Falacia ad hominem: concepto, características, ejemplos
¿Qué es la falacia ad hominem?
La falacia ad hominem se produce cuando en lugar de rebatir un argumento se ataca a la persona que lo emite por su postura política, por su raza, origen, estatus social o cualquier otro factor.
Un ejemplo podría ser: “Lo que dice Greta Thundberg sobre que buscar el crecimiento económico continuo y eterno es una utopía y que beneficia solo a los más ricos es una tontería, porque ella pertenece a una clase privilegiada y no tiene de qué quejarse”.
Ad hominem es una alocución latina que significa “contra el hombre”, y es una falacia lógica que intenta desacreditar al oponente en lugar de refutar sus argumentos. Se usa muchísimo en la vida cotidiana, en la política, en la publicidad y en las noticias, como una forma de descalificar.
Características de la falacia ad hominem
La falacia ad hominem tiene varias características:
Estructura
La falacia ad hominem tiene la estructura lógica siguiente:
- A afirma x
- A tiene determinados aspectos que no le hacen confiable
- Ergo x no es cierto.
Tiene tres formas de realizarse
La falacia ad hominem se caracteriza por presentar al menos tres tipos distintos de descalificación, según los cuales se desacredita el argumento.
Falacia ad hominem abusiva (ataque personal directo)
Es cuando a la persona como tal se descalifica mediante un insulto. Se quiere producir un daño directo a quien habla, humillarla y vulnerarla. Un ejemplo es:
- Persona 1: “Me preocupa el medio ambiente y me registré en un partido ecologista”.
- Persona 2: “El ecologismo está de moda y por eso te uniste a él, no porque creas que el ambiente es importante, es que te dejas llevar por la corriente”.
Falacia ad hominem circunstancial
Se produce cuando se atacan las circunstancias de la persona, tales como clase social, intereses, ideología.
- Persona 1: “Hay que eliminar la corrupción del gobierno”.
- Persona 2: “Usted pertenece a un partido que ha sido acusado de corrupción, ¿con qué moral puede hablar?”.
Falacia ad hominem Tu Quoque (tú mismo)
Es cuando se ataca al oponente acusándole de lo mismo:
- Persona 1: “No deberías fumar, es pésimo para la salud”.
- Persona 2: “¿De qué vas a hablar tú, si hasta hace dos meses también fumabas?”.
Juego sucio de gran impacto
La falacia ad hominem nunca aporta razones válidas para rebatir los argumentos, siempre se enfoca en la descalificación y en el descrédito del oponente, y es de gran impacto psicológico porque funciona en situaciones de gran intensidad emocional.
Es decir, se usa mucho para convencer a personas que atienden más a sentimientos que a razones lógicas. Por ejemplo, si una persona profesa una determinada fe o una ideología política, todo lo que dice carece de legitimidad solo por eso.
Falacia ad hominem en noticias
La falacia ad hominem se usa muchísimo en las noticias como una manera de desviar la atención del público. En los últimos años, el expresidente Trump se valió de esta falacia para inducir a sus seguidores a concentrarse en aspectos irrelevantes de lo que sucedía en su país, y a no fijarse en los factores importantes.
Hace unos años todos vimos por los medios de comunicación cómo una adolescente era insultada de todas las formas posibles por grupos extremistas e incluso por gente común y corriente, por atreverse a hacer uso de sus recursos disponibles y protestar por el cambio climático.
Nos referimos a la joven sueca Greta Thundberg: la atacaron por su edad, por su personalidad, por su clase social, por sus creencias y hasta por tener padres que la apoyaban. A nivel de discurso mediático calaron los rumores de que, como la chica sufre del síndrome de Asperger, apenas era un títere de poderes económicos más fuertes e interesados en mover la opinión pública.
Nunca se rebatieron los argumentos que ella daba sobre la necesidad de que los gobiernos tomaran seriamente el asunto del cambio climático, solo la atacaron, tratando de desacreditarla.
Falacia ad hominem en publicidad
La publicidad, por definición, lo que quiere es persuadir al público, y lo hace de diversas maneras; una de las maneras es el uso de distintas falacias para conseguir vender productos o convencer de una idea al consumidor.
