Medicina

Normocitosis y normocromía: qué son, características, anemia


¿Qué son la normocitosis y la normocromía?

Tanto la normocitosis como la normocromía son términos utilizados en los estudios hematológicos. Ambos describen características específicas del glóbulo rojo, referentes a su tamaño y a su coloración, y son muy utilizados para diferenciar los tipos de anemia u otras enfermedades de la sangre.

El prefijo normo, aplicado en ambos términos, proviene del latín norma y significa “dentro de la regla”.

Su origen se explica por una regla o escuadra especial utilizada por los carpinteros llamada “norma”. Cuando las piezas de madera estaban cuadradas o en ángulo recto, se decía que estaban “normal”, de lo contrario, estaban “anormal”.

Con el paso del tiempo ese vocablo se aplicó para el resto de las cosas. La palabra citosis proviene del griego antiguo y está formada por el prefijo “kytos” o célula y la terminación osis que significa formaciónconversión. Al unir todos los componentes, normocitosis significaría algo así como “célula de formación normal”.

La palabra cromía también es de origen griego. Se obtiene al unir el prefijo croma o khromacolor o pigmento– y el sufijo ia que aporta cualidad. Por lo tanto, normocromía significa “de color normal”. 

Características de la normocitosis y la normocromía

Si bien los términos normocitosis y normocromía aducen a una condición normal en la forma y el color del eritrocito, no siempre se presentan en personas sanas o sin enfermedad hematológica.

Existen varias entidades clínicas de la sangre, y del eritrocito más específicamente, que cursan con normocitosis y normocromía.

Normocitosis

La normocitosis se refiere a la presencia de eritrocitos adultos de tamaño medio o normal. El diámetro de estos eritrocitos ronda los 7 µm o micras. Este tamaño puede variar dependiendo de algunas condiciones, como la edad del paciente, actividad o patologías asociadas, pero siempre se encuentra en un rango que oscila entre las 5.5 y 8.2 micras.

Durante las distintas etapas de la formación eritrocitaria, se va determinando el tamaño final del glóbulo rojo. De hecho, en algunos de los estadios previos al eritrocito adulto, esta célula puede tener el triple del tamaño final.

Por ejemplo, el proeritoblasto mide entre 20 y 25 micras. Los eritoblastos basófilos y policromatófilos también son voluminosos.

El reticulocito, o glóbulo rojo joven –paso final del desarrollo eritrocitario– ya tiene el mismo tamaño que el eritrocito adulto. La única diferencia es que ya no tiene núcleo ni mitocondrias. Es durante el desarrollo morfológico cuando se pueden presentar cambios en el tamaño final del glóbulo rojo, usualmente por carencia de hierro.

Normocromía

La normocromía es la presencia de eritrocitos cuyo color es normal. Usualmente, la coloración adecuada del glóbulo rojo se debe a la presencia de una cantidad normal de hemoglobina en su interior. La tonalidad del color dependerá de la técnica de tinción utilizada para su estudio.

La hemoglobina es una proteína especial de la sangre que transporta oxígeno y que además sirve como pigmento, otorgándole el color rojo característico al eritrocito.

Será entonces la cantidad de hemoglobina dentro del eritrocito la que determinará su coloración, en estados normales o patológicos.

Por lo anteriormente mencionado, la lógica dicta que cuando hay poca cantidad de hemoglobina, existirá hipocromía, es decir, el color no será tan intenso. En este caso el eritrocito luce pálido.

En el escenario contrario, cuando la cantidad de hemoglobina es alta, habrá hipercromía y el interior del glóbulo rojo estará más oscuro o incluso de color violeta a simple vista.

Anemia normocítica normocrómica

Como se explicó en el apartado previo, el hecho de que exista normocitosis y normocromía no significa necesariamente que la persona esté sana. Es tan cierto este hecho que una de las enfermedades más comunes de la sangre, la anemia, puede presentarse con eritrocitos de tamaño y color normal.

La anemia normocítica-normocrómica se entiende como la disminución en el número total de glóbulos rojos, sin alteración en su tamaño o su color. Esto significa que su desarrollo morfológico está en apariencia conservado así como la cantidad de hemoglobina en su interior.

Las causas más conocidas de este tipo de anemia incluyen:

Enfermedades de la médula ósea

La anemia aplásica es una enfermedad rara y grave que ocurre cuando la producción de eritrocitos por parte de la médula ósea es baja. Se le denomina aplásica porque al estudio histológico de la médula ósea, la misma luce vacía o con escasas células en su interior. Los pocos glóbulos rojos que llegan a producirse no presentan alteración en su tamaño o color.

Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de fatiga, palidez, sangrados atraumáticos, hematomas, mareos, cefalea y taquicardia. Las causas son diversas, entre las que se encuentran:

  • Radiación
  • Intoxicaciones
  • Medicamentosa
  • Enfermedades autoinmunes
  • Infecciones virales
  • Embarazo
  • Idiopáticas

Insuficiencia renal

Cuando hay insuficiencia renal también hay escasez de eritropoyetina. Esta hormona estimula a la médula ósea para que produzca eritrocitos, por lo cual si no se encuentra presente, la cantidad de glóbulos rojos que se forman será menor que la habitual. Este fenómeno ocurre sin importar la causa de la insuficiencia renal.

Los escasos glóbulos rojos que sí llegan a producirse, son normocíticos y normocrómicos. Se ha descrito también que los eritrocitos producidos en el paciente con insuficiencia renal viven menos tiempo.

No se conoce con certeza el proceso fisiopatológico de este hecho. Estos pacientes suelen presentar hemorragias digestivas con más frecuencia.

Hemorragias masivas

Los sangrados importantes producen anemia normocítica y normocrómica. Ocurre debido a que la médula ósea no tiene la capacidad de producir la misma cantidad de eritrocitos que se han perdido, disminuyendo su número globalmente. En estos casos hay elevación de los reticulocitos.

Hemólisis

Es un cuadro muy parecido al anterior, pero en vez de hemorragia hay destrucción masiva de eritrocitos. Esta reacción suele estar causada por enfermedades autoinmunes o ciertas intoxicaciones.

La médula no es capaz de reponer la masa eritrocitaria, pero no existe déficit de elementos necesarios para la producción de glóbulos rojos.

Otras causas

Varias enfermedades crónicas pueden causar anemia normocítica y normocrómica. Entre estas tenemos:

  • Insuficiencia hepática crónica.
  • Infecciones (tuberculosis, pielonefritis, osteomielitis, endocarditis).
  • Enfermedades oncológicas (adenocarcinomas, linfomas).
  • Síndromes mielodisplásicos.
  • Endocrinopatías.
  • Enfermedades reumatológicas (artritis, polimalgias, panarteritis nodosa).

Referencias

  1. Torrens, Mónica (2015). Interpretación clínica del hemograma. Revista Médica Clínica Las Condes, 26(6): 713-725.
  2. Chiappe, Gustavo y colaboradores (2012). Anemias. Sociedad Argentina de Hematología. Recuperado de: sah.org.ar
  3. Mayo Clinic (2016). Anemia aplásica. Recuperado de: mayoclinic.org
  4. National kidney Foundation (2006). La anemia y la insuficiencia renal crónica. Recuperado de: kidney.org
  5. Solís Jiménez, Joaquín y Montes Lluch, Manuel (2005). Anemias. Tratado de Geriatría para Residentes, capítulo 64, 55-665.
  6. Wikipedia (2018). Red Blood Cell. Recuperado de: en.wikipedia.org