Historia

Batalla de Tarapacá: causas, desarrollo y consecuencias


La batalla de Tarapacá fue uno de los enfrentamientos armados que tuvo lugar durante la Guerra del Pacífico que enfrentó a Chile y a la alianza entre Perú y Bolivia. La batalla se desarrolló el 27 de noviembre de 1879, en la localidad homónima, hoy perteneciente a Chile.

El conflicto entre los tres países latinoamericanos fue causado, principalmente, por las disputas acerca de varios territorios limítrofes ricos en guano y salitre, recursos naturales muy valiosos en esa época. Un impuesto establecido por Bolivia a la empresa chilena que extraía salitre en Antofagasta fue el detonante de la crisis.

Perú, por su parte, había firmado un acuerdo defensivo con Bolivia. Después de intentar mediar sin éxito, declaró la guerra a Chile respondiendo al tratado firmado. Chile consiguió derrotar a sus enemigos en la campaña naval de la guerra.

Dominados los mares, procedieron a atacar por tierra, marcándose como primer objetivo la conquista de la región de Tarapacá, fundamental para continuar el avance hacía Lima. Sin embargo, la batalla de Tarapacá terminó con derrota para las tropas chilenas, aunque esto no cambió el resultado final de la guerra.

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Antecedentes

La Guerra del Pacífico, dentro de la que se enmarca la Batalla de Tarapacá, enfrentó a Chile y a la alianza formada por Perú y Bolivia. Comenzó en 1879 y concluyó con la victoria chilena en 1884.

Se trató de un conflicto provocado, especialmente, por el control de territorios ricos en guano y salitre. Por esto, muchos autores la llaman “Guerra del Salitre”.

Las zonas más afectadas por el conflicto fueron el desierto de Atacama, las sierras y valles peruanos y las aguas del Océano Pacífico.

Impuesto a la extracción de salitre

Las tensiones entre Chile y Perú comenzaron desde la propia independencia de ambos países. Las fronteras heredadas de la época colonial no habían quedado demasiado claras, además del interés existente por zonas ricas en salitre.

Esta materia prima se daba, especialmente, en Antofagasta, entonces perteneciente a Bolivia. Sin embargo, la empresa encargada de la extracción era chilena.

En febrero de 1878, el gobierno boliviano estableció un nuevo impuesto a la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (CSFA). Dado que esta tasa contradecía el tratado de límites que los dos países habían firmado en 1874, los chilenos solicitaron someter el asunto a arbitraje neutral, algo que Bolivia rechazó.

La reacción chilena fue amenazar con dejar de respetar el tratado de límites, a lo que los bolivianos respondieron rescindiendo la licencia a la empresa extractora de salitre y embargando sus bienes.

Ataque chileno

El 14 de febrero de 1879, el ejército de Chile ocupó Antofagasta, ciudad con una amplia mayoría de población chilena. En pocos días, avanzó hasta llegar al paralelo 23ºS.

Por otra parte, Perú y Bolivia habían firmado en secreto un Tratado de alianza defensiva. Ante el ataque chileno, los peruanos enviaron a un negociador a Santiago para intentar parar la ofensiva, sin conseguirlo.

El 1 de marzo, Bolivia declaró el estado de guerra. Perú se negó a mantenerse neutral y Chile declaró la guerra a los dos países aliados el 5 de abril de 1879. Al día siguiente, el gobierno peruano declaró el casus foederis, es decir, la entrada en vigor de la alianza secreta con Bolivia.

Enfrentamiento naval

Chile y Perú comenzaron a enfrentarse en aguas del Pacífico. Ambos países poseían una fuerza naval muy poderosa, con grandes fragatas y acorazados.

La armada chilena bloqueó Iquique, una ciudad rica en salitre. Su propósito era cortar las rutas de abastecimiento a los barcos peruanos. De igual forma, Chile consiguió derrotar a Perú en otros enfrentamientos marítimos, consiguiendo el control de toda la costa. A partir de ahí, emprendieron la campaña por tierra.

Tras tomar el puerto de Pisagua, los soldados chilenos avanzaron por el territorio entonces boliviano. El 6 de noviembre, se produjo la batalla de Germania, con victoria de la caballería chilena sobre los aliados.

