Cultura general

Bandera de Marruecos: historia y significado


La bandera de Marruecos es el símbolo nacional de este reino árabe del norte de África. Se compone de un paño de color rojo con una estrella de cinco puntas de color verde, denominada Sello de Salomón, situada en la parte central. Esta ha sido la única bandera que ha tenido Marruecos desde su establecimiento en 1915.

Marruecos, con diferentes denominaciones, ha sido históricamente un país independiente. Sus primeras banderas vinieron durante la dinastía idrisí y posteriormente, con los almorávides y almohades. Desde entonces, el color rojo predominó en los símbolos hasta la dinastía alauita, que lo escogió como predominante.

No fue hasta 1915 cuando la bandera marroquí añadió el sello de Salomón, estrella verde de cinco puntas que se identifica con la esperanza y el coraje. También este símbolo se asocia con los cinco pilares del islam. Desde la independencia del país de los protectorados español y francés en 1956, la bandera se ha mantenido como símbolo nacional sin cambios.

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Historia de la bandera

La historia del poblamiento del actual Marruecos es muy antigua, calculándose no menos de 700 mil años. Sin embargo, los fenicios fueron unos de los primeros contactos externos que tuvo la región. Provenientes del actual Líbano, establecieron asentamientos en el actual Marruecos alrededor del siglo XI a. C.

Posteriormente, desde Cartago, en el actual Túnez, la región comenzó a ganar nuevas influencias, que se mantuvieron por más de mil años. Más adelante, culturas como los maures recibieron herencias de las culturas africanas, atlánticas y mediterráneas. No fue hasta el siglo IV a. C. que se fundó uno de los primeros estados: el Reino de Mauretania. Este nuevo estado centró su poder en torno a un rey.

Ante la expansión de Roma, el Reino de Mauretania se hizo su aliado. Esta relación hizo que Mauretania acabase siendo un estado vasallo romano. Posteriormente, los romanos tomaron el control por pocos años hasta que el reino cayó ante una dinastía númida, dirigida por el rey Juba II, que se casó con Cleopatra Selena, hija de Cleopatra y Marco Antonio. De esta forma, una nueva civilización mauretania emergió en la zona.

Imperio romano y bizantino

Tras el asesinato del rey Polomeo por parte del emperador romano Calígula, se realizó una expedición en la que se tomó el entonces territorio de Mauretania, que después anexó el emperador Claudio al Imperio romano. La dominación romana se centró principalmente en las zonas costeras y no en el interior del país.

La vinculación de los bereberes con el Imperio romano fue incluso militar, al formar parte de sus tropas en Europa. La región, al igual que el Imperio, se cristianizó, pero rápidamente este estado declinó. Tras la división del imperio, la región de Mauretania quedó en el Imperio Romano de Occidente, por lo que recibió también invasiones bárbaras.

Esa situación conllevó a la invasión bizantina, imperio que se hizo con el territorio en el año 534. El nuevo estado mantuvo tensas relaciones con los maures y la región pasó a depender, dentro de la división política bizantina, de Cartago.

Conquista árabe

Desde el año 649 comenzó la conquista árabe del Magreb, pero no fue hasta el año 684 que llegaron al actual territorio marroquí. Esa llegada recibió la oposición de los bereberes, que exigieron demandas al califa omeya. La bandera de este califato consistió en un paño de color blanco.

Las demandas bereberes no fueron respondidas y plantaron cara durante el siglo siguiente, llegando incluso a tomar el poder en determinados momentos tras la revuelta. Como consecuencia, se formó la Confederación Barghawata, emirato bereber fundado en el año 744 que terminó desviándose del rigor del islam ante la proclamación del rey Salih ibn Tarif como profeta. Este estado no mantuvo una bandera convencional y existió hasta el 1147.

Dinastía idrisí

Sin embargo, la Confederación Barghawata estuvo situada solo en una parte de la costa atlántica. El resto del territorio fue conquistado por la dinastía idrisí. El Califato omeya había sido sustituido por el abasí. Un príncipe árabe chií, como consecuencia, huyó hasta el actual Marruecos, donde fundó la ciudad de Fez en 789 y se proclamó imán con el nombre Idris I.

