Historia

Desastre de Curalaba: qué fue, causas, desarrollo, consecuencias


¿Qué fue el desastre de Curalaba?

El desastre de Curalaba o batalla de Curalaba fue un enfrentamiento militar entre los colonizadores españoles en Chile y los Mapuches. Los vencedores fueron estos últimos, que le dan el nombre de la Victoria de Curalaba. El nombre le viene dado por el lugar en el que se desarrolló el encuentro bélico.

Esta batalla se enmarcó dentro de la Guerra de Arauco, un conflicto que enfrentó a los mapuches con los españoles, primero, y con los chilenos independientes, después. Los indígenas ocupaban un importante territorio en el oeste del país, ambicionado por los conquistadores.

A pesar de la superioridad armamentística, los españoles fueron incapaces de doblegar la resistencia mapuche. La batalla de Curalaba representó una de sus derrotas más importantes. Históricamente, significó un cambio en las tácticas españolas para conseguir conquistar el territorio.

En el aspecto militar, una columna del ejército español fue tomado por sorpresa por las fuerzas indígenas. Todos los soldados hispanos murieron, provocando que los mapuches tuvieran vía libre para destruir las ciudades que se encontraban más al sur.

Causas

Los españoles llegaron al actual Chile con el propósito de conquistar las tierras y poder aprovechar las riquezas que allí se encontraban. De igual manera, tenían como objetivo la conversión al cristianismo de los habitantes que encontraran.

Ambos hechos provocaron choques con los indígenas de la zona. Tanto la de defensa de su territorio, como la de sus costumbres y tradiciones, se convirtieron en la base de la resistencia que mostraron.

Los mapuches eran uno de los pueblos más aguerridos que habitaban Chile. Se habían forjado en la lucha contra los incas, que también habían tratado de conquistarlos. No es sorprendente, pues, que fueran los protagonistas de la mayor resistencia contra los españoles.

Cuando llegaron a la Araucanía, Pedro de Valdivia y el resto de sus compañeros pensaron que la conquista sería sencilla, como había ocurrido en casi todas partes. Su superioridad técnica era aplastante y estaban convencidos de que iba a ser una fácil victoria.

Fundación de ciudades

Las primeras incursiones realizadas por los españoles terminaron con un resultado favorable para ellos. Así, a partir de 1550, empezaron a fundar varias ciudades en pleno territorio mapuche. Las más importantes, Concepción, La Imperial y Valdivia.

De acuerdo a las fuentes de la época, los indígenas recibieron estos asentamientos de manera muy negativa. Era la prueba, en definitiva, de que los conquistadores pretendían hacerse con sus tierras.

El trato a los indígenas

Los asentamientos españoles también significaron el desarrollo de actividades económicas por su parte. Aparte de cultivar las tierras, comenzaron a extraer minerales, como el oro. Los encargados de los trabajos más duros eran indígenas, que sufrían abusos de todo tipo por parte de los recién llegados.

Esto, unido a la usurpación de los territorios, provocó la reacción mapuche. Varios grupos se reunieron para elegir a un nuevo líder, que en su cultura era llamado toqui. El elegido fue Pelantaro, que acabó convirtiéndose en un héroe de la resistencia indígena.

Antecedentes

Como se comentaba anteriormente, las primeras campañas españolas supusieron la creación de varias ciudades en las tierras mapuches. Sin embargo, ya en 1553 tuvieron que hacer frente a un levantamiento indígena. El líder de esta sublevación fue Lautaro.

Lautaro había servido a las órdenes de Valdivia, aprendiendo de los conquistadores el manejo de los caballos. Su insurrección logró derrotar a los españoles en varias batallas, retrasando el avance de sus tropas.

Finalmente, fue derrotado en Mataquito y el cacique indígena resultó muerto en la batalla. Hasta 1561, los mapuches se fueron replegando, aunque las rebeliones fueron constantes.

Desarrollo

A las puertas del siglo XVII, en 1597, los españoles comenzaron a construir un fuerte en Lumaco. En el invierno de ese año, un grupo de soldados fueron enviados a defender la recién levantada construcción. Esta fuerza fue derrotada en 1598 y el fuerte destruido por el ataque de los mapuches.