Batalla de Dolores

El ejército chileno, bajo el mando del coronel Sotomayor, continuó su trayecto hacia Tarapacá. Las fuerzas peruanas y bolivianas, por su parte, se dirigieron a su encuentro.

Sotomayor alcanzó la pampa de Dolores, ocupando el cerro de San Francisco. Allí tuvo lugar una nueva batalla, el 19 de noviembre de 1879. El resultado favoreció a los chilenos, aunque perdieron más de 60 hombres en el enfrentamiento.

Marcha a Tarapacá

Los soldados peruanos derrotados en Dolores se concentraron en Tarapacá, una localidad en el interior del desierto. En ella, se reunieron con la división comandada por el coronel Ríos, que provenía de Iquique.

La intención era recuperar fuerzas y obtener alimentos. Tarapacá contaba con una guarnición de uno 1500 hombres, a los que había que unirles los 1000 recién llegados.

Los chilenos decidieron atacar antes de que sus enemigos se recuperasen. La estrategia era hacerlo aprovechando las colinas que rodeaban la localidad y, así, romper las defensas fácilmente.

Causas

El impuesto a la empresa chilena encargada de obtener el salitre y el tratado entre Perú y Bolivia fueron las causas más inmediatas del conflicto bélico. Sin embargo, los historiadores señalan otras más complejas.

Entre ellas, se encuentra la vaguedad de las fronteras surgidas tras la independencia. Igualmente, Chile estaba pasando por un momento de estabilidad, mientras los aliados vivían una crisis económica y política.

Por último, desde su propia creación como estados, Chile y Perú habían desarrollado una competencia por la hegemonía en la región.

Ocupación chilena de Antofagasta

Bolivia anuló en contrato de la CSFA cuando Chile se negó a aceptar el nuevo impuesto sobre el salitre. Además, el gobierno de La Paz ordenó embargar los bienes de la empresa y venderlos para quedarse con las ganancias.

Esto provocó la reacción chilena. El 14 de febrero de 1879, 200 soldados entraron en Antofagasta sin encontrar resistencia ninguna. El avance de las tropas llegó hasta el paralelo 23º S, ocupando una franja que Chile consideraba propia.

Cuando Bolivia declaró la guerra, los chilenos avanzaron hasta el río Loa, en la frontera sur con Perú.

Búsqueda de compensaciones

Las victorias en Antofagasta y, después, en la campaña marítima, hicieron que Chile decidiera buscar objetivos más ambiciosos. Así, el gobierno decidió no conformarse con asegurar la soberanía de la franja comprendida entre los paralelos 23 y 25 Sur, sino obtener nuevas compensaciones territoriales.

Dentro de estas compensaciones, Chile se fijó en el departamento de Tarapacá. Para ello, era necesario destruir las defensas allí situadas, así como controlar los transportes marítimas para aislar al enemigo.

Desarrollo

La derrota en Dolores dejó al ejército boliviano-peruano muy desmoralizado, además de perder buena parte de la artillería. Los supervivientes se dirigieron hacía Tarapacá, para reunirse con las tropas lideradas por el general Juan Buendía.

En Tarapacá se concentraron al final casi 4500 soldados de la alianza, ya que también llegó la división de Ríos desde Iquique.

Inicio de la Batalla de Tarapacá

Los chilenos llegaron a la zona con intención de dar un golpe casi definitivo a la conquista de la región. Sin embargo, los cálculos que realizaron sobre las fuerzas aliadas en Tarapacá se quedaron bastante cortos, por lo que pensaban que se iban a enfrentar a menos hombres.

El plan que diseñaron se basaba, en gran medida, en el elemento sorpresa. Para que funcionara, era necesario que las tres divisiones que iba a participar partieran de sus bases a distintas horas para alcanzar su objetivo al mimo tiempo.

El primer problema lo encontró la columna de Santa Cruz. Una densa niebla hizo que se perdieran, rompiendo el horario que tenían establecido. Al intentar acelerar, fueron avistados por los peruanos, perdiendo el factor sorpresa del ataque.

Los oficiales peruanos reaccionaron enseguida. Así, ordenaron a sus hombres que subieran a lo alto de las colinas para poder defenderse mejor.

