Consideraciones Generales de la Ética Profesional
Las consideraciones generales de la ética profesional abarcan las características éticas que debe tener todo profesional, sea jefe o empleado de una empresa o institución. Estas consideraciones incluyen todo tipo de temas relacionados con la moral y los valores humanos que definen lo que es bueno y lo que es malo en una situación profesional.
En el ámbito profesional, las consideraciones éticas pueden ser analizadas desde un punto de vista individual o desde un punto de vista colectivo. Sin embargo, las consideraciones que toma en cuenta cada persona son las que lo definen como profesional y rigen su vida laboral en lo que respecta a sus valores humanos.
Estas consideraciones suelen ser tomadas como obligaciones morales, pues su práctica es lo que traza la línea entre lo correcto y lo incorrecto en un escenario profesional. De hecho, varias de estas consideraciones están escritas en documentos legales y son consideradas leyes en muchos países.
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Es difícil que un empleador pueda estar al tanto de todas las acciones que llevan a cabo los empleados de una empresa.
Es importante que todo empleado sea capaz de actuar de manera correcta aunque no esté siendo supervisado por sus superiores. Si se le asigna una labor, debe finalizarla sin esperar a que su jefe lo presione para que lo haga.
Muchas personas suelen no poner su mejor esfuerzo al momento de trabajar si no están siendo supervisados. Sin embargo, los deberes éticos de cada persona exigen que siempre se dé el 100 % al momento de desempeñar cualquier actividad laboral.
La honestidad es uno de los deberes éticos más importantes en el mundo laboral. Un empleado honesto ayuda a su jefe a tomar decisiones más acertadas con respecto a la empresa. Por ejemplo, si el empleado cometió un error y decide no comentarlo a nadie, su supervisor no podrá actuar para corregir la falla.
De igual forma, es importante que todo jefe sea honesto con sus trabajadores. Esto hace que los empleados tengan más confianza en sus superiores. Además, utilizar técnicas de manipulación es una falla ética bastante grave y debe ser evitado a toda costa.
El dinero es una de las razones más comunes por las que un empleado puede llegar a tomar decisiones poco éticas, considerando la gran tentación que representa la malversación de fondos.
Un empleado que se rija por los deberes de la ética siempre tiene presente que la utilización de fondos de la empresa debe ceñirse solo a fines de la misma compañía.
Una de las mayores pruebas éticas para un empleado se da cuando se le asigna la labor de realizar una transacción monetaria en la que este sabe que puede malversar fondos sin ser atrapado. Mantener la compostura moral y utilizar el dinero solo para lo que la empresa le asigna es el deber moral de todo empleado.
De igual forma, los dueños de empresas deben manejar sus fondos limpiamente, sin recaer en el uso de sobornos y otras herramientas moralmente dubitativas.
Si bien los empleados tienen una gran cantidad de deberes éticos que deben cumplir para que la compañía trabaje de manera efectiva individualmente, los jefes y dueños tienen un rol igual de importante. De hecho, el rol ético del dueño de una empresa es mucho más importante que la suma del colectivo de sus empleados.
Esto se debe a que las decisiones de un jefe suelen afectar la imagen de una empresa en su totalidad, mientras que uno o dos empleados poco éticos pueden no tener un efecto tan duradero en una compañía.
La contratación de personal y el hecho de asegurarse de que todos los empleados trabajen en un ambiente profesional agradable, son responsabilidades éticos de todo supervisor en una empresa.
Los conflictos de interés en el mundo profesional suelen darse cuando una persona trabaja para dos o más empresas de manera simultánea. Además, esto aplica específicamente para empleados que trabajan para compañías que tratan con bienes o servicios similares.
Por ejemplo, un empleado de Coca-Cola no debería trabajar con Pepsi, pues se generaría un conflicto de interés. La tentación de filtrar secretos de una compañía a otra con fines monetarios debe ser evadida en su totalidad, según los principios morales de la ética profesional.
Es muy probable que todo profesional, en algún momento de su carrera, se encuentre con situaciones que pongan a prueba sus deberes éticos.
Si bien estas situaciones pueden presentarse en cualquier tipo de empresa, es más común que ocurran en lugares laborales donde exista una tendencia a la corrupción; especialmente en instituciones gubernamentales o monetarias. Las implicaciones de no cumplir ciertos deberes éticos suelen ser, primeramente, personales.
Es decir, cuando no se actúa de acuerdo con la buena moral sino solo por beneficio personal, existe una gran posibilidad de que la persona sienta remordimiento o culpa por sus acciones. Esto suele ocurrir en ofensores ocasionales; a un ofensor recurrente poco le importa.
Sin embargo, si un grupo de personas dentro de una empresa va a cometer un acto poco moral, también existe el dilema de que si uno de los empleados reporta la acción, será mal visto por el resto de sus compañeros.
La ética dicta que lo correcto es dar a conocer a algún supervisor la acción poco moral, pero puede resultar bastante difícil en muchas ocasiones.
Cuando se va a decidir cómo actuar éticamente, es importante tomar en cuenta los efectos a largo plazo que puede tener la decisión que se tome.
A su vez, esta evaluación moral de lo que puede ocurrir debe ser hecha tomando en cuenta principios básicos éticos, como la honestidad, la justicia y la igualdad.
El comportamiento de un profesional siempre debe ir a favor de la empresa en la que trabaja, pero es éticamente incorrecto tomar decisiones arbitrarias que puedan perjudicar de manera negativa a otras personas por el simple hecho de que la compañía pueda tener beneficios adicionales.