Lengua y literatura

Juan Ramón Jiménez: quién fue, biografía, etapas, estilo y obras


¿Quién fue Juan Ramón Jiménez?

Juan Ramón Jiménez (1881-1958) fue un poeta español reconocido a nivel mundial por su célebre obra lírica Platero y Yo. En 1956 ganó el premio Nobel de Literatura por el conjunto de toda su obra.

Fue un poeta solitario, influenciado en sus comienzos por Gustavo Adolfo Bécquer, los simbolistas franceses y luego por el modernismo de Rubén Darío. Estuvo vinculado a la generación del 14 y fue referencia para algunos autores de las vanguardias literarias del siglo XX.

Al estallar la guerra civil española, se exilió, y murió en Puerto Rico varios años después.

Biografía de Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez Mantecón nació el 23 de diciembre de 1881 en Moguer, Huelva. Sus padres fueron Víctor Jiménez y Purificación Mantecón López-Parejo, ambos dedicados al negocio de vinos. 

Formación académica   

Los primeros años de su formación los cursó en el colegio Enseñanza de San José, en Huelva. A los 10 años tuvo notas sobresalientes en el centro de enseñanza de educación pública, conocido hasta hoy día como La Rábida.

Durante un tiempo el poeta quiso ser pintor, por ello decidió mudarse a Sevilla. Una vez allí, Jiménez comenzó a frecuentar la biblioteca del Ateneo, donde la literatura lo enamoró. Así que no perdió el tiempo y comenzó a escribir en prosa y verso. Se dedicó también a escribir en medios impresos.

A los 18 años tomó la decisión de matricularse en la Universidad de Sevilla para estudiar derecho. Al poco tiempo desertó. En 1900 se fue a Madrid, y con 19 años publicó dos obras: Almas de violeta y Ninfeas. A partir de ese momento el poeta tuvo una vida acontecida.

Tiempos de oscuridad

El año en que Jiménez comenzó a publicar sus primeros trabajos, la muerte de su padre lo sorprendió de tal manera que cayó en una profunda depresión. A eso se le sumó el que la familia perdió toda su fortuna, a causa de una disputa en tribunales, donde ganó el entonces Banco Bilbao.

La depresión del escritor obligó a su familia a ingresarlo a un sanatorio, para recuperarse. En un principio lo internaron en un hospital al sudoeste de Francia, en Burdeos, un tiempo más tarde, lo recibieron en una clínica de Madrid.

Amoríos

Después de recuperarse, en 1902, Jiménez inició una etapa de amoríos. Se enamoró de una joven conocida como Blanca Hernández Pinzón, su primer amor y la musa inspiradora de muchos de sus versos.

Durante un tiempo se convirtió en un seductor. Fueron muchas las mujeres que alargaron su fama de donjuán. Todas sus aventuras amorosas fueron material para inspirar los 104 poemas que formaron sus Libros de amor, entre 1911 y 1912.

Un tiempo después, en 1903, conoció en Madrid a Luisa Grimm, una norteamericana casada con un importante español. Ella era inteligente y hermosa, lo que hizo que el poeta quedara prendado de sus encantos. Se sabe que se relacionaron por carta durante ocho años.

Años después conoció a la que sería su inseparable compañera, la lingüista y escritora española Zenobia Camprubí Aymar. Se casaron en 1916. Ella se convirtió en su gran amor y en su más fiel colaboradora.

Tiempo en el exilio

En 1936 estalló en España la guerra civil. El escritor era republicano. Ante la crisis que vivió el país, tomó la decisión, junto con su esposa, de darles techo a varios niños que se habían quedado sin padres. 

La guerra llenó de temor a Juan Ramón Jiménez, debido a que el diario socialista Claridad emprendió una campaña contra los escritores e intelectuales. Sin embargo, Manuel Azaña, presidente de la entonces República española, lo ayudó a salir de Madrid. El matrimonio salió de España con destino a Washington, Estados Unidos.

El tiempo en el exilio fue duro. El escritor pasó por varias crisis de depresión y tuvo que ser internado. Pero no todo fue negativo: en esa época, tanto él como su esposa se desempeñaron como profesores universitarios, y él continuó escribiendo.

Muerte

Los esposos viajaron durante un tiempo a varios países de Suramérica. En 1950 se instalaron en Puerto Rico, donde dieron clases en la Universidad principal del país. En 1956, tres días después de haber sido nombrado como premio Nobel de Literatura, murió su esposa.

