Psicología educativa

Cómo ser una buena madre: 17 tips que funcionan


Cómo ser buena madre es algo que suelen preguntarse las mujeres cuando deciden tener hijos, y más si han tenido hermanos y han visto cómo su madre les cuidaba.

En realidad, es algo muy común y que desde pequeñas han visto hacer a otras mujeres, pero nadie nunca ha dicho exactamente qué pautas hay que seguir o cuál es la mejor forma de hacerlo.

A continuación, presentamos una serie de consejos para ser una buena madre, con los que podrás mejorar la relación con tus hijos. También hablaremos de los diferentes estilos educativos con los que podemos educar a nuestros niños, y sus ventajas y consecuencias para su desarrollo.

Consejos para ser una buena madre

1. Genera en el hogar pautas que creen un ambiente adecuado

Es importante que este apartado sea seguido por ambos padres con el fin de darle al niño el mejor ambiente posible. Es decir, un entorno estable, predecible y seguro para su crecimiento y desarrollo.

Un ejemplo podría ser que el niño aprenda que todos sus actos tienen consecuencias positivas y negativas.

2. Ten normas y mantenlas en el tiempo

Al igual que el apartado anterior, ambos padres deben de formar un equipo y crear un hogar que se rija por normas. Aunque no lo parezca, estas aportan beneficios muy positivos a su desarrollo y le ayudan a sentirse seguro y apoyado en su aprendizaje.

El hecho de no crecer con unas normas y que estas no se mantengan en el tiempo y no sean coherentes, pueden afectar negativamente al menor, desencadenando incluso conductas delictivas.

3. Comunícate de forma frecuente con el niño

Es muy importante para tu hijo que te comuniques con él diariamente y de forma abierta. Esto te permitirá ganarte su confianza y conocer sus gustos y lo que hace. Por otro lado, también te permitirá saber sus inquietudes y sus miedos.

Por otra parte, refuerza los comportamientos positivos y no los negativos. Es decir, no te fijes siempre en el comportamiento inadecuado, no lo regañes todo el tiempo, observa lo que hace bien y felicítalo, así lo animarás a seguir portándose bien.

4. Sé un buen ejemplo para tu hijo

La familia es el primer agente socializador del niño, por lo que somos el ejemplo a seguir en todos los aspectos de su vida desde que nacen. Por ello, es recomendable que hagamos las cosas como verdaderamente se tienen que hacer.

De esta forma, iremos inculcando en el niño lo que está bien y está mal, así como lo que se puede hacer y lo que no y sus posibles consecuencias.

5. Estimula su autonomía

No es bueno para el niño que actúe de forma dependiente durante todo su desarrollo y crecimiento. Por ello, como madres, tenemos que encargarnos poco a poco de que nuestro hijo vaya adquiriendo autonomía.

Un buen ejemplo puede ser que vaya ayudando en casa a realizar algunas tareas del hogar. Desde que son pequeños son capaces de tener sus juguetes ordenados.

6. Escucha a tu hijo

No solo es bueno que nos comuniquemos con nuestro hijo, sino también que escuchemos lo que tiene que decir respecto a algo o sus sentimientos. Sin juicios.

Nuestro deber como madres es hacer que se sienta apoyado en todo momento y ayudarlo en la medida de lo posible. Si no lo hacemos, podemos afectar negativamente a su autoestima.

7. No discutas con tu pareja delante de él o ella

Para que el niño crezca feliz, tenemos que hacer de nuestro hogar un sitio no solo estable, sino carente de conflictos por parte de los padres.

Por ello, tienes que evitar discutir con tu pareja delante de él o ella y buscar los momentos en los que, si existen diferencias de ideas, se pueda hablar de forma calmada.

8. Realicen actividades juntos

Comparte actividades con tu hijo aunque no te gusten. Al final entenderás que llegarán a ser las más divertidas y apetecibles del mundo porque las estás realizando con él.

Gracias a esta acción, podrás conocerlo y pasar un tiempo agradable juntos. Por otro lado, es muy recomendable para estrechar los lazos afectivos entre madre-hijo y fomentar su aprendizaje.

9. Haz vida normal

Es importante que desde el primer momento hagamos vida normal, aunque pensemos que no es correcto o que no somos capaces. Cuanto antes empecemos a hacerlo, antes nos acostumbraremos a que tenemos una persona que depende de nosotros en todos los aspectos.

