Necesidad de aprobación: qué es y pasos para superarla
¿Qué es la necesidad de aprobación?
La necesidad de aprobación es la tendencia a buscar la aceptación de los demás para sentirse bien psicológicamente, tomar decisiones y en general ser feliz. Por ejemplo, alguien que se pregunta constantemente si gustará a los demás o si sus decisiones agradarán a los demás, tendría un alto grado de este rasgo personal.
La necesidad de aprobación es una de las tendencias que más pueden perjudicarte en tu vida, tanto a tus resultados como a tu bienestar. Las personas que actúan así de forma extrema se podrían preguntar: ¿cómo agradar a los demás?
Aunque hayas estado toda tu vida siendo la “niña buena” o “el niño bueno”, puedes romper esa tendencia y comenzar a actuar de una manera muy diferente.
Querer ser el típico “niño/a bueno/a” tiene consecuencias ciertamente negativas. Cuando buscas ser aprobado por todo el mundo ocurren varias cosas:
- Puede que no siempre seas sincero/a.
- Por tanto, estás siendo deshonesto/a.
- Te puedes comportar de forma pasivo-agresiva.
- Te sentirás mal contigo mismo/a.
- Tus problemas no se resuelven porque evitas discusiones.
- Harás cosas que no quieres; no sabes decir “no”.
- Pueden abusar de ti; no defiendes tus derechos.
- Estarás poniéndote obstáculos a ti mismo/a.
Se puede ser una buena persona, educada y humilde, sin necesitar siempre la aprobación de los demás. Nuestra vida debería ser dirigida por nosotros mismos, hacer lo que nosotros realmente queremos, sin llegar a ser egoístas ni dañar a los demás, claro.
¿Cómo has llegado a necesitar la aprobación de todos?
¿Cómo has podido llegar a ese estado en el que antepones las necesidades de los demás a las tuyas? ¿Cómo puede ser que siempre quieras agradar a los demás aunque seas deshonesto y no seas tú mismo?
Se puede resumir por tres posibles mecanismos:
Abandono
El niño/a no recibe la atención afectiva necesaria y sus padres son excesivamente críticos. Esto provoca que el niño no se sienta valioso y se sienta culpable.
Vergüenza
La falta de cuidado o de atención de los padres hace que el niño sienta que hay algo “malo” en él. Se ha podido fomentar la vergüenza al:
- Hacer sentir al niño que comportarse como él es tiene algo malo.
- Hacer sentir al niño que los impulsos o ciertos tipos de comportamientos normales son pecado o deben ser castigados.
Esta sensación de vergüenza también se puede crear por otras experiencias de rechazo, ya sea por padres o por otros niños (bullying).
Mecanismos de supervivencia
Para prevenir el abandono o rechazo, el niño/a desarrolla una serie de comportamientos y formas de pensar como:
- Ser lo que otros quieren que sea.
- Anteponer las necesidades ajenas a las propias.
Puede que sigas comportándote de esa forma, a pesar de que sea altamente inefectiva.
Pasos para superar la necesidad de aprobación
Cambia de paradigma (la forma de ver tu mundo)
Ahora piensas que para ser feliz y para ser aceptado tienes que agradar y ser aprobado por los demás. Crees que siendo “el típico bueno” evitarás problemas y tendrás una vida sencilla y sin amarguras.
Tienes los comportamientos típicos del “niño o niña bueno/a”. Sin embargo, eso solo lleva al malestar y a la infelicidad. Para cambiar esa tendencia, tendrás que ver el mundo de otra forma, en la que:
- Tu felicidad depende de ti, no de si los demás te aprueban o no.
- Es necesario cubrir tus necesidades para ser feliz.
- Para ser feliz tienes que defender tus derechos.
Comienza a anteponer tus necesidades
Anteponer tus necesidades no es ser egoísta. Eso también sería pensar en blanco y negro.
Ser egoísta es tener todas las necesidades propias cubiertas y aun así no estar dispuesto a aportar o ayudar a los demás. O no colaborar con los demás y querer siempre que los demás te aporten a ti.
Es natural en el ser humano querer cubrir las necesidades personales, porque en caso contrario estás yendo en contra de tu propia supervivencia.