La muerte de Zenobia devastó al poeta, y nunca más pudo recuperarse. Dos años más tarde, el 29 de mayo de 1958, murió en Puerto Rico. Los restos del escritor fueron trasladados a España. 

Etapas en su obra

Los críticos han dividido su obra en tres etapas:

Etapa sensitiva (1898-1916)

Esta primera etapa está estructurada a su vez en dos partes. Una va hasta 1908, y la segunda hasta 1916. En la primera, Jiménez estuvo fuertemente influenciado por Gustavo Adolfo Bécquer y por los movimientos simbolista y modernista, presentando rimas asonantes y versos de arte menor.

En esta etapa el escritor plasmó el paisaje como reflejo de su interior. El tratamiento de la poesía es emotivo y sentimental. Rimas (1902), Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904) y Elegías (1907), pertenecieron a esta división.

La segunda parte, que llegó hasta 1916, estuvo compuesta por rimas consonantes, versos endecasílabos o de arte mayor y algunos sonetos. En Libros de amor hay poemas carnales y eróticos. 

Pertenecen a esta momento Libros de amor (1910-1911), La soledad sonora (1911), Laberinto (1913), su célebre Platero y yo (1914) y Estío (1916). El término de esta etapa significó el alejamiento del poeta del Modernismo.

Etapa intelectual (1916-1936)

Esta es la etapa donde Juan Ramón Jiménez leyó y estudió a escritores ingleses, como William Yeats, William Blake, Percy Shelley y Emily Dickinson, y que fue el vínculo con la Generación de 1914.

La etapa intelectual estuvo marcada por un acontecimiento importante en la vida personal de Juan Ramón Jiménez: el mar. El poeta lo relacionó con la vida, el gozo, la soledad y lo eterno. Fue un símbolo constante en sus textos.

Es la etapa de profundidad, del crecimiento espiritual. El escritor sintió un imperante deseo por salvarse de la muerte, de allí su incansable búsqueda por lo eterno. Dejó de lado la musicalidad poética y se enfocó en la belleza y la pureza.

De esta etapa son Diario de un poeta recién casado (1916), Primera antología poética (1917), Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1917-1923) y Belleza (1917-1923). En esta fase el escritor introdujo el verso libre en la poesía española (junto a León Felipe).

Etapa suficiente o verdadera (1937-1958)

Es la etapa del exilio. El interés por la belleza y la perfección siguieron siendo un punto importante. Su afán por conseguir la trascendencia espiritual lo llevó a identificarse de una manera singular con Dios. Fue la época de los neologismos, y de una forma particular de ortografía.

Pertenecen a este periodo Animal de fondo (1949), Tercera antología poética (1957), En el otro costado (1936-1942) y Dios deseado y deseante (1948-1949). En esta época escribió Guerra en España, obra que no fue publicada.

Estilo  

La poesía de Juan Ramón Jiménez tiene características particulares. Se destacó en un principio por su relación con el Modernismo, y luego por su alejamiento. Buscó expresar la esencia del ser a través una transformación espiritual.

Describió los paisajes internos y consideraba a la poesía como fuente de conocimiento y el instrumento para captar la realidad. La belleza fue siempre un objetivo. Su poesía fue panteísta (la divinidad en la naturaleza), y sus temas el amor y la realidad de las cosas, además de Moguer, donde nació.

Obras completas

La obra de Juan Ramón Jiménez es amplia. Es un referente obligado dentro de la literatura en español, y su mayor referente fue Platero y Yo.

Obras más relevantes

A continuación se mencionan en orden cronológico algunas de las más relevantes:

– Ninfeas (1900)

– Almas de violeta (1900)

– Rimas (1902)

– Arias tristes (1902)

– Jardines lejanos (1902)

– Elejías puras (1908)

– Elejías intermedias (1909)

– Las hojas verdes (1909)

– Poemas májicos y dolientes (1909)

– Elejías lamentables (1910)

Baladas de primavera (1910)

La soledad sonora (1911)

Libros de amor (1911)

– Pastorales (1911)

– Melancolía (1912)

– Laberinto (1913)

– Platero y yo (1914)

– Estío (1916)

– Sonetos espirituales (1917)

– Diario de un poeta recién casado (1917)

Platero y yo (reedición completa, 1917)

Eternidades (1918)

– Piedra y cielo (1919)

– Segunda antología poética (1922)

– Poesía (1923)

– Belleza (1923)

– Canción (1935)

– Voces de mi copla (1945)

– La estación total (1946)

– Romances de Coral Gables (1948)

– Animal de fondo (1949) 

– Una colina meridiana (1950).