10. Disfruta de esta experiencia

Ser madres es el mejor regalo que nos puede hacer la vida, por lo que tenemos que aprovechar nuestro rol de la mejor manera posible con nuestra pareja.

A no ser que queramos ser madres por segunda vez, esos momentos no se van a volver a repetir nunca más.

11. No te agobies

Es normal que al principio cueste un poco acostumbrarse al hecho de tener a alguien bajo tu responsabilidad y además poder compaginarlo con tu vida diaria.

El secreto está en no agobiarse y en compartir tus responsabilidades con tu pareja. Juntos podréis hacerlo, y además sin esfuerzo.

12. Deja que se equivoque

No podemos ser sobreprotectoras con nuestro hijo, ya que no será bueno para su desarrollo. Debemos permitir que se equivoque y aprenda por sí solo, de forma que cuando nos necesite estemos allí para apoyarlo.

13. Comunícate de forma positiva con él

Como madres, es importante que no solo apoyemos a nuestro hijo, sino también que nos comuniquemos de forma positiva, tomando especial atención a todo aquello que realiza o se le da bien en el día a día.

De igual forma, también tenemos que ayudarle en aquello en lo que no es tan bueno, con paciencia y calma.

14. Comparte las responsabilidades con tu pareja

Si compartes las responsabilidades del día a día con tu pareja, todo será más fácil para los miembros de la familia, incluido tu hijo. Esto solo tendrá efectos positivos para todos, ya que el ambiente del hogar será más relajado.

Hace varios años esto era impensable, pues el rol de crianza era ejercido única y exclusivamente por las madres. Sin embargo, se ha comprobado que en la actualidad seguir por este camino es inviable y solo trae consecuencias negativas para nuestro hijo.

15. Dile a tu hijo que lo quieres

Es importante que le digamos a nuestro hijo que lo queremos, no basta solo con que se lo demostremos con nuestras acciones y el día a día. Escuchar que alguien nos quiere nos hace sentir mejor y aumenta nuestra autoestima.

16. Preocúpate del ejemplo que le das

Como ya hemos dicho, nuestro hijo nos va a imitar en todo lo que hagamos y, cuando crezca, utilizará esas herramientas para desenvolverse en su entorno.

Por ello, es importante que analicemos si verdaderamente estamos dando a nuestro hijo el ejemplo correcto o el que le queremos dar.

17. Ten tiempo para ti

El descanso también forma parte del hecho de ser madre, si no lo hacemos no podremos ser la madre que necesita nuestro hijo.

Por lo que dejar un pequeño período de tiempo todas las semanas y destinarlo a descansar es una buena opción para desestresarnos y comenzar el día con energía.

¿Qué estilo educativo es el mejor para mi hijo?

Podemos comportarnos de formas o estilos diferentes con nuestros hijos. Estos estilos no son una característica del padre o la madre, sino un tipo de relación con el niño condicionada por la forma de ser del menor y de las diferentes situaciones en las que nos encontremos.

Estilo democrático

Este estilo es el más recomendable, ya que se caracteriza por el afecto que los padres le dan al hijo sustentado por altos niveles de comunicación. Por otro lado, las normas y los límites suelen ser explicados y justificados de forma razonable y adaptados a la edad del niño.

Estilo autoritario

Los padres autoritarios se caracterizan por no ser afectuosos y por comunicarse de forma no muy frecuente con sus hijos. Suelen imponer normas y límites sin contar con la opinión del menor y controlan de forma severa el comportamiento de sus hijos.

Estilo permisivo

Aunque los padres que utilizan este sistema son muy afectuosos con sus hijos y mantienen altos niveles de comunicación con ellos, no ponen normas ni controlan su comportamiento de forma habitual.

Estilo indiferente

Estos padres se caracterizan por ser poco afectuosos y mantener bajos niveles de comunicación con sus hijos. Además, no suelen poner límites y tampoco controlan el comportamiento de sus hijos.

Referencias

  1. Pérez Gómez, A. (S/F). Profesión papás. Cómo orientar el futuro de sus hijos: educar para el bienestar. Dupligráficas Ltda, Colombia.
  2. Fernández Beato, M. P. Los estilos educativos de los padres y de las madres.      Innovación y experiencias educativas.