Anatomía y fisiología

Glándulas de Cowper: características, función, histología y enfermedades


Las glándulas de Cowper o glándulas bulbouretrales son glándulas accesorias del aparato reproductor masculino. Junto con las dos vesículas seminales y la próstata, estas glándulas participan en la secreción de la fracción no celular del semen, es decir, del vehículo líquido para el transporte de los espermatozoides.

Su nombre deriva del cirujano inglés William Cowper, quien las descubrió en el siglo XVII. Son dos glándulas, una derecha y otra izquierda, que se localizan en la base del pene, por debajo de la próstata.

Algunos autores consideran que estas glándulas son homólogas a las glándulas vestibulares presentes en el aparato reproductor femenino, además de que su función principal es la de lubricar la uretra con la secreción viscosa que las caracteriza.

Al igual que la próstata, las glándulas bulbouretrales están sujetas a distintas condiciones patológicas relacionadas con lesiones, inflamaciones, infecciones y tumoraciones, benignas o malignas.

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Características generales

– Son glándulas exocrinas, es decir, el contenido de sus secreciones es vertido hacia afuera del organismo.

– El producto de su secreción es pre-eyaculatorio, por lo tanto, es liberado antes de que se dé la eyaculación.

– El fluido que producen tiene un efecto de “lavado” de los residuos de orina que se encuentren en el conducto uretral.

– Este fluido ayuda a “espesar” el semen y contribuye en proporcionar un medio adecuado para la movilidad de los espermatozoides.

Función

Las glándulas accesorias del aparato reproductor masculino, incluyendo a las glándulas bulbouretrales o glándulas de Cowper, son las encargadas de la secreción del líquido seminal, que representa la porción no celular del semen. Este líquido cumple dos funciones generales fundamentales:

1- Nutrir a los espermatozoides.

2- Proporcionar un medio de transporte para los espermatozoides eyaculados dentro del aparato reproductor femenino.

Las glándulas bulbouretrales secretan una sustancia viscosa y resbalosa que se encarga de lubricar el revestimiento de la uretra, que es el conducto común para la orina y el semen en los genitales masculinos. Después de la erección del pene (estimulación sexual), esta secreción es una de las primeras que se expulsa.

Dicha sustancia es una mezcla de materiales serosos y mucosos (incluyendo glicoproteínas), y se ha demostrado que contiene sustancias de pH alcalino, lo que parece “neutralizar” la acidez de los posibles residuos de orina que pueden encontrarse en la uretra y la de los fluidos vaginales.

Además, algunos estudios realizados con ratones experimentales comprueban que las secreciones de las glándulas de Cowper tienen un importante papel en la coagulación del semen.

Otras funciones

Las glándulas bulbouretrales también están implicadas en la defensa inmune del tracto genitourinario, pues secretan glicoproteínas como el antígeno prostático específico (PSA) que, además, ayuda a disolver los coágulos seminales, permitiendo el libre tránsito de los espermatozoides por el tracto genital femenino.

Histología

Las glándulas de Cowper son glándulas tubuloalveolares compuestas, formadas por epitelio cuboideo o cilíndrico simple, que están ubicadas en la base del pene, justo donde comienza la uretra membranosa.

Al igual que la próstata, estas glándulas derivan del seno urogenital o la uretra, bajo la influencia de señales hormonales endocrinas y paracrinas, especialmente de la hormona dihidrotestosterona (DHT).

Están embebidas en tejido conectivo y se encuentran, específicamente, entre los músculos isquiocavernoso y bulbo cavernoso del pene.

Se trata de dos glándulas de pequeño tamaño (3-5 mm de diámetro), que tienen forma de guisante y están recubiertas por una cápsula fibroelástica compuesta por fibroblastos, células de músculo liso y células de músculo esquelético que derivan del diafragma urogenital.

De estas cápsulas que las recubren derivan unos tabiques membranosos que dividen cada glándula en una suerte de “lobulillos” internos.

En su interior, estas glándulas poseen unos conductos excretores de 6 a 10 mm de longitud, que se introducen en la pared del bulbo uretral y descargan allí sus secreciones. Poseen una línea de células piramidales “largas” que tienen gran cantidad de gránulos secretorios densamente empaquetados.

Las células piramidales secretoras se caracterizan por la presencia de núcleos aplanados, mitocondrias redondeadas de pequeño tamaño, un complejo de Golgi prominente y gran cantidad de gránulos citosólicos.

Enfermedades

A pesar de que las patologías glandulares más conocidas en el aparato reproductor masculino son aquellas que afectan a la próstata, las enfermedades relacionadas con las glándulas de Cowper son mucho más comunes y pueden lesiones ser congénitas o adquiridas.

Las lesiones adquiridas más frecuentes son inflamatorias, pero pueden existir también infecciones, calcificaciones o neoplasmas, tal y como ocurre con la glándula prostática.

Las lesiones congénitas son normalmente asintomáticas y entre estas se incluye la dilatación quística del ducto o siringocele, no obstante, muchas veces representan un problema en relación con el diagnóstico diferencial con lesiones más severas.

Siringocele de Cowper

Se trata de una deformidad poco común de la uretra masculina y tiene que ver con la distensión del ducto principal de las glándulas bulbouretrales. Su origen no se conoce del todo, pero se ha demostrado experimentalmente que está relacionado con deficiencias en el factor de crecimiento TGF-β2.

El siringocele de Cowper puede ser abierto o cerrado. En el primer caso, esta patología se observa como una inflamación similar a un quiste distendido en la pared de la uretra, mientras que en el segundo caso existe una abertura que permite el reflujo de la orina hacia el siringocele.

Maizels y colaboradores han clasificado las lesiones de las glándulas bulbouretrales en cuatro grupos:

– Siringocele simple: que es una dilatación mínima del ducto.

– Siringocele perforado: donde se forma un ducto bulboso que drena hacia la uretra y parece como un divertículo.

– Siringocele no perforado: que es también un ducto bulboso similar a un quiste submucoso.

– Siringocele roto: donde la membrana remanente en la uretra se rompe después de la dilatación del ducto.

Cowperitis, una lesión adquirida

Esta lesión adquirida consiste en la inflamación de glándula, pudiendo ser una condición aguda o crónica. La cowperitis aguda se presenta con fiebre, malestar general y fuerte dolor perineal; también puede existir dolor durante la defecación y retención urinaria aguda.

Piedras o cálculos

Algunas patologías de las glándulas de Cowper también están relacionadas con la calcificación en su interior, lo que es más común en pacientes de avanzada edad. Estas calcificaciones, cálculos o piedras, usualmente consisten en sales fosfatadas de calcio, magnesio, potasio, carbonato de calcio y oxalato de calcio.

Neoplasmas

Los neoplasmas son tumoraciones malignas y en las glándulas bulbouretrales pueden desarrollarse e identificarse como la deformación de las glándulas y la aparición de células anaplásicas, es decir, células poco diferenciadas, de crecimiento anormal y orientación contraria a las demás células del tejido al que pertenecen.

Referencias

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