El enfrentamiento con el Califato abasí creció hasta que Idris I fue asesinado por el califa Haroun ar-Rachid. Sin embargo, le sucedió el hijo que esperaba su mujer embarazada, que tomó el nombre dinástico de Idris II. Su poder se mantuvo hasta el año 985, cuando perdieron el poder y el territorio fue gradualmente conquistado por tres grandes confederaciones tribales: los Maghraouas, Banou Ifren y Meknassas.

Durante la dinastía idrisí, se siguió usando una bandera blanca como símbolo del islam. Sin embargo, también mantuvieron un pabellón de color plata con una punta redondeada en el extremo derecho.

Almorávides

Tras las diferentes tribus que ocuparon el territorio, los almorávides se alzaron en la conquista del actual Marruecos y sus zonas circundantes. Su surgimiento se produjo a raíz de un movimiento religioso que volvió a asentar las bases del islam en la zona. En consecuencia, los almorávides sí se enfrentaron a tribus africanas o a reinos del África negra como el Imperio de Ghana.

Los almorávides, con el tiempo, se transformaron en uno de los estados más importantes que han precedido al actual Marruecos. Su dominio sobre la zona fue total, acabando con la bereber Confederación Barghawata y ocupando el sur de la Península ibérica, Al-Andalus. El modelo religioso almorávide era el sunismo malequita estricto.

El debilitamiento de esta dinastía se produjo a partir de la muerte del monarca Youssef Ibn Tachfin en 1106. Sin embargo, los almorávides desde 1073 usaron como bandera un pabellón de color plata, como el anteriormente usado en la dinastía idrisí, pero sobre el que reposaba una inscripción en árabe.

Almohades

Como contraposición a la estricta religiosidad almorávide, Mohammed Ibn Toumert comenzó a conquistar territorios en el norte de África, planteando otra visión del islam. Sus primeros enfrentamientos contra los almorávides fracasaron y murió en 1130.

Uno de sus discípulos, Abd El Moumen, le sucedió en la lucha junto con alianzas de diferentes tribus. Desde 1140 comenzó una nueva lucha contra los almorávides que fue conquistando ciudades de forma gradual y que se extendió hasta 1147, cuando se capturó la ciudad de Marrakech.

El Moumen se proclamó califa y la nueva dinastía almohade se extendió en toda la zona del norte de África, ocupando todos los territorios árabes después de Egipto. Sin embargo, los almohades no gozaron del mismo poder en la Península ibérica y se debilitaron profundamente ante el inicio de la Reconquista.

La doctrina religiosa almohade comenzó a decaer ante posturas más radicales. El califato almohade cayó finalmente en 1276 con la conquista de Tinmel.

Bandera almohade

La dinastía almohade mantuvo como bandera un paño de color rojo con un cuadrado en la parte central. Este estaba compuesto, a su vez, por cuadros blancos y negros. El rojo simbolizó la sangre derramada por la religión y los cuadros eran el símbolo de la dialéctica y la victoria de los argumentos islámicos.

Dinastía meriní

El Sultanato benimerí o meriní fue la dinastía que sucedió como gran estado a los almohades. La mayor diferencia con sus antecesores fue que su forma de llegar al poder se correspondió más a unas conquistas tribales de territorio y no a una identidad religiosa. Su origen está en la tribu bereber zenata, que había sido nómada anteriormente.

Los meriníes fueron conquistando apoyos de otras tribus, que iban saliendo del nomadismo. Desde 1216 conquistaron las primeras ciudades, pero a lo largo de las siguientes décadas conquistaron la mitad norte del país. Sin embargo, no lograron tomar la capital almohade, Marrakech, hasta 1268. La situación de debilidad en la península ibérica no cambió tras la conquista de los meriníes.

La dinastía presentó problemas en la sucesión al trono, así como dificultades para mantener ciudades que antes eran independientes como Rif, Ceuta y Tánger. Todo eso generó una situación anárquica que propició el declive de la dinastía. Para 1372, el reino estaba dividido en dos, ante lo que se desarrolló la piratería y la anarquía en el orden social. Tras sucesiones, regencias y asesinatos, en 1465 la dinastía meriní llegó a su fin.