La falacia ad hominem en publicidad está estrechamente vinculada a la política, sobre todo cuando se trata de desprestigiar a partidos políticos o candidatos que se enfrentan en elecciones, ya sean presidenciales o parlamentarias.
Falacia ad hominem en política
Desafortunadamente, en política se hace uso de cualquier arma para descalificar al oponente, y para ello se vale de la publicidad, una herramienta altamente eficaz para llegar a todos. El expresidente Trump hizo gala de esta falacia al acusar a todo el partido demócrata y a los que estaban en su contra de participar en una conspiración contra él, de ser pedófilos y satanistas.
Nos referimos a Donald Trump porque es el ejemplo más cercano en el tiempo y con las características más claras. Pongamos un ejemplo: cuando el fiscal especial Robert Mueller dirigió la investigación sobre la injerencia de Moscú en las elecciones norteamericanas de 2016, cuando Trump ganó.
El expresidente atacó a Robert Mueller diciendo que tanto él como el FBI, la CIA y todos los servicios de inteligencia norteamericanos tenían métodos de la ex KGB soviética y la Alemania nazi. Lo acusó de falta de imparcialidad y de “cazador de brujas”.
Esta es una forma muy eficaz de desprestigio ante la opinión pública, pues quienes la creen no razonan contra los argumentos sino contra la imagen que se ha dado de la persona.
Ejemplos de falacia ad hominem
Veamos algunos ejemplos de este tipo de falacia:
Ejemplo 1
- Persona 1: “Creo que la ley laboral debería ser reformada. Los trabajadores necesitan una ley que les proteja”.
- Persona 2: “Pero ¿qué te importa a ti, si tú no necesitas trabajar? Nunca has trabajado”.
El hecho de que una persona no haya trabajado no significa que no pueda darse cuenta de las condiciones laborales existentes en su país.
Ejemplo 2
- Persona 1: “La educación de los hijos debe apoyarse en una firmeza amorosa”.
- Persona 2: “No tienes hijos, no puedes opinar”.
Es el mismo caso del anterior, se descalifica a la persona por no tener hijos al opinar sobre la educación infantil.
Ejemplo 3
- Persona 1: “Estamos yendo a terapia de pareja. La terapeuta no está casada”.
- Persona 2: “¿Y qué sabrá entonces de relaciones?”.
Ejemplo 4
- Persona 1: “Nuestra profesora de matemáticas se ganó un premio nacional por una investigación científica”.
- Persona 2: “¡Qué sabrán las mujeres de matemáticas!”.
Descalificar a alguien por algún factor de su persona (en este caso, su género) es una forma de herir, humillar y desprestigiarle.
Ejemplo 5
- “El juez Carlos Herrera sentenció cárcel para el agresor. Le acusaron de hipócrita, falso e inmoral porque hace tres años se divorció de su esposa y se casó con una mujer veinte años más joven que él”.
Nótese que nunca se refutan los argumentos, solo hay ataques directos a la persona.
Ejemplo 6
- Persona 1: “La escritora neerlandesa Marieke Lucas Rijneveld va a traducir los poemas de Amanda Gorman”.
- Persona 2: “Amanda Gorman es afroamericana y Marieke Lucas Rijneveld es blanca. Una persona blanca no puede traducir a una persona afroamericana. El color de piel no permite entender las vicisitudes que puede pasar una joven negra en Estados Unidos”.
El argumento se basa solo en el color de la piel de la escritora que traduciría a la poeta, no en sus cualidades literarias ni en su talento. Es toda una falacia ad hominem.
Referencias
- Walton, D. (1998). Ad hominem arguments. Tomado de books.google.com.
- Walton, D. (2008). Estudio del uso de ad hominem circunstancial en la argumentación política. Tomado de books.google.com.
- Oller, C. (2011). Las falacias que se autorefutan y la consequentia mirabilis. Tomado de aacademica.org.
- Dahlman, C., Reidhav, D., Wahlberg, L. (2013). Fallacies in Ad Hominem arguments. Tomado de unirioja.es.
- Malavé, L. (2019). Cuándo se comete la falacia ad hominem. Tomado de médium.com.