Superar un Duelo por Perder a Alguien Querido: 7 Consejos
La muerte de un ser querido es la experiencia más dolorosa que le toca vivir a un ser humano. Cuando fallece una persona conocida, sea un compañero o el comerciante del barrio por ejemplo, sentimos mucha tristeza.
En este artículo te explico cómo superar un duelo por la muerte de una persona querida; padre, madre, hermanos, hijos… Aunque al principio es doloroso más difícil con el tiempo y siguiendo ciertas indicaciones se puede superar y volver a sentirse feliz.
Cuando tenemos que enfrentar la muerte de un padre, de un hermano o de una pareja, entonces el dolor puede hacerse insoportable. Pensar que exista alguna estrategia que nos libre de ese dolor, sería muy ingenuo e irreal de nuestra parte.
Sin embargo, existen mecanismos, conductas y actividades que nos pueden ayudar a transitar el duelo de una manera más “armoniosa”. Cada ser humano vive la muerte de una manera distinta y reacciona de un modo diferente también.
Entre otras cosas, reaccionamos y sentimos como podemos, más que como queremos. Así que lo primero es quitarte de la responsabilidad de tener que responder de la misma manera o tener que estar bien dentro de determinado período de tiempo.
Si bien no hay reglas, una persona que no puede retomar sus actividades cotidianas pasado el año de la muerte de ese ser especial, no está pudiendo sobrellevar la situación con naturalidad.
En ese caso la ayuda psicológica se hace necesaria, afirma la Asociación Americana de Psicología.
Índice del artículo
Consejos para superar de forma sana un duelo
El tiempo comienza a pasar y eso es inevitable. Debes tratar entonces de que ese tiempo te ayude a integrar y aceptar tu dolor como algo realmente natural.
Todos en algún momento de la vida pasaremos por estas experiencias y si la naturaleza ha determinado que sea así, es porque somos capaces de vivirlo.
Deja que tu dolor sea libre
Muchas veces ya sea porque tu familia o amigos no quieren verte mal o porque la sociedad no lo permite, sientes que debes superar tu dolor rápidamente.
Pero esto no es posible, el dolor de una muerte es muy grande y no debes ocultarlo o engañarte pensando en que lo vas a superar enseguida. Tu vida cotidiana cambiará y eso es natural. Si tienes ganas de llorar hazlo. No tienes por qué esconder tu dolor.
Lo que estás sintiendo es normal y como tal tienes que vivírlo. Tampoco te dejes llevar por lo que otras personas opinen, tú eres quien está procesando un duelo y debes hacerlo a tu manera.
Acepta la nueva situación
Es fácil decirlo pero no sentirlo. También un día nosotros nos iremos y quedarán personas llorando por nosotros.
Morir es parte del ciclo de la vida, y poco a poco, con el tiempo, podrás aceptar la muerte de tu ser querido como algo natural. Aceptar que la vida tiene etapas duras y etapas felices te ayudará a superar mejor esta situación.
No te cierres a los demás
Cuando el dolor es muy grande, el mundo parece girar en torno a ese dolor y tal vez creas que eres el único o la única que está sufriendo.
Si bien cada integrante de la familia sufre la muerte de un ser querido desde un lugar distinto, hay algo en común: el dolor por la ausencia. Trata de abrirte y acercarte a las personas que también están en proceso de duelo, como tú.
Si crees que te hará bien hablar de la muerte de esa persona entonces hazlo. Si sientes deseo de ver una pertenencia de esa persona y alguien de tu familia tiene una, entonces aprovecha la ocasión.
Cuando la carga se comparte se hace más liviana. Sé paciente contigo mismo. Muchas veces el peor enemigo al momento de superar una pérdida somos nosotros mismos. Como parte de la no aceptación de lo que ha ocurrido, a veces intentamos actuar como si nada hubiera pasado.
Pretendemos que toda nuestra rutina se encauce normalmente enseguida, pero esto simplemente no es posible. Otra de las cosas que debemos aceptar, además de la muerte del ser querido, es que esa pérdida ha cambiado nuestra vida.
No importa si sentirte mejor te toma 6, 8 o 12 meses. Lo importante es que llegues a ese momento de una manera saludable, habiendo transitado todas las etapas propias del duelo.
No tomes decisiones importantes
Después de una experiencia tan conmovedora ninguna persona tiene la claridad de ideas suficiente como para evaluar y tomar decisiones importantes.
A veces pareciera que la vida cotidiana y el mundo que no para de girar no tiene tiempo para esperarte, especialmente en asuntos económicos. Las cuentas para pagar llegan, los compromisos económicos no se hacen esperar y no entienden de duelos.