Bandera meriní

Durante este período, se incorporó una bandera. Se trató nuevamente de un paño rojo, con un borde rectangular fino de color amarillo. En el centro, se añadió la silueta del Rub el hizb o estrella de Salomón, símbolo coránico para indicar el final de un sura. Se trató de dos cuadrados superpuestos y su color fue el amarillo.

Bandera imperial marroquí

Además de la bandera meriní, surgió una bandera asociada con el cargo imperial del monarca reinante. Aproximadamente alrededor del siglo XIV se dio a conocer la bandera imperial marroquí. Esta es también un campo rojo, pero su borde son triángulos blancos. También, en la parte central mantuvo dos espadas cruzadas, que podría representar la herencia mahometana de las familias gobernantes.

Esta bandera tuvo particular preponderancia en el mundo de la navegación, desde el que empezó a ser reconocida. Se estima que su uso hubiera podido extenderse hasta 1895.

Dinastía wattásida y Marruecos portugués

Al igual que los meriníes, los wattásidas fueron una tribu bereber que tomaron el poder de una forma no religiosa. Su origen está en la actual Libia, pero fueron extendiendo su poder a través de los meriníes, a quienes se fueron imponiendo. Tras su derrota, los wattásidas fueron la dinastía dominante pero no absoluta, pues en el norte emigrados andaluces conquistaron ciertas zonas para enfrentar a españoles y portugueses.

La gran debilidad de los wattásidas estuvo en el dominio costero, que fueron perdiendo ante portugueses y británicos. Ceuta era portuguesa desde 1415 y luego, Tánger se convirtió en la principal ciudad portuaria portuguesa existente, traduciéndose eso en su denominación como capital del Algarve de África. Además de eso, los portugueses mantuvieron un control total de casi toda la costa, con excepción de Salé y Rabat.

Sin embargo, con el tiempo, las posesiones portuguesas en la zona decayeron ante el crecimiento de las españolas, que tomaron Ceuta y otras plazas mediterráneas. Para 1580, España y Portugal se unificaron en la Unión Ibérica. Por su parte, la dinastía wattásida mantuvo el pabellón del Rub el hizb, además del imperial. El final del imperio llegó de mano de los saadíes en 1554.

Banderas portuguesas

Los portugueses en Ceuta usaron como pabellón la bandera de San Vicente, con campos negros y blancos, en representación de la orden dominica, y el escudo portugués en la parte central. Con variaciones y bajo soberanía española, aún se mantiene.

Además, Portugal en ese entonces solo usaba un escudo en el que se identificaban las armas de su monarquía.

Dinastía saadí

La gran dinastía sucesora en el actual Marruecos fue la saadí. Esta fue una dinastía árabe de tipo jerifiana. Esto indica que sería descendiente de Mahoma por medio de su hija Fátima. Su dominio de la región marroquí se produjo desde 1511 y gobernaron desde Marrakech a la que establecieron como capital. Ante la amenaza del avance del Imperio otomano, el califa saadí se alió con España, que los ayudó a defender el territorio.

A pesar de su oposición a la expansión otomana, los saadíes adquirieron una jerarquía similar a la de los turcos. Finalmente, en 1576 las pretensiones otomanas sobre el territorio marroquí llegaron a su fin. Ante eso, el dominio saadí comenzó a extenderse hacia el Imperio songhai de Mali, al que acaban destruyendo. A finales del siglo XVI, el Marruecos saadí se volvió aliado de los británicos en contra de España.

Ya para 1659, la dinastía entró en declive. El país se separó en fracciones tribales locales con ambiciones nacionales. Durante la dinastía saadí, se siguió usando la bandera con el Rub el Hizb, así como la imperial.

Dinastía alauita

Gradualmente, la dinastía alauita se fue haciendo con el control del actual Marruecos. Su estrategia de detección de las debilidades ajenas les hizo concretar su conquista territorial a mediados del siglo XVII. Militarmente, los alauitas consiguieron el apoyo de diferentes grupos en el país, a cambio de exoneraciones fiscales y tierras agrícolas.

