Decisiones heterónomas: definición, origen, características, ejemplos
¿Qué son las decisiones heterónomas?
Las decisiones heterónomas son aquellas que una persona toma por factores externos a su voluntad. A diferencia de las decisiones autónomas, en las que el individuo se guía tan solo por su moral, las heterónomas pueden estar basadas en aspectos como la ley, la presión social o las creencias religiosas.
Según la filosofía, al estar impuestas desde el exterior, estas decisiones no son tomadas con libertad. Esto se aplica incluso a aspectos como la forma de vestir, ya que aunque se piense que se elige la ropa libremente, en muchas ocasiones el gusto individual queda marcado por las modas o por las costumbres sociales.
El creador del concepto de heteronomía fue el filósofo Immanuel Kant, quien afirmaba que los individuos pierden su independencia y libertad cuando siguen las normas sociales. Sin embargo, muchos autores consideran que este tipo de decisiones son parte fundamental de la vida en sociedad.
Estas decisiones no autónomas están presentes en todos los aspectos y partes de la vida. Así, obedecer a un médico, estudiar lo que desean los padres u obedecer la ley, sin importar si se está de acuerdo con la norma o no, son claros ejemplos de heteronomía.
Características de las decisiones heterónomas
Heteronomía es una palabra formada por dos vocablos griegos: hetero, que significa otro, y nomos, cuya traducción sería “ley”.
En el ámbito de la filosofía ética se contrapone con el término autonomía. La principal diferencia es el origen de las normas y reglas éticas que siguen los diferentes individuos. Así, mientras que las decisiones autónomas son tomadas por la propia persona, las decisiones heterónomas vienen determinadas por las imposiciones de otros.
En este último caso, los individuos aceptan las reglas impuestas con el fin de adaptarse a la sociedad en la que viven. Esto implica que tenga que actuar en ocasiones en contra de su propia voluntad.
Origen del concepto
El creador del concepto de heteronomía fue el filósofo alemán Immanuel Kant (1724 – 1804). Dentro de su obra, este pensador analizó la voluntad de las personas y llegó a la conclusión de que su origen podía dividirse en dos ramas: la razón, que identificó con la autonomía, y la inclinación, a la que llamó heteronomía.
Las decisiones que se toman por ese segundo motivo eran, según Kant, contrarias a la libertad, puesto que se debían a factores externos. Entre estos mencionaba a la religión, el Estado o la familia.
Además, Kant afirmaba que muchas decisiones que se tomaban de manera supuestamente autónoma, en realidad estaban influidas por las exigencias sociales o por cómo el individuo había sido educado.
Propias de la vida en sociedad
Las decisiones heterónomas son características de todas las sociedades organizadas. Para poder convivir con el resto de los ciudadanos, cada individuo está obligado a seguir unas normas, aunque no esté de acuerdo con ellas.
Aunque el principal ejemplo de esas obligaciones externas son las leyes promulgadas por los Estados, existen otra serie de condicionantes igual de poderosos. La propia sociedad ejerce presión, que a veces es invisible, para comportarse de cierta forma y lo mismo puede decirse de la religión que sea mayoritaria.
La historia con sus procesos también provoca que los individuos estén condicionados para tomar sus decisiones.
Relación con las leyes
Algunos expertos definen la heteronomía como un poder que somete a los individuos y no le deja desarrollarse en total libertad. Con esa definición, las leyes se convierten en una de las principales formas que toma ese poder.
Desde ese punto de vista, obedecer las leyes sería un claro ejemplo de decisiones heterónomas. En el caso de querer actuar con autonomía con respeto a ellas, lo que significa incumplirlas, el individuo se arriesga a ser castigado.
Castigo a las decisiones autónomas
Otra de las características de las decisiones heterónomas es que, al tomarlas, se busca muchas veces evitar un castigo.
Comportarse en contra de las normas sociales, legales o religiosas conlleva en muchas ocasiones represalias. Estas no tienen que ser penales, sino que la sociedad puede llegar a marginar a aquellos que no cumplan con lo considerado normal.
Ejemplos de decisiones heterónomas
Todas las personas toman decisiones heterónomas en cualquier aspecto de su vida. Veamos algunos ejemplos:
Estilo de vestir
El estilo con el que una persona decide vestirse viene determinado en muchas ocasiones por lo que la sociedad considera adecuado. En este sentido, puede mencionarse la obligación de llevar traje en una boda, aunque a la persona no le apetezca.
Por otra parte, lo mismo ocurre con la presión menos obvia que ejerce la moda o los famosos. Mucha gente, en ocasiones sin darse cuenta, tiene a vestir de tal forma que se parezca a sus ídolos o a seguir la última tendencia.
Estudios
Las decisiones heterónomas se presentan cuando la carrera a estudiar ha venido marcada por la opinión de los padres. Igualmente, también puede venir determinada por el pensamiento de que es más sencillo encontrar un trabajo.
Empezar a fumar o a beber alcohol
Otro clásico de este tipo de decisiones se presenta cuando se empieza a fumar o a beber por la presión del grupo social al que se pertenece, especialmente los amigos.
Aspecto físico
Como ocurre con la forma de vestir, es frecuente que muchas personas comiencen una dieta, tiñan su pelo o, incluso, se operen para cumplir con los cánones de belleza establecidos por la sociedad.
Bullying
La presión de los compañeros provoca que algunos se sumen a episodios de acoso contra un compañero de estudios o trabajo. Se trata, una vez más, de no dejar parte del grupo.
Juegos de los niños
Los niños más pequeños comienzan a jugar inventándose sus propias normas, de una manera autónoma. La heteronomía se produce cuando alguien ajeno les obliga a jugar de manera determinada y les impide seguir desarrollando su diversión de manera independiente.
Seguimiento de las costumbres religiosas
En todas las sociedades existen una serie de costumbres religiosas que son casi obligatorias, aunque no se sea creyente, como celebrar la Navidad. Algunas familias, por ejemplo, también ejerce presión para que los matrimonios sean religiosos o para efectuar bautizos.
Obedecer al médico
Abandonar hábitos como el tabaco, el alcohol o la comida insana por imposición de un médico es otro ejemplo de decisiones heterónomas, aunque sean por el propio bien del individuo.
Seguir en un trabajo que no gusta
Ya sea por necesidad económica, por presión familiar o por prestigio social, en ocasiones una persona continúa en un puesto de trabajo que no le gusta en contra de su voluntad.
Obedecer órdenes contrarias al pensamiento de la persona
Los individuos se ven obligados a obedecer órdenes contrarias a sus ideas cuando son emitidas por un poder establecido. Puede ser el caso de un soldado, un empleado de alguna empresa o de un alumno de un centro educativo.
Continuar con una pareja por no disgustar a la familia
No divorciarse o romper con una pareja sentimental por miedo a la reacción de la familia y a las repercusiones que pudiera tener esa acción.
Referencias
- Arriba Salud. Heteronomía: Definición y características de este fenómeno filosófico y psicológico. Obtenido de arribasalud.com
- Ministerio de Educación y Ciencia. Autonomía y Heteronomía moral. Recuperado de mimosa.pntic.mec.es
- Pérez Porto, Julián; Gardey, Ana. Definición de heteronomía. Obtenido de definicion.de
- McCarty, Richard. Autonomy and Heteronomy. Obtenido de myweb.ecu.edu
- Williams, Garrath. Kant’s Account of Reason. Obtenido de plato.stanford.edu
- Exploring your mind. Autonomy and heteronomy, an important difference. Obtenido de exploringyourmind.com