14 Tipos de contrato laboral y sus características
Los tipos de contrato laboral albergan una serie de documentos legales muy detallados donde un empleado y un empleador establecen las condiciones del trabajo ofrecido. Los contratos laborales permiten mantener un orden en cuanto al rol que desempeñará el trabajador en la compañía; además, clarifican las ofertas que propone dicha empresa.
Para la mayoría de los ciudadanos del mundo tener un empleo es de mucha importancia, puesto que esto les permite desarrollar sus habilidades en el campo laboral de su preferencia. De este modo, sus esfuerzos se verán recompensados a través de bonificaciones que les permiten a los individuos crecer económica y socialmente.
En consecuencia, el tiempo y el esfuerzo que emplea un trabajador dentro de una actividad laboral deben ser recompensados de manera acorde a lo que dicho empleado ofrece.
Por lo tanto, es necesario establecer una serie de acuerdos entre la persona que trabajará y la entidad que se beneficiará de este esfuerzo, ya sea otra persona, una empresa o una institución tanto pública como privada.
En primera instancia, es necesario definir que un contrato consiste en un acuerdo que se lleva a cabo generalmente por escrito, en el que dos o más partes se comprometen a cumplir y respetar una serie de condiciones de forma recíproca. Por su parte, los contratos de trabajo se encuentran sujetos a la normativa laboral.
Cuando un empleador o un empleado no cumple con los parámetros establecidos en un contrato de trabajo, la empresa o la persona tendrá que afrontar una serie de consecuencias legales. Esto no necesariamente debe culminar negativamente, ya que en ciertos casos pueden llegar a un acuerdo y modificar características del documento original.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Tipos de contrato laboral
- 2.1 Contrato indefinido
- 2.2 Contrato temporal
- 2.3 Contratos por servicio u obra
- 2.4 Contratos eventuales
- 2.5 Contratos de interinidad
- 2.6 Contratos de relevo
- 2.7 De formación y aprendizaje
- 2.8 Contrato de prácticas
- 2.9 Contrato a domicilio
- 2.10 Contratos para personas con discapacidad
- 2.11 Contratos de investigación
- 2.12 Contratos freelance
- 2.13 Contratos de cero horas
- 2.14 Contrato a través de agencia de trabajo temporal
- 3 ¿Qué ocurre en caso de incumplir un contrato?
- 4 Referencias
Los contratos laborales se caracterizan principalmente por ser un acuerdo escrito en el que se deben formalizar los servicios que se van a realizar por parte de la persona empleada. También tiene que establecer la remuneración que recibirá el empleado a cambio de esos servicios.
En los contratos laborales están manifestadas todas las obligaciones y todos los derechos que corresponden a ambas partes; de igual manera, los contratos expresan la necesidad del consentimiento recíproco dentro de la relación comercial y la finalidad o el objetivo principal de dicha interacción.
Así mismo, los contratos se caracterizan por expresar y delimitar la duración de esos parámetros; en estos también se debe encontrar reflejada la ausencia o existencia de algún período de prueba del empleado.
En el acuerdo también se establece que cualquier cambio debe estar sujeto a un preaviso si alguna de las partes desea finalizar el contrato antes del tiempo acordado.
De igual manera, en los contratos laborales se reflejan las consecuencias que existirán si se incumple alguna norma de parte de cualquiera de las partes.
Según los requisitos de cada empresa y de cada empleado, se pueden establecer distintos tipos de contratos laborales. Algunos de estos son los siguientes:
En este contrato laboral se establece que no existe una limitación temporal en cuanto al período en el que el empleado va a realizar los servicios. En otras palabras, los contratos indefinidos no estipulan una fecha de culminación.
Esto quiere decir que existe una estabilidad laboral por parte del empleado, y si el empleador desea finalizar la relación comercial tendrá que indemnizar a su trabajador. En algunos casos este acuerdo puede llevarse a cabo de forma verbal únicamente, aunque es recomendable que ambas partes exijan la formalización en algún documento escrito.
La contratación indefinida (a diferencia del temporal) trae consigo varias ventajas no solo para el trabajador sino también para quien lo emplea, ya que se pueden beneficiar de alguna forma de cierta ayuda fiscal.