No obstante, piensa que precisamente tomar una decisión económica como vender una propiedad o contraer una deuda requiere de un gran análisis.
Y tú no estás en condiciones de hacerlo, no porque no seas capaz sino porque estás en una etapa en la que tu prioridad debe ser volver a retomar una vida normal.
Date ciertas oportunidades
Quizás te han invitado a una fiesta y crees que no sería oportuno dado que estás en duelo.
Especialmente en otros tiempos, estaba mal visto que una persona asistiera a un evento si hace poco había perdido a un ser querido.
De hecho cuando las mujeres enviudaban, “debían” vestir de negro. Si bien hoy continúa la tradición, ya no es tan frecuente.
Nada tiene de malo que uses un color bonito, de esos que te transmiten alegría. Tampoco está mal asistir a una fiesta en la que puedas conversar y distraerte.
Eso no hará que tu dolor ni el recuerdo de persona desaparezcan ni mucho menos. Pero es beneficioso que al menos por un rato, puedas distraerte y pasar un rato ameno.
No quiero decir que lo hagas al poco tiempo, pero cuando haya pasado un tiempo prudente es importante que comiences a socializar de nuevo.
No te automediques o autoanalices
Si sientes que necesitas ayuda, sea psicológica o farmacológica, no eres tú quien debe decidirlo.
Debes consultar con un profesional, y en el caso de que lo seas, debes consultar a alguien más, alguien que pueda evaluar tu situación con objetividad. Los medicamentos y en especial los psicofármacos tienen contraindicaciones.
Intentar “tapar” el dolor con un antidepresivo puede ser un gran error. Sin embargo la depresión es uno de los trastornos que pueden ser desencadenados por la pérdida de un ser querido.
Si así lo determina el especialista, quizás necesites que tomar antidepresivos. Pero en cualquier caso eso es algo que tú no debes decidir.
No hay fórmulas mágicas ni profesionales que nos quiten el dolor instantáneamente. El verdadero poder de salir adelante después de una muerte, está en nosotros mismos.
Realmente somos más fuertes de lo que creemos y nadie muere de tristeza. Es posible crecer, enriquecerse y aprender a partir de ella. ¡Tú también puedes lograrlo!
Finalmente, te recomiendo leer este artículo. Trata de superar una ruptura de pareja, aunque en realidad es un duelo (aunque la persona querida se va, no muere).
Las 5 etapas del duelo
Si bien todos somos distintos, hay conductas y reacciones naturales que son muy semejantes en los seres humanos.
Cuando un ser querido ha fallecido, comienza un proceso, que según los estudios científicos se compone de las siguientes fases:
Fase de shock
Se inicia con el primer instante en el que nos hemos enterado de la noticia. Frases como “no lo puedo creer” o “esto no está sucediendo” son propias de esta etapa que nos golpea.
Cuando el ser humano se encuentra en estado de shock, puede adoptar distintas conductas, desde quedar completamente paralizado hasta desmayarse.
Fase de rebeldía
Una vez que ha pasado el shock y comienzas a tomar contacto con lo que ha sucedido, es probable que surja un sentimiento de rebeldía y negación.
Es difícil de aceptar que eso tan doloroso e injusto esté pasando. ¿Por qué a mí? ¿Por qué en este momento de mi vida?, podrían ser frases propias de esta etapa.
Sentimientos de injusticia, vulnerabilidad e inseguridad caracterizan esta fase. También pueden aparecer ciertos trastornos de salud, como insomnio o falta de apetito, entre otros.
Fase de desorganización
Todo parece estar dando vueltas y tal vez no puedas encontrar sentido y orden a las cosas. Cada vez eres más consciente de que ese ser querido ya no está y parece que todo es un caos.
Cuando te despiertas o en los momentos de inactividad piensas inmediatamente en la persona que ha fallecido.
Fase de reorganización
Después de sentirte desorientado/a y sin saber muy bien qué hacer, llega la calma y el sosiego. Poco a poco comienzas a aceptar que esa persona no está y no volverá.
Tomas consciencia de que tu vida debe continuar y empiezas a convencerte de que “no hay más remedio de seguir adelante”. Comienza la etapa ascendente y de recuperación. El tiempo que dura cada fase es variable pero en general llegado el año ya debiera estar comenzando la cuarta etapa.
Aquí ya habrás retomado con total normalidad tus actividades y ese dolor agudo que sentiste al comienzo se transformará en tristeza. A medida que continúa transcurriendo el tiempo comenzarás a recordar con alegría los momentos compartidos con esa persona.
Recuerda: el dolor o la tristeza tal vez nunca desaparecerán totalmente, pero se transformarán y sentirás que puedes convivir con esa pérdida de una forma natural.