Anatomía y fisiología

Nervios intercostales: origen, trayecto, funciones, patologías


Los nervios intercostales son ramas neurológicas provenientes de los troncos nerviosos torácicos de la médula espinal. Son nervios que proporcionan movimiento a los músculos intercostales y también sensibilidad a la piel del tórax. Existen dos tipos de ramas nerviosas intercostales: los llamados nervios típicos y los atípicos.

Los nervios intercostales típicos se ubican en los espacios intercostales acompañados de las arterias y venas intercostales, que dan el aporte sanguíneo a los músculos. Mientras, los nervios intercostales atípicos están aquellos que se ocupan de inervar otras zonas de la caja torácica sin estar confinados a los espacios intercostales correspondientes.

Las lesiones torácicas, o el uso exagerado de los músculos intercostales en pacientes con problemas respiratorios como el asma o la tos crónica pueden llevar a la irritación de los nervios intercostales, produciendo una condición dolorosa denominada neuritis intercostal. Esta afección es la principal causa de dolor en los espacios intercostales y su diagnóstico y tratamiento resulta un reto para el médico.

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Origen

A nivel dorsal de la médula espinal, emergen las ramas costales. Estas salen por los orificios que están entre las vértebras torácicas o dorsales correspondientes. Es decir, emergen de la vértebra que está a la altura del espacio intercostal que inervan.

Cada nervio emergente de la médula espinal se divide en dos ramas, una anterior y una posterior. La posterior se ocupa de dar inervación motora a los músculos que están a los lados de las vértebras, llamados músculos paravertebrales, e inervación sensitiva a la piel de la espalda.

Por su parte, la rama anterior continúa hacia la porción antero-lateral de la caja torácica donde acompaña a los vasos sanguíneos intercostales, siguiendo la costilla correspondiente y finalizando en la región anterior del tórax.

Trayecto

Las dos capas profundas de los músculos intercostales crean un lecho protector por el que avanzan tanto los nervios como los vasos sanguíneos intercostales.

La rama anterior de la división del nervio dorsal sigue un trayecto de antero-lateral, perforando el músculo intercostal profundo. En el momento en que esa rama perfora la capa profunda de los músculos intercostales, se convierte en nervio intercostal.

El nervio intercostal se mantiene entre las capas musculares intercostales profunda y media músculos para vertebrales y continúa su recorrido apoyándose en el borde inferior de la costilla correspondiente, acompañado de la arteria y vena intercostales creando un verdadero paquete vasculo-nervioso.

Al alcanzar la línea axilar media, el nervio intercostal perfora los músculos intercostales medio y externo, dividiéndose en una rama anterior y una posterior que son las que proporcionan inervación sensitiva para la piel del tórax.

Funciones

Los nervios intercostales cumplen funciones motoras y sensitivas para el área que inervan. Por medio de sus divisiones, aportan ramos que se encargan de movilizar los músculos intercostales y ramos que dan sensibilidad a la piel del tórax.

Cada nervio intercostal proporciona sensibilidad y movimiento a un dermatoma y un miotoma. Un dermatoma es una región de la piel que inerva un nervio de la médula espinal. Por ser zonas cutáneas, la inervación que proporcionan es sensitiva. En el caso del tórax, cada dermatoma está inervado por una rama intercostal.

Los miotomas son grupos musculares inervados por las ramas nerviosas de la médula espinal. Los nervios intercostales aportan ramas de movimiento a los músculos intercostales, que son músculos accesorios para el proceso de la respiración.

Los músculos intercostales son músculos de apoyo en la inspiración que cobran especial importancia en la espiración forzada. Su función es la de movilizar las costillas para aumentar la capacidad anatómica de la caja torácica.

Patologías asociadas

Neuritis intercostal

La neuritis intercostal es la patología más común de los nervios intercostales. Se trata de la inflamación aguda de un nervio lo que conlleva a dolor o cambios en la sensibilidad de la piel.

El dolor de la neuritis puede ser muy fuerte llegando a incapacitar al paciente al hacer funciones básicas como respirar. El dolor de la neuritis intercostal es agudo y el paciente lo describe como un dolor punzante o sensación de ardor que es, en cualquier caso, muy intenso.

Puede confundirse con otras patologías y representa un reto diagnóstico. Uno de los signos que busca el médico tratante es el dolor al tocar un punto específico en un espacio intercostal.

Los tratamientos van desde analgésicos vía oral hasta procedimientos invasivos como bloqueos nerviosos.

Neuralgia por herpes zóster

El herpes zóster es una infección causada por el virus latente de la varicela. La enfermedad se caracteriza por la aparición de pequeñas ampollas que ocasionan un dolor urente o quemante en la zona donde aparecen.

La complicación más común, después de haber padecido herpes zóster, es la neuralgia por causa de ese mismo virus. Esta complicación afecta frecuentemente los nervios intercostales o los nervios de la cara.

Se caracteriza por un dolor urente y gran hipersensibilidad de la piel. Es más común en mayores de 50 años o en pacientes con enfermedades previas que comprometen el sistema inmune, como el SIDA o la diabetes. El tratamiento con medicamentos antirretrovirales vía oral suele ser suficiente.

Fractura costal

Las fracturas costales pueden causar lesiones en los nervios intercostales. Dependiendo del grado de la lesión puede haber desde problemas sensitivos, como disminución o aumento de la sensibilidad de la piel (hipo o hiperestesia), o problemas motores que involucren la movilidad de los músculos intercostales.

En cualquier caso debe mantenerse la inmovilidad y tratar la lesión neurológica dependiendo de su gravedad.

Consideraciones quirúrgicas

Toracocentesis

El término toracocentesis se refiere a la colocación de un drenaje, llamado tubo de tórax, que evacúa el contenido dentro del pulmón.

El pulmón puede llenarse de líquido o aire por una lesión externa o por un problema propio del paciente, como la enfermedad broncopulmonar obstructiva crónica (EBPOC) que puede formar áreas de aire llamadas bulas, que explotan dentro del pulmón.

Este contenido debe ser retirado del pulmón para que el paciente pueda respirar y para retirarlo debe colocarse un tubo de tórax.

Al momento de introducir este drenaje, debe tenerse en cuenta la anatomía del espacio intercostal de manera de no lesionar los nervios intercostales ni los vasos sanguíneos.

Referencias

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