Un ejemplo preciso se encuentra en las personas con discapacidad o en adultos mayores, ya que ellos cuentan con cláusulas que les respaldan debido a su condición.
En algunos casos, luego de pasados dos años laborando para la misma empresa se puede pasar directamente a este tipo de contrato.
Este tipo de contrato consiste en un pacto entre el trabajador y el empleador en el que se establece que los servicios que se prestarán se mantendrán por un tiempo limitado; por lo tanto, se trata de un acuerdo de carácter temporal y determinado.
Debido a su característica de tiempo limitado, todos estos contratos se suelen realizar por escrito, aunque en algunas circunstancias pueden establecerse de forma oral.
En los contratos temporales se permiten períodos de pruebas y pueden ser sometidos a prórrogas. Esta clasificación puede dividirse en los siguientes subtipos:
Este tipo de contrato temporal es utilizado principalmente en aquellas actividades o servicios laborales cuyo desarrollo tendrá un inicio y un final que pueden ser determinados en el tiempo; es decir, se trata de un proyecto que tendrá fecha de caducidad.
La fecha de culminación suele ser incierta, aunque se asume que no se trata de un empleo a largo plazo.
Los contratos eventuales tienen una duración de seis meses y son muy utilizados en la actualidad, puesto que resultan muy funcionales durante la realización de un proyecto en particular.
Se puede establecer que las empresas utilizan los contratos eventuales cuando necesitan de una ayuda temporal, ya sea por circunstancias imprevistas que requieren de mayor cantidad de empleados o para tareas que se aíslan de la programación habitual.
Estos consisten en aquellos acuerdos que tienen como principal objetivo la sustitución o cobertura de un puesto que se encuentra disponible de manera temporal; en consecuencia, la duración de estos contratos dependerá del tiempo que se necesite para cubrir la ausencia del empleado que se desea reemplazar.
Estos acuerdos suelen ocurrir cuando los trabajadores deciden tomar algún descanso o cuando han quedado vacantes disponibles.
Los contratos de relevo son utilizados especialmente durante situaciones laborales en las que es necesario llevar a cabo una sustitución del puesto que ocupa una persona dentro de la compañía.
Sin embargo, a diferencia del contrato de interinidad, los acuerdos de relevo son para sustituir a un empleado al que se le ha reducido la jornada como consecuencia de una jubilación parcial. Por lo tanto, este tipo de contrato busca cubrir esa parte de la jornada que ha quedado vacía por dicha jubilación.
Estos contratos tienen la finalidad de formar al individuo en un área específica, para que así este pueda desarrollar sus habilidades laborales. Es decir, la empresa o compañía presta un servicio a los más jóvenes para que puedan pasar por la experiencia del trabajo.
Por lo tanto, estos acuerdos solo pueden llevarse a cabo para emplear a personas que tienen entre los 16 y los 30 años de edad. Este método se conoce como “pasantía” en algunos países de Latinoamérica.
El objetivo de este tipo de contratos consiste en ofrecer una alternativa que promueve la formación y la actividad laboral. De este modo se incrementa la inserción de empleados y, al mismo tiempo, se fortalece al individuo dentro de su área de trabajo, pues esto le garantiza mayor experiencia laboral que se reflejará en el currículo.
Las pasantías pueden durar hasta tres años; luego de esto, el trabajador puede formalizar su estadía en la empresa mediante un contrato indefinido.
No obstante, esto no es obligatorio, ya que el trabajador tiene la opción de buscar otra alternativa laboral. Generalmente, los contratos de formación y aprendizaje suelen pagar un sueldo exiguo interprofesional.
Estos contratos son similares a los de aprendizaje y formación, puesto que son llevados a cabo para que el empleado mejore sus competencias profesionales, garantizando que posteriormente pueda ejercer de forma eficiente.
Los contratos de prácticas le ofrecen al individuo la posibilidad de formarse en un área específica y le permite comprender de mejor manera los elementos que conforman a una empresa. Este tipo de contratos también pueden considerarse como pasantías y el pago suele ser menor al 75 % de lo que recibe un empleado formal.
