Psicología educativa

Coevaluación: características, tipos, instrumentos, ejemplo


La coevaluación es una actividad educacional en la que los estudiantes juzgan el desempeño de sus compañeros de igual a igual. Puede tomar diferentes formas en función de las características de la manera en que se implemente, de quiénes sean los estudiantes, y de cuál es el contexto educativo.

La coevaluación es uno de los tres grandes sistemas de medición de resultados utilizados tanto en el contexto educativo como en otras áreas. Los otros dos son la autoevaluación y la heteroevaluación o evaluación externa. Cada uno de ellos tiene una serie de ventajas y desventajas, y están más indicados para determinadas situaciones.

La coevaluación también puede variar en gran medida en función de si se utiliza con propósito sumativo (es decir, para entregar una calificación, como ocurre cuando un examen es corregido por un compañero), o con fines puramente informativos, como en las ocasiones en que varios alumnos dan feedback a uno de ellos sobre su desempeño.

La coevaluación, a pesar de haber aparecido recientemente, ha mostrado tener efectos muy positivos sobre la capacidad de logro de los alumnos. Además, algunas investigaciones también apuntan a que podría mejorar la autorregulación de los estudiantes, su motivación, y sus habilidades interpersonales.

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Características, ventajas y desventajas

A pesar de que se trata de una técnica relativamente reciente, la coevaluación se ha desarrollado de forma muy amplia desde que empezó a implementarse en el ámbito educativo.

En las últimas décadas, este método de evaluación ha experimentado una gran expansión, por lo que hoy en día puede aplicarse de muchas maneras distintas.

Por ejemplo, la coevaluación puede utilizarse simplemente con fines informativos, aplicándola de tal manera que los resultados del proceso no influyan en la calificación final de los alumnos; pero también puede ocurrir al contrario, usando este proceso como uno de los métodos principales para asignar una nota a los estudiantes.

Además de esto, los métodos de coevaluación difieren en muchos aspectos, como por ejemplo si son anónimos o no, o si se realiza la revisión del trabajo de cada alumno de forma individual, por parejas o en grupo.

Sin embargo, todas las formas que toma este enfoque tienen en común una serie de características, que veremos a continuación.

Permiten ahorrar tiempo al profesor

Una de las principales desventajas de la evaluación externa es que una sola persona o un pequeño grupo de ellas tienen que calificar el trabajo de un grupo más grande.

Esto provoca un efecto conocido como “cuello de botella”, que implica que el proceso de evaluación puede tardar mucho tiempo y requiere niveles altos de esfuerzo.

De hecho, en ciertos ámbitos en los que el número de alumnos es muy superior al de examinadores, la evaluación del desempeño puede ser extremadamente costosa. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en procesos como las oposiciones, los exámenes de ingreso a distintos centros educativos, o algunas universidades.

A pesar de que no es aplicable en todas estas situaciones de forma generalizada, la coevaluación podría paliar en cierta medida este problema, ya que permite un ahorro significativo de tiempo en el proceso de calificar el trabajo de los alumnos.

Aumenta el aprendizaje

Durante un procedimiento de evaluación externa, los alumnos apenas reciben información que les permita aprender de sus errores o descubrir algo nuevo. Generalmente, el profesor se limita a darles la corrección de sus exámenes, trabajos o tareas, de tal manera que el feedback que obtienen es muy escaso.

Por el contrario, en un proceso de coevaluación los alumnos están participando activamente en la corrección, lo que les permite familiarizarse con los errores más comunes que otras personas similares a ellos cometen.

Esto puede ayudarles a mejorar en su propio proceso de adquisición del conocimiento, mediante lo que se conoce como “aprendizaje vicario”.

Además de esto, la coevaluación también permite a los alumnos interiorizar aquello que han aprendido. Multitud de estudios apuntan a que el hecho de evaluar el trabajo de otras personas o enseñar a otros cristaliza los aprendizajes que ya hemos realizado, de tal manera que se hacen más profundos y se vuelve menos probable que se olviden.

No es aplicable en todas las situaciones

A pesar de todas las ventajas que pueden tener los procesos de coevaluación, por desgracia no es posible ni deseable aplicarlos en todos los ámbitos y contextos educativos. En algunos de ellos, es necesario que sea un experto el que sopese la calidad del trabajo de los alumnos, en lugar de que lo haga un igual.

Esto ocurre, por ejemplo, cuando el tema es muy complejo y requiere de conocimientos expertos para poder evaluarlo; o cuando el proceso de evaluación tiene que seguir una serie de pasos determinados con los que la persona a cargo del examen debe estar muy familiarizada.

Los alumnos lo llevan a cabo de manera natural

Por último, una de las ventajas más interesantes de la coevaluación es que se trata de un proceso que los alumnos ya llevan a cabo de forma espontánea. En prácticamente todos los contextos educativos, se ha observado que los estudiantes o aprendices se ayudan entre sí, se evalúan, y se dan consejos sobre cómo pueden mejorar.