Algunas breves descripciones y fragmentos

Ninfeas (1900)

Este poemario está conformado por treinta y cinco poemas. Al momento de su publicación se reprodujeron 500 ejemplares. El prólogo o atrio, como el mismo Juan Ramón Jiménez lo denominó, estuvo a cargo de Rubén Darío.

Alba:

“Se paraba

la rueda

de la noche…

Una cinta tranquila

de suaves violetas

abrazaba amorosa

a la pálida tierra.

Suspiraban las flores al salir de su sueño,

Embriagado el rocío de sus esencias…”.

Arias tristes (1903)

Arias tristes perteneció a la etapa sensitiva. En ella se observa una notable influencia de Bécquer. Las rimas asonantes predominan, de igual forma se advierte la melancolía.

“Yo me moriré, y la noche

triste, serena y callada

dormirá el mundo a los rayos

de su luna solitaria.

Mi cuerpo estará amarillo,

y por la abierta ventana

entrará una brisa fresca

preguntando por mi alma.

No sé si habrá quien solloce,

cerca de mi negra caja,

o quien me dé un largo beso

entre caricias y lágrimas”.

Elejías puras (1908)

En Elegías puras el poeta hace gala de su particular manera de escribir (usa la J en lugar de la G antes de E e I). 

En este poemario empleó los versos serventesios y alejandrinos. El primero se refiere a versos de arte mayor, por lo general, consonantes. Los alejandrinos están compuestos por catorce sílabas, con acentuaciones características.

Es una representación autobiográfica. Bécquer es una influencia marcada, así como el Modernismo y los simbolistas. 

“Dulces rosas de olor, que entre la hiedra verde

dais a la noche azul vuestra mustia elegancia;

cual la vuestra, la esencia de mi vida se pierde

en una noche triste de brisa y de fragancia.

Si la estrella no fuera de una plata tan dura,

si no fuera la tumba de una nieve tan fuerte,

y vuestro olor ¡Oh rosas! floreciera en la altura

y tu olor ¡oh alma mía! diera vida a mi muerte”.

Platero y yo (1914)  

Esta es la obra célebre de Juan Ramón Jiménez, donde cuenta la historia de un burro llamado Platero. En parte está compuesto por algunos recuerdos que tiene el autor de su Moguer natal. El libro tuvo dos ediciones: la primera fue de 136 páginas, y la segunda, de 1917, tuvo 138 capítulos.

Platero y yo se caracteriza por la variedad y amplitud del vocabulario. Además, inventó palabras, que hace que la obra que es para adultos, también sea atractiva para los más pequeños. Por otro lado, está lleno de metáforas, símiles, exclamaciones y adjetivos.

“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro…

Es tierno y mimoso igual que un niño, una niña… pero fuerte y seco como de piedra…”.

Estío (1916)

Es una de las obras poéticas de Juan Ramón Jiménez que supone una especie de nostalgia enfermiza. Lo consideran un diario poético.

Los poemas están conformados por rimas asonantes y versos octosílabos. El poeta aseveró en algún momento que Estío era un libro de “sangre y cenizas”, y por lo tanto lo consideró uno de sus mejores trabajos literarios.

“No se sabe hasta dónde llegará tu amor,

porque no se sabe dónde está el venero

de tu corazón.

Eres ignorada,

eres infinita,

como el mundo y yo”.

Diario de un poeta recién casado(1917)

Está relacionado con el viaje que Juan Ramón Jiménez realizó a América. Es un libro de asombros, emociones e impresiones. Contiene textos en verso y prosa, versos libres y silvas son las características principales del poema. Es el descubrimiento personal que hizo Juan Ramón Jiménez del mar en compañía de su esposa.

“¡Todo es menos! El mar

de mi imaginación era el mar grande;

el amor de mi alma sola y fuerte

era sólo el amor.

Más fuera estoy

estoy de todo, estando más adentro

de todo ¡Yo era solo, yo era solo

–oh mar, oh amor– lo más!”.

   Referencias

  1. Juan Ramón Jiménez. Recuperado de wikipedia.org
  2. Juan Ramón Jiménez. Recuperado de fundacion-jrj.es
  3. Leante, L. (2009). Ninfeas o el placer del libro impreso. Recuperado de luisleante.com
  4. Juan Ramón Jiménez (2016). Recuperado de cervantes.es
  5. Fernández, T. y Tamaro, E. (2004-2018). Juan Ramón Jiménez. Recuperado de biografiasyvidas.com.