Valores intrínsecos: qué son, características y ejemplos
¿Qué son los valores intrínsecos?
Los valores intrínsecos son los que un determinado objeto tiene en sí mismo, es decir, las características propias que le definen. Ha costado mucho definir este concepto, ya que se han dado por supuestas sus propiedades.
Si se piensa, por ejemplo, en un mundo sin determinadas cualidades (belleza, vida, salud, amistad, justicia, etc.) y si se considera que sin ellas el mundo se empobrece o que son imprescindibles, entonces estaríamos hablando de valores intrínsecos. De valores sin los cuales la vida no tendría mayor sentido.
Muchas de las investigaciones se han centrado en qué es lo que posee valores intrínsecos, sin haber previamente definido qué son los valores intrínsecos. Por otra parte, a lo largo de la historia de la filosofía se ha visto en estos valores uno de los fundamentos de otras temáticas filosóficas.
Por ejemplo, para el consecuencialismo, una acción es correcta o incorrecta desde el punto de vista moral si sus consecuencias resultan mejores intrínsecamente, que la de otra acción que se realice en las mismas condiciones.
Otras teorías creen que lo que se considera hacer algo bueno o malo está relacionado con los valores intrínsecos de los resultados de las acciones que alguien pueda efectuar. Inclusive existen las que afirman que estos valores son pertinentes a los juicios dentro de la justicia moral.
El concepto de valores intrínsecos tiene una larga trayectoria en la historia de la filosofía, ya que ha sido tratado desde los antiguos griegos en sus trabajos sobre el vicio y la virtud, pero es en el siglo XX donde esta temática se ha enunciado y estudiado en profundidad.
Características de los valores intrínsecos
Antes de definir las características de los valores intrínsecos, es importante destacar que este tema ha sido motivo de numerosos estudios en el área de la filosofía.
En primer lugar, para especificar si el valor tiene que ver con la bondad, como es el caso del realismo. Dentro de este, los naturalistas aducen que la bondad se relaciona con propiedades naturales.
Otro punto de vista con respecto al valor lo dan los emotivistas. Axel Anders Theodor Hägerström (1868-1939) plantea que toda atribución de valor es esencialmente expresión de emoción. Para él decir “alguien es bueno” no es solamente hacer una afirmación de su bondad, sino que se está diciendo “hurra por ese Alguien”.
Este filósofo sueco denominó este criterio como “valor-nihilismo”, temática que fue retomada posteriormente por el positivista Alfred Jules Ayer (1910-1989) y Charles L. Stevenson (1908-1979).
Particularmente, Stevenson especificó que las evaluaciones expresan actitudes y sentimientos del hablante. Así, quien dice que “la bondad es valiosa”, implica que se está expresando la aprobación de la bondad de dicho hablante.
Y por último está la posición de Monroe Curtis Beardsley (1915-1985). Este filósofo pragmático rechaza el hecho de que algo que posea un valor extrínseco presuponga la existencia de otra cosa con valor intrínseco. Por lo tanto, para él solo existen los valores extrínsecos.
El valor intrínseco para Georg Edward Moore
Dentro de la filosofía no naturalista, está el británico Georg Edward Moore (1873-1958). Este filósofo sostuvo que toda tentativa de identificación del “bien” como una propiedad natural, está cayendo en una “falacia naturalista”.
De este modo se desprende de la identificación de bueno con placer o deseo. Asimismo explica que la bondad es una simple propiedad “no natural”. Esto significa que es una propiedad que no se puede detectar o cuantificar en la ciencia ni medir con instrumentos científicos.
Sus trabajos parten de la noción de si es posible analizar el concepto de valores intrínsecos. En este sentido, propone la división del concepto en conceptos formados por elementos más simples.
La propuesta de Moore es un experimento mental para poder comprender el concepto y decidir qué es lo que es bueno intrínsecamente. Esto significa considerar qué cosas u objetos que existan en un aislamiento absoluto pueden ser juzgados como de una existencia buena.
Dicho de otra manera, es preguntarse si el objeto en cuestión tiene valor aparte de las relaciones con otros. Así, algo tendrá valor intrínseco o será valioso intrínsecamente si es bueno por su naturaleza interna.
Esto es, que no deriva de ninguna otra cosa u objeto. Por el contrario, si su valor deriva de otra cosa posee un valor extrínseco.
Particularidades de valores intrínsecos para John O’Neill
El profesor de filosofía John O’Neill ha efectuado un interesante trabajo sobre las variedades de los valores intrínsecos, que no se puede dejar de mencionar por su especificidad.
Para O’Neill un valor es intrínseco si:
-Es un fin en sí mismo y no tiene valor instrumental, ni final.
-No tiene valor relacional. Esto es, si posee propiedades que son características de un objeto y no tiene referencia en otros.
Dentro de este ítem se pregunta si el valor estético es un valor relacional. Y llega a la conclusión de que sí es relacional, pero eso no es un impedimento para que sea intrínseco en el sentido no instrumental.
-Posee valor objetivo, que no esté sujeto a una valoración subjetiva, consciente.
Ejemplos de valores intrínsecos
Algunos ejemplos de valor intrínseco que se pueden mencionar son:
-Valorar a una persona por lo que es, no por la profesión que tiene, por su situación social, o porque se tiene amistad con ella, ya que todos estos valores son relacionales o instrumentales.
-Valorar un paisaje por lo que es. Si es una playa, por el esplendor de su arena y su mar; si es una montaña, por la belleza de sus laderas, su cumbre, etc.
En el caso de que se lo valore como un destino turístico, ya se caería en una valoración que tiene un fin. Si se lo valora para iniciar un emprendimiento económico, sería un valor instrumental: conseguir dinero.
-Valorar un aguacero luego de una sequía, ya que objetivamente para el medio ambiente es valioso para su supervivencia. Si bien esto puede parecer un valor relacional, y lo es, la supervivencia es en sí misma un valor intrínseco, ya que sin ella no hay vida.
-Valorar la vida de un animal, pues se trata del respeto por la vida en su totalidad. Si se valorara solamente la vida de un animal en extinción se estaría ante una valoración final. Es decir, tratar de que esa especie continúe viviendo en el planeta.
-Valorar una obra de arte por su estética en sí, al margen de que represente a cierto artista famoso o a cierto movimiento artístico, debido a que en uno u otro caso se estaría frente a valoraciones relacionales.
Referencias
- Bradley, Ben (2006). Two Concepts of Intrinsic Value. In Ethical Theory and Moral Practice. Vol. 9, No. 2, pp. 111-130. Recuperado de jstor.org.
- Goldstein, Irwin (1989). Pleasure and Pain. Unconditional, Intrinsic Values. In Philosphy and Phenomenological Research. Vol. 50, No. 2, pp. 255-276. Recuperado de jstor.org.
- Kagan, Shelley (1998). Rethinking Intrinsic Value. In The Journal of Ethics. Vol. 2, No. 4, pp. 277-297. Recuperado de jstor.org.
- O’Neill, John (1992). The Intrinsic Value of Nature. In The Monist, Vol. 75, Issue 2, pp. 119-137. Recuperado de pdcnet.org.
- Philosophical theories of Value. New World Encyclopedia. (2016). newworldencyclopedia.org.