Cultura general

Raza aria: historia y características


La raza aria es un concepto que tiene su origen en aspectos lingüísticos, que luego se extendió como una pseudo teoría del origen del hombre y que, ya entrado el siglo XX, fue utilizada por el nacionalsocialismo alemán para darle sustento y justificación a su accionar en la persecución y eliminación de los judíos.

Originalmente, estudiosos del siglo XVIII y anteriores, descubrieron que muchos de los habitantes del continente europeo tenían rasgos similares y dedujeron, por consiguiente, que tenían un origen común.

Luego llegaron a la conclusión de que algunas lenguas como el sánscrito y el persa, además del armenio, el hitita y el frigio, eran la raíz de la cual surgieron la mayoría de las lenguas europeas, incluyendo el latín, el griego y las lenguas germánicas y celtas.

Se dio como un hecho entonces, que existió una primera lengua ancestral de la cual surgieron las demás.  A esta lengua originaria se le llamó “aria” y esta hipótesis dio como resultado la teoría de la familia de lenguas indoeuropeas.

Según los nazis y otros defensores, las características de la raza aria eran: ojos azules, piel clara, pelo rubio, altura y fuerza física. Sin embargo, Hitler no daba tanta importancia al color de ojos o de pelo como a la forma de la cara, lo cual se puede ver en la siguiente propaganda nazi.

La raza aria: origen del término

Fue Sir William Jones, investigador y lingüista inglés, quien llamó a esta lengua madre como “aria”, entendida como pura y primigenia, y también como noble.

En sánscrito -lengua utilizada en el valle del Indo- y en avéstico -idioma de la antigua Persia-,  “arya” significa “noble”. De hecho, la antigua Persia es el territorio que ocupa actualmente Irán, y el nombre “Irán” es una variante de la palabra “Aryan”, que vendría a significar “País de los arios”.

Después del establecimiento del ario como lengua madre, otros estudiosos y lingüistas del siglo XIX comenzaron a investigar y establecer conexiones “arias” entre el lenguaje y otros elementos sociológicos como la arqueología, la religión y las costumbres.

De esta forma, el término “ario” empezó a utilizarse más ampliamente, ya no sólo relacionado con la lengua, y los estudios se centraron más en descubrir el origen de los arios y sus características raciales, que en cómo podía ser posible que los arios fuesen los originarios de la especie humana.

Se creaba, tal vez sin saberlo, un peligroso caldo de cultivo para lo que sucedió después, cuando en el silgo XX, los nacionalsocialistas alemanes se apropiaron del término para denominar a la “raza aria” como superior a todas.

El concepto de raza aria a partir del siglo XIX

El siglo XIX estuvo marcado por la Revolución francesa y el golpe que ésta significó para la aristocracia y la burguesía europea. Por este hecho, cualquier premisa que estudioso alguno lanzara y que sirviera para preservar la supremacía de las clases altas, tan vapuleadas y amenazadas con desaparecer, sería bien recibida y abrazada por los sectores altos de la sociedad.

Fue así que el conde Arthur de Gobineau, historiador y periodista francés, desarrolló en 1850 una teoría elitista que hablaba de tres únicas razas en el mundo, ubicadas de forma piramidal.

La base estaba constituida por los negros, los amarillos en el medio y en la punta de la pirámide, los blancos, que eran los mejores, que tenían su origen en Asia Central y que se caracterizaban por ser altos, robustos, rubios, honrados e inteligentes.  

Gobineau también sostenía que la mezcla de estas tres razas era la causa del deterioro de la humanidad y apuntaba que los únicos que se mantuvieron “puros” y no se mezclaron, fueron los germanos.

Esta idea se propagó en toda Europa y también en Norteamérica, si bien es cierto que también tuvo sus detractores, quienes inteligentemente expusieron que el origen de las razas y el origen de las lenguas no tenían relación entre sí.

