Benzodiacepinas: mecanismo de acción, usos y efectos
Las benzodiacepinas son fármacos psicotrópicos que actúan de forma directa sobre el sistema nervioso central. Al actuar sobre las regiones cerebrales producen efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos y anticonvulsivos.
Las benzodicepinas se utilizan en medicina como tratamiento para las alteraciones de ansiedad, insomnio y algunos estados afectivos. Así mismo, se pueden incorporar en la intervención de patologías como la epilepsia, la abstinencia alcohólica y los espasmos musculares.
Mecanismos de acción de las benzodiacepinas
Los mecanismos de acción hacen referencia al método mediante el cual las benzodiacepinas actúan cuando llegan al cerebro y consiguen realizar modificaciones en el funcionamiento psicológico.
Las benzodiacepinas actúan directamente sobre un neurotransmisor inhibitorio del cerebro conocido como ácido gamma animo butírico (GABA), uniéndose a receptores específicos de este neurotransmisor y actuando como agonista de GABA.
Esto quiere decir que cuando las benzodiacepinas llegan a las regiones cerebrales, incrementan la actividad del GABA y, por lo tanto, se aumentan los potenciales postsinápitcos inhibidores.
La principal ventaja que presentan las benzodiacepinas es que cuando estas actúan sobre el GABA incrementan la frecuencia de apertura del canal de cloro. Así pues, estos medicamentos no son capaces de proporcionar una activación mayor a la que lograría realizar el GABA por sí solo, por lo que los riesgos de su consumo son bajos.
Receptores GABA
Los receptores de GABA actúan como dianas farmacológicas de distintos compuestos de utilidad clínica. Consta de un receptor de canales iónicos que se forman a través de combinaciones proteicas.
Así mismo, la mayoría de receptores GABA están formados por 5 subunidades: subunidad a 1, subunidad a 2, subunidad a 3, subunidad a 4 y subunidad a 5.
En este sentido, se han compuesto distintos fármacos benzodiacepínicos que actúan sobre las diferentes subunidades de los receptores GABA.
Investigaciones recientes han mostrado que, más concretamente, las benzodiacepinas que actúan en las subunidades a1 realizan actividad ansiolítica, mientras que los que actúan en la subunidad a3 o a5 realizan efectos sedantes.
En resumen, las benzodiacepinas realizan sus efectos a través del incremento de la actividad de GABA, un neurotransmisor del cerebro que se encarga de inhibir el funcionamiento cerebral.
Muchas alteraciones de ansiedad o agitación responden a una disminución del funcionamiento de esta sustancias. En esos casos, el uso de benzodiacepinas resulta muy útil ya que permite restablecer el funcionamiento cerebral.
¿Para qué sirven? Usos
En la actualidad las benzodiacepinas presentan múltiples usos terapéuticos. Estos fármacos incluyen una gran cantidad de moléculas que comparten ciertas propiedades y que permiten intervenir diferentes alteraciones cerebrales.
Hay que destacar que no todos los fármacos benzodiacepínicos presentan exactamente las mismas características. Y por lo tanto, no presentan las mismas ventajas para todos los usos terapéuticos.
Por ejemplo, el clonazepam posee un perfil muy eficaz como ansiolítico en el tratamiento de trastornos de pánico o ansiedad generalizada y las convulsiones.
En su caso, el hecho de que sus propiedades hipnóticas, miorrelajantes y amnésicas sean bajas, le convierten en una buena opción terapéutica para estas alteraciones pero menos indicada para la intervención de otras patologías.
En este sentido, las principales indicaciones terapéuticas de las benzodiacepinas y los fármacos más indicados para cada afección son:
Anticonvulsivos
Las benzodiacepinas son potentes anticonvulsivos que pueden llegar a salvar la vida de una persona durante el manejo de un estatus epiléptico.
En estos casos, los medicamentos más eficaces son el diazepam y el lorazepam, siendo este relativamente más eficaz según un metaanálisis de 11 ensayos clínicos recientemente publicado. No obstante, el diazepam presenta un tiempo de acción mucho más duradero que el lorazepam.
A pesar de que estos fármacos resultan útiles para intervenir enfermedades como la epilepsia, efectos secundarios como la tolerancia o la somnolencia hacen que no sean los medicamentos de primera elección para tratar estas afecciones a largo plazo.
Hoy en día se concluye que las benzodiacepinas son fármacos muy útiles para tratar síntomas convulsivos puntuales. Pero no para ser utilizados como herramientas terapéuticas prolongadas en el tiempo.
Ansiolíticos
Los problemas de ansiedad son probablemente las afecciones en las que se ha mostrado una mayor eficacia de las benzodiacepinas. Estos medicamentos poseen importantes propiedades ansiolíticas y pueden ser usados para el manejo temporal de la ansiedad severa.
Las benzodiacepinas para tratar la ansiedad suelen consumirse por vía oral, aunque se pueden ser administradas por vía intravenosa en los casos de ataque de pánico, ya que de este modo se reduce el tiempo de actuación del medicamento.
El elevado potencial ansiolítico de las benzodiacepinas ha motivado que estas sean consideradas hoy en día como los principales fármacos para el tratamiento de trastornos de ansiedad.
Concretamente, el alprazolam, el bromazepam, el clordiazepoxido, el clonazepam, el clorazepato, el diazepam, el lorazepam, el medazepam, el nordazepam, el oxazepam y el prazepam son los más eficaces y utilizados.
No obstante, estos medicamentos presentan las mismas limitaciones que las benzodiacepinas con fines anticonvulsivos
El riesgo que poseen las benzodiacepinas de generar tolerancia y dependencia en el consumidor es elevado, motivo por el cual se recomienda limitar su uso a periodos cortos de tiempo (entre 2 y 4 semanas).
