Historia

Batalla de Sangarará: antecedentes, causas y consecuencias


La batalla de Sangarará fue el primer enfrentamiento armado entre los partidarios de Túpac Amaru II y las tropas coloniales en el Virreinato del Perú. La batalla se desarrolló el 18 de noviembre de 1780 y concluyó con la victoria de los rebeldes.

La denominada Gran Rebelión comenzó el 4 de noviembre de ese mismo año. El promotor de la misma fue José Gabriel Condorcanqui Noguera, hijo del curaca (cacique) Miguel Condorcanqui. El líder de la revuelta descendía por vía materna de Túpac Amaru, el último Sapa Inca de Vilcabamba.

A pesar de ser de origen noble y su buena posición económica, José Gabriel estaba sometido a una legislación desfavorable para los indígenas. Tras intentar convencer, sin éxito, a las autoridades coloniales de cambiar las leyes, decidió levantarse en armas.

La rebelión comenzó con la captura y ejecución de Antonio Arriaga, corregidor de Canas y Canchis. Condorcanqui asumió el nombre de Tupac Amaru II y reunió en torno a su figura a buena parte de los indígenas, criollos y mestizos en busca de la abolición de la esclavitud, las alcabalas, la mita y otras leyes desfavorables para ellos.

Índice del artículo

Antecedentes

La Corona española, ocupada por los Borbones, inició en las décadas finales del siglo XVIII un cambio en sus políticas en las colonias americanas. Principalmente, las nuevas directrices pretendían aumentar los beneficios económicos y, para ello, contenían medidas para incrementar la explotación indígena.

La llegada de Agustín de Jáuregui como Virrey de Perú, en 1780, llevó consigo un nuevo incremento de impuestos y la creación de nuevos repartimientos. Esto acabó por crear un ambiente propicio para que estallara una rebelión.

Tupac Amaru II

José Gabriel Condorcanqui nació en Surimana, en el Virreinato del Perú, el 19 de marzo de 1738. Descendiente de Tupac Amaru, era hijo de un curaca y, por lo tanto, su familia tenía una muy buena posición económica, especialmente comparada con la de otros indígenas.

Gracias a su riqueza, pudo estudiar con los jesuitas e, incluso, tomar clases en la Universidad. José Gabriel heredó los cacicazgos de Tungasuca, Surimana y Pampamarca. Esta posición le permitió ser escuchado por la Audiencia de Lima para exponer sus posiciones.

La Gran Rebelión

El futuro líder de la rebelión viajó en 1776 hasta Lima para denunciar ante las autoridades la explotación a la que eran sometidos los indígenas. A pesar de sus intentos, la Audiencia no hizo caso a ninguna de sus peticiones. Dos años más tarde, regresó a Tungasuca, convencido de que el único método para conseguir algo era la insurrección.

El levantamiento, conocido como la Gran Rebelión, comenzó en 1780. El primer paso fue coger prisionero al corregidor de Canas y Canchis, Antonio Arriaga. El día 10 de noviembre organizó su ejecución pública en la plaza de Tungasuca y aprovechó para expresar ante el público los propósitos de su movimiento.

Ese mismo día, José Gabriel asumió el nombre y el título de Túpac Amaru Inca. A partir de ese momento, consiguió el apoyo de buena parte de la población. En ciertos sectores indígenas, sin embargo, encontró alguna resistencia. Así, por ejemplo, no consiguió el reconocimiento de los doce ayllus reales de Cuzco debido a su origen mestizo.

Objetivos 

La rebelión liderada por Túpac Amaru II pretendía abolir la mita, los repartos, las aduanas y las alcabalas. En principio, eran todos medidas dirigidas a favorecer a los indios nobles, criollos y mestizos, pero el componente anticolonial también atrajo a otros sectores. Además, poco antes de la batalla de Sangarará, emitió un decreto eliminando la esclavitud.

Al principio, como pasaría con muchas insurrecciones contra la colonia, Túpac Amaru no iba en contra de la Corona española. Tan solo arremetía contra el mal gobierno ejercido en el territorio. Posteriormente, sin embargo, pasó a luchar por la independencia y el establecimiento de una monarquía incaica sin división en castas.

