Miguel Abadía Méndez: Biografía y Gobierno
Miguel Abadía Méndez (1867-1947) fue un político, periodista y jurista colombiano que llegó a ocupar la presidencia de su país durante cuatro años. Abadía ocupó también otros cargos públicos, entre los que destacan algunos ministerios como el de Hacienda o el de Gobierno. Es considerado el último mandatario de la denominada hegemonía conservadora.
Como jurista ejerció como fiscal de Circuito y como fiscal del Tribunal en Bogotá. Una de sus grandes pasiones era la enseñanza: fue primero profesor y luego emérito profesor de Derecho. Abadía también destacó por ser diestro en muchas disciplina diferentes y sus dotes literarias fueron muy apreciadas en su época.
Gracias a su buen manejo de la palabra, escribió durante un tiempo en los periódicos El Ensayo y en El Colombiano. Igualmente, fue el autor algunos libros y traductor de otros. Se considera que en su periodo presidencial hubo luces y sombras. Era un periodo de problemas económicos en el país, situación que afectó su labor.
Fue muy importante su trabajo en las relaciones exteriores, ya que firmó varios acuerdos con países limítrofes para solventar problemas fronterizos. Sin embargo, entre las sombras de su gobierno destaca la llamada masacre de las bananeras, con más de 3000 trabajadores muertos después de ponerse en huelga para solicitar mejores salarios.
Índice del artículo
- 1 Estudios y primeros trabajos
- 2 Entrada en la política
- 3 Presidencia de Miguel Abadía Méndez
- 4 Retirada y muerte
- 5 Referencias
Abadía Méndez perteneció a la denominada generación de políticos gramáticos. Eran conocidos por ese nombre dado su gran conocimiento de la oratoria y su dominio del lenguaje.
De igual manera, fue el último de los presidentes colombianos de la hegemonía conservadora, un periodo de varias décadas en el que todos los mandatarios pertenecían a esa ideología.
El fin de esa hegemonía no se debió tanto a las acciones de su gobierno, a pesar de sus sombras sangrientas, como al cambio de contexto social, económico y político.
Por una parte, desde comienzos del siglo XX la actividad industrial crecía sin parar. Esto provocó que aparecieran los primeros movimientos sindicalistas y partidos más a la izquierda, creciendo los conflictos con unos obreros que trabajaban en condiciones casi esclavistas.
Por otra parte, a Méndez le estalló la crisis económica que afectó a todo el mundo en la época. La alta deuda contraída por su antecesor, así como los primeros efectos de la crisis del 29, hizo que los índices económicos bajaran mucho.
De familia adinerada, Abadía Méndez nació en Coello (llamada entonces La Vega de los Padres), Tolima, el 5 de julio de 1867. Pronto se trasladó a estudiar a Bogotá, al Colegio del Espíritu Santo.
Según sus biógrafos fue un niño con grandes capacidades, especialmente en el campo de la escritura.
También se mostró interesado desde muy pequeño por el derecho, así que eligió esta carrera cuando entró en la Universidad Católica y, posteriormente, en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. En este último centro, en 1888, se graduó como doctor en Derecho y Ciencias Políticas.
Ya durante su época de estudiante mostró interés en el mundo de la escritura y la política. Junto con un compañero fundó un periódico literario al cual llamaron El Ensayo. Además, también creó otro dedicado a la política que llevaba el mismo nombre.
Pocos años después de graduarse consiguió el puesto de redactor principal en la publicación El Colombiano, que apoyaba la candidatura de Caro a la vicepresidencia del país.
Además, tuvo tiempo antes de ser presidente de publicar varios libros de temáticas variadas, lo que demuestra la amplitud de sus intereses. Estos libros fueron Compendio de historia moderna, Nociones de prosodia latina y Compendio de geografía universal.
Abadía Méndez, quien también formó parte de las academias colombianas de Jurisprudencia y de la Lengua, se convirtió en un miembro destacado del Partido Conservador, obteniendo numerosos cargos políticos en las casi dos décadas posteriores.
Ya antes siquiera de entrar en cualquier gobierno, Abadía había tenido bastante protagonismo en una conspiración dentro del partido para derrocar al entonces presidente Manuel Antonio Sanclemente.
