Anatomía y fisiología

Apófisis espinosa: concepto, anatomía, funciones y lesiones


¿Qué son las apófisis espinosas?

Las apófisis espinosas son salientes óseas que provienen de la parte posterior de las vértebras. Estas proyecciones vertebrales son fácilmente palpables en el examen físico de la espalda.

Todas las vértebras, con excepción de la primera cervical o atlas, poseen una apófisis espinosa, pero las características de esta varían dependiendo de la ubicación en la que se encuentre.

La función principal de estas estructuras es la de servir de superficie de inserción para los músculos y ligamentos del cuello, la cabeza y la espalda. Además son un mecanismo de protección ósea adicional para la médula espinal.

La lesión de estos procesos óseos no es una patología común, sin embargo puede observarse en el paciente politraumatizado, siendo las apófisis espinosas de las vértebras dorsales las que se fracturan con más frecuencia.

Por lo general el tratamiento es conservador y las fracturas mejoran sin dejar secuelas. No obstante cuando hay lesión de varias vértebras se trata de una fractura complicada que puede provocar lesión de la médula espinal.

Anatomía y características

Las vértebras son las estructuras óseas irregulares que conforman la columna vertebral. Su estructura consta de un cuerpo, un arco, un foramen u orificio y siete apófisis o procesos.

Los procesos vertebrales se distribuyen de la siguiente forma: dos apófisis transversales, cuatro articulares también llamadas carillas, y una espinosa.

Las apófisis espinosas son protuberancias impares de la lámina vertebral que se encuentran en la parte posterior de las vértebras.

Estas salientes óseas suelen ser alargadas y ligeramente afiladas, sin embargo estas características varían según su localización en la columna.

Con excepción de la primera vértebra cervical conocida como atlas, todas las vértebras poseen una apófisis espinosa.

Las apófisis espinosas tienen algunas diferencias dependiendo del tipo de vértebra a la cual pertenecen y de la altura de la columna en la que se encuentran ubicadas.

Cervicales

Las apófisis espinosas de las vértebras cervicales son bífidas, es decir que se encuentran divididas en dos partes asimétricas.

Hasta la quinta vértebra cervical (C5) la longitud de los procesos espinosos es corta y están reforzados por los músculos cervicales esplenio y trapecio y por el ligamento nucal, que los utiliza como superficie de inserción.

Este es un ligamento muy fuerte y resistente que se inserta en las apófisis espinosas de todas las vértebras cervicales y en el tubérculo posterior del atlas.

La séptima cervical presenta una apófisis espinosa diferente al resto de las de las vértebras cervicales. En primer lugar no es bífida; es gruesa y casi horizontal.

El proceso espinoso de C7 es el de mayor longitud en, aproximadamente, el 70% de las personas. Por este motivo se identifica con facilidad a la palpación sobre la piel de la espalda.

El atlas es la primera vértebra cervical, se encuentra articulada directamente con el hueso occipital y es una vértebra de características atípicas. Es un cuerpo óseo cilíndrico que asemeja un anillo. Contrariamente al resto de las vértebras, esta no posee cuerpo si apófisis espinosa.

Dorsales

Las vértebras dorsales o torácicas poseen apófisis espinosas prominentes y gruesas. Las más superiores, entre la primera y la quinta (T1 y T5) son casi horizontales y van tomando una dirección oblicua progresivamente.

A partir de T6, los procesos espinosos se hacen totalmente oblicuos y se superponen unos con otros hasta alcanzar T11.

En esta vértebra la apófisis espinosa es considerablemente más corta que el resto y en T12 adquiere las características de aquellas de las vértebras lumbares.

Lumbares

Los procesos espinosos lumbares son estructuras fuertes y gruesas. En las vértebras lumbares superiores son un poco más largos que en las inferiores.

Tienen una superficie amplia y una forma casi cuadrada siendo similar su altura con respecto a su ancho. Terminan en un borde asimétrico que en las vértebras lumbares inferiores puede presentar una pequeña escotadura.

Sacrococcígeas

El sacro es un conjunto de cinco vértebras fusionadas. En esta estructura las apófisis espinosas son pequeñas y muy rudimentarias, se observan en la parte central del hueso como cinco tuberosidades sin una estructura definida.

El cóccix es igualmente una estructura de cuatro a cinco vértebras fusionadas que se encuentra articulada con el sacro.

En este hueso las apófisis espinosas son casi inexistentes siendo la más prominente la de la primera vértebra, que tiene una forma y tamaño similar a las del sacro.

Funciones

Las apófisis espinosas cumplen una función de soporte al proporcionar una superficie firme para la inserción de los músculos y ligamentos del cuello y la espalda.

Además de esto, son estructuras gruesas y fuertes que protegen la médula espinal que se encuentra hacia su cara anterior, pasando por el canal medular de las vértebras.

Por otro lado, los procesos espinosos se utilizan como referencias anatómicas para identificar cuerpos vertebrales y espacios intervertebrales.

Durante el examen físico de la columna vertebral, el proceso espinoso prominente de la séptima vértebra cervical (C7) es fácilmente palpable en la espalda por debajo de la nuca. El siguiente proceso palpable es la primera torácica (T1).

El proceso espinoso de T11 puede identificarse siguiendo el recorrido de la última costilla, que está articulada con esta vértebra.

Conocer estas guías es de suma importancia para la realización de algunos procedimientos como la punción lumbar, en la cual se toma una muestra de líquido cefaloraquídeo a través del espacio intervertebral entre L3 y L4.

Lesiones

Los procesos espinosos pueden presentar fracturas en los pacientes politraumatizados, por lo general por caída, accidente automovilístico o herida por arma de fuego. Las apófisis de las vértebras dorsales se lesionan con más frecuencia que el resto.

Los síntomas dependen del grado de la fractura. En aquellas pequeñas y no desplazadas que involucran una sola vértebra, el paciente presenta dolor a la movilización y disminución en la amplitud de los movimientos.

Contrariamente en el caso de fracturas desplazadas o inestables, puede haber lesión medular presentándose con síntomas como disminución de la fuerza muscular o imposibilidad para controlar los esfínteres. Los síntomas medulares dependerán del nivel al cual ocurrió la lesión.

Cuando se sospecha fractura de la apófisis espinosa debe inmovilizarse la columna por completo con un collarín rígido y corsé ortopédico.

Una vez identificados tanto el nivel y el grado de la fractura como la presencia o ausencia de daño en la médula espinal, puede decidirse el tratamiento adecuado.

Las fracturas simples mejoran con inmovilización y rehabilitación mientras que las complejas requieren tratamiento quirúrgico.