Respuesta española

Durante las primeras semanas, la rebelión se expandió muy rápidamente. Desde la provincia de Tinta alcanzó el norte, hasta Cuzco, y también el sur, llegando al lago Titicaca. Incluso, según los expertos, logró adeptos en partes de lo que hoy es Bolivia.

Los españoles recibieron la noticia de la insurrección el 12 de noviembre. Enseguida organizaron un ejército compuesto por más de 2000 soldados, además de reunir un batallón de indígenas para apoyarlo.

El día 14 salieron de Cuzco, marchando hacia el sur. De acuerdo a las crónicas, estaban convencidos de que sería sencillo derrotar a los rebeldes. Sin embargo, en ese momento desconocían que Túpac Amaru había abandonado Tungasuca con más de 5000 hombres.

Rumbo a Sangarará

El jefe del destacamento español, Cabrera, recibió el 17 de noviembre órdenes de detener la macha y esperar refuerzos. No obstante, el militar desobedeció y se dirigió a gran velocidad hacia Sangarará. Cerca de la localidad, decidieron detenerse para hacer noche. Los soldados eligieron la iglesia de la ciudad para descansar.

Túpac Amaru y los suyos llegaron el día 18, a primera hora de la mañana. Nada más alcanzar Sangarará, procedieron a rodearla. El líder rebelde trató de negociar, prometiendo perdonar la vida de los soldados del virreinato si se rendían. Cabrera rechazó la propuesta.

Causas

Como se ha señalado anteriormente, la rebelión liderada por Túpac Amaru II pretendía la eliminación de varias leyes que explotaban a los indígenas. El aumento de impuestos llevado a cabo en 1780, acabó por hacer estallar el descontento.

La mita, los repartos y las alcabalas

Túpac Amaru pretendía la abolición de varias leyes desfavorables a los indígenas, a los criollos y los mestizos. Para empezar, pedía que la mita desapareciera.

La mita era la obligación de que las autoridades de las provincias entregaran indígenas para trabajar, sobre todo en las minas. En la práctica, era un tipo de esclavitud, en la cual los adultos varones entre 15 y 50 años estaban obligados a cumplir con las labores que se les encargaran.

Por otra parte, las alcabalas eran un impuesto que gravaba el comercio. Esto afectaba, de manera espacial, a los indígenas nobles que, como el propio Túpac Amaru, habían podido establecer algún tipo de empresa comercial. El dinero recaudado iba destinado, principalmente, a la iglesia.

Abolición de la esclavitud negra

Aunque no estaba entre los propósitos que anunció cuando comenzó la rebelión, Túpac Amaru decretó la prohibición de la esclavitud negra. Fue el 16 de noviembre de 1780, convirtiéndose en la primera proclama sobre este asunto de toda Latinoamérica.

Busca de un Estado indígena

Como en el punto anterior, Túpac Amaru no señaló este aspecto al iniciarse la insurrección. Al principio, su intención era, únicamente, luchar contra el mal gobierno en el Vierreinato, sin luchar contra la dominación española. Sin embargo, sus ideas evolucionaron hasta llegar a buscar la creación de un estado independiente.

Consecuencias

La batalla de Sangarará se desarrolló el 18 de noviembre de 1780. Los soldados realistas, que habían llegado la noche anterior, se refugiaron en la iglesia de la localidad. Los rebeldes llegaron poco después e intentaron conseguir que los realistas se rindieran. Ante la negativa de estos, se inició el ataque.

Durante la madrugada, los hombres de Túpac Amaru lanzaron una lluvia de piedras y fuego de fusilería. Los sitiados resistieron durante unas horas, hasta que el polvorín que tenían en la iglesia estalló, ocasionando numerosas bajas entre los que allí se encontraban. Uno de los muertos fue Cabrera, dejando al ejército realista sin jefatura.

