cook, en Illinois. Para aquella época también estableció un nuevo negocio, su propia empresa dedicada a la construcción, a la cual llamó PDM Contracting.

En la Navidad de ese año, cometería su primer asesinato. Un cliente homosexual le había sugerido un lugar para encontrar chicos jóvenes para ligar. Se trataba de la terminal de autobuses Greyhound. Asimismo le dijo sobre una calle que era famosa porque había chicos prostituyéndose.

Una noche el asesino fue hasta la terminal y recogió a un chico. Según la historia que contó Gacy, el adolescente lo amenazó con un cuchillo y tras una lucha, el chico cayó herido. El asesino afirmó que escondió el cuerpo debido a que, por sus antecedentes, la policía no creería su historia. No obstante, se cree que lo que realmente sucedió fue que Gacy violó, torturó y mató al chico a puñaladas. Ese sería el primero de una larga lista de asesinatos.

Poco tiempo después, se casó nuevamente, Carole Hoff, quien tenía dos hijas. El matrimonio parecía feliz y Gacy pronto se convirtió en un respetado y querido miembro de la comunidad. Debido a que ya no era tan joven para pertenecer a la Joven Cámara de Comercio, se ofreció para colaborar con la Organización demócrata.

Además se creó un personaje como payaso para involucrarse mucho más con la vida social de su comunidad. Gacy nombró a su personaje “Pogo” y este se convirtió en una figura familiar que se encargaba no solo de recoger fondos para el partido demócrata sino también de divertir a los niños en el hospital local.

La historia de la vida social de John Wayne Gacy refleja cómo el rostro de una persona aparentemente buena y correcta, escondía toda una serie de problemas en su interior. Pero había quienes sí veían los diferentes rostros de este brutal asesino. Sus empleados solían quejarse de que era tacaño con los sueldos y muchos de ellos se convirtieron en sus víctimas.

Gacy aprovechaba cuando su esposa Carole no estaba en casa para llevar a sus amantes. Así pasaron unos años hasta que finalmente el matrimonio terminó por deteriorarse, hasta que en marzo de 1976 se divorciaron. Esto le dio al asesino una mayor libertad para llevar a sus víctimas a su casa y hacer con ellos lo que quisiera.

El modus operandi de Gacy consistía en atar a sus víctimas, torturarlos de diferentes maneras y sodomizarlos sexualmente. El último paso era estrangularlos. El procedimiento fue revelado por David Daniel, una de las víctimas que vivió para poder contar la historia.

Pero su final llegó con el secuestro de Robert Piest, un joven de 15 años. El chico estaba buscando un empleo de verano y al parecer Gacy le había ofrecido uno. El asesino lo llevó a su casa y allí lo asesinó. Las pistas llevaron a la policía hasta el, quien en un principio negó incluso conocer al muchacho.

El asesino se deshizo del cuerpo en un río cercano. Posteriormente las autoridades obtuvieron una orden para realizar un allanamiento a su casa. Fue en ese momento cuando comenzó a descubrirse todo. Al revisar el lugar, la policía encontró múltiples libros sobre homosexualidad y pederastia, además de videos pornográficos, un par de grilletes y hasta una cuerda de nylon. Pero a pesar de que encontraron algunas pruebas que situaban al joven en la casa, no encontraron nada más.

Fue en una segunda inspección a la propiedad, finalmente se descubrió la verdad. Al entrar nuevamente a la casa, con la calefacción encendida, los policías se encontraron con un olor fétido que inundaba la casa.

Durante años, el asesino había afirmado a sus vecinos que el mal olor se debía a un problema con una corriente subterránea que inundaba el sótano. Sin embargo, en aquella oportunidad se descubrió que olor realmente provenía de los cadáveres que había ocultado por años en distintos lugares de la casa, principalmente en el sótano.

Encarcelamiento y muerte

En diciembre de 1978 John Gacy confesó siete años de crímenes. El criminal declaró que su primer asesinato ocurrió en 1972. Ese día confesó haber matado a 33 personas y además indicó a la policía la ubicación de 28 de los cuerpos, los cuales estaban enterrados en su casa.

Los restos de 26 personas se encontraron sepultados en el sótano de la casa, el número 27 se encontró en el garaje, bajo el piso de concreto, y el número 28 en el patio. Una semana después se encontró una víctima adicional bajo el piso del comedor. Los cuatro cuerpos restantes se encontraron en un río cercano, incluyendo el de Robert Priest.

El juicio en su contra comenzó el 6 de febrero de 1980. A pesar de su confesión, el asesino se declaró inocente y alegó problemas mentales. Sin embargo, este argumento fue rechazado. Su abogado también intentó alegar que el acusado sufría de lapsos de locura temporal y hasta argumentó que los asesinatos fueron muertes accidentales. Todos los alegatos fueron desestimados.

El 13 de marzo de 1980 John Wayne Gacy fue declarado culpable. El asesino fue sentenciado a 21 cadenas perpetuas y a 12 penas de muerte. Durante su tiempo en prisión, comenzó a pintar y sus obras se vendieron por más de 20 mil dólares. Catorce años después de su condena, en 1994, fue ejecutado por medio de una inyección letal.

El asesino nunca se arrepintió de sus crímenes y lo último que dijo fue que su muerte no regresaría a las víctimas. Acusó al Estado de asesinarlo y además afirmó la existencia de otros cuerpos asegurando que nunca sabrían su paradero. No obstante, en 1998 durante la realización de unas reparaciones en el estacionamiento de la casa de su madre, las autoridades hallaron restos de unas cuatro personas más.