Eudemonismo: qué es, origen, características, representantes, ejemplos
¿Qué es el eudemonismo?
El eudemonismo es un concepto filosófico que defiende la idea de que la felicidad es el supremo fin del ser humano, y que para alcanzarla hay que obrar correctamente, practicando las virtudes.
Uno de los defensores de estas ideas, considerado el principal representante de dicha corriente, fue el filósofo griego Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.).
Desde el punto de vista etimológico, eudemonismo o eudaimonia procede de las palabras griegas eu (“bueno”) y daimon (“espíritu”).
Entonces, eudaimonia en su concepto más básico, puede ser entendida como “lo que hace bien al espíritu”, es decir, felicidad o dicha. Recientemente, también ha sido interpretada como “florecimiento humano” o “prosperidad”.
Para ubicarse en el contexto cultural, social y político que rodeó el nacimiento de esta corriente de pensamiento, es necesario remontarse en la historia hasta la época de surgimiento de la civilización occidental, y más específicamente, la del gran Imperio griego.
Se piensa que la filosofía apareció en la Grecia del siglo VI a.C., y su principal impulsor fue uno de los llamados “7 sabios de la filosofía”: Tales de Mileto. La filosofía nació entonces por el interés de proporcionar explicaciones racionales a fenómenos desconocidos por el humano o que, en todo caso, no comprendía.
Hay diversas corrientes filosóficas, posteriores, que se consideran eudemonistas, como el hedonismo, el estoicismo o el utilitarismo. Sin embargo, cada una de ellas define la felicidad de forma distinta, lo que cambiará la manera de actuar para alcanzar la felicidad.
Origen
La Grecia antigua fue la cuna de muchas de las corrientes de pensamiento que propiciaron el nacimiento de la filosofía para explicar los diversos fenómenos naturales y humanos.
Demócrito, Sócrates, Aristóteles y Platón, todos ellos filósofos de la época, sugirieron que el origen o punto de partida de la filosofía es la capacidad de asombro del ser humano. Esta capacidad de admiración sobre su entorno es lo que debía llevarlo a analizar y a querer hacer preguntas para llegar a la raíz misma del asunto.
Aristóteles, específicamente, decía que “el bien es aquello que nos hace felices y la felicidad es el aumento de nuestras fuerzas para obrar”. De modo que, para él, la felicidad se conseguía mediante el “actuar correctamente”, según las virtudes.
Asimismo, era indispensable el juicio del “hombre prudente”, pues así una persona podría elegir qué acción sería más virtuosa. La prudencia, vista de esta manera, era la clave para el comportamiento humano.
En otras palabras, si una persona se comportaba de acuerdo con las leyes naturales y sociales, sin hacer daño a los demás y buscando su propia felicidad, la alcanzaría. Este era el fin supremo de la humanidad.
Características del eudemonismo
– Su meta principal es conseguir la felicidad.
– La felicidad humana podría y debería consistir en desarrollar al máximo el uso de la razón.
– Vivir y actuar bajo la razón debería ser el rasgo superior buscado por todo ser humano.
– Dejar de vivir bajo la razón y dejarse llevar por el lado pasional y visceral del ser humano, por lo general no conduce a la felicidad y, por el contrario, nos deja susceptibles a tener problemas y complicaciones.
– Desarrollar virtudes como la ética y la prudencia puede conseguirse y, además, promueve el hábito. Este hábito se refiere a poner riendas a los excesos y, en general, aprender a controlar la parte irracional del ser.
Teorías éticas eudemonistas
El eudemonismo se presenta como la teoría madre que alimentó a otras, a saber:
El hedonismo
Basa sus fundamentos morales en obtener placer que provenga de fuentes consideradas buenas (dentro del debate moral de lo bueno y lo malo). En todo caso, conseguir esta felicidad no debe provocar molestia alguna a quien la busca durante el proceso.
Es una corriente de pensamiento que se centra en el individuo, en el placer individual y no en su entorno. Logra identificar dos formas de conseguir placer: el tangible, el que puede ser registrado por los sentidos, y el espiritual.
El estoicismo
En contraste con el hedonismo, el estoicismo propuso, 3 siglos a.C., que la búsqueda de la felicidad no estaba en lo material, ni en los placeres desmedidos.
Según los estoicos, la verdadera felicidad estaba en el control racional de la percepción personal sobre los hechos y las cosas, ya que no se puede controlar lo externo, pero sí lo interno. Proponían aceptar las cosas tal y como se presentan, sin estar dominados por el deseo de placer o el miedo al dolor.
El utilitarismo
Esta teoría, desarrollada más recientemente, también es considerada como eudemónica porque busca y cree en el principio de “la mayor felicidad”.
En este caso en particular, la teoría apunta a que “lo bueno” es mejor mientras mayor sea el grupo de personas a las que beneficia, y mientras más directamente relacionada con ellos sea su utilidad.
Esta teoría deja de lado al ser humano como ente aislado de su entorno y reconoce la interacción del ser con su medio y con sus semejantes, interacción de la cual puede surgir felicidad.
Representantes
De entre los representantes más destacados del eudemonismo pueden mencionarse a filósofos como Sócrates, Arístipo, Demócrito y, por supuesto, Aristóteles, a quien se considera el padre de esta corriente.
Para Aristóteles, todas las acciones humanas persiguen o tienen un único fin: poder obtener la felicidad. Podría decirse que la ética de Aristóteles era una de bienes, ya que, para él, el comportamiento del ser humano se enfocaba en obtener un bien, siendo el bien supremo la felicidad. Con esta, llegaba la sabiduría.
Ejemplos
Existen muchos ejemplos de eudemonismo en la vida cotidiana:
– Los monjes tibetanos orando y ayudando a los más necesitados.
– Las grandes empresas u ONG que prestan sus servicios sin costo alguno para la resolución de problemas del ambiente.
– El profesor que dedica su tiempo a educar, sin esperar recibir paga, en sitios remotos.
– Aquella persona que soporta un duro golpe moral sin desmoronarse. De ella se dice que es una persona estoica.
– Cualquier persona que domine sus emociones en situaciones en las que otras sucumbirían.
– Aquella persona que busque y encuentre placer en objetos o acciones que no le causen ningún tipo de molestia o malestar como consecuencia del placer conseguido. Esta es una persona hedonista.
Referencias
- Eudaemonism. Recuperado de britannica.com