Administración y finanzas

10 reglas para la toma de decisiones


La toma de decisiones es el proceso mediante el que se evalúa y elige una opción a seguir entre varias posibilidades. Este proceso está presente en todas las facetas de la vida, desde la familiar a la laboral, pasando por la social, la económica o la empresarial.

Al tomar una decisión se pretende dar solución a un problema o disyuntiva, aunque este aún no se haya manifestado en su totalidad. En el caso de los individuos. Una de las definiciones más clásicas del concepto afirma que se trata del “proceso para identificar y solucionar un curso de acción para resolver un problema específico”.

Para poder tomar decisiones es fundamental comprender y analizar cuál es el problema que se quiere resolver. Este puede ir desde la elección de unos estudios universitarios, en el caso de los individuos, hasta decidir la estrategia de marketing de una empresa. Después, hay que establecer los objetivos que se pretenden conseguir con esa decisión.

Normalmente, suelen existir varias alternativas para resolver el problema. Es por ello importante estudiar las ventajas y desventajas de cada una de ellas. En algunas ocasiones, el resultado de la elección será determinante para la vida de la persona o institución, por lo que se debe realizar un proceso de toma de decisiones bien fundamentado.

Reglas para la toma de decisiones

La manera de tomar decisiones está inevitablemente influida por las características de los individuos u organizaciones involucradas. Algunos tienen más incertidumbre que otros, lo que condiciona su elección final. Esta, además, puede estar limitada por aspectos personales o económicos.

Sin embargo, existen una serie de reglas que pueden ayudar a que la toma de decisiones concluya con un resultado más acertado.

1- Identificar del problema

Antes de tomar decisiones es fundamental conocer en profundidad el problema que se quiere resolver. Ese problema no significa que existe ningún conflicto, ya que puede abarcar desde la elección de una casa para comprar a la contratación de un nuevo trabajador.

En esta primera etapa es importante afrontar con objetividad el análisis de lo que se quiere resolver. Una buena idea es escuchar a los demás, ya que muchas veces pueden aportar una visión fresca sobre el tema.

La finalidad de esta etapa es formular la pregunta adecuada. Solo de esta forma es posible comenzar el proceso de toma de decisiones.

2- Identificar el objetivo

Una vez que se conozca en profundidad el problema, llega el momento de identificar el objetivo que se pretende conseguir.

Al igual que en el paso anterior, para identificar el objetivo es necesario tener una visión clara, objetiva y realista. Entre otros aspectos, hay que estudiar las consecuencias que supondrá alcanzar la meta prevista.

3- Análisis de la decisión a tomar

No es posible tomar una decisión sin recabar la información necesaria para tener en cuenta todos los posibles aspectos del tema. Este paso, no obstante, puede conllevar el problema de que la persona se obsesione y se paralice.

Por ese motivo, hay que limitar el tiempo dedicado a buscar esa información y a analizar la decisión que hay que tomar. Solo se debe tener en cuenta la información relevante y dejar de lado aquella que no aporta nada.

4- Evaluar el coste de oportunidad

Otra pregunta que hay que realizarse es qué se puede perder con la decisión que se tome. Un ejemplo de esto es la elección de una carrera universitaria. A pesar de sus múltiples ventajas, hay que tener en cuenta que va a suponer perder años de posible experiencia laboral, así como de un gasto considerable.

5- Generar alternativas

La toma de decisiones no suele ser un asunto que se resuelva con un sí o un no. En muchas ocasiones, existe todo un abanico de opciones, algunas de ellas con similares ventajas.

En este paso, la persona u organización comienza a plantearse las posibles soluciones al asunto a tratar, así como sus consecuencias, dificultad y el proceso de llevarlas a cabo.

6- Identificar pros y contras

Uno de los métodos más útiles para evaluar las alternativas que se han propuesto es identificar sus pros y sus contras. Se trata de estudiar las ventajas y desventajas de cada una de las opciones propuestas, con lo que se va a tener una perspectiva mucho más clara sobre ellas.

El riesgo de este tipo de listas de pros y contras es caer en la subjetividad. Aunque esto sea casi imposible de evitar por completo, hay que intentar elaborarlas con la mayor objetividad posible e, incluso, pedir ayuda a alguien que conozca el problema.

7- Eliminar opciones

Con el problema perfectamente identificado y conociendo los pros y las contras de cada una de las posibles soluciones, el siguiente paso es comenzar a eliminar aquellas que parezcan menos ventajosas.

Esto debe aplicarse hasta en la toma de decisiones menos importantes. Así, por ejemplo, no se debe elegir entrar a comer en una hamburguesería si se desea adelgazar. Lo mismo ocurre a la hora de elegir los estudios, ya que hay que eliminar aquellas carreras que no permitan alcanzar el objetivo final de encontrar un determinado trabajo.

Existen aspectos externos a la propia voluntad que también intervienen en la eliminación de opciones. Si no se tiene el presupuesto necesario, lo más conveniente es no embarcarse en la compra de una casa demasiado cara.

8- Selección de la mejor opción

Es bastante posible que, a pesar de eliminar opciones, aún queden varias entre las que decidir. Este paso es, posiblemente, uno de los más complicados, ya que consiste en tomar la decisión final.

Para ello hay que basarse en toda la información que se ha ido recabando, en las ventajas y desventajas de las distintas opciones y en el realismo de la misma.

9- Implementación de la decisión

Aunque la decisión final ya ha sido tomada, el proceso no ha terminado todavía. Es muy importante aplicar bien lo decidido. Lo primero es planear a la perfección los pasos que se van a dar, al igual que comunicar la decisión a aquellos que puedan verse afectados.

10- Evaluación

En algunas ocasiones, el resultado final de la decisión no puede verse hasta bastante tiempo después.

Sin embargo, en los casos que se pueda es muy importante evaluar constantemente el resultado de la decisión. Se trata de comprobar que se ha acertado y corregir los posibles errores que vayan surgiendo.

En un caso extremo, siempre se puede parar y tomar una nueva decisión. No es infrecuente, por ejemplo, que algunos estudiantes cambien de carrera universitaria después del primer año, ya que comprueban que eligieron mal en primer lugar.

Referencias

  1. Sanz, Emilio. Toma de decisiones: proceso de toma de decisión. Obtenido de sorprendemos.com
  2. Escuela de Organización Industrial. Habilidad para la toma de decisiones. Obtenido de eoi.es
  3. Universidad Politécnica de Cartagena. La toma de decisiones. Recuperado de upct.es
  4. Mind Tools Content Team. How to Make Decisions. Obtenido de mindtools.com
  5. Douglas, Kate; Jones, Dan. Top 10 ways to make better decisions. Obtenido de newscientist.com
  6. Saunders, Elizabeth Grace. 5 ways to make tough decisions faster (and not regret them later). Obtenido de fastcompany.com