Medicina

Paratífico A: características, síntomas, diagnóstico, tratamiento, prevención


El paratíficoA es un serotipo de Salmonella, una bacteria responsable de producir una enfermedad denominada “fiebre entérica paratifoidea”. La Salmonella es un bacilo Gram negativo, anaeróbico facultativo, que no desarrolla cápsula ni esporas y que forma parte de familia de las Enterobacterias.

Las salmonelas conforman un género de más de 2300 serotipos, de los cuales más de 200 son patógenos para el hombre, entre estos el “paratífico A”. Son bacterias móviles, flageladas, que infectan al hombre a través de la ingesta de alimentos o agua contaminados.

La infección por Salmonella paratífica A requiere de un inóculo relativamente pequeño. La infección se transmite al hombre sin huésped intermediario. Las malas condiciones sanitarias favorecen el contagio.

Existen una serie de condiciones que aumentan la susceptibilidad de las personas para la infección por Salmonella, entre las que se pueden nombrar: historia de cirugías y problemas inflamatorios crónicos del sistema gastrointestinal, disminución de la acidez estomacal (primera barrera de defensa del huésped) o alteración de la flora intestinal por administración reciente de antibióticos.

La Salmonella paratífica A produce una fiebre entérica similar a la fiebre tifoidea, pero casi siempre más leve.

Índice del artículo

Características

Mundialmente la fiebre tifoidea y paratifoidea o fiebres entéricas generalmente son comunes en zonas del planeta donde existen pobres medidas sanitarias y las aguas de consumo humano fácilmente se contaminan con aguas residuales.

Las zonas donde estas enfermedades se presentan con mayor frecuencia son gran parte del Asia, Medio Oriente, África, centro y sur América y parte del sur de Europa.

La Salmonella paratífica A entra al huésped por vía oral y se aloja en el íleon terminal o distal (intestino delgado). Estos microorganismos poseen unas “fimbrias” con las que se adhieren al epitelio sobre los tejidos linfoides del íleon en las placas de Peyer.

Si el sistema inmune no detiene la infección, las bacterias se multiplican y llegan al torrente circulatorio provocando una leve septicemia. En este momento se inicia la fiebre y el malestar general. Luego, las bacterias invaden el tejido linfático y se ponen de manifiesto los síntomas característicos de la enfermedad.

Fuentes

Como la salmonelosis paratífica A tiene como reservorio al hombre, la fuente de contagio son los alimentos y aguas contaminados con heces u orina de portadores sanos o enfermos.

Entre las fuentes importantes de contagio se encuentran los vegetales crudos, las ensaladas verdes, la leche y sus derivados, el agua o hielo, los mariscos o cualquier otro alimento que haya sido contaminado con heces u orina. Todos aquellos alimentos crudos que son lavados con aguas contaminadas son potenciales fuentes de infección.

Las inundaciones por razones climáticas que ocurren en algunas zonas pobres son una fuente importante de contaminación de las aguas de consumo humano con aguas residuales. Estas son puntos de partida de muchos brotes epidémicos.

Como la Salmonella paratífica A es sensible al calor, se recomienda hervir el agua y cocinar bien los alimentos en zonas donde exista peligro o riesgo de contaminación.

Síntomas y diagnóstico

Síntomas

Los síntomas de la fiebre entérica paratífica A o fiebre paratifoidea son similares a los de la fiebre tifoidea, pero con un pródromo de menor duración (de 1 a 10 días) y una sintomatología menos severa. Es de aparición repentina y de duración más corta. Se presentan recaídas en aproximadamente el 8% de los casos.

La sintomatología más frecuente es la siguiente:

– Fiebre alta sostenida.

– Dolor de cabeza.

– Malestar general.

– Disminución del apetito.

– Hepatomegalia y esplenomegalia (incremento del tamaño del hígado y del bazo), que puede causar malestar abdominal.

– Tos seca en las fases iniciales de la enfermedad.

– Aparición de un “rash” o erupción rosácea plana que puede ser visible en el tronco. 

– Constipación o diarrea. La constipación ocurre mucho más frecuentemente en adultos, mientras solo el 20% de los adultos enfermos presentan diarrea. En los niños y en los ancianos la diarrea es más frecuente.

La severidad de la enfermedad varía desde moderada a grave con múltiples complicaciones. Las personas que no reciben tratamiento pueden mantener temperaturas elevadas por varias semanas y en estos casos son mucho más frecuentes las complicaciones. Para este tipo de salmonelosis existen muy pocos portadores sanos.