A pesar de las distintas alianzas que se plantearon al comienzo, el monarca Ismael enfrentó a las tribus rebeldes y a las potencias europeas, que empezaron a ocupar regiones: españoles con Larache y los británicos con Tánger, además de los otomanos en el oriente. Sin embargo, la dinastía alauita se extendió con los maures en la actual Mauritania.

Nuevamente, la anarquía se hizo norma en Marruecos. En el siglo XVIII esto se vio a través de la disputa en la sucesión al trono, que se extendió por casi medio siglo. Sin embargo, con el reinado de Mohammed III, la situación volvió a su cauce con una apertura económica y las buenas relaciones internacionales, incluso con países que estaban naciendo como Estados Unidos.

Debilitamiento de la dinastía alauita

Sin embargo, con Moulay Sulayman como monarca, la situación cambió a un aislacionismo económico y político. La realidad se hizo aún más precaria tras la invasión francesa a la península ibérica a comienzos del siglo XIX, pero su lucha siguió siendo contra los otomanos.

Posteriormente, comenzaron los primeros conflictos con los europeos, ante la invasión francesa a Argelia. Entre 1859 y 1860, tuvo lugar una guerra hispano-marroquí que acabó con una sentida pérdida para los árabes.

En conferencias como la de Madrid en 1880 o la de Algeciras en 1906, las grandes potencias certificaban la independencia de Marruecos, pero elevando las presiones sobre las actividades comerciales. Intentos de reforma constitucional intentaron hacerse desde Marruecos en 1908, pero ya se había perdido gran parte del control del territorio y se presentaron incluso amenazas de intervenciones estadounidenses.

Ante la precaria situación económica e institucional, en 1912 se establecieron los protectorados francés y español sobre Marruecos, que acabaron con la independencia del país.

Bandera roja durante la dinastía alauita

El rojo siguió representando a Marruecos, aunque ahora, con una composición distinta de banderas. Para el año 1895 se estableció como símbolo marroquí un paño completamente rojo. Este era un símbolo monárquico, pero empezó a presentar problemas para ser reconocido en el área naval y mercante.

Protectorado francés

En 1912 se firmó el tratado de protectorado francés para Marruecos, que comenzó a hacerse efectivo el 30 de marzo de 1912. El gobierno era dirigido por un residente general designado desde Francia, mientras que el sultán pasó a ser un cargo decorativo. La importancia de Casablanca fue muy grande en el Imperio colonial francés y la emigración hacia esa zona aumentó.

La situación económica siguió siendo provechosa, pero fue alterada por las guerras mundiales. Especialmente, durante la Segunda Guerra Mundial, el protectorado francés pasó a estar en manos de la Francia de Vichy, estado títere nazi. Sin embargo, el sultán mostró su apoyo a la Francia Libre, de Charles de Gaulle.

Durante la guerra se volvió a sembrar la semilla de la independencia, que comenzó a ser vista como posible por diferentes sectores. Además del tricolor francés, el protectorado francés en Marruecos usó una bandera particular. Esta fue una adaptación de la bandera marroquí establecida en 2015, a la que se le agregó el tricolor francés en el cantón.

Nueva bandera marroquí de 1915

La bandera solamente roja generó múltiples confusiones en su uso en el ámbito naval. Por ese motivo, el 17 de noviembre de 1915 el sultán le añadió a la bandera la Khatam Sulaymane, que sería el Sello de Salomón en color verde. Esta se constituyó como una estrella de cinco puntas, en las que las líneas se intersectan hasta formar un pentágono en lo interno.

A pesar de todos los cambios políticos, esta bandera marroquí se ha mantenido sin cambios hasta la actualidad e inspiró al resto de banderas coloniales.

Protectorado español

La otra entidad política que se constituyó fue el protectorado español en Marruecos. Este se estableció en octubre de 1912 y mantuvo dos partes: la norte, cuya costa se mostraba frontal a la de España, y la sur, formada por Tarfaya y Río de Oro, que tenían frontera con el entonces Sahara español.