Insomnio
Las benzodiacepinas también pueden resultar herramientas terapéuticas adecuadas para el tratamiento del insomnio.
Su uso está recomendado en periodos de tiempo limitados debido a los riesgos de generar adicción y dependencia. En este sentido, en el tratamiento del insomnio resulta especialmente útil el uso intermitente de benzodiacepinas.
Estos fármacos permiten mejorar los problemas relacionados con el sueño acortando el tiempo necesario para quedarse dormido, prolongando el tiempo que se duerme y reduciendo el desvelo.
No obstante, su consumo suele empeorar la calidad del sueño, incrementando el sueño ligero y disminuyendo el sueño profundo.
Así pues, a pesar de su eficacia, el uso de benzodiacepinas para el tratamiento de problemas relacionados con el sueño debe realizarse con moderación y vigilancia.
De forma general, se recomienda su uso en alteraciones graves y mediante un exhaustivo control médico que permita evitar los efectos negativos que puede producir el consumo del psicofármaco.
Uso previo a la cirugía
Las benzodiacepinas son unos de los medicamentos más utilizados para aliviar síntomas o sensaciones ansiosas en sujetos que se encuentran en los momentos previos de un procedimiento quirúrgico.
Suelen administrarse dos o tres horas antes de la cirugía, hecho que permiten aliviar los síntomas de ansiedad y producir efectos amnésicos, los cuales ayudan a olvidar la incomodidad previa a la operación.
Las benzodiacepinas se utilizan también en los casos de fobia dental y en procedimientos oftalmológicos.
Cuidados intensivos
Las benzodiacepinas son fármacos altamente utilizados en el tratamiento de pacientes que se encuentra en unidades de cuidados intensivos.
Especialmente, en sujetos que reciben respiración artificial, pacientes con dolores muy elevados o individuos con altas sensaciones de ansiedad y malestar, la administración de benzodiacepinas permite aliviar y relajar su estado.
No obstante, se debe tener precaución en su uso ya que en algunos casos las benzodiacepinas pueden originar depresión respiratoria.
Dependencia alcohólica
Las benzodiacepinas han mostrado ser fármacos seguros y efectivos en el tratamiento de los síntomas de asistencia alcohólica.
Concretamente, las más utilizadas son el diazepam y el clordiazepóxido, fármacos de acción duradera, y el lorazepam y el oxazepam, medicamentos de acción intermedia.
El diazepam y el cloridazepóxido hacen que los síntomas de abstinencia sean menos intensos y por lo tanto facilitan el proceso de desintoxicación.
Por su parte, el oxazepam es la benzodiacepina más utilizada en el tratamiento de síndromes de abstinencia severos y en pacientes que metabolizan los fármacos con mayor dificultad, como los ancianos o los sujetos con cirrosis hepática.
Trastornos musculares
El consumo de benzodiacepinas provoca una elevada relajación muscular y resultan fármacos útiles para el control de espasmos. Los medicamentos más utilizados para tales fines son el baclofeno y la tizanidina.
No obstante, hay que tener en cuenta que el uso prolongado de estos fármacos puede provocar en el paciente el desarrollo de tolerancia a sus efectos relajantes.
Manía
Los episodios maníacos de los trastornos bipolares suelen tratarse con estabilizadores del estado de ánimo. No obstante, en algunos casos, la administración de benzodiacepinas puede resultar adecuada para el manejo a corto plazo de algunos síntomas.
Benzodiacepinas como el clonazepam o el lorazepam permiten producir una rápida tranquilización y sedación del sujeto, y mitigar algunas manifestaciones de la manía como la agitación o el nerviosismo.
Contraindicaciones
A pesar de que los efectos terapéuticos de las benzodiacepinas resultan adecuados para tratar múltiples alteraciones, estos fármacos presentan también una serie de contraindicaciones. De forma general, se desaconseja el uso de estos medicamentos en:
- Pacientes con glaucoma de ángulo cerrado, ya que el posible efecto anticolinérgico de las benzodiacepinas puede agravar la enfermedad.
- En casos de hipotonía muscular o miastenia debido al efecto relajante de la musculatura lisa que originan las benzodiacepinas.
- En sujetos con insuficiencia respiratoria severa y apnea del sueño.
- En pacientes con insuficiencia hepática ya que se incrementa el riesgo de encefalopatía.
- En casos de intoxicación etílica aguda, coma o síncope, debido al efecto depresivo producido sobre el sistema nervioso central.
Efectos y reacciones adversas
El consumo de fármacos benzodiacepínicos puede provocar efectos adversos en los sujetos que la consumen.
El perfil toxicológico de los diferentes medicamentos benzodiacepínicos es muy parecido, aunque en algunos casos puede variar la frecuencia y la gravedad de los síntomas.
En la mayoría de los casos las reacciones adversas se producen debido a una prolongación de la acción farmacológica de los medicamentos, hecho que afecta al funcionamiento del sistema nervioso central.
Distintos estudios apuntan que aproximadamente la mitad de los pacientes presentan, en mayor o menor grado, sensaciones de somnolencia durante los primeros momentos del tratamiento.
Así mismo, otros efectos adversos que pueden aparecer son:
- Sedación.
- Mareos, náuseas y vómitos.
- Diarrea o estreñimiento.
- Depresión y cambios del estado de ánimo.
- Cambios en la libido.
- Desorientación.
- Disartria y temblor.
- Alteraciones urinarias.
- Hepatitas, ictericia, dermatitis, urticaria y purito.
- Discrasias sanguíneas.
- Alteraciones de la visión y audición.
- Incoordinación motora con riesgo de caída.
- Amnesia anterógrada y dificultad de concentración.
Referencias
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