Si no lo haces te sentirás mal, culparás a los demás o mostrarás comportamientos pasivo-agresivos.
Comienza a aceptarte como eres
Algo típico en los “niños buenos” es que no se aceptan a sí mismos, creen que existe algo malo en ellos. Esto proviene fundamentalmente de la infancia, de las experiencias pasadas, de la crianza y de las relaciones con los demás.
Para sentirte bien es necesario que te aceptes. Es más, para tener una buena relación con los demás te tienes que aceptar.
Por otra parte, aceptarte no quiere decir que no quieras cambiar o mejorar. Se trata de aceptarte a ti mismo, y estar dispuesto a mejorar lo que quieres.
¡Deja de buscar aprobación!
Si has cambiado tu visión del mundo, antepones tus necesidades y te aceptas, es más probable que ya no busques tanto la aprobación.
Presta atención la próxima vez que te relaciones con alguien. ¿Estás buscando que esa persona te apruebe? ¿Buscas gustar a la otra persona a toda costa?
Ten cuidado con los comportamientos inconscientes de búsqueda de aprobación, son muy frecuentes.
Establece límites
Tú eres una persona con una historia, derechos, personalidad, metas y una vida. Por tanto, tú no eres la mitad de otra persona. Eres una persona única que establece cómo quiere que sea su vida.
No intentes fusionarte con los demás, ya sea tu pareja, familia o amigos. Si estás en desacuerdo con otra persona, es normal y puedes mostrar ese desacuerdo -asertivamente- porque sois distintos.
Para ser feliz es necesario que tengas tus metas y tu vida individual, de forma que si los demás no están, esa parte de tu vida siga estando ahí.
Por otra parte, ser consciente de tus valores permitirá saber cuáles son tus límites y cuándo estás actuando con integridad.
Creo que con esos pequeños pasos o consejos puedes comenzar a ser una persona íntegra.
¿Ser bueno, ser malo o ser…?
Antes que nada nos gustaría aclararte qué puede ser el “típico niño o niña bueno” (o ahora “adulto/a bueno/a”):
- Buscar siempre el bienestar de los demás, antes del propio.
- Anteponer las necesidades de los demás a las propias.
- Estar dando siempre, aunque se espera algo a cambio.
- El dar y no recibir genera una sensación de rencor.
- Querer cuidar siempre de los demás.
- Querer agradar siempre a los demás.
- Ocultar los defectos o características negativas de uno mismo.
- No saber decir que no.
- Aceptar siempre peticiones, incluso de personas desconocidas.
- Estar siempre disponible.
- Evitar discusiones, aunque sean necesarias.
- No defender los derechos propios.
- Muchas más…
¿Y qué puede ser malo/a?:
- Ser irrespetuoso con los demás.
- Ser desagradable.
- No estar dispuesto a ayudar nunca, ni siquiera a personas cercanas.
- No estar nunca disponible.
- No aportar nada a los demás y solo aprovecharse.
- Muchas más…
La mayoría de las personas que buscan aprobación tienden a pensar en “blanco y negro”. Es decir, creen que la única alternativa a ser una persona buena es ser una persona mala. Sin embargo, eso no es cierto.
Puedes llegar a un balance, que se podría llamar “persona equilibrada”. En este estado no serías el típico bueno o el típico malo.
¿Si no eres equilibrado cómo vas a aportar algo a los demás, ayudar a los demás o alcanzar tus metas?
Una persona equilibrada:
- Se ve como una persona con derechos.
- Defiende sus derechos.
- Respeta los derechos de los demás.
- Tiene una buena autoestima.
- No busca la aprobación, se muestra como es o se comporta como le gustaría ser.
- No tiene miedo a las discusiones, aunque tampoco las busca.
- Antepone las necesidades propias a las de los demás (exceptuando en niños, enfermos y personas con necesidades especiales).
- Una vez ha cubierto sus necesidades, se interesa por el bienestar de los demás.
- Sabe decir que no.
- Sabe dar sin esperar nada a cambio.
- Muchas más.
En nuestra opinión, ese estado es el que más conviene para tener una vida feliz y unas buenas relaciones personales con los demás.