De esta manera, si se implanta la coevaluación como uno de los métodos principales de comprobar los aprendizajes realizados por los alumnos, se estaría fomentando el uso de una habilidad ya presente en los alumnos.

Esto podría no solo aumentar su motivación e implicación, sino que probablemente permitiría obtener muy buenos resultados a medio y largo plazo.

Tipos

No existe una clasificación estandarizada de los diferentes tipos de coevaluación que existen. Aun así, a continuación veremos varios criterios que pueden utilizarse para dividir las distintas versiones que existen de este proceso.

En función de la finalidad

Como ya hemos visto, una de las principales diferencias que pueden existir entre los distintos procesos de coevaluación tiene que ver con el resultado que se busca al aplicarlos.

En algunos contextos, la coevaluación será la única herramienta que se use para examinar el trabajo de los estudiantes, mientras que en otros servirá únicamente como apoyo para algún otro proceso.

Así, la coevaluación informativa puede servir simplemente para mejorar el aprendizaje de los alumnos, ampliar sus competencias y generar más motivación en ellos; pero no le quitará carga de trabajo al educador, que tendrá que corregir el trabajo de sus estudiantes de todas maneras una vez que este proceso haya terminado.

Por otra parte, la coevaluación “sumativa” implica que los resultados finales de una prueba, examen o demostración serán puestos por los iguales de la persona que se está examinando.

Esto tiene todas las ventajas que ya hemos mencionado, pero puede dar lugar también a errores en las notas en función de variables como la relación personal de los alumnos entre sí.

Anónimos vs. Personales

Otra de las clasificaciones más habituales de las distintas coevaluaciones que pueden hacerse se produce en función de si la persona evaluada sabe quién le ha puesto una calificación concreta o no. En el primer caso, es más probable que entren en juego factores subjetivos como la relación entre ambas personas que en el segundo.

Por otro lado, también existen algunos procesos de coevaluación en los que la persona examinadora no sabe de quién es el trabajo que está corrigiendo. Esto solo puede ocurrir en algunos contextos determinados, como la corrección de un examen.

En algunoas ocasiones, cuando ni el examinador ni el examinado saben quién es el otro, se habla de un proceso de evaluación de “doble ciego”.

En función de los participantes

La forma más básica que puede tomar la coevaluación es la de dos personas intercambiando su trabajo y calificándose mutuamente. Sin embargo, esta no es la única versión que existe de este proceso.

Por ejemplo, en algunos contextos también es posible que varios alumnos formen un tribunal que se encargará de juzgar el desempeño de sus compañeros. En otros momentos, incluso, podría ser que toda una clase o grupo tuviera que decidir la calificación que se le va a poner a cada uno de sus integrantes.

Las dinámicas que se dan en cada uno de estos casos son muy diferentes, por lo que cada uno de ellos está más indicado para una serie de contextos particulares.

Instrumentos

Los instrumentos que se utilizarán en cada proceso de coevaluación dependerán en gran medida del contexto en que se estén moviendo los alumnos y del tipo de conocimiento o habilidad que se va a examinar. Por ello, es muy complicado hacer una lista exhaustiva de todas las herramientas que podrían emplearse en este ámbito.

Sin embargo, cada vez que se lleve a cabo un proceso de coevaluación, será necesario crear junto a los alumnos una lista de criterios de evaluación que se van a utilizar durante el mismo.

Esto les permitirá saber en qué tienen que fijarse específicamente para examinar la actividad de sus compañeros, y centrar su atención de manera más efectiva.

Ejemplo

Una de las formas más sencillas de coevaluación podría darse cuando los alumnos han tenido que llevar a cabo una serie de ejercicios para aplicar los conocimientos adquiridos en clase.

En este contexto, el profesor podría pedirle a los estudiantes que intercambiaran sus resultados por parejas y los compararan, tratando de detectar los fallos que han cometido y en qué se han equivocado.

Después, el educador podría compartir la respuesta correcta, pidiendo después a los alumnos que comparasen el trabajo de sus compañeros con ella y le asignasen una calificación.

Referencias

  1. “Peer assessment” en: University of Reading. Recuperado en: 04 Junio 2019 de University of Reading: reading.ac.uk.
  2. “Student peer assessment” en: UNSW Sidney. Recuperado en: 04 Junio 2019 de UNSW Sidney: unsw.edu.au.
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  4. “Peer assessment” en: Stanford University. Recuperado en: 04 Junio 2019 de Stanford University: teachingcommons.stanford.edu.
  5. “Peer assessment” en: Wikipedia. Recuperado en: 04 Junio 2019 de Wikipedia: es.wikipedia.org.