El triunfo de las fuerzas tupacamaristas fue completo. Los realistas sufrieron unas 700 bajas, mientras que los rebeldes solo tuvieron que lamentar la pérdida de 20 hombres.

Cuzco

El siguiente movimiento de Tupac Amaru ha sido calificado por muchos historiadores como un error fatal para el resultado de su rebelión. Teniendo Cuzco a su alcance y con grandes posibilidades de conquistarla, prefirió replegarse a Tungasuca.

Los españoles no desaprovecharon la oportunidad de reforzar las defensas. Los virreyes de Lima y Buenos Aires unieron sus fuerzas. Un ejército de 17000 hombres llegó a Cuzco, preparado para acabar con la rebelión.

Igualmente, las autoridades del Virreinato aprobaron algunas de las medidas reivindicadas por Túpac Amaru, como la abolición de los repartos. De igual forma, perdonaron las deudas de los indígenas con los corregidores y prometieron el indulto de todos los participantes en la rebelión, con la excepción de los cabecillas.

Con estas medidas, las autoridades pretendían reducir el apoyo a Túpac Amaru, algo que consiguieron en buena parte. Túpac Amaru, debilitado, fracasó al intentar tomar Cuzco entre diciembre y enero. A finales de febrero de 1781 la ventaja realista era definitiva.

La batalla final tuvo lugar en Checacupe, el 6 de abril de 1781. Los rebeldes fueron derrotados de manera aplastante. Túpac Amaru huyó a Langui, pero fue traicionado por su lugarteniente y hecho prisionero por los realistas.

Captura y muerte de Tupac Amaru

Túpac Amaru II fue capturado el 6 de abril de 1781 y trasladado a Cuzco encadenado. Según los historiadores, fue torturado durante varios días para tratar de que denunciara a sus compañeros aún en libertad. Sin embargo, parece que el líder rebelde no ofreció ninguna información a sus captores.

Ante la presencia de José Antonio de Areche, enviado del rey Carlos III de España, Túpac Amaru exclamó: «Solamente tú y yo somos culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de libertarlo de semejante tiranía. Ambos merecemos la muerte».

El 18 de mayo, Túpac Amaru II, su familia y sus seguidores, fueron ejecutados en la Plaza de Armas de Cuzco.

Continuación de la rebelión

A pesar de la derrota, la rebelión de Túpac Amaru II inspiró a otros movimientos similares en toda Latinoamérica. Además, se convirtió en un símbolo de la lucha anticolonial y por mejorar las condiciones de los indígenas.

En Perú, dos parientes de Túpac continuaron las hostilidades contra el Virreinato. Fueron Diego Cristóbal y Andrés Condorcanqui, quienes mantuvieron en vilo a las autoridades hasta marzo de 1782.

Por su parte, en Bolivia se produjo una rebelión liderada por Túpac Katari. Este llegó a sitiar en dos ocasiones la ciudad de La Paz, siendo ejecutado en noviembre de 1781.

Algo similar ocurrió en el Virreinato de Nueva Granada, hoy territorio colombiano. Allí, en 1781, estalló la denominada Insurrección de los Comuneros, que compartía objetivos con el movimiento tupacamarista.

Por último, la Conspiración de los tres Antonios, desarrollada en Chile en enero de 1781, estuvo directamente inspirada por la rebelión de Túpac Amaru II.

Referencias

  1. Pueblos Originarios. José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru II). Obtenido de pueblosoriginarios.com
  2. Frigerio, José Oscar. La rebelión de Túpac Amaru contra el poder colonial español. Obtenido de revistadehistoria.es
  3. Fechas Cívicas de Perú. Batalla de Sangarará – 18 de Noviembre. Obtenido de fechascivicasdeperu.com
  4. Executed Today. 1781: Tupac Amaru II, Incan insurgent. Obtenido de executedtoday.com
  5. Serulnikov, Sergio. Revolution in the Andes: The Age of Túpac Amaru. Recuperado de books.google.es
  6. Walker, Charles F. The Tupac Amaru Rebellion. Recuperado de books.google.es
  7. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Túpac Amaru II. Obtenido de britannica.com