Una facción de los conservadores, entre quienes se encontraba Abadía, consideraba que el manejo del gobierno de la Guerra de los Mil Días y su falta de actividad legislativa eran perniciosas para la nación. Por eso conspiraron para sustituir a Sanclemente por José Manuel Marroquín.
Tras participar en ese cambio de presidente y ya con Marroquín en el cargo, Abadía pasó a ocupar varios ministerios, ya sea como ministro o como encargado. Desde 1900 tuvo responsabilidad en los de Relaciones Exteriores, Hacienda y en el de Instrucción Pública.
Tras el paréntesis en su carrera política que supuso la administración de Rafal Reyes, en 1909 vuelve a ser llamado para ocupar la cartera de Gobierno.
Después, durante el mandato de José Vicente Concha, viejo compañero en la conspiración contra Marroquín, volvió a ocupar el mismo ministerio.
Ya en la legislatura de 1924, con Pedro Nel Ospina en la presidencia, fue nombrado otra vez ministro de gobierno y, a la vez, encargado del ministerio de correos y telégrafos.
Las elecciones de 1926, a las que Abadía se presenta como candidato, tuvieron una particularidad muy importante. Ningún otro candidato quiso presentarse en su contra.
El Partido Liberal decidió boicotear las votaciones, por lo que el 7 de agosto de ese año fue nombrado candidato con un parlamento prácticamente monocolor.
En un principio contó con buenos índices de aprobación, debido principalmente a las obras públicas que Noel Ospina había comenzado.
Sin embargo, esas obras tenían una parte negativa muy importante y que condicionó el mandato de Abadía Méndez. Durante el periodo de Abadía Méndez todos los gastos se tenían que pagar por préstamos extranjeros, lo que fue generando una enorme deuda pública.
Ante la situación, Abadía tuvo que solicitar otro préstamo de 10 millones para poder continuar las obras más importantes. Más tarde, necesitó otro de 60 millones y un último de 35 para nuevas mejoras de infraestructura.
A esto hay que unirle la crisis mundial del 29, que también alcanzó a Colombia. El primer efecto, incluso antes de ese año, fue la imposibilidad de obtener más créditos internacionales, por lo que tuvieron que parar muchas obras.
Todo esto tuvo una gran repercusión en el pueblo, que sufría grandes problemas económicos con grandes niveles de pobreza.
Los trabajadores que se quedaron en paro emigraban a la ciudad y los desórdenes empezaron a aparecer. Esto propició la aparición de sindicatos y luchas sociales por primera vez en el país.
Una de las fuentes de riqueza de Colombia había sido la producción de fruta, casi toda en manos de compañías estadounidenses.
Las condiciones laborales de los trabajadores eran infames, al igual que los salarios y la seguridad. Por eso, las movilizaciones de los trabajadores tuvieron a estas empresas como objetivo desde muy pronto.
En 1928 los trabajadores de la United Fruit Company comenzaron la mayor huelga vista hasta entonces en Colombia. Fueron 25000 los que siguieron la convocatoria, que debía durar al menos un mes si no se llegaban a acuerdos.
El gobierno de Abadía se encontró entre el miedo al fantasma del comunismo y la amenaza de los Estados Unidos de invadir el país si la huelga no acababa. El resultado fue una carnicería.
Durante una reunión pacífica de los trabajadores, entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928, el ejército respondió disparando indiscriminadamente. La llamada Masacre de las bananeras acabó con más de 3000 muertos.
Entre los aspectos positivos de su presidencia cabe destacar que Abadía firmó tratados con tres países limítrofes, con los que se acababa pacíficamente con varios conflictos territoriales.
De esta forma, rubricó el tratado Lozano-Salomón con Perú, para aclarar las fronteras. También firmó un acuerdo con Brasil y, por último, el tratado Esguerra-Bárcenas con Nicaragua, mediante el cual se ratificaba la soberanía de Colombia sobre el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Tras acabar su periodo presidencial, Abadía Méndez se retiró de la política, dedicándose a otras actividades sin repercusión pública. Falleció en La Unión el 9 de mayo de 1847, en una finca de descanso que había adquirido.
- Abello, Alberto. La Alegre República Conservadora. Obtenido de revistacredencial.com
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