En diciembre, el gobernador visitó La Imperial. Óñez de Loyola, nombre del dirigente, había realizado un recorrido por las otras localidades hispanas, como Valdivia y Osorno, para inspeccionarlas. Además, trataba de encontrar voluntarios para una campaña que pretendía realizar contra los mapuches.

Aún en La Imperial, recibió un mensajero indígena enviado, supuestamente, por el jefe de la ciudad de Angol, otra de las dominadas por los españoles. En el mensaje se afirmaba que los mapuches estaban a punto de atacarlos y pedían ayuda.

El gobernador reunió a sus hombres y, el 21 de diciembre, partió en auxilio de los sitiados.

Avance de los españoles

El contingente que acompañaba a Óñez de Loyola estaba compuesto por 150 soldados, más 300 indios auxiliares. La zona que debían atravesar hasta llegar a Angol era una de las más disputadas de todo el área.

El camino no era sencillo, ya que tenían que atravesar varias zonas pantanosas usadas por los mapuches para sus emboscadas. Sin embargo, el gobernador confiaba ciegamente en la superioridad militar de su ejército.

Tras pernoctar la primera noche cerca de La Imperial, la tropa se dirigió al día siguiente a las orillas del río Lumaco. Se trataba de un paraje rodeado de cerros y complicado de defender.

Al llegar a una zona llamada Curalaba, enfrente de las ruinas del Fuerte Lumaco, Óñez de Loyola decidió hacer noche antes de seguir avanzando.

La Sorpresa de Curalaba

Los historiadores coinciden en que el gobernador organizó esa parada de manera muy deficiente. Los caballos fueron dejados a su aire para que se alimentaran y nadie estableció patrullas de exploración. La única precaución que tomaron fue organizar un turno de vigías, que se demostró del todo insuficiente.

Aunque es un detalle sin confirmar, hay quien afirma que el mismo mensajero que llevó la petición de ayuda desde Angol, avisó a las fuerzas mapuches del lugar en el que se encontraban los españoles.

Sea como sea, los indígenas organizaron una avanzada de 399 hombres, dispuestas para sorprender a los acampados.

En la noche del día 23 de diciembre se produjo el ataque. Los españoles no tuvieron tiempo de reaccionar y, según las crónicas, apenas fueron capaces de disparar un tiro. El gobernador resultó muerto en los primeros momentos de la batalla.

De acuerdo a la tradición, solo dos españoles sobrevivieron. Pelantaro, que ya tenía el cráneo de Pedro de Valdivia, recogió el de Óñez de Loyola como trofeo.

Consecuencias

El desastre que supuso a derrota para los españoles conllevó consecuencias para toda la región. Curalaba fue el inicio de la rebelión mapuche de 1598, que supuso la destrucción de las ciudades al sur del río Biobío. Tan solo Castro sobrevivió a la sublevación.

Cambio de etapa

La derrota de Curalaba, unida a la posterior rebelión, hicieron que los españoles cambiaran la táctica frente a los mapuches. La Corona dividió su territorio en Chile en dos partes: la Capitanía General, en el norte, y Chiloé (en el sur). La zona norte tenía como frontera el río Biobío, donde empezaban los dominios indígenas.

Igualmente, el desastre acaecido obligó a Felipe III de España a enviar a un nuevo oficial para que se pusiera al frente de la guerra. Se trataba de Alonso de Ribera, que creó un ejército permanente y delimitó la frontera construyendo una línea de fortificaciones.

Los años siguientes se caracterizaron por las incursiones realizadas por ambos bandos en territorio enemigo. Las efectuadas por los mapuches se llamaron Malones y las que hacían los españoles, Malocas.

Las capturas de mujeres indígenas por los españoles, así como el de alguna española por los indígenas, hizo aparecer el mestizaje.

Aumento de la cohesión indígena

Si para los españoles, Curalaba supuso un desastre, para los indígenas fue una victoria muy importante. La consecuencia más directa, aparte de la recuperación de territorios, fue el aumento de la cohesión entre los distintos grupos mapuches.

Esto consiguió que estuvieran mucho mejor preparados para la resistencia frente a los conquistadores. No solo participaron los mapuches, sino que tribus que se habían mantenido neutrales o, incluso, apoyado a los españoles, se unieron frente al invasor.