Anatidaefobia: qué es, causas, síntomas y tratamiento
¿Qué es la anatidaefobia?
La anatidaefobia es el miedo irracional a que un pato nos esté mirando, en algún momento determinado y desde algún lugar. Aunque pueda resultar raro, esta respuesta de miedo configura un trastorno de ansiedad, equivalente a otro tipo de fobias más comunes, y requiere un tratamiento específico.
La anatidaefobia constituye un trastorno mental científicamente estudiado. Esta alteración no hace referencia a ningún trastorno psicótico ni otras manifestaciones de locura. Se trata de un tipo de fobia específica muy particular, donde el elemento temido resulta algo más extravagante que en otros tipos.
Esta alteración psicológica no difiere en exceso de otras fobias más conocidas y popularmente aceptadas, como la fobia a la sangre, a los aviones, a las alturas o a los espacios cerrados.
De hecho, lo único que diferencia la anatidaefobia del resto de fobias específicas es el elemento temido. En cada tipo de fobia específica encontramos un estímulo que causa una reacción de ansiedad muy elevada.
En la hematofobia, por ejemplo, la exposición a la sangre o elementos relacionados hace que la persona entre en pánico.
En la claustrofobia, el hecho de estar encerrado en un espacio pequeño y sin salidas produce una clara respuesta de ansiedad. Y en la anatidaefobia, la posibilidad de que un pato nos esté mirando produce elevadas sensaciones de miedo y temor.
Inicio y curso
La anatidaefobia es un trastorno de ansiedad que suele aparecer en la infancia o adolescencia, aunque en algunos casos también puede surgir en edades adultas.
Durante su curso, este tipo de miedos pueden desaparecer o atenuarse, mientras que si se prolongan durante la etapa adulta pueden volverse crónicos.
No obstante, como la gran mayoría de las fobias, este trastorno suele responder bien a los tratamientos psicológicos, puede intervenirse con relativa eficacia y, en muchos casos, la anatidaefobia puede resolverse por completo.
Síntomas
Cuando una persona con anatidaefobia genera el pensamiento de que un pato le puede estar mirando desde cualquier lugar, presentará los siguientes síntomas.
Plano fisiológico
Ante la aparición del estímulo temido, la persona con anatidaefobia pone en marcha un conjunto de respuestas fisiológicas características de un incremento de la actividad del sistema nervioso central.
– Aumenta su tasa cardiaca y respiratoria,
– Presenta sudoración y tensión muscular,
– Boca seca o dolores en diferentes regiones del cuerpo.
Estas manifestaciones pueden variar mucho en cada individuo, ya que existen diferencias individuales importantes en el patrón de reacciones autonómicas.
Sin embargo, todo aquel que presente anatidaefobia presentará un aumento de actividad física cuando se exponga al estímulo temido.
Plano cognitivo
En el pensamiento de la persona con anatidaefobia se desarrollan una serie de creencias e idas sobre el estímulo temido.
– La persona puede pensar que el pato puede estar en cualquier lado, que le estará observando o que le puede atacar en cualquier momento.
Estos pensamientos pueden traducirse en imágenes o auto verbalizaciones sobre las consecuencias negativas que se esperan acerca del estímulo temido y genera elevadas sensaciones de ansiedad.
Plano motor
A nivel motor, la principal respuesta que caracteriza las fobias es la evitación, es decir, abandonar la situación o el estímulo temido lo más rápido posible. En el caso de la anatidaefobia, las situaciones en las que puede aparecer el temor y la ansiedad resultan bastante impredecibles.
Sin embargo, suele ser habitual que la persona con esta alteración quiera abandonar el espacio en el que se encuentra ante la experimentación del temor de que un pato le esté mirando.
En algunos casos, en cambio, el individuo puede ser capaz de no huir ni evitar la situación, y soportar las sensaciones de miedo con mucho malestar.
Causas
La anatidaefobia puede desarrollarse debido a diferentes factores y a la interacción de causas distintas. De hecho, se considera que no existe un elemento único que explique la aparición de este trastorno y se postula una patogenia multifactorial.
No obstante, a diferencia de otro tipo de fobias, la anatidaefobia se caracteriza por iniciarse en la infancia. De este modo, se postula que las experiencias tempranas pueden jugar un papel fundamental en el desarrollo de esta alteración psicológica.
Haber experimentado situaciones aversivas con patos, como ser atacado o vivir un momento de peligro con estos animales cuando se es pequeño, puede dar lugar a un condicionamiento directo en el que el niño asocia al animal con sensaciones de miedo.
Esta asociación podría dar lugar a la aparición de pensamientos de miedo y el desarrollo de la fobia, aunque no todos los casos de anatidaefobia responden a estas características, y una persona puede desarrollar esta psicopatología sin haber vivido ninguna experiencia traumática con patos.
En este sentido, aparecen otros factores que pueden resultar relevantes. Uno de ellos es el condicionamiento vicario, en el que la visualización (ya sea en la realidad o en la ficción, a través de contenidos televisivos) de una situación relacionada con patos puede dar lugar al desarrollo de la fobia.
Asimismo, la adquisición de información verbal sobre estos animales también pueden condicionar la respuesta de miedo.
Finalmente, hay teorías que postulan la importancia de los factores genéticos, por lo que podría haber personas con una mayor predisposición para desarrollar respuestas fóbicas, incluida la anatidaefobia.
Tratamiento
Importancia
Si la fobia no desaparece con el paso del tiempo, es importante realizar tratamientos que permitan superar este peculiar miedo. De hecho, las personas con este trastorno de ansiedad puede ver notablemente afectada su vida debido a las características del estímulo temido.
La respuesta fóbica y las sensaciones de ansiedad producen un elevado malestar sobre la persona.
Además, como el estímulo que dispara la reacción de ansiedad en este tipo de fobia no responde a una situación o elemento específico, sino a la generación del pensamiento de que un pato puede estar mirando, el malestar se puede volver muy impredecible.
La persona con anatidaefobia puede experimentar miedo en cualquier situación y este hecho puede afectar su funcionamiento laboral, académico, social o familiar. Así pues, erradicar el problema suele resultar de vital importancia para la calidad de vida de la persona que padece esta afección.
Psicoterapia
El tratamiento de primera elección para este trastorno es la psicoterapia. De hecho, los tratamientos psicológicos se han mostrado muy eficaces para erradicar las alteraciones fóbicas y resultan modalidades terapéuticas más eficientes que los psicofármacos.
De todas las intervenciones psicológicas, las que han mostrado una mayor eficacia son los tratamientos cognitivo-conductuales. Este tipo de psicoterapia específica para las fobias se basan en dos técnicas principales.
Por un lado, se realizan tratamientos de exposición en los que se expone al paciente a su elemento temido, con el objetivo de que se habitúe a este y vaya extinguiendo poco a poco el temor que experimenta.
Por otro lado, se aplican técnicas de relajación para disminuir el estado de ansiedad y conseguir que la persona experimente sensaciones de calma y tranquilidad cuando se expone al elemento temido.
Finalmente, también se pueden realizar tratamientos cognitivos para modificar creencias distorsionadas y eliminar la irracionalidad de los pensamientos fóbicos.
Referencias
- Capafons-Bonet, J.I. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para las fobias específicas. Psicothema, 13.
- Lang, P.J. (1968). Fear reduction and fear behavior: problems in treating a construct. En J.M. Schlien (Ed.), Research in psychotherapy. (Vol. 3). Washington: American Psychological Association.
- Ost, L.G., Svensson, L., Hellstrom, K., Lindwall, R. (2001). One-session treatment of specific phobias in youth: a randomized clinical trial.