Los españoles mantuvieron un sistema de organización similar al francés, con la designación de un alto comisionado desde Madrid. El territorio tuvo particular importancia porque desde él se dio inicio al levantamiento que generó la Guerra civil española. El protectorado español mantuvo una bandera, compuesta por un paño rojo y el Sello de Salomón en blanco sobre un recuadro verde en el cantón.

Guerra del Rif

Antes de la Guerra civil española, el gran conflicto que debió enfrentar el protectorado español fue la Guerra del Rif, una de sus regiones en la parte norte. Para el año 1921, la tribu bereber de los Beni ouriaghel se sublevó contra el poder español y proclamó la República confederada de las tribus del Rif. Este nuevo estado estableció instituciones como asamblea y ejército, además de una bandera.

El objetivo de la nueva república era conquistar zonas francesas y españolas. Ante el avance, las tropas francesas se vieron obligadas a defenderse, mientras que el dictador español Miguel Primo de Rivera también envió tropas. Esto concluyó con la capitulación de las tropas rifeñas en 1926.

La bandera de la República confederada de las tribus del Rif fue también un paño rojo que en su parte central incluyó un rombo blanco. Dentro de él, se añadió una media luna y una estrella de seis puntas de color verde, símbolos del islam.

Zona Internacional de Tánger

Además de los protectorados francés y español, el otro territorio en el que quedó dividido Marruecos fue la Zona Internacional de Tánger. Esta se trató de un estatus particular en el que el gobierno de la ciudad era administrado por una comisión de potencias extranjeras. Además de Francia y España, estuvieron presentes Estados Unidos, Bélgica, Países Bajos, Italia, Portugal e incluso, la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial.

Al igual que los otros territorios, la Zona Internacional de Tánger también tuvo su bandera. Esta fue un paño rojo que en su mitad izquierda impuso el escudo de la ciudad, mientras que en la derecha hizo lo mismo con el sello de Salomón, en color verde.

Reino de Marruecos

Desde la década de 1930 comienzan a surgir los primeros partidos independentistas, tanto en el lado español como en el francés. Sin embargo, no es tras la Segunda Guerra Mundial que comienza a enarbolarse nuevamente la bandera de la independencia. Este fue protagonizado a partir de 1947 por el llamado del sultán Mohammed Ben Youssef a la independencia.

Para el año 1953, el sultán debió exiliarse y fue sustituido por un septuagenario, Mohammed ben Arafa. El movimiento nacionalista marroquí se convirtió en una lucha armada con la creación del Ejército de liberación nacional, que mantuvo acciones propias de guerrilla. La situación se tensó hasta que el gobierno francés reconoció el principio de independencia de Marruecos y permitió el reingreso del sultán Ben Youssef.

En 1956 se iniciaron las negociaciones para la independencia, y para el 2 de marzo se proclamó la independencia. El 7 de abril, España puso fin a su protectorado y el 29 de octubre, la Zona Internacional de Tánger se sumó al nuevo estado. El Reino de Marruecos se reunificó y mantuvo la misma bandera de 1915, hasta la actualidad.

Significado de la bandera

La bandera marroquí contrasta con muchas otras banderas árabes por su color rojo predominante. Sin embargo, este tiene un origen real, pues ha sido usado desde los almohades y es el color de la dinastía alauita, aún reinante. También se ha relacionado con la sangre derramada por marroquíes en diferentes momentos históricos.

Sin embargo, el símbolo característico de la bandera marroquí es la Khatam Sulaymane, o Sello de Salomón. Esta estrella de cinco puntas con cada una de ellas marcando sus líneas en color verde puede simbolizar el coraje, la esperanza, la salud y la prosperidad del país.

Además, su elección correspondió también a una simbología religiosa, pues las cinco puntas representan a los cinco pilares del islam: profesión de la fe, oración, caridad, ayuno y peregrinaje a La Meca. De esta forma, Marruecos relacionó un símbolo religioso como identificación del país.

Referencias

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