Ataque de la división de Cáceres

La batalla comenzó sobre las 10:00 de la mañana. A esa hora, la niebla se despejó, y los peruanos ascendieron a la colina Visagra, aislando a la división chilena de Santa Cruz de las otras dos.

Después de media hora, los peruanos, muy superiores en número, acabaron con un tercio de la división chilena, destruyendo además su artillería. Los oficiales chilenos comenzaron a preparar la retirada.

Mientras, otra de las columnas chilenas, liderada por Ramírez, avanzó a lo largo del río hasta llegar a un pequeño monte situado a la entrada de Tarapacá. Las defensas de la ciudad recibieron a los soldados chilenos con su artillería.

Cuando parecía que iban a tener que retirarse, recibió los refuerzos de los Granaderos chilenos, obligando a los peruanos a replegarse.

La tregua del agua

Después de esos primeros enfrentamientos, el cansancio afectó a los dos bandos. Sin negociar nada, se produjo una tregua mientras atendían a los heridos.

Los peruanos necesitaban, además, reorganizarse, ya que habían perdido muchos oficiales y tenían que montar una nueva escala de mando en muy pocas horas.

Por suerte para ellos, los chilenos no supieron darse cuenta de lo que ocurría. Muchos pensaron que la batalla había terminado y no tomaron ninguna medida para organizar una defensa ni ninguna estrategia de ataque.

Contraataque peruano y retirada del ejército chileno

El error del mando chileno provocó que sus tropas abandonaran todo orden, mientras los peruanos planeaban un segundo ataque. Como antes hicieron los chilenos, dividieron a sus soldados en tres divisiones y enviaron a dos de ellas a atacar desde las alturas de las colinas.

Las tropas chilenas, pese a su inferioridad numérica, consiguieron resistir durante una hora. Finalmente, el general Luís Arteaga comprendió que la batalla estaba pérdida y dio orden de retirada.

Consecuencias

Las bajas en el ejército chileno ascendieron a los 516 muertos y los 179 heridos, más de las que habían sufrido en las batallas anteriores. Por su parte, los peruanos reportaron 236 fallecidos y 261 heridos.

Continuación de la guerra

La derrota en la batalla no significó que los chilenos no lograran ocupar la región de Tarapacá. Los peruanos, además, no llegaron a plantar demasiada resistencia, ya que enseguida abandonaron el lugar con destino a Arica, dejando vía libre a las tropas chilenas.

En Perú, la noticia de la conquista de Tarapacá desató protestas por parte de la población. El presidente debió renunciar y una posterior revolución llevó al poder a Nicolás de Piérola.

Algo similar ocurrió en Bolivia. Allí, el coronel Camacho arrebató el cargo al general Daza, aunque después el pueblo eligió al general Narciso Campero.

Tratados del Paz

Después de ocupar Tarapacá, Chile se hizo también con la zona de Tacna y Arica. Tras esto, Bolivia abandonó el conflicto, dejando solo a Perú para que tratara de detener a los chilenos.

En enero de 1881, las tropas chilenas alcanzaron la capital peruana, Lima. La guerra aún duraría dos años más, ya que se mantuvieron focos de guerrilleros y montoneros peruanos que luchaban contra los invasores.

Finalmente, en 1883, ambos bandos firmaron el Tratado de Ancón. Perú cedió el Departamento de Tarapacá y Chile retuvo temporalmente las provincias de Arica y Tacna. Esta última fue devuelta a Perú en 1929, permaneciendo Arica en Chile.

Referencias

  1. Celia, María. Batalla de Tarapacá. Obtenido de laguia2000.com
  2. Icarito. La Campaña de Tarapacá (1879). Obtenido de icarito.cl
  3. DePeru. Batalla de Tarapacá. Obtenido de deperu.com
  4. Farcau, Bruce W. The Ten Cents War: Chile, Peru, and Bolivia in the War of the Pacific, 1879-1884. Recuperado de books.google.es
  5. Williamson, Mitch. The Battle of Tarapacá, November 1879. Obtenido de andeantragedy.blogspot.com
  6. Revolvy. War of the Pacific. Obtenido de revolvy.com
  7. Batelaan, Simone. The War of the Pacific: A Never Ending Story?. Obtenido de cocha-banner.org