Leyenda de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl: significado y dioses
La leyenda de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl habla de una historia de amor entre una princesa y un guerrero que ocurrió antes de la llegada de los españoles a suelo americano. La historia se ubica en la Ciudad de México, donde se pueden encontrar dos de los volcanes más altos del país.
Son varias las historias que rodean a los dos volcanes. Las leyendas más populares coinciden en que estas erupciones en la tierra representan el amor entre la princesa Iztaccíhuatl y el guerrero Popocatépetl que la protege.
Los mexicanos se refieren al mito de estas dos montañas simplemente como la leyenda de los volcanes. Las historias fueron una forma que tuvieron las comunidades antiguas de indígenas de explicar el origen y la presencia de estos volcanes en la región del valle de México.
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Significado de Popocatépetl e Iztaccíhuatl
La Universidad Nacional Autónoma de México, mejor conocida solo por sus siglas UNAM, se encargó de explicar el significado que hay tras los nombres de los dos volcanes. Según la institución académica, el origen de los nombres Popocatépetl e Iztaccíhuatl se dio en las culturas náhuatl.
Esta explicación se puede encontrar en el Gran diccionario náhuatl que la institución publicó en el 2012. El náhuatl fue una lengua muy practicada entre mediados del siglo XVI y en la actualidad hay lugares en los que sigue vigente.
Popocatépetl
Según los estudios y las publicaciones realizadas por la UNAM, el nombre Popocatépetl hace referencia a la montaña con humo. El nombre se creó gracias a la unión de dos términos del náhuatl: popokani y tepetl. La primera palabra quiere decir humear o arder y la segunda significa montaña.
De acuerdo a las informaciones recogidas en el diccionario de la UNAM, el término Popocatépetl también puede derivarse del término Popocatzin.
Aunque Popocatépetl no fue la única palabra que usaron los mexicanos para referirse al volcán nevado. Algunos integrantes de comunidades cercanas se refieren a esta montaña como Gregorio o de una forma más popular como Don Goyo. Este nombre incluso se escucha hoy en día y se refiere al papa Gregorio I, cuyo nombre quiere decir guardián.
El 12 de marzo es una fecha muy importante para rendirle honor a Popocatépetl. En esa época del año, algunas comunidades cercanas le llevan ofrendas a la montaña.
Iztaccíhuatl
En el diccionario publicado por la UNAM también se analiza el nombre de Iztaccíhuatl, que tiene como significado mujer de color blanco. Las investigaciones de la institución académica llegaron a la conclusión de que la palabra sirve para hablar de alguna figura femenina, pero también de la sal o de una piedra que se puede conseguir en los árboles.
Antes de la llegada de los españoles el volcán Iztaccíhuatl era un sitio sagrado. En diversas zonas de la montaña se han encontrado restos de objetos de la antigüedad. Hay rastros de instrumentos de música, de objetos cotidianos y de elementos que se solían usar en ceremonias religiosas o en rituales.
Leyenda
Son varias las interpretaciones que se han realizado sobre la leyenda de los volcanes con el paso de los años en México. Es un mito que tiene su origen en la época prehispánica. A pesar de todo, las diferentes versiones tienen similitudes, la más importante es que todas coinciden en que se trata de un amor con un final trágico.
Son dos las hipótesis más aceptadas sobre Popocatépetl e Iztaccíhuatl. La primera versión ganó gran popularidad por la obra de Carlos Villa Roiz de título Popocatépetl: mitos, ciencia y cultura). La segunda fue respaldada por Carlos Franco Sodia, quien publicó la obra Leyendas mexicanas de antes y después de la conquista.
Muchas de las versiones que existen sobre los volcanes fueron transmitidas por medio de canciones, por escritos antiguos o las leyendas. La historia fue transmitida entre las diferentes generaciones y, por eso hoy en día, se mantiene con vigencia.
Convertidos en volcanes
Una de las historias de la mitología prehispánica habla de que Iztaccíhuatl y Popocatépetl eran una princesa y un guerrero que se enamoraron. Tezozómoc envió a Popocatépetl a pelear una batalla en Oaxaca. Ambos hicieron un pacto de que si el guerrero volvía vencedor de la guerra podría casarse con la princesa.
Popocatépetl cumplió con su parte. Derrotó al enemigo de Tezozómoc, pero cuando regresó Iztaccíhuatl había muerto. El guerrero no soportó el dolor de perder a su amor y se llevó su cuerpo a la montaña y prometió que nada lograría apagar el fuego con el que la custodiaba. Por esa razón los dioses decidieron convertirlos en volcanes.
Cubiertos de nieve
Otra de las versiones más populares difiere en el final que tuvieron los dos amantes. Se dice que Popocatépetl e Iztaccíhuatl no fueron transformados por los dioses en volcanes sino que sus cuerpos terminaron tapados por la nieve.
Otras versiones
La leyenda sobre los volcanes de la Ciudad de México también hablan de un amor imposible. Al parecer, Iztaccíhuatl estaba destinada a ser sacrificada por su padre para que los dioses le dieran buenas cosechas a cambio. Por esa razón mandó a la guerra a Popocatépetl y luego convirtió a su hija en un volcán gracias a un hechizo.
Popocatépetl al regresar a casa deseó que Iztaccíhuatl siempre estuviera protegida y por ello fue cubierta con nieve. Luego, el guerrero se encargó de transformarse a sí mismo en un volcán para poder estar junto a su amada.
Significado del humo
Las leyendas sobre los volcanes hablan también sobre el significado que tiene el humo cuando Popocatépetl entra en actividad. Según la mitología mexicana, el humo quiere decir que el guerrero se está acordando de su enamorada.
Dioses
Los dos volcanes tuvieron gran importancia para las comunidades cercanas antes de que los españoles lograron conquistar el continente americano. Las montañas fueron adoradas como si fueran dioses y es por ello que en los volcanes existen muchos restos arqueológicos de las épocas antiguas que se vinculan con ritos, ceremonias y ofrendas.
Entre las razones que podían tener muchos de los indígenas para subir las montañas se encontraba la petición de épocas de lluvia. Sobre todo porque durante el período prehispánico los volcanes eran asociados con depósitos de agua.
Esa fue la razón por la que fueron figuras tan importantes, sobre todo para cuidar la producción de los cultivos.