Historia

¿Cómo era la organización política de los mayas?


La organización política de los mayas se caracterizó por ser de gran complejidad. Los gobernantes más importantes eran considerados descendientes directos de los dioses, y la clase gobernada tenía pocos privilegios.

Un elemento relevante de la organización política de la cultura maya es que las ciudades-estado que conformaron esta civilización nunca se unificaron del todo. Sí estuvieron bien conectadas a través del comercio y otras actividades en conjunto, pero cada ciudad-estado mantuvo cierta independencia.

Esto implica que no existió un gobernante único encargado de liderar; en cambio, cada ciudad-estado tenía un grupo de líderes que administraban los territorios cercanos a cada emplazamiento.

La civilización maya se caracterizó por estar muy conectada culturalmente, mas no políticamente. La actividad comercial era muy común en el territorio y los comerciantes (casi todos miembros de la nobleza) se consideraban personas importantes.

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Antecedentes

El hecho de que los mayas no hubiesen considerado tener reyes únicos puede tener que ver con que durante las primeras fases de su evolución como civilización no contemplaron la existencia de estas figuras jerárquicas. Lo hicieron apenas en el periodo Preclásico, mucho después del nacimiento de la cultura maya.

Fue en esa época cuando se generó la primera dinastía de los mayas. Esto sucedió en 300 a. C aproximadamente, y en este momento de la historia comenzaron a construirse estructuras y estatuas a través de las cuales se honraba a los reyes.

Características de los reyes mayas

Los reyes eran considerados parientes directos de los dioses, razón por la cual eran respetados y venerados de manera muy especial.

Lo más usual era que los gobernantes fueran hombres, aunque hubo casos de mujeres que formaban parte de la familia real y a quienes les correspondía ejercer como reinas.

Esto implica que se seguía un orden estricto con relación a quién le correspondía tomar el control del trono en un momento dado. De hecho, diversos estudios han determinado que a cada rey se le asignaba un número que estaba asociado a su lugar en la fila tomando como referencia al primer rey, fundador de la dinastía en cuestión.

Rituales de iniciación

La posibilidad de ser rey dependía de si la persona había nacido o no para ello, según la dinastía de la que formaba parte.

El príncipe debía prepararse para ser gobernante y se sometía a una serie de rituales de iniciación, que tenían como función principal poner a prueba sus habilidades y cultivarlas, para que tuviese las herramientas necesarias cuando fuera su turno de ser rey.

Entre los rituales más destacados se encuentran una flebotomía a los seis años (evacuación de una cantidad determinada de sangre), la captura de prisioneros y peleas con rivales vecinos.

Una vez el príncipe se convertía en rey era el encargado de velar por los habitantes de su ciudad-estado, de dirigir al ejército y de participar de manera especial en los rituales religiosos, esto último debido a que se le consideraba familiar de los dioses y, por ende, un canal de comunicación con estos.

Fuertes castigos a desobedientes

Aquellos que se atrevían a desobedecer a los reyes eran castigados muy severamente. La razón de esta conducta es que para los mayas era muy importante mantener la armonía entre los habitantes y los dioses que se relacionaban con este.

Entonces, los mayas estaban convencidos de que la forma de lograr lo anterior era procurando una obediencia sin cuestionamientos hacia los gobernantes, que eran vistos como una especie de seudo-dioses.

En este contexto comenzaron a surgir los sacrificios humanos, que funcionaron como una importante forma de controlar social y políticamente.

Organización política

Reyes

Como se ha indicado anteriormente, los reyes eran considerados las máximas autoridades. Sin embargo, existieron otras figuras que también tenían bastante influencia.

Este rey o monarca era el Halach uinic, el señor de la ciudad-estado, quien dirigía la jurisdicción maya. El Halach uinic designaba a los Ah holpop, Nacom, Ahuacán y Tulipes, los cuales se explicarán a continuación.

Nobleza

Existió un consejo de nobles que, de algún modo, limitaba el poder del gobernante principal. Los líderes de los ejércitos tenían importante voz en la toma de decisiones, así como los asesores y consejeros que venían de otros territorios; todos estos personajes eran miembros de la nobleza.

Sacerdotes

Hubo una clase política que obtuvo mucho poder: se trata de la clase religiosa. El rey siempre fue visto como aquel con la mayor responsabilidad y más cuota de poder, pero los sacerdotes podían, por ejemplo, decidir quién sería el próximo rey si no existían descendientes naturales o familiares del anterior monarca.

De hecho, cada ciudad-estado tenía un sumo sacerdote que se encargaba de determinar las fechas de las ceremonias religiosas de importancia y de otras decisiones importantes. Además, tenía a su cargo a un grupo de sacerdotes.

El nombre del máximo sacerdote era Ahuacán. Por otra parte estaban los Ah holpop, delegados religioso-políticos que se encargaban de fiestas y ceremonias.

Militares

Cada ciudad-estado contaba con un líder militar denominado Nacom. Él era el encargado de generar estrategias militares para defender sus territorios y convocaba a los soldados a las batallas.

Administradores

También eran conocidos como bguerrero de los mayaatabs y se encargaban de aspectos relacionados con recaudación de impuestos y otras labores administrativas de las ciudades-estado, especialmente en cuanto a la supervisión.

Contaban con consejos formados por otros jefes llamados Ah cuch cabob, que tenían funciones administrativas dentro de sus pueblos. También trabajaban apoyados por los Al kuleloob, quienes eran asistentes de los Batabs.

Por último, los Batabs también supervisaban a un grupo de alguaciles que mantenían la tranquilidad y la paz cada pueblo; estos se llamaban Tupiles.

Artesanos, campesinos y esclavos

Finalmente se encontraba el pueblo, que se encargaba de realizar las diferentes actividades económicas, destacando la agricultura. Por su parte, los esclavos se limitaban a realizar las actividades que le encomendaban sus amos. Sin embargo, estas tres clases no tenían poder político.

Distribución del poder en el territorio

Las ciudades más grandes mayas fueron gobernadas por reyes. Algunas de las ciudades más icónicas de esta civilización fueron Calakmul y Tikal, entre otras.

Los reyes que lideraron los gobiernos de estas ciudades-estado fueron los más importantes para la civilización. Se construyeron estatuas para honrarlos y estuvieron entre los más recordados y registrados en la historia de los mayas.

Luego de estas ciudades hubo otras que eran de menor tamaño e importancia, pero que aún tenían cierta relevancia. Estas ciudades-estado fueron gobernadas por familiares directos del rey de la gran ciudad cercana, o por miembros de la nobleza maya.

Además de las anteriores, hubo también pueblos más pequeños que se consideraban como afiliados de las grandes ciudades. Estos pueblos fueron liderados por nobles y tenían cierta importancia porque dentro de sí albergaban algunos templos religiosos relevantes.

La última organización política del territorio maya corresponde a las aldeas, pequeños espacios geográficos que dedicaban sus espacios casi exclusivamente a la agricultura y a las viviendas de los campesinos.

Referencias

  1. “Mayal political structure” en Tarlton Law Library. Recuperado de Tarlton Law Library: tarlton.law.utexas.edu
  2. Minster, C. “Politics and the political system of the ancient maya” en ThoughtCo. Recuperado de ThoughtCo: thoughtco.com
  3. “Mayan government” en University of Idaho. Recuperado de University of Idaho: uidaho.edu
  4. Gómez, M. “Maya government” en Ancient History Encyclopedia. Recuperado de Ancient History Encyclopedia: ancient.eu
  5. Sailus, C. “Mayan civilization: economy, politics, culture and religion” en Study. Recuperado de Study: study.com