Los contratos a domicilio son aquellos en los que las actividades laborales se realizan desde el hogar del empleado u otra ubicación que este haya escogido para desempeñar sus competencias. Debido a la localización del trabajador, este no cuenta con una vigilancia tan estricta y directa por parte del empleador o de la compañía.
No son necesarios requisitos especiales para llevar a cabo un acuerdo de este tipo; no obstante, es necesario estipularlo por escrito siguiendo un modelo oficial. Los contratos a domicilio también tienen un período de prueba, el cual no debe exceder los seis meses y cuenta con un mínimo de dos meses.
La duración de este acuerdo puede ser tanto limitada como indefinida, dependiendo de los requerimientos de ambas partes. Así mismo, la retribución queda también a merced de las partes.
En la actualidad los organismos del Estado promueven la protección de las personas con discapacidad; por lo tanto, intentan incluirlos en el día a día para que de este modo se fomente la inclusión social y se aumenten sus oportunidades.
Por consiguiente, específicamente en España hay reglamentos a través de los cuales se obliga a que las empresas reserven un 2 % de las vacantes a personas con discapacidad siempre y cuando dicha empresa o compañía cuente con más de cincuenta empleados.
El establecimiento de contratos a individuos con discapacidad no solo permite el beneficio comercial de las compañías, sino que también brinda oportunidades para los menos favorecidos. Los acuerdos de este tipo, al igual que los anteriores, pueden ser indefinidos o limitados.
Los acuerdos de esta clase son similares a los contratos eventuales; no obstante, se diferencian en que estos contratos buscan emplear a una serie de investigadores, científicos o técnicos para desarrollar nuevos proyectos o programas de investigación que no pueden ser llevados a cabo por el personal de siempre.
Generalmente, los empleados que optan por estos contratos suelen poseer un doctorado y se mantienen en la empresa por un período aproximado de cuatro años.
Los contratos freelance son muy utilizados en la actualidad y son ejecutados principalmente vía web, lo que facilita las transacciones y permite la apertura del comercio digital. Son similares a los contratos de investigación o eventuales, ya que son acuerdos que poseen una limitación temporal y que requieren un servicio específico del empleado.
Aunque los contratos freelance suelen ser mucho más informales, de igual manera necesitan establecer cuáles son las obligaciones y los derechos de ambas partes, ya que de este modo se evita algún problema de carácter comercial en el futuro; además, mediante los acuerdos legales se pueden proteger y propiciar las futuras colaboraciones.
Utilizados especialmente en Reino Unido, y también conocidos como contratos casuales, especifican que un empleado trabaja solo cuando lo requiere su empleador.
El empleador no tiene la obligación de proporcionar una cantidad fija de horas para trabajar. Y, de manera similar, el empleado no tiene que aceptar ningún trabajo que se les ofrezca.
El contrato es temporal, y se realiza entre el empleador (cliente) y la empresa de trabajo temporal, la cual tiene una base de datos de trabajadores dispuestos a aceptar trabajos temporales.
Las consecuencias de incumplir un contrato pueden variar dependiendo de las leyes de cada país. Por ejemplo, en el estado de California se establece que el empleador tiene completa potestad para despedir a un trabajador por cualquier motivo en cualquier circunstancia.
No obstante, el empleado puede valerse de una serie de normas para proteger su integridad laboral.
Cuando un empleador irrespeta los parámetros que fueron establecidos en un contrato escrito, el trabajador tiene el derecho de demandarlo. De hecho, algunos contratos escritos cuentan con una serie de multas monetarias que pueden ser aplicadas si alguna de las partes no cumple con los requisitos que fueron acordados.
Tanto el empleado como el empleador cuentan con un plazo de dos años para demandar a la parte que está irrespetando lo estipulado en el contrato. Sin embargo, si se trata de un contrato escrito —y no meramente oral— se puede tener un plazo de hasta cuatro años para presentar la queja; esto puede variar dependiendo de cada país o región.
Para evitar mayores conflictos, gran parte de las empresas opta por contratar a un mediador para que este se encargue de intervenir en los malentendidos, y así evitar una demanda. Esto puede perjudicar al trabajador en cierta medida, puesto que los mediadores cobran altos honorarios y generalmente prefieren apoyar a los empleadores.
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