Pero la semilla de una raza blanca superior ya estaba sembrada y habría quienes la regarían a conveniencia para beneficiarse con su cosecha.

Las investigaciones verdaderamente científicas sobre el origen lingüístico o étnico de los europeos quedaron cada vez más olvidadas, dando paso a la adopción de la “supremacía aria” como única verdad, sin importar lo bien o mal fundamentada que estuviera.

El nacionalsocialismo alemán y la supremacía aria

Las opiniones (sentenciadas como verdades científicas) de Gobineau y otros interesados, calaron profundamente en la sociedad europea de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Poco a poco se fue aceptando la creencia de que los arios (los blancos, los puros) eran los buenos y auténticamente europeos, mientras que los semitas (los árabes y los judíos, principalmente) eran los extraños e impuros.

Adolf Hitler

Todas estas ideas germinaron en la mente de un hombre tan poderoso como perverso: Adolf Hitler, militar y político alemán, líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, que tuvo muy poco de socialista y de obrero, por lo que es más comúnmente conocido como Partido Nazi.

Hitler y la gente de la que se rodeó durante su liderazgo (como Heinrich Himmler, jefe de la SS) estaban convencidos de que las habilidades y comportamientos de las personas eran inherentes a su raza, que eran insuperables  y que se transmitían de generación en generación.

Estas características específicas de cada raza, según los nazis, no sólo eran físicas, sino también mentales, por lo que interferían también en las habilidades intelectuales y creativas y en la forma de pensar.

Teoría darwinista

La teoría darwinista de la “supervivencia del más apto” fue extrapolada a los seres humanos, por lo que Hitler puso especial atención en la supervivencia de la “raza aria” y para ello debía no sólo garantizar la reproducción, sino que ésta tendría que hacerse entre miembros totalmente puros.

¿Cuáles eran las características de los arios?

Con el paso de los años, después de varias generaciones de arios 100% puros teniendo descendencia, era la única forma de garantizar que la raza mantuviera sus características de hombre blancos, rubios, de ojos claros, pero también altos, fuertes, guerreros y honorables.

Para garantizar que esto sucediera, los nazis pusieron en práctica dos procedimientos principales:

1- La selección de los mejores para reproducirse. Los miembros de la SS –cuerpo de combate de élite nazi- eran los mejores militares del Tercer Reich, los más fuertes y también los más leales. A estos se les permitía casarse únicamente con alemanas que pudieran demostrar la pureza de su linaje y se les obligaba a tener muchos hijos.

2- La política antisemita. Para eliminar la probabilidad de una mezcla de la raza, Hitler prohibió el matrimonio entre un judío y un no judío, diezmó sus derechos  y finalmente se instaló un sistemático exterminio masivo, por el simple hecho de ser judíos y por ende, considerados impuros e imperfectos. Esta abominable práctica terminó con la vida de más de cinco millones de judíos en poco más de 10 años.

Después de más de 70 años de la caída del Tercer Reich, y a pesar de haberse demostrado la falsedad de la teoría de la raza aria como superior, originaria y pura, sigue latente en la conciencia colectiva, tomando lamentables formas de racismo e intolerancia.

Referencias

  1. Víctimas de la era nazi: ideología racial de los nazis. Enciclopedia del Holocausto. Recuperado de ushmm.org
  2. Federico Javaloy (1994). El nuevo rostro del racismo. Anales de la Psicología. Recuperado de search.proquest.com
  3. Enrique Moradiellos. La semilla de la barbarie. Recuperado de academia.edu
  4. Enrique Asín Fernández. La política en la olimpíadas de Berlín 1936. Recuperado de ddd.uab.cat
  5. La creación de la seudocientífica raza aria (1880-1900). Recuperado de historiavera.com
  6. Richard Milner (2008). El mito de la “raza” aria. Teoría de la supremacía racial. Recuperado de losdeabajoalaizquierda.blogspot.com.ar.