Las complicaciones asociadas al mayor número de decesos son los trastornos hidroelectrolíticos en niños y los sangramientos y perforaciones del tracto gastrointestinal en los adultos. Con el tratamiento adecuado la mortalidad es muy baja, menor al 1%.

Diagnóstico

El diagnóstico se hace por hemocultivo en etapas tempranas de la enfermedad o por cultivo de orina y/o heces en etapas más tardías y luego, utilizando diferentes métodos, se identifica inmunológicamente el serotipo correspondiente. Actualmente, muchas instituciones utilizan como herramienta diagnóstica el PCR (del inglés Polymerase Chain Reaction).

Tratamiento

El tratamiento requiere reposo, rehidratación parenteral en los casos de deshidratación por diarreas profusas, y antibióticos. Gracias al uso de los antibióticos y las vacunas prescritas, la enfermedad no es letal.

El tratamiento de elección son las quinolonas específicamente el ciprofloxacino. Si bien este ha sido el tratamiento de elección, en la última década y sobretodo en el continente asiático, se han reportado muchos casos de resistencia.

También se puede usar ceftriaxona o cefotaxima, unas cefalosporinas de tercera generación y de amplio espectro. Otro antibiótico que ha mostrado ser efectivo es la azitromicina, perteneciente al grupo de los macrólidos de amplio espectro.

En muchas zonas endémicas se sigue usando el tratamiento clásico con cloranfenicol o trimetroprim/sulfametoxaxol, pero este tratamiento ha dejado de ser efectivo por la resistencia que han desarrollado estos microorganismos.

El esquema de tratamiento contra la fiebre paratifoidea para los adultos es ciprofloxacino: 1 gramo diario por 10 días (vía oral o IV); ceftriaxona: 2 a 4 gramos diarios por 14 días (vía IM o IV); cefotaxima: 3 a 6 gramos diarios por 14 días (vía IV) o azitromicina:1 gramo diario por siete días (vía oral).

Prevención

Las autoridades sanitarias deben hacer el seguimiento y evaluación de los contactos familiares y cualquier otro contacto cercano, relacionados con los casos ya diagnosticados.

La persona enferma no debe asistir a guardería, escuelas o trabajo hasta que las autoridades sanitarias den su aprobación, para así evitar el riesgo de contagio.

Las personas que trabajan manipulando alimentos, atendiendo o cuidando niños, en trabajos relacionados con el cuidado de la salud o cuidados residenciales, no pueden volver a sus actividades laborales hasta que el médico encargado del caso en el servicio sanitario dé su aprobación.

Algunos contactos cercanos a la persona infectada deben también mantenerse en observación y ser examinadas por las autoridades sanitarias hasta estar seguros que no estén infectados.

Las personas con fiebre tifoidea o paratifoidea no deben preparar alimentos para otras personas y no deben nadar en piscinas públicas ni privadas, hasta que las autoridades sanitarias los declaren libres de la enfermedad.

Si usted va a viajar a zonas donde estas salmonelosis son comunes o endémicas, debe evitar las bebidas y comidas de venta ambulante, así como evitar, en lo posible, los alimentos crudos. Debe beber agua hervida o envasada sin hielo o utilizar pastillas para la purificación (cloración) del agua. Debe consultar a su médico sobre las vacunas disponibles.

Debe lavar las frutas con agua hervida o envasada y lavarse las manos antes de beber, de comer o de fumar.

Referencias

  1. Barrow, P. A. (2000). The paratyphoid salmonellae. Revue Scientifique et Technique-Office International des Epizooties, 19(2), 351-366.
  2. Bhan, M. K., Bahl, R., & Bhatnagar, S. (2005). Typhoid and paratyphoid fever. The Lancet, 366(9487), 749-762.
  3. Effa, E. E., & Bukirwa, H. (2008). Azithromycin for treating uncomplicated typhoid and paratyphoid fever (enteric fever). Cochrane Database of Systematic Reviews, (4).
  4. Ochiai, R. L., Wang, X., Von Seidlein, L., Yang, J., Bhutta, Z. A., Bhattacharya, S. K., … & Ali, M. (2005). Salmonella paratyphi A rates, Asia. Emerging infectious diseases, 11(11), 1764.
  5. Teh, C. S. J., Chua, K. H., & Thong, K. L. (2014). Paratyphoid fever: splicing the global analyses. International journal of medical sciences, 11(7), 732.
  6. Yousif, T. A. T. (2018). Comparison of Widal Test In Diagnosis of Typhoid Fever with Blood Culture and Immuno chromatographic Test among Patients in Wad Medani Teaching Hospital, Gezira State, Sudan (2012-2017) (Doctoral dissertation, University of Gezira).